Diferencia entre revisiones de «Tilzia Naiza Quintero Ojeda»

De Enciclopedia | La Red Cultural del Banco de la República
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Tilzia dice que en sus genes lleva sangre revolucionaria. Su abuela materna combatió en la guerrilla de Guadalupe Salcedo y el abuelo estuvo ligado a las primeras guerrillas liberales que nacieron en Marquetalia (Tolima). Creció escuchando las historias de las luchas campesinas de sus ancestros, unas en el sur del Tolima y otras en los llanos Orientales, de tal manera que cuando Wilfred, el mayor de sus siete hermanos se fue para las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC); ella le siguió los pasos sin dudarlo. Eran muy unidos en medio de las afugias económicas. La vereda El Espino quedaba a ocho horas a caballo del centro poblado más cercano; estudiar era un sueño imposible. Por eso, sus padres decidieron irse al pueblo; pero allí la vida no fue fácil: Tilzia entró a la escuela a los ocho años, sufrió la represión de un papá machista, la muerte de un hermanito menor y una vida con muchas restricciones. Esas situaciones la llevaron a huir de casa a los 16 años hacia el departamento de Guaviare, siguiendo los pasos de Wilfred. Allá hizo de todo para sobrevivir: vendió ropa, comida, trabajó en el campo echando peinilla (machete) y criando marranos y gallinas. Luego raspó hoja de coca, la actividad que estaba en auge por aquellos días en esa región del país.       
Tilzia dice que en sus genes lleva sangre revolucionaria. Su abuela materna combatió en la guerrilla de Guadalupe Salcedo y el abuelo estuvo ligado a las primeras guerrillas liberales que nacieron en Marquetalia (Tolima). Creció escuchando las historias de las luchas campesinas de sus ancestros, unas en el sur del Tolima y otras en los llanos Orientales, de tal manera que cuando Wilfred, el mayor de sus siete hermanos se fue para las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC); ella le siguió los pasos sin dudarlo. Eran muy unidos en medio de las afugias económicas. La vereda El Espino quedaba a ocho horas a caballo del centro poblado más cercano; estudiar era un sueño imposible. Por eso, sus padres decidieron irse al pueblo; pero allí la vida no fue fácil: Tilzia entró a la escuela a los ocho años, sufrió la represión de un papá machista, la muerte de un hermanito menor y una vida con muchas restricciones. Esas situaciones la llevaron a huir de casa a los 16 años hacia el departamento de Guaviare, siguiendo los pasos de Wilfred. Allá hizo de todo para sobrevivir: vendió ropa, comida, trabajó en el campo echando peinilla (machete) y criando marranos y gallinas. Luego raspó hoja de coca, la actividad que estaba en auge por aquellos días en esa región del país.       


“Por todos lados había guerrilla, todas las actividades se hacían con ellos. Entonces, uno se va enamorando de eso y terminamos allá. Yo ingresé en el 88, tenía 18 años”, evoca Tilzia . Pero antes de ingresar a la guerrilla, tuvo un paso por la militancia política, fue secretaria de la junta de acción comunal de una vereda y estuvo vinculada a las juventudes de la Unión Patriótica (UP) el partido político que surgió del proceso de paz entre el gobierno y las FARC en 1985 y que fue exterminado por alianzas entre grupos paramilitares, narcotraficantes y miembros de la Fuerza Pública. Cuando mataron a uno de los líderes más queridos de la UP en Mapiripán (Meta) decidió tomar las armas, primero como miliciana y luego como guerrillera del Frente 39 en el sur del Meta.
“Por todos lados había guerrilla, todas las actividades se hacían con ellos. Entonces, uno se va enamorando de eso y terminamos allá. Yo ingresé en el 88, tenía 18 años”, evoca Tilzia<ref>Gloria Castrillón, entrevista virtual a Tilzia Naiza Quintero Ojeda, septiembre de 2025.</ref>. Pero antes de ingresar a la guerrilla, tuvo un paso por la militancia política, fue secretaria de la junta de acción comunal de una vereda y estuvo vinculada a las juventudes de la Unión Patriótica (UP) el partido político que surgió del proceso de paz entre el gobierno y las FARC en 1985 y que fue exterminado por alianzas entre grupos paramilitares, narcotraficantes y miembros de la Fuerza Pública. Cuando mataron a uno de los líderes más queridos de la UP en Mapiripán (Meta) decidió tomar las armas, primero como miliciana y luego como guerrillera del Frente 39 en el sur del Meta.


