Este trabajo a partir de la reelaboración de imágenes, que incluso fue señalado como un acto de copia por el historiador Arturo Abella, es considerado en la actualidad como una forma de apropiación visual para la producción de un trabajo nuevo y auténtico, tal como lo propuso la exposición “Beatriz González: el segundo original” realizada en la Universidad de los Andes y el Museo de Arte Moderno La Tertulia. Parte de esta originalidad estriba en que González se relacionó inicialmente con estas grandes piezas de arte de manera indirecta, a través de las reproducciones encontradas en postales, enciclopedias y libros de arte de difícil acceso para la época, lo que la llevó a afirmar que Colombia tenía negada la relación con la cultura por su condición de subdesarrollo.