Diferencia entre revisiones de «Alicia Barney Caldas»

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Respecto a esa primera exposición, Barney ha evidenciado la resistencia del público a nuevas propuestas artísticas, lo cual expresaban sin ningún tipo de respeto, pues, tal como afirma la artista, dejaban insultos pegados a la obra o alrededor de ella. Este gesto de incomprensión evidenciaba el carácter innovador de la artista, quien a partir de su primera exhibición pasó a hacer parte del grupo de jóvenes creadores que renovaban la escena artística nacional al trabajar con materiales y elementos tomados de una cotidianidad marginal. Esto se consolidó con su inclusión en la quinta versión del [https://www.mambogota.com/actividad/archivo-fotografico-arte-colombiano/ Salón Atenas en el Museo de Arte Moderno] de Bogotá en 1979, en donde expuso uno de sus diarios objetos, esta vez Bocagrande I y II. Si bien sus obras ya habían sido criticadas en Cali por su carácter completamente incomprensible para el público, en Bogotá las críticas se tornaron aún más fuertes, pues Marta Traba, quien había ejercido el protagonismo y dirección de las artes en el país desde la década del cincuenta, se pronunció completamente en contra de la dirección que estaban dando los nuevos curadores al arte colombiano:  
Respecto a esa primera exposición, Barney ha evidenciado la resistencia del público a nuevas propuestas artísticas, lo cual expresaban sin ningún tipo de respeto, pues, tal como afirma la artista, dejaban insultos pegados a la obra o alrededor de ella. Este gesto de incomprensión evidenciaba el carácter innovador de la artista, quien a partir de su primera exhibición pasó a hacer parte del grupo de jóvenes creadores que renovaban la escena artística nacional al trabajar con materiales y elementos tomados de una cotidianidad marginal. Esto se consolidó con su inclusión en la quinta versión del [https://www.mambogota.com/actividad/archivo-fotografico-arte-colombiano/ Salón Atenas en el Museo de Arte Moderno] de Bogotá en 1979, en donde expuso uno de sus diarios objetos, esta vez Bocagrande I y II. Si bien sus obras ya habían sido criticadas en Cali por su carácter completamente incomprensible para el público, en Bogotá las críticas se tornaron aún más fuertes, pues [[Marta Traba]], quien había ejercido el protagonismo y dirección de las artes en el país desde la década del cincuenta, se pronunció completamente en contra de la dirección que estaban dando los nuevos curadores al arte colombiano:  