Tilzia tiene recuerdos felices y tristes de sus casi 30 años de vida guerrillera. “En ese momento fue mi segundo hogar porque fue donde más estuve. O sea, duré más allá que en mi casa y que en otra parte. Aprendí sobre la convivencia, la tolerancia, el respeto. Era una vida difícil, dura, a veces triste, pero también muy bonita, se compartían alegrías, se compartían dolores, se compartían pesares, terminamos construyendo una familia”, recuerda .
Tilzia tiene recuerdos felices y tristes de sus casi 30 años de vida guerrillera. “En ese momento fue mi segundo hogar porque fue donde más estuve. O sea, duré más allá que en mi casa y que en otra parte. Aprendí sobre la convivencia, la tolerancia, el respeto. Era una vida difícil, dura, a veces triste, pero también muy bonita, se compartían alegrías, se compartían dolores, se compartían pesares, terminamos construyendo una familia”, recuerda<ref>''Ibid.''</ref>.


Dentro de los recuerdos duros resalta dos: la muerte de su hermano -en 2001- en un enfrentamiento con el Ejército, en Dagua (Valle del Cauca) y el bombardeo en el marco de la operación Armagedón, en el que murieron 36 guerrilleros, entre ellos su pareja y padre de sus dos hijos y en el que resultó herida y capturada en 2012. En la cárcel de Villavicencio aprovechó para completar sus estudios de bachillerato (en el Vichada apenas había llegado a 7°), hizo un técnico de auxiliar jurídico con el Sena e integró el Comité de Derechos Humanos del penal.  
Dentro de los recuerdos duros resalta dos: la muerte de su hermano -en 2001- en un enfrentamiento con el Ejército, en Dagua (Valle del Cauca) y el bombardeo en el marco de la operación Armagedón, en el que murieron 36 guerrilleros, entre ellos su pareja y padre de sus dos hijos y en el que resultó herida y capturada en 2012. En la cárcel de Villavicencio aprovechó para completar sus estudios de bachillerato (en el Vichada apenas había llegado a 7°), hizo un técnico de auxiliar jurídico con el Sena e integró el Comité de Derechos Humanos del penal.  
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Cuando salió de prisión, en 2015, su organización había cambiado. Los comandantes estaban negociando con el gobierno en La Habana (Cuba). Sus compañeros de armas estaban en los campamentos en la socialización de los acuerdos alcanzados en la mesa de diálogo. Y justo a ella le encomendaron integrar una comisión junto con Shirley Méndez y Mireya Andrade, que se encargaría de implementar un primer acuerdo temprano alcanzado en la mesa, que son aquellos que se logran antes de la firma del acuerdo final, que son de carácter humanitario y que permiten construir confianza entre las partes.  
Cuando salió de prisión, en 2015, su organización había cambiado. Los comandantes estaban negociando con el gobierno en La Habana (Cuba). Sus compañeros de armas estaban en los campamentos en la socialización de los acuerdos alcanzados en la mesa de diálogo. Y justo a ella le encomendaron integrar una comisión junto con Shirley Méndez y Mireya Andrade, que se encargaría de implementar un primer acuerdo temprano alcanzado en la mesa, que son aquellos que se logran antes de la firma del acuerdo final, que son de carácter humanitario y que permiten construir confianza entre las partes.  


El acuerdo se consignó en el comunicado conjunto No. 62, emitido el 17 de octubre de 2015 y preveía medidas humanitarias para la búsqueda, localización, identificación y entrega digna de personas dadas por desaparecidas en el conflicto armado. Este acuerdo sentó las bases para la creación de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) y el gobierno y los miembros de las FARC se comprometieron a proveer al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) la información necesaria para ejecutar los planes de búsqueda .  
El acuerdo se consignó en el comunicado conjunto No. 62, emitido el 17 de octubre de 2015 y preveía medidas humanitarias para la búsqueda, localización, identificación y entrega digna de personas dadas por desaparecidas en el conflicto armado. Este acuerdo sentó las bases para la creación de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) y el gobierno y los miembros de las FARC se comprometieron a proveer al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) la información necesaria para ejecutar los planes de búsqueda<ref>Mesa de Conversaciones de La Habana, Comunicado conjunto n.º 62, 17 de octubre de 2015. Disponible en: https://bapp.com.co/documento/comunicado-conjunto-no-62/#:~:text=ALCANCE%20Y%20CONTENIDO,se%20presenta%20el%20texto%20acordado</ref>.  


