Gladys Yolanda Montes Ovalles

Gladys Yolanda Montes Ovalles

Datos generales

Nombre	Gladys Yolanda Montes Ovalles
Fecha de nacimiento	07 de septiembre de 1957
Nacionalidad	Colombiana }}
Ocupación	Mujer buscadora y defensora de derechos humanos
Estudios universitarios	Licenciatura en Educación; estudios en Psicopedagogía y Derecho
Formación profesional	Abogada; especialista en Semiología, Desarrollo Cultural y Comunitario
País de nacimiento	Colombia }}
Ciudad de nacimiento	La Victoria, jurisdicción de Sardinata, Norte de Santander
Familia	Carlina Londoño (hija); Emperatriz Montes (hermana); Omar Alfonso Montes Ovalles (hermano)

Gladys Yolanda Montes Ovalles –a quien muchos conocen como Yolanda– es buscadora y defensora de derechos humanos en el Sarare colombiano, territorio fronterizo entre Arauca, Boyacá y Norte de Santander. Hermana de Omar Alfonso Montes Ovalles, víctima de ejecución extrajudicial y desaparición forzada en 1993, transformó la pérdida en un compromiso de vida. Cofundadora de la Asociación de Familiares de Víctimas de Desaparición Forzada del Sarare (Asofavida), ha tejido un archivo comunitario con más de 240 casos, que funciona como herramienta ética, técnica y política de exigencia. Referente para otras mujeres buscadoras, las acompaña como una baquiana en caminos de verdad y memoria. Su voz, junto a la de sus compañeras, ha resonado en cementerios, rituales, aulas y siembras: “¿Qué hemos hecho las víctimas? Levantarle la piel al territorio… para mirar qué es lo que hay por dentro”.

Ficha de la mujer buscadora y su búsqueda

Campo	Información
Región / Macrorregional UBPD	Oriente
Departamento y municipio de origen	Arauca, Saravena
Vereda / Barrio	Barrio Seis de Octubre
Nombre del ser querido desaparecido	Omar Alfonso Montes Ovalles
Relación	Hermana
Estado de la búsqueda	La familia recuperó el cuerpo de Omar entre las veredas de Daitó y Sisvaca en el municipio de Aquitania (Boyacá) y lo enterró dignamente.
Organización a la que pertenece	Asofavida – Asociación de Familiares de Víctimas de Desaparición Forzada del Sarare

Biografía

I. Aspectos generales de la mujer

Nació el 7 de septiembre de 1957 en La Victoria, jurisdicción del municipio de Sardinata (Norte de Santander). Su infancia estuvo marcada por el desarraigo: huyendo de la violencia partidista que enfrentaba a liberales y conservadores, la familia se desplazó primero a Chimila (Cesar), y luego a Saravena (Arauca), donde sus padres participaron en la fundación del municipio, experiencia que sembró en ella un profundo sentido de pertenencia y compromiso con el territorio. En su casa aún cuelga la placa que los reconoce como fundadores.

Licenciada en educación, psicopedagoga, abogada y especialista en semiología, desarrollo cultural y comunitario, estudió Derecho como acto político: “No era sólo por mí, sino por las otras mujeres que no sabían a qué puerta tocar”. Comprender el lenguaje institucional le permitió disputar narrativas y acompañar a otras víctimas.

En 1986, a los 29 años, fue designada alcaldesa de Saravena por la Unión Patriótica (UP), en el marco de la política de delegación de alcaldías del gobierno del entonces presidente Virgilio Barco (1986-1990), en uno de los pocos momentos en que ese proyecto político accedió a cargos locales antes de la persecución violenta.

Su vida ha estado atravesada por la lucha, la estigmatización y la resistencia. Su visión política –anclada en la justicia social, la dignidad y el trabajo colectivo– se encarna en decisiones cotidianas: desde exigir contrataciones locales hasta crear archivos comunitarios como actos de soberanía.

Su historia no se cuenta en singular. Su hija, Carlina Londoño, creció entre búsquedas y hoy es docente comprometida con los derechos humanos. Su hermana, Emperatriz, dirige la institución educativa donde se sembró el Bosque Humanitario. Juntas encarnan una pedagogía viva de la memoria. A su lado caminan también las compañeras de Asofavida, entre ellas Zoraida Forero, autora del poema Olor a sándalo, emblema de la asociación: “Somos como el sándalo […] es el único que perfuma con su olor mientras lo cortan”.

II. Caso específico de búsqueda

El hermano de Yolanda, Omar Alfonso Montes Ovalles, se vinculó a la UP y se dedicó a hacer proselitismo en Boyacá, convencido de que el país necesitaba abrir rutas democráticas después de la Constituyente de 1991. En su familia lo recuerdan como un compañero de afinidades, muy cercano a Yolanda, con quien compartía discusiones políticas y sueños de transformación. Esa apuesta, en un contexto marcado por el Baile Rojo–operación de exterminio selectivo contra militantes de la UP–, lo convirtió en blanco de la persecución estatal y paraestatal.