“''No es ajeno a ello el tono dominante que ha ido tomando el arte colombiano en manos de Eduardo Serrano en el Museo de Arte Moderno de Bogotá, de Miguel González en Cali, de Álvaro Barrios en Barranquilla, y de Alberto Sierra en Medellín, quienes han apoyado lo que consideran vanguardia. Es decir, el empleo de sistemas diferentes a los soportes tradicionales de pintura, escultura y gráfica, de un modo tan entusiasta y excluyente, como para descorazonar a todo aquel que se atreva a disentir''” (Citado por González en entrevista con Wills, 2016)
“''No es ajeno a ello el tono dominante que ha ido tomando el arte colombiano en manos de Eduardo Serrano en el Museo de Arte Moderno de Bogotá, de Miguel González en Cali, de Álvaro Barrios en Barranquilla, y de Alberto Sierra en Medellín, quienes han apoyado lo que consideran vanguardia. Es decir, el empleo de sistemas diferentes a los soportes tradicionales de pintura, escultura y gráfica, de un modo tan entusiasta y excluyente, como para descorazonar a todo aquel que se atreva a disentir''” (Citado por González en entrevista con Wills, 2016)
De este modo, se dejaba de lado el resultado formal que se consolidaba en una pintura, escultura o gráfica, para dar lugar al arte de proceso, en el que lo importante no eran las soluciones formales sino las ideas. Entonces, Barney quedó inscrita en las producciones artísticas resultado de preguntas conceptuales. Por esta razón, Álvaro Barrios la incluyó en Arte para los años ochenta, exposición inaugurada en 1980.  
De este modo, se dejaba de lado el resultado formal que se consolidaba en una pintura, escultura o gráfica, para dar lugar al arte de proceso, en el que lo importante no eran las soluciones formales sino las ideas. Entonces, Barney quedó inscrita en las producciones artísticas resultado de preguntas conceptuales. Por esta razón, Álvaro Barrios la incluyó en Arte para los años ochenta, exposición inaugurada en 1980.  
A pesar de la resistencia del público y de algunas instancias del campo del arte, la obra de Barney fue de nuevo reconocida en 1980, cuando le fue otorgado el Primer Premio del III Salón Regional de Artes Visuales en Cali por la misma obra con la que había participado en el Salón Atenas. Ese mismo año, se atrevió a hacer algo que ningún artista se había propuesto durante los últimos años en los que la voz cantante de los diferentes gobiernos promulgaba que el desarrollo económico del país estaba en la explotación de sus recursos naturales y la industrialización. Decidió hacerle caso a su olfato que quería saber de dónde provenía el olor nauseabundo que rodeaba la finca de su familia y la de muchas otras familias en Yumbo y fue preguntando de tanto en tanto la razón del olor, a lo que las personas le respondían con naturalidad: “''Es que Yumbo huele así''”. ¿Qué era lo que olía así en la capital industrial del Valle del Cauca y había sido naturalizado por los residentes del lugar? Esta pregunta fue el punto de partida para Yumbo (1980) una de sus obras más emblemáticas que fue expuesta por primera vez en el Museo de Arte Moderno La Tertulia en 1980, a donde llegaron agentes del DAS, debido a que su obra era, sin decirlo directamente, una denuncia a la cementera que existía en el municipio desde la década del cuarenta:  
A pesar de la resistencia del público y de algunas instancias del campo del arte, la obra de Barney fue de nuevo reconocida en 1980, cuando le fue otorgado el Primer Premio del III Salón Regional de Artes Visuales en Cali por la misma obra con la que había participado en el Salón Atenas. Ese mismo año, se atrevió a hacer algo que ningún artista se había propuesto durante los últimos años en los que la voz cantante de los diferentes gobiernos promulgaba que el desarrollo económico del país estaba en la explotación de sus recursos naturales y la industrialización. Decidió hacerle caso a su olfato que quería saber de dónde provenía el olor nauseabundo que rodeaba la finca de su familia y la de muchas otras familias en Yumbo y fue preguntando de tanto en tanto la razón del olor, a lo que las personas le respondían con naturalidad: “''Es que Yumbo huele así''”. ¿Qué era lo que olía así en la capital industrial del Valle del Cauca y había sido naturalizado por los residentes del lugar? Esta pregunta fue el punto de partida para Yumbo (1980) una de sus obras más emblemáticas que fue expuesta por primera vez en el Museo de Arte Moderno La Tertulia en 1980, a donde llegaron agentes del DAS, debido a que su obra era, sin decirlo directamente, una denuncia a la cementera que existía en el municipio desde la década del cuarenta:  