Tilzia había visto las largas filas de familiares que llegaban a San Vicente del Caguán, en la época que se desarrollaron los fallidos diálogos entre 1998 y 2002, a preguntar por sus hijos e hijas que se habían vinculado a las filas de las FARC, y también sufría por la desaparición de su hermano y de docenas de compañeros y compañeras. Esas fueron sus motivaciones para hacer algo que pudiera aliviar a los que buscan a sus seres queridos.  
Tilzia había visto las largas filas de familiares que llegaban a San Vicente del Caguán, en la época que se desarrollaron los fallidos diálogos entre 1998 y 2002, a preguntar por sus hijos e hijas que se habían vinculado a las filas de las FARC, y también sufría por la desaparición de su hermano y de docenas de compañeros y compañeras. Esas fueron sus motivaciones para hacer algo que pudiera aliviar a los que buscan a sus seres queridos.  

Revisión del 23:14 15 oct 2025

Tilzia Naiza Quintero Ojeda
Datos generales
Nombre Tilzia Naiza Quintero Ojeda
Fecha de nacimiento 20 de enero de 1970
Nacionalidad Colombiana Bandera de Colombia }}
Seudónimo Yaritza Paniagua
Ocupación Mujer buscadora y Coordinadora de la región oriental de la Corporación Humanitaria Reencuentros.
Primaria Colegio Camilo Torres. Santa Rosalía (Vichada)
Bachillerato Hasta grado 7° en el colegio Camilo Torres, Santa Rosalía (Vichada). Grados 8° y 9° en prisión. 10° y 11° en el programa Arando la Paz en proceso de reincorporación.
País de nacimiento Colombia Bandera de Colombia }}
Ciudad de nacimiento Santa Rosalía, Vichada
Familia Wilfred Quintero Ojeda (Fabián Paniagua) (hermano)
Cónyuge No suministra su nombre por seguridad.


Tilzia Naiza Quintero Ojeda es una mujer de origen campesino que nació en la vereda de El Espino de Santa Rosalía (Vichada). Buscando un mejor futuro migró hacia el Guaviare donde ejerció varios trabajos para sobrevivir, incluido el de raspar hoja de coca. Ingresó a la guerrilla de las FARC a los 18 años, organización a la que perteneció hasta 2016, cuando hizo dejación de armas tras la firma del Acuerdo Final. Estuvo en la cárcel durante tres años, allí pudo cursar octavo y noveno grado de educación secundaria. Cuando obtuvo su libertad, en 2015, mientras seguían negociando con el Gobierno en La Habana (Cuba) sus entonces comandantes la eligieron para integrar un grupo de tres mujeres combatientes que debían implementar un acuerdo temprano y brindar información sobre personas desaparecidas durante el conflicto. Esa iniciativa evolucionó en la Corporación Humanitaria Reencuentros, la primera en el mundo creada por exguerrilleros después de la firma de un acuerdo de paz, para buscar desaparecidos sin importar si eran civiles o combatientes de algunos de los grupos en confrontación. Tilzia, conocida como Yaritza Paniagua, el nombre que usó mientras estuvo en la guerra, coordina el trabajo de Reencuentros en la región oriental del país.

Ficha de la mujer buscadora y su búsqueda
Campo Información
Región / Macrorregional UBPD Oriente
Departamento y municipio de origen Vichada, Santa Rosalía
Vereda / Barrio El Espino
Nombre del ser querido desaparecido Wilfred Quintero Ojeda (Fabián Paniagua) y cientos de combatientes de las FARC desaparecidos en las confrontaciones.
Relación Hermano
Estado de la búsqueda Activa, sigue la búsqueda
Organización a la que pertenece Corporación Humanitaria Reencuentros

Biografía

I. Aspectos generales de la mujer

Tilzia dice que en sus genes lleva sangre revolucionaria. Su abuela materna combatió en la guerrilla de Guadalupe Salcedo y el abuelo estuvo ligado a las primeras guerrillas liberales que nacieron en Marquetalia (Tolima). Creció escuchando las historias de las luchas campesinas de sus ancestros, unas en el sur del Tolima y otras en los llanos Orientales, de tal manera que cuando Wilfred, el mayor de sus siete hermanos se fue para las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC); ella le siguió los pasos sin dudarlo. Eran muy unidos en medio de las afugias económicas. La vereda El Espino quedaba a ocho horas a caballo del centro poblado más cercano; estudiar era un sueño imposible. Por eso, sus padres decidieron irse al pueblo; pero allí la vida no fue fácil: Tilzia entró a la escuela a los ocho años, sufrió la represión de un papá machista, la muerte de un hermanito menor y una vida con muchas restricciones. Esas situaciones la llevaron a huir de casa a los 16 años hacia el departamento de Guaviare, siguiendo los pasos de Wilfred. Allá hizo de todo para sobrevivir: vendió ropa, comida, trabajó en el campo echando peinilla (machete) y criando marranos y gallinas. Luego raspó hoja de coca, la actividad que estaba en auge por aquellos días en esa región del país.

