Eduardo Caballero Calderón
Nombre | Eduardo Caballero Calderón |
---|---|
Fecha de nacimiento | 06 de marzo de 1910 |
Nacionalidad | Colombiana }} |
Ocupación | Escritor y periodista. |
Primaria | Gimnasio Moderno |
Estudios universitarios | Universidad Externado de Colombia |
País de nacimiento | República de Colombia |
Ciudad de nacimiento | Bogotá |
Fecha de fallecimiento | 03 de abril de 1993 |
País de fallecimiento | República de Colombia |
Ciudad de fallecimiento | Bogotá |
Familia | María del Carmén Calderón (Madre); Lucas Caballero Barrera (Padre); Luis Caballero Holguín (Hijo); Antonio Caballero Holguín (Hijo); Eloísa Caballero Calderón (Hermana); Luis Caballero Calderón (Hermano); Ana Caballero Calderón (Hermana); Lucas Caballero Calderón (Hermano). |
Cónyuge | Isabel Holguín Dávila |
Eduardo Caballero Calderón fue un escritor y periodista colombiano. Además de su labor con los diarios El Tiempo y El Espectador, también escribió numerosos ensayos y libros, algunos de ellos como Siervo sin tierra han sido traducidos a varios idiomas. Eduardo Caballero Calderón también desempeñó varios cargos políticos y diplomáticos.
Biografía
Escritor y periodista nacido en Bogotá, el 6 de marzo de 1910, muerto en la misma ciudad, el 3 de abril de 1993. Creador de un mundo imaginario universal denominado Tipacoque, Eduardo Caballero Calderón fue un autor de escritura rápida y corrección lenta, lo que le permitió obtener un producto depurado, quizás demasiado reflexivo por la gran influencia del ensayo, que practicó con excelentes resultados. Hijo del general Lucas Caballero, jefe del Estado Mayor Liberal en Cauca y Panamá durante la guerra de los Mil Días, y de María del Carmen Calderón, Caballero Calderón se inició desde muy joven como periodista y escritor.
Vida familiar
Miembro de una familia muy relacionada con las letras, su padre fue, además, reconocido periodista, escribió, junto con sus hermanos Lucas y Enrique, la obra Rabo de paja. Cuando terminó su bachillerato en el Gimnasio Moderno de Bogotá, ingresó a la Universidad Externado de Colombia y cursó tres años de Derecho, pero lo abandonó por el periodismo y la política. Desempeñó cargos diplomáticos en Lima, Buenos Aires, Madrid y París; fue encargado de Negocios en España (1946-1948), embajador de Colombia ante la Unesco (1962-1968), diputado a la Asamblea de Boyacá y Cundinamarca, representante a la Cámara (1968-1970) y alcalde de Tipacoque, en Boyacá (1968-1971).
Se vinculó como corresponsal al diario El Espectador, y en 1938 pasó a El Tiempo, donde publicó casi ininterrumpidamente una columna que firmaba con el seudónimo Swann. Más adelante asumió, junto con el poeta Eduardo Carranza, la dirección del Suplemento Literario de El Tiempo. El primer relato extenso que escribió fue Tipacoque, publicado en 1940, en el cual ya se vislumbraba al futuro novelista; aquí se contraponen lo rural y lo urbano, marcados por olores, enfermedades y virtudes que se despliegan en la vida cotidiana.
Publicaciones
Después publicó El arte de vivir sin soñar (1943), los ensayos Latinoamérica, un mundo por hacer (1944) y Suramérica, tierra del hombre (1944), que recogen sus reflexiones durante los viajes como corresponsal; Breviario del Quijote (ensayo, 1947), aparecido después de que fuera nombrado encargado de negocios en España, Ancha es Castilla (1950), una guía espiritual de España, y en ese mismo año, Diario de Tipacoque (cuadros de costumbres). En 1952 publicó su primera novela, titulada El Cristo de espaldas, en la cual el dominio de la técnica es evidente. En 1954 apareció Siervo sin tierra, considerada la consolidación del escritor en cuanto a la técnica, al mundo imaginario que logra proyectar y la construcción de los personajes; allí se presenta toda la problemática de la miseria de los campesinos, explotados y desposeídos, abandonados a un mundo que los arrasa.
En 1955 su producción literaria siguió fluyendo, aparecieron, entre otros: La penúltima hora (novela, 1955), el ensayo Americanos y europeos (1956), Historia privada de los colombianos (colección de ensayos, 1960), Manuel Pacho (1962), novela que Caballero Calderón reconoce como su obra preferida, Los campesinos (recopilación de artículos de prensa, 1962), la novela El buen salvaje (Premio Nadal 1966), Memorias infantiles (1968), Caín (novela, 1968)"' Yo, el alcalde (memorias, 1972), donde aparece la conocida frase: “Soñar un pueblo para después gobernarlo”; Azote de sapo (novela, 1975), Historia de dos hermanos (novela, 1977), Tipacoque, de ayer a hoy(1979), Hablamientos y pensadurías (memorias, 1979), El cuento que no se puede contar, y otros cuentos (1981), Bolívar una historia que parece un cuento (1983).