Uno los reconocía por la ropa que llevaban, las camisitas y los pantalones de dril. Eran tres tipos y empezaron a rodearme y a atacarme. La única salida que tuve fue decirles que ese aire contaminado no era solo de Yumbo sino que el aire circula y que toda esa polución se iría viajando hacia las islas de los dueños de Cementos del Valle. De repente se callaron y se fueron. Es que ser ambientalista es un acto subversivo para muchos. Más en esa época. Por eso se habla de ambientalistas radicales (Barney, 2015).  
Uno los reconocía por la ropa que llevaban, las camisitas y los pantalones de dril. Eran tres tipos y empezaron a rodearme y a atacarme. La única salida que tuve fue decirles que ese aire contaminado no era solo de Yumbo sino que el aire circula y que toda esa polución se iría viajando hacia las islas de los dueños de Cementos del Valle. De repente se callaron y se fueron. Es que ser ambientalista es un acto subversivo para muchos. Más en esa época. Por eso se habla de ambientalistas radicales (Barney, 2015).  
Al año siguiente, siendo ya docente de la Universidad del Cauca, Barney conformó un equipo interdisciplinar con un biólogo y un fotógrafo con quienes viajó a distintos puntos del Río Cauca para tomar muestras de su agua y denunciar su contaminación, lo que originó la obra Río Cauca. Cuando exhibió la pieza, fue criticada duramente por sus estudiantes, quienes aún ignoraban los procedimientos empleados que posteriormente, vincularían la práctica artística con la  etnografía. Si bien no se puede afirmar que sus obras fueran el resultado de una rigurosidad científica, tomó elementos de la investigación para hacer de su obra un documento de denuncia.
Al año siguiente, siendo ya docente de la Universidad del Cauca, Barney conformó un equipo interdisciplinar con un biólogo y un fotógrafo con quienes viajó a distintos puntos del Río Cauca para tomar muestras de su agua y denunciar su contaminación, lo que originó la obra Río Cauca. Cuando exhibió la pieza, fue criticada duramente por sus estudiantes, quienes aún ignoraban los procedimientos empleados que posteriormente, vincularían la práctica artística con la  etnografía. Si bien no se puede afirmar que sus obras fueran el resultado de una rigurosidad científica, tomó elementos de la investigación para hacer de su obra un documento de denuncia.
Entre 1981 y 1982 produjo El ecológico, un periódico conformado por diez ediciones únicas, cada uno conformada por cuarenta páginas originales de las editoriales de diferentes periódicos del país que, durante largo tiempo Barney estuvo recolectando. Le pidió a Jorge Cachiotis, un estudiante de historia, que clasificara el material por temas opuestos y de acuerdo a su forma de entender el estado en el que se encontraban los veinte temas en los que el estudiante había clasificado el material, puso los títulos Especies en peligro de extinción y Especies sin peligro de extinción en sellos con tinta verde. Entre los temas se encontraban costumbres tradicionales, campesinos, animales, diversidad humana, árboles, agua, mar, arquitectura, paisaje, alimentos frescos, alimentos enlatados, energía atómica, energía limpia, mujer como objeto y mujer como individuo.   
Entre 1981 y 1982 produjo El ecológico, un periódico conformado por diez ediciones únicas, cada uno conformada por cuarenta páginas originales de las editoriales de diferentes periódicos del país que, durante largo tiempo Barney estuvo recolectando. Le pidió a Jorge Cachiotis, un estudiante de historia, que clasificara el material por temas opuestos y de acuerdo a su forma de entender el estado en el que se encontraban los veinte temas en los que el estudiante había clasificado el material, puso los títulos Especies en peligro de extinción y Especies sin peligro de extinción en sellos con tinta verde. Entre los temas se encontraban costumbres tradicionales, campesinos, animales, diversidad humana, árboles, agua, mar, arquitectura, paisaje, alimentos frescos, alimentos enlatados, energía atómica, energía limpia, mujer como objeto y mujer como individuo.   



Revisión actual - 12:20 19 nov 2024

Otros idiomas:
Alicia Barney Caldas
Datos generales
Nombre Alicia Barney Caldas
Fecha de nacimiento 28 de noviembre de 1952
Nacionalidad Colombiana Bandera de Colombia }}
Ocupación Artista
Formación profesional Arts del College of New Rochelle y Master of Fine Arts Pratt Institute en Nueva York
País de nacimiento Colombia Bandera de Colombia }}
Ciudad de nacimiento Cali


Alicia Barney Caldas es una artista colombiana nacida en Cali el 28 de noviembre de 1952. En 1974 obtuvo el título de Bachelor of Fine Arts del College of New Rochelle y Master of Fine Arts Pratt Institute en Nueva York. Su trabajo desempeña un lugar relevante dentro de la historia del arte colombiano puesto que, durante la década de los ochentas, fue una pionera al abordar problemáticas medioambientales con procedimientos propios del conceptualismo, el land art y el arte ecológico. Barney es una artista transgresora, quien, a pesar de los cuestionamientos y la falta de reconocimiento, continuó desarrollando su obra, respondiendo a su convicción personal.

