Artista neobarroco por excelencia del arte santandereano. La forma en que unificó el trabajo de un orfebre, o de un joyero, y de un artista pop del ensamblaje, hacen de él alguien que desestabilizó las tradiciones artísticas latinoamericanas por medio de la hibridación y la erudición cultural.

Luis Ernesto Parra
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Datos generales
Nombre Luis Ernesto Parra
Fecha de nacimiento 1926
Nacionalidad Colombiana Bandera de Colombia }}
Ocupación Artista plástico
País de nacimiento Colombia, Bandera de Colombia }}
Ciudad de nacimiento Bucaramanga (Santander)
Fecha de fallecimiento 2015
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Ciudad de fallecimiento Bucaramanga (Santander)


Biografía

Luis Ernesto Parra (Bucaramanga, 1926-2015) tal vez sea el artista neobarroco por excelencia del arte santandereano. La forma en que unificó el trabajo de un orfebre, o de un joyero, y de un artista pop del ensamblaje, hacen de él alguien que desestabilizó las tradiciones artísticas latinoamericanas por medio de la hibridación y la erudición cultural. Los temas de sus obras se distribuyen en un espectro tan amplio que va desde temas religiosos, propios de la iconografía del catolicismo, hasta aquellos relacionados con el cine, la literatura, la historia y los productos de la cultura de masas. La capacidad para utilizar diversos materiales e integrarlos en ensamblajes que simulan mundos, hizo de este artista uno de los que llevaron la categoría de lo “kitsch” a terrenos en los que lo narrativo y las obsesiones personales dieron forma a los problemas y enfoques del arte de la década de 1980.

En retrospectiva: Luis Ernesto Parra. Orfebre de sueños reales

A finales de la década de 1980, las Áreas Culturales del Banco de la República de Bucaramanga y Cúcuta, y el Museo de Arte Moderno de Bucaramanga comenzaron una serie de proyectos expositivos que tenían el propósito de dar a conocer la producción de los artistas de los Santanderes a partir de dos criterios: uno, distribuido cronológicamente por décadas, y otro, organizado a partir de artistas que ya podrían considerarse como los “maestros” del arte regional.

Las exposiciones organizadas por décadas fueron cuatro: Artistas santandereanos en la década de 1960 (1991), Artistas santandereanos en la década de 1970 (1992), Artistas santandereanos en la década de 1980 (1996) y Artistas santandereanos en la década de 1990 (2003). Luis Ernesto Parra fue incluido en la exposición de la década de 1970, junto a artistas como Jaime Ardila, Esperanza Barroso, Máximo Flórez, Jorge Mantilla Caballero, Raquel Ramírez, Luis Roncancio, Gustavo Sorzano, entre otros. Las exposiciones dedicadas a un artista en particular fueron las siguientes: Rodríguez Naranjo (1988), Segundo Agelvis, pintor de la tierra (1899-1988) (1992), Carlos Gómez Castro (1993), El estilo de Luis Alberto Acuña. Una exposición antológica (1995-1996) y Luis Ernesto Parra. Orfebre de sueños reales (2003).

Es elocuente el hecho de que Luis Ernesto Parra —o Parrita, de cariño— haya sido incluido en ambas modalidades. Esto es un claro indicio no sólo del aprecio que su obra y trayectoria alcanzaron dentro del mundo cultural y artístico santandereano, sino de la constancia con la que produjo hasta su muerte en 2015. Además, el título de la exposición individual puede interpretarse como una reivindicación de dos tradiciones posibles de conjugar bajo el concepto de “neobarroco”: la orfebrería prehispánica, que transformaba los metales en delicadas piezas con fuerza simbólica y espiritual, y el realismo mágico, que introdujo lo extraño e imposible como un elemento más dentro del “mobiliario ontológico” de muchas obras literarias y artísticas que, en particular, se realizaron en Latinoamérica entre las décadas de 1960 y 1970.

Como artista neobarroco, Parra se inspiró en la iconografía religiosa, la literatura, el cine y la historia (ámbitos ajenos a los valores plásticos de la escultura moderna en su vertiente constructivista) para crear ensamblajes con referencias casi enciclopédicas. Esta proliferación de sentidos y significados exige que las dinámicas de la mirada interpretativa sean excéntricas (Parkinson, 2011). Esto quiere decir que al enfrentarse a una obra de Parra los espectadores deben analizar lo narrativo, lo religioso y lo sincrético de las imágenes barrocas, herederas de la tradición colonial, sin esto no podrían entender el horizonte sacro de los ensamblajes y collages en 3D.