Características de su obra
Sus novelas, ensayos, cuentos y relatos han merecido distinciones especiales y han sido traducidos a otras lenguas; Siervo sin tierra, por ejemplo, fue traducido al italiano, portugués, alemán, inglés, francés, checo y ruso. Todas sus actividades se han visto reflejadas de alguna manera en sus obras. Donde más se nota la experiencia adquirida como diplomático es en El buen salvaje, donde narra la vida de un estudiante en el exterior y las dificultades que de ello se derivan. Caballero Calderón fue socio fundador, en 1954, de la Editorial Guadarrama en Madrid y colaboró con diversas revistas. Fue miembro de la Real Academia de la Lengua y del Círculo de Periodistas de Bogotá.
Escritor fecundo, según Luis María Sánchez, su prosa castiza, sencilla y clara se observa en sus preciosas obras infantiles, en su vigorosa narrativa y en la sobriedad de sus ensayos, algunos de los cuales fallan por dogmáticos. Caballero Calderón manejó ante la vida una actitud pedagógica, que ejerció en la educación de sus hijos y en la publicación de cartillas infantiles que enseñaban la historia de manera didáctica. En cuanto al ensayista, su obra a veces se ve interferida por la acción del narrador. No puede evitar dar testimonio del drama rural, quizás por esa constante en las letras nacionales que impele a los escritores a escribir por y sobre los acontecimientos que los rodean y afectan en su vida diaria. Algo similar ocurre en las obras narrativas, donde interfiere la actitud del ensayista; esto repercute en la falta de una relación entre la historia y el narrador que produzca un acento de sinceridad, a pesar de predominar la narración en primera persona [Ver tomo 4, Literatura, pp. 234-236 y 276-279].
Luis Carlos Molina
- Esta biografía fue extraída del tomo de Biografías de la Enciclopedia Colombiana del Círculo de Lectores.
Obras relacionadas
- El nuevo Príncipe: ensayo sobre las malas pasiones (1945).
- Los toros en Bogotá (colaboración con Camilo Pardo Umaña y Lucas Caballero 1946).
- El breviario del Quijote (1947).
- Cartas colombianas (1949).
- Ancha es Castilla (1950) Diario de Tipacoque (1950).
- El Cristo de espaldas (1952). Siervo sin tierra (1954).
- La penúltima hora (1955).
- Historia privada de los colombianos (1960).
- Manuel Pacho (1962). Los campesinos (1962).
- El buen salvaje (1966). Memorias infantiles (1968).
- Caín (1968).
- Yo, el alcalde (1972).
- Azote de sapo (1975).
- Historia de dos hermanos (1977).
- Tipacoque, de ayer a hoy (1979).
- Hablamientos y pensadurías (1979).
- El cuento que no se puede contar, y otros cuentos (1981).
- Bolívar una historia que parece un cuento (1983).
Bibliografía
- Gómez Buendía, H. (1998). Cien personajes del siglo XX en Colombia, en: Lecturas dominicales, El Tiempo: Bogotá.
- Herrera Molina, L,C. (1969). Trayectoria de un novelista: Eduardo Caballero Calderón, en: Boletín cultural y bibliográfico, vol. 12, núm. 2 (1969).
- Araújo, H. (1968). "Acerca de la narrativa de Caballero Calderón". Ideas y Valores, N- 30/31 (Bogotá, 1968).
- Bedoya, L,I. (1984). Eduardo Caballero Calderón. Medellín: Universidad de Antioquia, 1984.
- "Caballero de las letras". Semana, N- 571 (abril 13-20 de 1993).
- Hernandez, J. (1990). "Eduardo Caballero Calderón a los ochenta años". Lecturas Dominicales, El Tiempo, marzo 18 de 1990.
- Herrera, L,C., y otros. (1969). "Trayectoria de un novelista: Eduardo Caballero Calderón". Boletín Cultural y Bibliográfico, Vol. 12, N 2 (1969). Lecturas Dominicales, El Tiempo, abril 18 de 1993.
Enlaces relacionados en Banrep cultural
[1] Buena investigación documental: cero entrevistas. Por: Darío Jaramillo Agudelo.
[2] Antología de los mejores relatos infantiles.
[3] En Colombia es un mérito que un cuento sea legible. Luis H. Aristizabal.
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