“Por todos lados había guerrilla, todas las actividades se hacían con ellos. Entonces, uno se va enamorando de eso y terminamos allá. Yo ingresé en el 88, tenía 18 años”, evoca Tilzia[1]. Pero antes de ingresar a la guerrilla, tuvo un paso por la militancia política, fue secretaria de la junta de acción comunal de una vereda y estuvo vinculada a las juventudes de la Unión Patriótica (UP) el partido político que surgió del proceso de paz entre el gobierno y las FARC en 1985 y que fue exterminado por alianzas entre grupos paramilitares, narcotraficantes y miembros de la Fuerza Pública. Cuando mataron a uno de los líderes más queridos de la UP en Mapiripán (Meta) decidió tomar las armas, primero como miliciana y luego como guerrillera del Frente 39 en el sur del Meta.

Tilzia tiene recuerdos felices y tristes de sus casi 30 años de vida guerrillera. “En ese momento fue mi segundo hogar porque fue donde más estuve. O sea, duré más allá que en mi casa y que en otra parte. Aprendí sobre la convivencia, la tolerancia, el respeto. Era una vida difícil, dura, a veces triste, pero también muy bonita, se compartían alegrías, se compartían dolores, se compartían pesares, terminamos construyendo una familia”, recuerda[2].

Dentro de los recuerdos duros resalta dos: la muerte de su hermano -en 2001- en un enfrentamiento con el Ejército, en Dagua (Valle del Cauca) y el bombardeo en el marco de la operación Armagedón, en el que murieron 36 guerrilleros, entre ellos su pareja y padre de sus dos hijos y en el que resultó herida y capturada en 2012. En la cárcel de Villavicencio aprovechó para completar sus estudios de bachillerato (en el Vichada apenas había llegado a 7°), hizo un técnico de auxiliar jurídico con el Sena e integró el Comité de Derechos Humanos del penal.

Cuando salió de prisión, en 2015, su organización había cambiado. Los comandantes estaban negociando con el gobierno en La Habana (Cuba). Sus compañeros de armas estaban en los campamentos en la socialización de los acuerdos alcanzados en la mesa de diálogo. Y justo a ella le encomendaron integrar una comisión junto con Shirley Méndez y Mireya Andrade, que se encargaría de implementar un primer acuerdo temprano alcanzado en la mesa, que son aquellos que se logran antes de la firma del acuerdo final, que son de carácter humanitario y que permiten construir confianza entre las partes.

El acuerdo se consignó en el comunicado conjunto No. 62, emitido el 17 de octubre de 2015 y preveía medidas humanitarias para la búsqueda, localización, identificación y entrega digna de personas dadas por desaparecidas en el conflicto armado. Este acuerdo sentó las bases para la creación de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) y el gobierno y los miembros de las FARC se comprometieron a proveer al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) la información necesaria para ejecutar los planes de búsqueda[3].

Tilzia había visto las largas filas de familiares que llegaban a San Vicente del Caguán, en la época que se desarrollaron los fallidos diálogos entre 1998 y 2002, a preguntar por sus hijos e hijas que se habían vinculado a las filas de las FARC, y también sufría por la desaparición de su hermano y de docenas de compañeros y compañeras. Esas fueron sus motivaciones para hacer algo que pudiera aliviar a los que buscan a sus seres queridos.

Mientras Tilzia y sus compañeras se organizaban para cumplir el acuerdo temprano, la tropa guerrillera se movilizaba desde sus campamentos habituales a los puntos de preagrupamiento para luego avanzar a las zonas veredales donde harían dejación de armas y empezarían su proceso de reincorporación. Tilzia, Shirley y Mireya recibieron otro encargo: integrar el Mecanismo de Monitoreo y Verificación, junto a miembros de la Fuerza Pública y de la Misión de Verificación de la ONU, para verificar el cese al fuego final y definitivo y el proceso de dejación de armas.

