En 1964 se presentó por primera vez en Bogotá con una exposición sobre La encajera, del pintor holandés del siglo XVII, Jan Vermeer. Su obra se caracterizó por los colores vivos, y los planos y las composiciones armónicas. Posteriormente, vinieron, en 1965, las variaciones sobre La niña-montaje, en las que reafirmó su refinamiento cromático. Realizó, a partir de una fotografía de prensa, dos versiones de su obra Los suicidas del Sisga[1] con las que ganó el segundo premio especial en Pintura del XVII Salón de Artistas Nacionales de 1965.