Santos seculares

La sacralidad de las obras de Parrita se entiende en el contexto de un mundo secular donde la fama y la gloria han reemplazado la aspiración a la eternidad. Aunque no puede soslayarse que realizó obras con un claro sentido religioso de inspiración católica, como El Señor de Monserrate (1979), San Antonio en la sacristía (1980), Jesús niño navega hacia la isla Tortuga (1980), La oración en el huerto (1981) o Virgen de la Macarena (2000), sus creaciones giran alrededor de otros personajes, tales como Simón Bolívar (Aquí yace el que aró en el mar y edificó en el viento, velación a destiempo, 1980), Beatriz González (Beatriz González en la Bienal de Venecia, 1980), Ernest Hemingway (Homenaje a papá Hemingway, 1987), Marcel Proust (En busca del tiempo perdido, 1995), Diana, princesa de Gales (Matrimonio de Lady Di, 2000), Marilyn Monroe (Marilyn in life, 2002), entre otros.

En la Colección de Arte del Banco de la República está la obra La poesía tiene la palabra (1992), que puede describirse como una exuberante construcción dedicada al poeta colombiano José Asunción Silva. En esta obra, hay un objeto que pasa desapercibido en la composición: las flores, en especial las rosas azules dispersas dentro de la caja de madera. En el romanticismo alemán el color azul, algunas veces utilizado para describir flores, representa los anhelos más profundos de los auténticos poetas por alcanzar lo imposible. Tal vez, este uso en el ensamblaje sea una manera de rendirle un homenaje a Silva, uno de los santos patrones seculares del artista.

Voces críticas

Los ensamblajes acogen elementos disímiles: imágenes, objetos cotidianos o fabricados, piezas de bisutería, telas, piezas de plástico, porcelanas, papeles u organismos naturales. El material puede ir en cajas de madera y cristal, con gruesos marcos dorados, o en bombas de cristal, que no solo los protegen del polvo, sino que, como señala Cristina Gaviria (2015), construían mundos paralelos e independientes a la vida cotidiana.

Daniel Samper Pizano (1980) escribió para la exposición individual “Arte embotellado. Luis Ernesto Parra”, realizada en el Instituto Colombiano de Cultura (Bogotá), un texto titulado “Las cosas del maestro Parra”. Usa “collage tridimensional” para referirse a una de las obras de la exposición: Lo que natura creó en Salamanca se recrea, procuremos siempre que así sea (s.f.). Esta expresión capta a la perfección la sensación de que las obras de Parra son imágenes que, a semejanza de los panoramas, han logrado salir de su encierro bidimensional. Samper Ospina hace énfasis en el estricto orden interno que guardan los ensamblajes, en la manera en que cada cosa se articula para transmitir un mensaje y en la ingenuidad que acepta “mariposas del tamaño de elefantes y gorilas que podrían cobijarse bajo las alas de una gallina”. Señala también la delicadeza de un joyero que, en cada una de sus obras, inscribió pequeños textos a la espera de que alguien, como los mensajes que envían los náufragos en botellas, descifre su sentido.

Juan Gustavo Cobo Borda (1985), por su parte, en el texto “El rincón alquímico del maestro Parra”, publicado en el catálogo de la exposición Temas del cine universal del Museo de Arte Moderno de Cartagena, recuerda la experiencia de asombro que le suscitó entrar a la “gruta encantada” de Parrita. Desde el primer momento admiró su adicción al cine, su habilidad en el uso de las enciclopedias, su conocimiento musical de zarzuelas y cuplés, y su erudición respecto a la historia del arte y de la cultura popular. Lo que más le impactó fue descubrir al artista como un “boticario” o un “alquimista”, para el que los frascos, las retortas y las balanzas se convertían, gracias a un “crisol fantástico”, en nuevas formas de la materia o, por qué no, en el anhelado elíxir de una “juventud sonrosada”.

Finalmente, Enrique Grau Araújo le dedicó un pequeño texto titulado “El mundo en una botella”, en el que consideraba que cada una de sus obras era una “fantasiosa cápsula del tiempo”. Tal vez por este motivo el artista lo honró con una obra, Homenaje al maestro Enrique Grau (s.f.), un collage sobre tela que hace parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Cartagena.

Obras de Luis Ernesto Parra en las Colecciones del Banco de la República

Obras de Luis Ernesto Parra en la Colección de Arte del Banco de la República
Título Año Ubicación Denominación Registro
La poesía tiene la palabra 1974 Reserva Ensamblaje AP2340