Esa labor duró un año, hasta que la Misión de Verificación de Naciones Unidas certificó, en septiembre de 2017, que el proceso se había cumplido tal cual se había acordado. Entonces, las tres mujeres retomaron su tarea y crearon la Comisión de Búsqueda de las FARC. Allí empezó la segunda fase de su historia como mujer buscadora, esta vez como una ciudadana que le ha cumplido al Acuerdo de Paz.

II. Caso específico de búsqueda

Cuando se le pregunta a Tilzia a quién busca, ella de inmediato responde que a cualquier persona que haya desaparecido en el marco del conflicto armado. Esa ha sido su labor desde que la llamaron en 2015 a cumplir con el acuerdo temprano. Pero sin duda, una de sus grandes motivaciones para seguirlo haciendo durante estos diez años ha sido la posibilidad de encontrar a su hermano Wilfred o Fabián Paniagua, como le llamaron en filas. “Desde que supimos del asalto del Ejército donde murieron 9 compañeros más, he estado buscándolo. Al parecer está en el cementerio de Siloé, en Cali, con los otros compañeros que murieron. Allí me mostraron las necropsias, algunas fotos de sus actas de levantamiento, pero no sabemos de las familias de ellos. Ha sido difícil y estamos en el proceso con la UBPD, porque pudimos determinar que esos cuerpos fueron llevados a una tercera fosa común, o sea, hay otro par de fosas comunes donde hay como 500 cuerpos, pero no las han intervenido, nadie sabe cuál es la dimensión y cuál va a ser el hallazgo allí” .

Esa frustración porque ciertos procesos de búsqueda no avanzan al ritmo que ella y las víctimas esperan no le impide reconocer los avances. Para ella, cada persona que encuentra es como si encontrara a su hermano. “Yo siento esa satisfacción de la familia de la persona desaparecida como propia. Como no desfallezco buscando a otras personas que no son familiares míos, tampoco desfallezco buscando a mi hermano. Ese sentir me hace seguir buscando. Yo sé que algún día voy a encontrar su cuerpo así mi familia diga lo contrario” .

Su vida durante los últimos años ha estado completamente dedicada a la búsqueda como coordinadora de la región Oriente de la Corporación Humanitaria Reencuentros, creada por los firmantes de paz para formalizar su trabajo como buscadores. Esta es la tercera fase de su nuevo proyecto de vida. Tilzia ha disfrutado poco de su familia después de reincorporarse a la vida civil. Vive con su compañero y sus dos hijos en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) Mariana Páez que se desplazó de Mesetas hacia Acacías (Meta). Viaja constantemente entre los departamentos de Meta, Guaviare, Arauca y Casanare en desarrollo de su rol de liderazgo.

De hecho, la región oriente es la que más ha documentado casos y lugares de interés forense (225 lugares), es decir posibles lugares de inhumación de personas dadas por desaparecidas. Hay que tener en cuenta que el Meta es el segundo departamento con mayor número de personas desaparecidas en el marco del conflicto armado: cerca de 10.000.

III. ¿Qué hace particular su búsqueda?

1. Hitos: aspectos a resaltar

Tilzia es una de las tres guerrilleras de las FARC que empezaron a trabajar en la búsqueda de personas desaparecidas en una experiencia inédita, cumpliendo un acuerdo temprano antes de la culminación del proceso de paz. La experiencia es tan exitosa, que diez años después derivó en la creación de la Corporación Humanitaria Reencuentros, que tiene personería jurídica y que agrupa a más de 100 firmantes del Acuerdo que se han capacitado, han aportado información y han recorrido los territorios donde operaron como guerrilleros para buscar a las víctimas sin importar si eran civiles o pertenecían a alguno de los bandos en la confrontación.

Para esta tarea, ella ha usado lo aprendido en casi 30 años de militancia guerrillera y ha apelado al sentido humanitario de sus excompañeros de armas. Pero también ha hecho varios cursos y diplomados, después de terminar el bachillerato con el programa Arando la Paz de la Universidad Nacional que ofreció esta posibilidad a los 13.000 hombres y mujeres que firmaron el Acuerdo Final. Todas las capacitaciones en las que ha participado están relacionadas con habilidades y conocimientos para la búsqueda, con gestión de proyectos, ciencias forenses, georreferenciación y atención psicosocial.

