Obras destacadas

Sobre las obras que combinaban una experimentación estética con la realidad del momento se destacan "Masacre del 10 de abril", que demuestra la fuerte influencia de Picasso, en la obra de esta época. Así como “El estudiante muerto” (1957) y “Luto por un estudiante” (1957), que aluden a los hechos ocurridos en el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla y el “Homenaje al cura Camilo” (1968). Por otro lado, en las obras que dan cuenta de su fascinación por la naturaleza colombiana se destacan “Pez Dorado” (1947), “Nube Gris” (1948), “Ganado ahogándose en el Magdalena” (1955), “Cóndor de los Andes” (1959) y “Toro-Cóndor” (1960) Sobre los murales, en Bogotá tiene varios, algunos en casas privadas, otros en lugares públicos. El más sobresaliente es el mural de la Biblioteca Luis Ángel Arango (1959). Marta Traba escribió aquel año: “La creación de espacios, determinados sea por las intersecciones de planos, sea por el manejo de tonos, es lo más notable de este fresco de Obregón”. No hay, con excepción de algunos objetos reconocibles (tintero, libros, cuchillo), intención figurativa y, por lo tanto, el público debe renunciar a comprender un sentido real que ha sido superado por la intención creadora de espacios y por las relaciones de colores” No se sabe dónde abre comillas ni de dónde o quién es la cita. El mural de la Biblioteca es una obra rica y diversa, en ella son sobresalientes, además de sus múltiples espacios, la estructura de todas las formas y el colorido variado pero asordado y severo, un ejemplo de las obras maestras de sus mejores momentos. Del decenio de los ochenta son: La galerna, del Centro de Convenciones de Cartagena, Amanecer en los Andes, de la sede de las Naciones Unidas de Nueva York y el que exorna el Salón Elíptico del Capitolio Nacional de Bogotá [Ver el tomo físico 6, Arte, pp. 125 y 126].

Violencia (1962): obra fundamental de la historia del arte colombiano