Diferencia entre revisiones de «¿Qué sabemos del Puente de Boyacá?»
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[[Archivo:001 SITIOS 1 CAMPO BOYACA fc corografica 40.jpg|miniaturadeimagen|derecha|alt=Acuarela de un paisaje montañoso. En texto manuscrito dice: Tunja. Vista del territorio donde se dio la acción de Boyacá, la quedio libertad al país. Acuarela. Comisión Corográfica. Biblioteca Nacional de Colombia.|Tunja. Vista del territorio donde se dio la acción de Boyacá, la quedio libertad al país. Acuarela. Comisión Corográfica. Biblioteca Nacional de Colombia.]] | |||
No es uno, no son dos, son cuatro los puentes que cruzan un pequeño río que hoy llamamos Teatinos, en un paraje donde el 7 de agosto de 1819 tuvo lugar la que conocemos como Batalla de Boyacá, a la que también se le llama Batalla del Puente de Boyacá. Los dos mayores de ellos son los que forman el tramo de la Carretera Central del Norte que pasa elevado sobre el campo. El primero fue construido en la década de 1950 bajo el gobierno del general [[Gustavo Rojas Pinilla]]. Paralelo a este se levantó una segunda calzada, inaugurada en diciembre de 2016, con lo que se llamó un “puente adosado”, es decir, contiguo y unido al existente, de 75 metros de longitud. Esta obra generó una enorme discusión por los evidentes daños que sufrió el campo en su vegetación, su fauna y su paisaje. Obviamente, este conjunto de dos puentes facilitó la comunicación entre Bogotá y Tunja, pero no tiene nada que ver con la célebre batalla. | No es uno, no son dos, son cuatro los puentes que cruzan un pequeño río que hoy llamamos Teatinos, en un paraje donde el 7 de agosto de 1819 tuvo lugar la que conocemos como Batalla de Boyacá, a la que también se le llama Batalla del Puente de Boyacá. Los dos mayores de ellos son los que forman el tramo de la Carretera Central del Norte que pasa elevado sobre el campo. El primero fue construido en la década de 1950 bajo el gobierno del general [[Gustavo Rojas Pinilla]]. Paralelo a este se levantó una segunda calzada, inaugurada en diciembre de 2016, con lo que se llamó un “puente adosado”, es decir, contiguo y unido al existente, de 75 metros de longitud. Esta obra generó una enorme discusión por los evidentes daños que sufrió el campo en su vegetación, su fauna y su paisaje. Obviamente, este conjunto de dos puentes facilitó la comunicación entre Bogotá y Tunja, pero no tiene nada que ver con la célebre batalla. | ||
Revisión del 15:55 8 ago 2024
No es uno, no son dos, son cuatro los puentes que cruzan un pequeño río que hoy llamamos Teatinos, en un paraje donde el 7 de agosto de 1819 tuvo lugar la que conocemos como Batalla de Boyacá, a la que también se le llama Batalla del Puente de Boyacá. Los dos mayores de ellos son los que forman el tramo de la Carretera Central del Norte que pasa elevado sobre el campo. El primero fue construido en la década de 1950 bajo el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla. Paralelo a este se levantó una segunda calzada, inaugurada en diciembre de 2016, con lo que se llamó un “puente adosado”, es decir, contiguo y unido al existente, de 75 metros de longitud. Esta obra generó una enorme discusión por los evidentes daños que sufrió el campo en su vegetación, su fauna y su paisaje. Obviamente, este conjunto de dos puentes facilitó la comunicación entre Bogotá y Tunja, pero no tiene nada que ver con la célebre batalla.
El tercer puente es el que aparece en las postales, en estampillas y en la promoción turística del departamento de Boyacá. Es el llamado “Puente Histórico”, que tiene más de adorno que de histórico. Es un pequeño puente construidos sobre un arco semicircular y con dos tableros que se unen formando un ángulo. Un ángulo demasiado agudo como para que hubiera servido alguna vez de puente en un camino importante. Todavía hace falta investigar más y ser más precisos sobre la historia de este “Puente Histórico”, pero según las mejores fuentes se construyó “al estilo español” alrededor de 1939, bajo la presidencia de Eduardo Santos. Claramente este tampoco fue el “Puente de Boyacá” de la batalla.
¿Cuál fue el verdadero “Puente de la Batalla de Boyacá”?
Cualquiera supondría que el puente original debió haber sido una endeble construcción de grandes vigas de madera cubiertas con barro que, en el mejor de los casos, unirían dos estribos de piedra hechos en las dos márgenes del río. Por obvia conjetura, el puente debió haberse derrumbado al podrirse la madera. Esto seguramente era lo que pasaba al aproximarse el año de 1919, cuando se celebró el primer centenario de la Batalla de Boyacá. Por supuesto, había que tener un puente decente, o al menos un puente, para las celebraciones, y este en efecto se construyó sobre unos estribos que ya existían, no días antes, sino el mismo 7 de agosto de 1919, en presencia del señor presidente de la República, Marco Fidel Suárez, del señor arzobispo y demás autoridades civiles, militares y eclesiásticas. Se reemplazaron los durmientes del puente y se pusieron barandas. Una bella fotografía de la década de 1930 muestra el resultado. El puentecito no era nada monumental; por el contrario, era muy modesto, y terminó reemplazado veinte años después por el puente de “estilo español” que adorna el sitio.