Una vez Tilzia, Shirley y Mireya terminaron sus labores en el Mecanismo de Monitoreo y Verificación, conformaron la Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas de FARC, que estuvo integrada, en principio, por 84 excombatientes en todo el país, incluidas 56 mujeres. Y fue idea de Tilzia que las labores de búsqueda se distribuyeran en las mismas regiones en las que operaron como estructura armada.

Sin duda, el primer impulso a la recién creada Comisión de Búsqueda de FARC llegó del CICR, organización humanitaria que les dio las primeras capacitaciones para la recolección de información y documentación e incluso les pagó los viajes para que empezaran el programa piloto. La Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (ASFADDES) también les aportó conocimientos y experiencias cuando apenas arrancaba en el cumplimiento del acuerdo temprano.

La Comisión tuvo que evolucionar a raíz del volumen de solicitudes que empezaron a recibir y de la necesidad de seguir buscando. El 28 de abril de 2022, los firmantes buscadores crearon formalmente la Corporación Reencuentros. De esa manera, podían tener una mejor organización, recibir dinero de la cooperación internacional y gestionar sus propios proyectos .

La Corporación está conformada por 103 personas, de las cuales el 90% (93 personas) son firmantes del Acuerdo de Paz acreditados y el 8% (8 personas) son excombatientes en proceso de acreditación que han asumido su proceso de reincorporación dedicados a la búsqueda de personas dadas por desaparecidas y hace presencia en seis regiones del país: región Sur (Huila, Tolima, Caquetá, Putumayo); Norte y Magdalena Medio (Cesar, Guajira, Bolívar, Magdalena Medio, Santanderes); Oriente (Meta, Guaviare, Arauca, Casanare); Centro (Bogotá, Cundinamarca, Boyacá, Tolima); Occidente (Valle del Cauca, Cauca, Nariño); Noroccidente (Chocó, Antioquia, Caldas, Risaralda).

2. Acentos

Tilzia y los firmantes de paz que participan en Reencuentros no se cansan de repetir que la búsqueda repara y que el país debe tomar conciencia de la necesidad de buscar y encontrar a todas las personas que desaparecieron en el contexto del conflicto armado, sin importar las condiciones en las que sucedieron los hechos.

Y aunque se han dedicado a documentar casos de sus compañeros y compañeras de armas que murieron en combate o en otras circunstancias, siempre insisten en que con la misma dedicación buscan a un miembro de la fuerza pública, a un civil o un integrante de los grupos paramilitares. Pero sin duda, tienen una especial sensibilidad para buscar a los guerrilleros y guerrilleras, porque durante décadas sus familias no los buscaron, bien sea por miedo a las represalias, por la estigmatización que sufrieron o porque ni siquiera supieron que estuvieron en las FARC. “Ellos y ellas merecen ser buscados”, dice.

Para Tilzia es claro por qué la mayoría de los integrantes de los grupos de búsqueda y de las coordinaciones están en cabeza de las mujeres: “Nosotras estamos más interesadas en buscar, nos da menos pena meternos a donde toque, somos más sensibles al sentir de la desaparición. En la historia las mujeres hemos sido más afectadas, hemos perdido hijos, esposos, hermanos y por eso siempre estamos más activas en el tema de la desaparición. Una como mujer no se queda quieta, va, busca, habla, pregunta. Nos rendimos menos, en cambio los hombres, siempre con pena. Nosotras somos más berracas”. Hoy, el 60% de los integrantes de Reencuentros son hombres, pero los liderazgos están, en su mayoría, en cabeza de mujeres.

Tilzia está respondiendo ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) como compareciente en el macro caso 01 de secuestro, al igual que casi una tercera parte de los y las firmantes de la Corporación.

El trabajo de Tilzia y sus compañeros los ha llevado a iniciar varios ejercicios concretos de justicia restaurativa en el marco del Acuerdo de Paz. Eso les ha significado trabajar de manera colaborativa con víctimas, instituciones y otros comparecientes ante la JEP. En esas intervenciones en Palmira (Valle) y Patía (Cauca) han avanzado en la recuperación de cuerpos, en la reconstrucción del tejido social, el reconocimiento de los daños que ellos y ellas causaron durante el conflicto armado y en la construcción colectiva de memoria para honrar a quienes fueron desaparecidos. Estos esfuerzos están siendo reconocidos por la jurisdicción como Trabajos Obras y Actividades con contenido Restaurador y Reparador (TOAR).

