A través de su tesis de grado de Licenciatura en Artes Visuales, Graciela Sacco logró sentar las bases conceptuales de su trabajo. En esta tesis, investigó sobre el grupo de artistas vanguardistas Tucumán Arde (1968) y su trabajo contestatario que denunció tanto las precarias condiciones de vida que enfrentaban los agricultores de caña de azúcar en la provincia de Tucumán como la blanda posición que tomaban los medios de comunicación para beneficiar a los grandes monopolios de este cultivo a finales de los años sesenta. Tucumán Arde emprendió intervenciones en espacios públicos de Buenos Aires, Rosario y Santa Fe, manifestando abiertamente la crisis tucumana a través de carteles, grafitis, estadísticas y fotografías. Gran parte de las piezas de Sacco se gestaron a principios de los noventa y fueron transformándose y activándose tantas veces como la artista lo consideró necesario, redefiniéndolas de acuerdo a los estallidos sociales de cada época y territorio. Por ejemplo, Bocanada (1993-2014) es una serie de heliografías que muestran en primeros planos bocas abiertas a manera de grito; su primera instalación tuvo lugar en una cocina que proveía alimentación a colegios públicos de Rosario, cuyos trabajadores estaban en huelga aun siendo conscientes de que esta cocina brindaba para muchos niños la única comida del día. Con Bocanada la artista intervino a lo largo de una década muros y edificios de ciudades como Buenos Aires, São Paulo o Nueva York, interfiriendo y siendo crítica ante propagandas de campañas políticas y otros tipos de vallas publicitarias. Graciela Sacco fue autora del libro publicado en 1994 “Escrituras solares: la heliografía en el campo artístico”, donde desarrolló su investigación alrededor de la heliografía, técnica que permite fijar imágenes sobre cualquier soporte como madera, plexiglás, cucharas o platos. El uso de la heliografía sería determinante en su obra ya que a través de los diversos soportes que empleó iba reforzando sus necesidades conceptuales de movimiento, tránsito, transformación y cotidianidad. En Cuerpo a cuerpo (1996-2014) Graciela Sacco resignificaría mediante la heliografía en palos de madera astillados, fotografías de manifestaciones estudiantiles como la de Mayo del 68 en Francia, el Cordobazo o el Rosariazo argentino de 1969, o la de 1971 en Colombia que finalizó en la masacre de decenas de personas. En esta serie la violencia política era revivida construyendo una memoria universal de lucha y protesta social. En 1996, Sacco fue la única artista que representó a Argentina en la 23ª Bienal Internacional de Arte de São Paulo en Brasil, participando con sus obras Las cosas que se llevaron (1996), El incendio y las vísperas (1995), Esperando a los bárbaros (1995-2014) y Bocanada (1993-2014) donde introdujo su noción de interferencia y exploró el impacto que surge cuando las imágenes se materializan ante el mundo al desmaterializar los objetos de la cotidianidad .[1] Además de São Paulo, Graciela Sacco participaría en otras bienales como Mercosur (1997), La Habana (1997 y 2000), Venecia (2001), Shanghai (2004) y Bienalsur (2016-2017). El tránsito, las fronteras y los límites son temas que también fueron indagados por Sacco; En M2 (2007-2014) la artista utilizó el metro cuadrado como medida de área para indagar acerca del espacio mínimo vital que necesita el ser humano dentro de una sociedad y las circunstancias por las cuales dicho espacio es reducido o vulnerado. Allí su experimentación con los soportes varió a la videoinstalación y a los efectos de iluminación en sitio específico.

  1. Catálogo de la 23ª Bienal Internacional de Arte de São Paulo, Brasil, página 44:http://www.bienal.org.br/publicacoes/2102