Cronología

  • 1926: Nació en Bucaramanga, Santander.
  • 1942-1953: Trabajó en la imprenta Editorial Marco A. Gómez y como ebanista en su propio taller.
  • 1962: Trabajó para la compañía de retratos colombo-venezolana La Artística Colombo Americana, con la cual recorrió una parte considerable del país.
  • 1972: Se desempeñó como agente viajero independiente, mientras vendía su producción a través de su propia compañía: La Artística del Renacimiento. El servicio que prestaba era la elaboración de retratos iluminados.
  • 1978: Participó en el II Salón Regional de Artistas de la Zona Nororiental, realizada en Cúcuta, con sus obras Boda a las seis y los crespos sin hacer (1978) y Receta culebrera de compota manzanera, la verraquera (1978). Participó en el XXVII Salón Nacional de Artes Visuales.
  • 1980: Fue seleccionado para el III Salón Regional de Artistas de la Zona Nororiental y para el XXVIII Salón Nacional de Artes Visuales, en donde recibió una mención especial por su obra Aquí yace el que aró en el mar y edificó en el viento, velación a destiempo (1980).
  • 1981: En junio llevó a cabo su exposición individual “El rincón alquímico” en la Galería 70 de Marlene Hoffmann e hizo parte de la exposición colectiva “365 años de Pintura en Santander”, con curaduría de Lucila González Aranda y Marina González de Cala, realizada por el Banco de la República y la Casa Luis Perú de la Croix (Bucaramanga, Colombia).
  • 1983: Participó en el I Salón FUSADER de Artistas de la Biblioteca Gabriel Turbay (Bucaramanga), presentó la exposición “Bolívar, otras imágenes. Ensamblajes de Luis Ernesto Parra” en el Fondo Cultural Cafetero (Bogotá) y en la Galería de Arte Autopista (Medellín), y resultó ganador de la Palma de Oro con la muestra titulada “Arte del taller, arte de la calle”, realizada en París (Francia), en donde su obra compitió contra las propuestas de los también colombianos Fernando Botero, Óscar Muñoz, Bernardo Salcedo y Félix Ángel.
  • 1984: Hizo parte del IV Salón Regional de Artistas de la Zona Nororiental, y de la exposición “La pintura y la escultura colombiana en el traje” en el Centro Internacional del Mueble (Medellín).
  • 1985: Participó en el XXIX Salón Nacional de Artes Visuales con su obra Principal emblema de Pamplona (1984) y en el II Salón FUSADER de Artistas.
  • 1986: Presentó sus obras En viva cruz por vivas aguas y Fauna en el XXX Salón Anual de Artistas Colombianos, participó en la exposición “20 años del Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá” y realizó su exposición “Parra Francia” en la Alianza Colombo Francesa de Bucaramanga.
  • 1992: Participó en el V Salón Regional de Artistas y en la exposición “Artistas santandereanos en la década de 1970”.
  • 1995: Se realizó la exposición “100 años de cine. Homenaje al maestro Parra” en el Museo de Arte Moderno de Bucaramanga.
  • 2001: Recibió la condecoración Decreto de Honores y la medalla Ciudadano Meritorio de la Alcaldía de Bucaramanga, en el marco de la exposición “Bucaramanga continental” del Instituto Municipal de Cultura de Bucaramanga.
  • 2007: Fue homenajeado en el II Salón BAT de Arte Popular, que se realizó en la Biblioteca Luis Ángel Arango (Bogotá).
  • 2011-2012: Fue invitado por el proyecto Zapping, en el marco del 14 Salón Regional de Artistas de la Zona Oriente, con curaduría de Nicolás Cadavid y Martín Camargo, para ser parte de la exposición realizada en la ciudad de Cúcuta.
  • 2015: Jerónimo Duarte y Catalina Acosta, curadores del proyecto curatorial “Este: coordenadas itinerantes, 15 Salón Regional de Artistas de la Zona Oriente”, decidieron incluir en su libro catálogo unas notas en homenaje al artista.
  • 2015: Murió en la ciudad de Bucaramanga.

Véase también

Bibliografía

  • Banco de la República (1994). Cuarta cátedra Internacional de Arte Luis Ángel Arango: Realismo mágico pintura y literatura, 1918-1981. [Folleto]. https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll18/id/480/rec/1
  • Calderón Schrader. C. (Ed). 50 años. Salón Nacional de Artistas. (1990). Colcultura.
  • Cobo Borda, J. G. (1985). “El rincón alquímico del maestro Parra”. En Temas del cine universal [Catálogo]. Museo de Arte Moderno de Cartagena.
  • Gaviria, C. (2015). El aparecido que acomodaba mundos en vitrinas. En J. Duarte y C. Acosta (Eds). Este: coordenadas itinerantes, 15 Salón Regional de Artistas de la Zona Oriente. Ministerio de Cultura.
  • Gómez, A. y Roa, M. (1999). Joaquín Torres-García: armonías y resonancias. Banco de la República. Biblioteca Virtual. [Guía de estudio, 13]. https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll29/id/61/rec/3
  • Samper Pizano, D. (1980). “Las cosas del maestro Parra”. En. Luis Ernesto Parra. Orfebre de sueños reales. (2004). [Catálogo] En Banco de la República. Biblioteca Virtual https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll18/id/464/rec/1
  • Parkinson Zamora, L. (2011). La mirada exuberante. Barroco novomundista y literatura latinoamericana. Iberoamericana - Verveurt- UNAM - Bonilla Artigas Editores.

Colección de arte del Banco de la República

Créditos

1. Mayo 2024. Biografía escrital por