Biografía

Trayectoria artística

Alicia Barney se formó durante la década del setenta en Nueva York, lo que le permitió conocer de primera mano las discusiones teóricas que propiciaron uno de los principios del arte contemporáneo, la desmaterialización de la obra de arte. Este conocimiento le permitió comprender la emblemática exposición Ecological Art, que tuvo lugar en 1969 en la Galería Gibson, donde Christo, Hutchinson y Oldenburg presentaron sus trabajos dentro de esta corriente reflexiva.

Al terminar sus estudios, Barney decidió regresar a la capital vallecaucana para desarrollar su trabajo profesional. A su llegada, se contactó con Miguel González quien, sin dudarlo, propició que realizara su primera exposición en Colombia en la Universidad del Valle, tal como lo refiere el mismo González en entrevista con María Wills:

Alicia Barney hizo su primera exposición individual en Colombia, en la Universidad del Valle cuando yo estaba dirigiendo las exposiciones ahí, que era sobre el “Diario objeto”. Algo totalmente diferente a lo que se había visto antes. Me llamo Benjamín Barney, (que se había casado con María de la Paz Jaramillo), y yo estaba ya en la Universidad del Valle, y me dijo” “Mire, yo tengo una hermana que hace escultura, y que se vino a vivir a Cali después de estudiar en EE.UU. Entonces yo me imaginaba pues unas porcelanas, unas bailarinas, unos bustos, pero dije no me voy a meter en un lío aquí con Benjamín y le dije que viniera a mostrarme su trabajo (…) Y entonces apareció ella con su portafolio, con todas sus basuras colgadas, ¿no? Y todas esas cosas que para Colombia eran rarísimas, entonces yo le dije ¿Cuándo quiere la exposición?”. (Wills, 2016).

Respecto a esa primera exposición, Barney ha evidenciado la resistencia del público a nuevas propuestas artísticas, lo cual expresaban sin ningún tipo de respeto, pues, tal como afirma la artista, dejaban insultos pegados a la obra o alrededor de ella. Este gesto de incomprensión evidenciaba el carácter innovador de la artista, quien a partir de su primera exhibición pasó a hacer parte del grupo de jóvenes creadores que renovaban la escena artística nacional al trabajar con materiales y elementos tomados de una cotidianidad marginal. Esto se consolidó con su inclusión en la quinta versión del Salón Atenas en el Museo de Arte Moderno de Bogotá en 1979, en donde expuso uno de sus diarios objetos, esta vez Bocagrande I y II. Si bien sus obras ya habían sido criticadas en Cali por su carácter completamente incomprensible para el público, en Bogotá las críticas se tornaron aún más fuertes, pues Marta Traba, quien había ejercido el protagonismo y dirección de las artes en el país desde la década del cincuenta, se pronunció completamente en contra de la dirección que estaban dando los nuevos curadores al arte colombiano:

No es ajeno a ello el tono dominante que ha ido tomando el arte colombiano en manos de Eduardo Serrano en el Museo de Arte Moderno de Bogotá, de Miguel González en Cali, de Álvaro Barrios en Barranquilla, y de Alberto Sierra en Medellín, quienes han apoyado lo que consideran vanguardia. Es decir, el empleo de sistemas diferentes a los soportes tradicionales de pintura, escultura y gráfica, de un modo tan entusiasta y excluyente, como para descorazonar a todo aquel que se atreva a disentir” (Citado por González en entrevista con Wills, 2016)

