En el transcurso de los años noventa, el interés político de la obra de Beatriz González se centró en las víctimas del conflicto armado. Una de las noticias que desarrolló en su obra durante esta época fue la de los ahogados o NN arrojados a los ríos. Más adelante trabajó sobre la masacre de Las Delicias en 1997 y el sufrimiento de las mujeres en la serie Dolores. En el 2010, el documentalista Diego García Moreno realizó “Por qué llora si ya reí”, película que muestra el proceso de elaboración de la obra “Auras Anónimas”, la intervención del conjunto de cuatro columbarios que aún se conservan del Cementerio Central de Bogotá, que hasta la fecha es el único lugar de memoria dedicado a las víctimas anónimas de la violencia desatada en la capital en abril de 1948 tras el magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán. Es además una obra con la que la artista ha participado en un pleito con la administración distrital ante la necesidad de proteger un espacio para la memoria en contravía de los planes de renovación urbana que acabarían con parte de los columbarios para la construcción de una obra pública. Su obra “Los Suicidas del Sisga” cumplió 50 años en el 2015 y casualmente fue expuesta en sus tres versiones en el Tate Modern de Nueva York ese mismo año, así como en otras grandes retrospectivas en los años siguientes. Ha sido una pieza determinante para el arte colombiano, orientando el trabajo de otros artistas como María de la Paz Jaramillo quien ha reconocido en “Los suicidas” la fuente de su interés por la imagen de prensa.