Parte de la evolución del trabajo de la Corporación ha sido aportar al Programa de Reunificación Familiar, en alianza con la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN). Eso los ha llevado a seguir trabajando con instituciones del Estado y les ha permitido realizar 44 encuentros entre personas que estuvieron en la guerrilla y sus familias, en diversas regiones del país

IV. Contextos y circunstancias de la desaparición y la búsqueda

El ingreso de miles de jóvenes a las guerrillas en los años ochenta, sobre todo en regiones como el Vichada, Guaviare y Meta, ocurre en medio de un contexto de pobreza, exclusión, falta de oportunidades y expansión de economías ilegales como el narcotráfico. La historia familiar de Tilzia -cinco de ocho hermanos en la guerrilla de las FARC- se repitió en estos y otros territorios durante varias décadas.

El relato de Tilzia es común en varias regiones del país y está documentado en numerosos estudios e investigaciones: la única autoridad que se conoce en el territorio es la guerrilla, el Estado no está presente y cuando lo hace es con la fuerza de las armas y, en algunos casos, en asocio con grupos criminales para contener lo que han denominado la base social de los grupos insurgentes, acudiendo a graves violaciones a los derechos humanos de poblaciones que quedan en medio del fuego cruzado.

En este contexto, en 1984, el gobierno de Belisario Betancur adelantó un proceso de paz con las FARC en Uribe (Meta). Producto de ese diálogo surgió en 1985 la Unión Patriótica (UP) el movimiento político con el que esa guerrilla ingresó a la vida legal. Según el informe del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) en 1986, la UP alcanzó a ganar 325 curules en los concejos de 167 municipios, 24 alcaldías a nombre propio y muchas más en coaliciones, además de 3 Representantes a la Cámara y 2 Senadores (otras curules más en coaliciones). Pero apenas los dirigentes políticos salieron a la arena política empezaron las amenazas y los asesinatos.

En territorios como Meta, Caquetá y Guaviare, entre otros, el partido obtuvo una significativa votación. En ese sentido, cumpliendo las promesas de representación, ese éxito electoral fue uno de los detonantes de la reacción violenta por parte de las redes criminales que perpetraron su victimización . El Observatorio de Memoria y Conflicto del CNMH consolidó una base de datos de 4.153 registros sobre las principales modalidades de violencia sistemática contra los militantes de la UP entre 1984 y 2002. Por su parte, el Universo de personas dadas por desaparecidas de la UBPD reporta la desaparición forzada de 96 militantes de la UP en el oriente del país.

Unos años después de haber participado en las primeras elecciones, los dirigentes de las FARC ordenaron que ésta se desmarcara de la UP, pero ya el estigma de ser el partido de la guerrilla caía como una lápida sobre los militantes del movimiento político, muchos de los que sobrevivieron se fueron al monte a tomar las armas y otros se exiliaron.

Entre tanto, las FARC seguían expandiéndose y consolidando los territorios, radicalizando sus posiciones. Aumentaron el ingreso y reclutamiento de niños, niñas y adolescentes para engrosar sus filas y enfrentar, no solo a la Fuerza Pública, sino también a los grupos paramilitares que empezaron su avance en la década de los noventa con el argumento de su lucha antisubversiva. El país vivió un recrudecimiento del conflicto armado con las acciones de uno y otro bando con tomas guerrilleras, bombardeos de la Fuerza Pública, masacres de los paramilitares, asesinatos selectivos, desapariciones y desplazamientos.

En ese contexto cayeron miles de combatientes de todos los ejércitos -legales e ilegales- como Wilfred, el hermano de Tilzia. Se presentó mucha movilidad de jóvenes que eran trasladados por las guerrillas y los paramilitares de un lugar a otro del país, como ocurrió con él, que murió al otro extremo del país donde fue reclutado. Por eso la preocupación de los firmantes del acuerdo de adelantar la búsqueda de quienes quedaron en selvas y montañas.

Los firmantes que trabajan en esa búsqueda desde Reencuentros enfrentan muchos desafíos. El más grave es el tema de seguridad, ya que en los territorios donde deben adelantar la búsqueda hay presencia de grupos disidentes dirigidos por quienes no entregaron las armas tras la firma del Acuerdo o porque se rearmaron después de hacerlo. Las cifras del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) revelan que, al 10 de septiembre de 2025, han sido asesinadas 471 personas en proceso de reincorporación .