De este modo, se dejaba de lado el resultado formal que se consolidaba en una pintura, escultura o gráfica, para dar lugar al arte de proceso, en el que lo importante no eran las soluciones formales sino las ideas. Entonces, Barney quedó inscrita en las producciones artísticas resultado de preguntas conceptuales. Por esta razón, Álvaro Barrios la incluyó en Arte para los años ochenta, exposición inaugurada en 1980. A pesar de la resistencia del público y de algunas instancias del campo del arte, la obra de Barney fue de nuevo reconocida en 1980, cuando le fue otorgado el Primer Premio del III Salón Regional de Artes Visuales en Cali por la misma obra con la que había participado en el Salón Atenas. Ese mismo año, se atrevió a hacer algo que ningún artista se había propuesto durante los últimos años en los que la voz cantante de los diferentes gobiernos promulgaba que el desarrollo económico del país estaba en la explotación de sus recursos naturales y la industrialización. Decidió hacerle caso a su olfato que quería saber de dónde provenía el olor nauseabundo que rodeaba la finca de su familia y la de muchas otras familias en Yumbo y fue preguntando de tanto en tanto la razón del olor, a lo que las personas le respondían con naturalidad: “Es que Yumbo huele así”. ¿Qué era lo que olía así en la capital industrial del Valle del Cauca y había sido naturalizado por los residentes del lugar? Esta pregunta fue el punto de partida para Yumbo (1980) una de sus obras más emblemáticas que fue expuesta por primera vez en el Museo de Arte Moderno La Tertulia en 1980, a donde llegaron agentes del DAS, debido a que su obra era, sin decirlo directamente, una denuncia a la cementera que existía en el municipio desde la década del cuarenta:

Uno los reconocía por la ropa que llevaban, las camisitas y los pantalones de dril. Eran tres tipos y empezaron a rodearme y a atacarme. La única salida que tuve fue decirles que ese aire contaminado no era solo de Yumbo sino que el aire circula y que toda esa polución se iría viajando hacia las islas de los dueños de Cementos del Valle. De repente se callaron y se fueron. Es que ser ambientalista es un acto subversivo para muchos. Más en esa época. Por eso se habla de ambientalistas radicales (Barney, 2015).

Al año siguiente, siendo ya docente de la Universidad del Cauca, Barney conformó un equipo interdisciplinar con un biólogo y un fotógrafo con quienes viajó a distintos puntos del Río Cauca para tomar muestras de su agua y denunciar su contaminación, lo que originó la obra Río Cauca. Cuando exhibió la pieza, fue criticada duramente por sus estudiantes, quienes aún ignoraban los procedimientos empleados que posteriormente, vincularían la práctica artística con la etnografía. Si bien no se puede afirmar que sus obras fueran el resultado de una rigurosidad científica, tomó elementos de la investigación para hacer de su obra un documento de denuncia.

Entre 1981 y 1982 produjo El ecológico, un periódico conformado por diez ediciones únicas, cada uno conformada por cuarenta páginas originales de las editoriales de diferentes periódicos del país que, durante largo tiempo Barney estuvo recolectando. Le pidió a Jorge Cachiotis, un estudiante de historia, que clasificara el material por temas opuestos y de acuerdo a su forma de entender el estado en el que se encontraban los veinte temas en los que el estudiante había clasificado el material, puso los títulos Especies en peligro de extinción y Especies sin peligro de extinción en sellos con tinta verde. Entre los temas se encontraban costumbres tradicionales, campesinos, animales, diversidad humana, árboles, agua, mar, arquitectura, paisaje, alimentos frescos, alimentos enlatados, energía atómica, energía limpia, mujer como objeto y mujer como individuo.