El 11 de junio de 1993, un familiar escuchó en la radio que había sido “dado de baja en combate”. La Alcaldía negó la noticia, pero pronto se supo de una masacre en las veredas de Daitó y Sisvaca, atribuida a unidades del Batallón Silva Plazas en alianza con paramilitares. Sin apoyo estatal, fue la familia la que se organizó, alquiló una retroexcavadora y, con campesinos de la zona, recuperó cinco cuerpos; el único reconocible era Omar. Tenía 27 años al momento de su muerte. Lo sepultaron en el cementerio de Sogamoso en una ceremonia digna. Esa acción permitió rescatar su nombre del anonimato y evitar que pasara a engrosar la larga lista de personas que aún no han sido encontradas.

Ese momento fue un punto de quiebre para Yolanda. Ante la tumba de su hermano le hizo una promesa solemne: dedicar su vida a la defensa de los derechos humanos y a la búsqueda de las personas. Desde entonces, su búsqueda trascendió lo familiar: comenzó a desmontar el “algo estaría haciendo” con el que se ha pretendido justificar las ejecuciones extrajudiciales, y a abrir caminos colectivos de memoria y dignidad.

III. ¿Qué hace particular su búsqueda?

1. Hitos: aspectos a resaltar

Desde la fundación de Asofavida, que nació de procesos comunitarios en la década de 2000 y se constituyó jurídicamente en 2019, Yolanda ha acompañado a 240 núcleos familiares –casi todos encabezados por mujeres– e impulsado un proceso que combina documentación rigurosa con acción política, pedagógica y territorial.

En Asofavida se definen como “bambú”: flexibles pero firmes. Con presencia en Arauca, Cubará (Boyacá) y Toledo (Norte de Santander), han tejido alianzas con instituciones y organizaciones sin perder autonomía ni principios. La asociación ha acompañado entregas dignas y ha elaborado informes para la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), la Justicia Especial para la Paz (JEP) y la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición (CEV).

Uno de sus hitos es el Bosque Humanitario, creado en el terreno donde antes había un basurero. A 2025, 110 árboles de yopo, cada uno con una placa con un nombre, crecen como archivo, aula y camposanto simbólico: “Fueron nuestras manos, nuestros sueños, regados con nuestras lágrimas”. El árbol de Omar, como el de tantas otras personas, da sombra a quienes caminan por ese bosque. Hoy es lugar de duelo y encuentro: estudiantes, familias y visitantes llegan para recorrerlo, escuchar relatos y participar en rituales de memoria.

En 2014 integró la Mesa de Participación de Víctimas en La Habana, contribuyendo al desarrollo del Punto 5 del Acuerdo de Paz. Desde entonces, su visión de la búsqueda ha ido más allá de localizar cuerpos: se trata de construir un buen vivir. Ha defendido el ordenamiento territorial en torno al agua, la reparación ambiental y la transformación de Arauca de un “laboratorio de guerra” en un territorio de paz: “La paz es un proyecto ideológico de quienes hemos sufrido la guerra”. Esa apuesta vital se ha mantenido firme incluso en escenarios de riesgo. Como ella misma lo plantea, el paso de un proyecto necrófilo a uno biófilo implica “volver a pensar la vida desde un proyecto esperanzador […] porque no queremos que ninguna mujer repita la historia nuestra”.

En 2024, Asofavida fue reconocida con el Premio Franco-Alemán de Derechos Humanos “Antonio Nariño”, distinción que celebró el trabajo colectivo y la dignidad con que han sostenido la búsqueda.

2. Acentos

Su enfoque es integral: combina herramientas jurídicas, acompañamiento emocional, rigor investigativo y producción de conocimiento desde la experiencia propia. El archivo comunitario de Asofavida reúne testimonios, pruebas genéticas y trámites ante distintas entidades. Han creado también cartografías sociales, cuadernos de memoria, murales, rituales y un libro colectivo escrito por las propias integrantes, un proceso reparador que ha fortalecido el tejido comunitario, abierto caminos para nuevas generaciones de buscadoras y afirmado un “nosotras” robusto. Para Yolanda, el horizonte es claro: iluminar el camino a nuevas buscadoras y buscadores, para que la misión de verdad y dignidad no se apague. La recuperación de Omar, lograda con sus propias manos, es la brújula ética que orienta cada paso.