Otro obstáculo ha sido la dispersión de sus excompañeros de armas -por múltiples razones- lo cual impide recolectar la información. Según la Corporación Reencuentros, el 59% de las personas que la conforman han registrado riesgos contra su integridad o su vida durante el último año. Su director, John León González, denunció que el 18 de septiembre de 2025, encontró su vivienda violentada y reportó que le extrajeron un computador portátil y una cámara fotográfica de la organización, en lo que calificaron como un acto de intimidación y amenaza . Según cifras entregadas por la Corporación, a 30 de abril de 2025 se han documentado 1.128 casos de personas dadas por desaparecidas. De estos casos 969 (86%) hacen parte del proceso 062 que se adelanta con la UBPD y han sido entregados a esta entidad con el fin de aportar al avance de las investigaciones extrajudiciales. La mayoría de casos documentados han sido de personas que hicieron parte de las FARC como combatientes, seguido de civiles y en menor proporción de militares u otros actores armados.

Cronología

• 1970 (20 de enero): Nace en la vereda El Espino de Santa Rosalía (Vichada). • 1988: Ingresa al frente 36 de la guerrilla de las FARC en el sur del Meta. • 2001: Su hermano Wilfred muere en un ataque del Ejército en el Valle del Cauca. • 2012: Resulta herida y es detenida en desarrollo de la operación Armagedón adelantada por la Fuerza Pública. Allí mueren 36 guerrilleros y guerrilleras. • 2015: Recupera su libertad y se integra, junto a dos compañeras más al grupo que debía cumplir un acuerdo temprano para aportar información sobre personas desaparecidas durante el conflicto. • 2016 (24 de noviembre): Se firma el Acuerdo Final entre el Estado y las FARC. • en el Teatro Colón de Bogotá. • 2017 (julio): los hombres y mujeres buscadoras de las FARC iniciaron las capacitaciones con el CICR y Asfaddes para desarrollar sus planes piloto de búsqueda y crean la Comisión de Búsqueda de FARC. • 2022 (28 de abril): Nace la Corporación Humanitaria Reencuentros que formaliza la gestión organizativa de los firmantes de paz buscadores.

¡La búsqueda nos une! Si tienes un ser querido desaparecido o conoces la suerte o el paradero de una persona desaparecida en razón y en contexto del conflicto armado, antes del 1.º de diciembre de 2016, comunícate con la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas: https://unidadbusqueda.gov.co/ @UBPDColombia en todas las redes sociales (+57) 3162783918 servicioalciudadano@unidadbusqueda.gov.co

Referencias

Boltex. “Exguerrillera Yaritza Paniagua: De la guerra a la búsqueda de desaparecidxs”. 30 de agosto de 2021. Disponible en: https://boltxe.eus/2021/08/colombia-ex-guerrillera-yaritza-paniagua-de-la-guerra-a-la-busqueda-de-desaparecidxs/. Castrillón, Gloria. Entrevista virtual a Tilzia Naiza Quintero Ojeda, septiembre de 2025. Centro Nacional de Memoria Histórica. Todo pasó frente a nuestros ojos. El genocidio de la Unión Patriótica 1984-2002. Bogotá: CNMH, 2021. Disponible en: https://centrodememoriahistorica.gov.co/wp-content/uploads/2021/08/Todo-paso-frente-a-nuestros-2021.pdf. El Espectador. “Ex-Farc crean una corporación para buscar a desaparecidos”, 29 de abril de 2022. Disponible en: https://www.elespectador.com/colombia-20/paz-y-memoria/la-corporacion-de-busqueda-de-desaparecidos-de-las-farc/. Indepaz. Visor de asesinato a firmantes del Acuerdo de Paz en Colombia. Disponible en: https://indepaz.org.co/visor-de-asesinato-a-firmantes-del-acuerdo-de-paz-en-colombia/. Mesa de Conversaciones de La Habana, Comunicado conjunto n.º 62, 17 de octubre de 2015. Disponible en: https://bapp.com.co/documento/comunicado-conjunto-no-62/#:~:text=ALCANCE%20Y%20CONTENIDO,se%20presenta%20el%20texto%20acordado.

Créditos Investigación: Gloria Castrillón Pulido para el Banco de la República. Proyecto adelantado con el apoyo de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), septiembre de 2025.

  1. Gloria Castrillón, entrevista virtual a Tilzia Naiza Quintero Ojeda, septiembre de 2025.
  2. Ibid.
  3. Mesa de Conversaciones de La Habana, Comunicado conjunto n.º 62, 17 de octubre de 2015. Disponible en: https://bapp.com.co/documento/comunicado-conjunto-no-62/#:~:text=ALCANCE%20Y%20CONTENIDO,se%20presenta%20el%20texto%20acordado