¿Cuál es el cuarto y último puente?
Es uno del que nadie habla y parece estar allí haciendo estorbo. Hoy solo se le describe como el puente original de la Carretera Central del Norte, que precedió al que ordenó construir el general Rojas Pinilla en la década de 1950, y que actualmente forma parte de las vías internas del parque que allí se construyó. Pues bien, es el puente más antiguo y venerable de todos los que hoy existen allí. Sin duda es el mismo que aparece en una acuarela de 1850 hecha por el venezolano Carmelo Fernández como parte de los trabajos de la Comisión Corográfica. Es un puente construido en piedra sobre un arco semicircular, con amplias extensiones en sus dos extremos para permitir salvar la gran abertura en cuyo fondo corre el río Teatinos. ¿Cuándo se hizo? No lo sabemos, aunque no sería muy difícil investigarlo. Manuel Ancízar, secretario de la Comisión Corográfica, dice en su libro Peregrinación de Alpha, crónica de las primeras expediciones de la empresa, lo siguiente: “el antiguo puente, centro del conflicto, ha desaparecido; y el nuevo, en cuyas pilastras se tenía la idea de inscribir los nombres de los libertadores, permanece raso y sin concluir”. Entonces, según Ancízar, este no era el puente original. Sin embargo, en la acuarela de Fernández no aparecen ningunos estribos que hubieran podido servir a ese puente original, que probablemente nunca existió. Cabría pensar que ese puente “nuevo” data de fines del siglo XVIII o principios del XIX, todavía bajo dominio español. El camino de Bogotá a Tunja era, desde la época colonial, uno de los más importantes del Nuevo Reino de Granada, pues comunicaba a Bogotá con Venezuela, por las provincias de Tunja y Pamplona. Sirvió, como el Puente del Común, en Chía, para el paso de vehículos livianos y pesados, incluidos buses y camiones, en el caso de este puente, hasta 1975, cuando se le declaró monumento nacional.
Es lógico pensar que este puente no debió ser tan humilde. Pero ¿Se libró la batalla del Puente de Boyacá en el Puente de Boyacá? Realmente no. Las imágenes más antiguas que conocemos de la Batalla de Boyacá muestran un barullo de soldados, caballos, humo y pequeñas casas, y entre ellas se destacan un dibujo de un oficial británico que participó en la batalla, y un óleo célebre de José María Espinosa, quien no fue testigo presencial pero fue el encargado, por el gobierno nacional, de pintar las batallas de la independencia, lo cual hizo hacia la década de 1860. Y no, no hay ningún puente en estas imágenes.
En verdad lo que sucedió, según todas las fuentes, fue que el ejército realista, comandado por el brigadier José María Barreiro, estaba descansando después de almorzar en los alrededores de un sitio conocido como “Casa de Teja” o “Casa de Postas”, en medio de su marcha hacia la capital del virreinato. En esta casa había un cruce de dos caminos, el de Samacá y el de Tunja hacia Bogotá. La casa quedaba a cierta distancia del puente, y fue ese el terreno donde se llevó a cabo la batalla. Tanto los realistas como los patriotas, comandados por Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, tenían el objetivo de llegar a la capital, cruzando el puente sobre el río Teatinos. El puente era el objetivo, pero no fue precisamente el lugar de la batalla.
¿Por qué se llamó Batalla de Boyacá?
Porque se libró cerca a un pueblo que se llamaba, y todavía se llama, Boyacá, entre Tunja y Ventaquemada. Además, el río no se llamaba allí Teatinos, sino Boyacá. Y no hablemos tanto de los nombres, porque el Teatinos tiene varios. Desde su nacimiento se le llamó Boyacá, pero algo más adelante se le llamaba Jenesano, y después Tibaná, para cambiar después su nombre por el de Garagoa. No es un río de poca monta, pues no solo es una de las principales fuentes de agua de Tunja, sino que en su parte baja forma el embalse de Chivor, uno de los más importantes del país. Muy a principios de la época republicana, después de la Constitución de 1821, el territorio recibió el nombre de Departamento de Boyacá, para perderlo después de la disolución de la Gran Colombia y llamarse simplemente Provincia de Tunja. En 1857, al crearse los Estados Unidos de Colombia, se formó el Estado Soberano de Boyacá, que luego de la Constitución de 1886 pasó a llamarse Departamento de Boyacá, que aún conserva.
Tal es la historia del Puente de Boyacá, que todavía no tenemos muy clara, pero que nos revela aspectos interesantes y poco conocidos de la historia de la Independencia Nacional. La Batalla de Boyacá liberó del yugo español a una parte importante del territorio, incluida la capital. Todavía faltaba la mayor parte del territorio, y la guerra de Independencia habría de tomar al menos cuatro años más.
Créditos
Artículo escrito por Efraín Sánchez, historiador. para La Enciclopedia de Banrepcultural. Agosto 7 de 2024.