IV. Contextos y circunstancias de la desaparición y la búsqueda

La desaparición de Omar Alfonso Montes Ovalles se inscribe en el universo de casos documentados por la UBPD en la región del Sarare, que registra 1.216 personas dadas por desaparecidas entre 1972 y 2016. Este territorio fronterizo entre Arauca, Boyacá y Norte de Santander ha sido identificado como una zona estratégica, atravesada por oleoductos, cultivos de pancoger y corredores hacia Venezuela, lo que lo convirtió en escenario de disputa entre las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la Fuerza Pública y, posteriormente, grupos paramilitares.

En los primeros años de la década de 1990, el recrudecimiento de las operaciones militares y la presión simultánea de distintos actores armados golpearon con fuerza a la población civil. La confrontación entre las FARC y el ELN, sumada a la ofensiva estatal, derivó en hostigamientos, masacres y desapariciones. Según avances del Plan Regional de Búsqueda del Sarare, en 1993 se registraron 36 casos de desaparición en la región, 14 de ellos en el municipio de Saravena. En el mismo periodo (1989-1994), se documentaron 46 enfrentamientos entre la Fuerza Pública –Ejército o Policía– y las guerrillas, tras los cuales 108 personas fallecidas permanecieron sin identificar.

En ese contexto se produjo la masacre de las veredas Daitó y Sisvaca, en junio de 1993, en la que fueron asesinados Omar Alfonso Montes Ovalles, Julio Bogotá Bogotá (hombre indígena) y un campesino sin identificar. Este hecho evidenció tanto la sevicia con que actuaban las unidades militares como la práctica posterior de manipular los cuerpos para encubrir ejecuciones extrajudiciales bajo la narrativa del “muerto en combate”.

La experiencia de tener que exhumar con sus propias manos a su ser querido hizo visible una práctica extendida en la región: la negación estatal frente a las ejecuciones extrajudiciales y la carga que recayó en las familias para rescatar la dignidad de los suyos.

Buscar es desafiar el miedo, sostener la esperanza y resistir al olvido. “Nuestras voces… ya no somos solo una polifonía, sino una sinfonía de voces que reclama verdad, justicia, reparación y no repetición”. Su búsqueda ha sido siempre colectiva. Después de una vida entera entre siembras, búsquedas y memorias, Yolanda encarna la resistencia de una generación que se negó a quebrarse. Sueña con un lugar donde la verdad sea raíz y camino, y donde buscar ya no sea necesario.

Cronología

• 1957 (7 de septiembre): Nace en La Victoria, Sardinata (Norte de Santander).
• 1960 Década de 1960: Su familia se traslada a Saravena y participa en la fundación del municipio.
• 1986 : Es designada alcaldesa de Saravena por la Unión Patriótica.
• 1993 (11 de junio): Su hermano Omar es ejecutado extrajudicialmente y desaparecido en Aquitania (Boyacá). La familia ubica y recupera su cuerpo, realizando una ceremonia digna en Sogamoso
• 1990 Década de 1990: Se vincula al Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos, capítulo Arauca.
• 2000 Década de 2000: Inicia el acompañamiento a otros casos de desaparición forzada.
• 2014 : Participa en la Mesa de Participación de Víctimas en La Habana.
• 2017 (30 de agosto): Primer encuentro anual de Asofavida en el Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada.
• 2019 : Constitución jurídica de Asofavida.
• 2020 : Entrega de un informe de 71 casos a la Comisión de la Verdad y la UBPD.
• 2021–2022 : Inicio de la siembra de árboles del Bosque Humanitario.
• 2024 (diciembre): Premio Franco-Alemán de Derechos Humanos “Antonio Nariño”.
• 2025 : Coordinación de un libro colectivo con mujeres buscadoras.

¡La búsqueda nos une!

Si tienes un ser querido desaparecido o conoces la suerte o el paradero de una persona desaparecida en razón y en contexto del conflicto armado, antes del 1.º de diciembre de 2016, comunícate con la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas:

Unidad de Búsqueda de personas dadas por desaparecidas

@UBPDColombia en todas las redes sociales

(+57) 3162783918

servicioalciudadano@unidadbusqueda.gov.co

Véase también

• Eliana Esther Sierra Ortiz
• Liliana Bustos Bohórquez
• Dominga Rincón Rincón
• Libia Ospina Criollo
• Temilda Vanegas Fuentes
• Rocío Campos Pérez
• Luz Marina Hache Contreras
• Sandiego Zambrano Palencia
• Carmelina Valencia Moncayo
• Rumalda Paternina Oviedo
• Adriana Patricia Quintero Úsuga
• Doria Yanette Bautista Montañez
• María del Carmen Guerra Villazón

Bibliografía

Créditos Investigación: Nathalia Salamanca Sarmiento para el Banco de la República. Proyecto adelantado con el apoyo de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), septiembre de 2025.