Otra obra relevante dentro de su trabajo es la instalación Sin título, con la que participó en la exposición colectiva Aspectos de lo tridimensional en el Museo de Arte Moderno La Tertulia en Cali, a cargo de Miguel González cuyo objetivo era evidenciar el modo en que se había transformado la manera de abordar el objeto y la escultura en el arte colombiano durante la segunda mitad del siglo XX. En la enigmática obra de Barney, el espectador se encontraba con tres estructuras metálicas forradas con lona rústica y podía subir las escaleras que había en cada una de ellas para ver su contenido. En una se podía ver una caja de acrílico, a su vez llena con cajas pequeñas con semillas de árboles tropicales; en otra pendía un galón de pintura color verde clorofila que derramaba la pintura; mientras la tercera estaba completamente llega llena de cáscaras de huevos de gallina.

En cuanto a Estratificación de un basurero utópico (1987) se evidencia que, si bien el objetivo de las obras conceptualistas no es un resultado formal, igualmente requieren una solución material, tal como lo refiere la artista respecto a esta obra:

Realizada por primera vez en 1987 en Cali. Median 5 cm de diámetro por 1.80 cm de alto. Fueron 10 tubos de acrílico construidos artesanalmente calentando cada pieza en un horno de panadería, al sacarlo se envolvía en unas cobijas alrededor de un tubo de PVC estas piezas luego se unían a lo largo y se pegaban y luego se unían dos para lograr la altura de 1.80 cm. Los materiales se colectaron al borde de la carretera arriba en Piedras Blancas cerca a los Farallones de Cali. La basura se colectó durante seis meses en cubos de plástico. El borde de la carretera presentaba claramente la estratificación que yo buscaba. Piedras grandes abajo, seguidas de piedras más pequeñas, arenas, y tierras de colores hasta llegar a la capa vegetal. Luego se introdujo la basura y se selló con purba (carbón vegetal) y arena fina como indican las fórmulas para sellar la basura y a los pocos años poder sembrar en el basurero. La basura es toda biodegradable. Por eso el Utópico del título. Esta obra fue expuesta en Bogotá en la entonces Garcés Velázquez. Luego se envió a Medellín para la Bienal y allí se colocaron los tubos contra la pared para luego fijarlos. Salí a almorzar convencida de nadie entraría pues estaba prohibido hacerlo sin embargo un artista francés al otro lado del tabique decidió entrar y proceder a clavar sus fotos y plantas y tumbó todos los tubos destruyendo la mayoría, pues el acrílico se rompe, aunque sea más resistente que el vidrio (Barney, 2015).

Aunque en su momento estas obras no tuvieron todo el reconocimiento que merecían, durante los últimos años, artistas, críticos y curadores se han interesado por evidenciar la importancia del trabajo desarrollado por Barney. Al respecto se puede mencionar la invitación que le hizo Wilson Díaz en 2008, en el 41 Salón Nacional de artistas, a realizar una segunda versión de Yumbo. En 2014 volvió a ejecutar su obra Estratificación de un basurero utópico, y el Museo Nacional le compró dos de los tubos que hacían parte de esta nueva versión, mientras 8 más fueron adquiridos por un coleccionista particular. En 2016 su obra Sin título (1984) fue incluida en la curaduría Fuerzas invisibles: exposición a partir de la primera asamblea de críticos frente a la crisis del No-objetualismo, hecha por Ericka Flórez y Pablo León de la Barra para Referentes en ARTBO y en 2017 su obra El ecológico (1981) fue incluida en la curaduría 33 Revoluciones realizada por Sylvia Suárez para Referentes ARTBO.

Si bien el reconocimiento del trabajo de Barney se ha concentrado en su producción de la década del ochenta, actualmente la artista continúa desarrollando sus obras.

Características de su obra

Miguel González encontró en el trabajo de Alicia Barney una reinterpretación del paisaje, ya no se trataba de pinturas bucólicas ni románticas observadas por la mirada estetizante del artista de principios del siglo XX, sino de una mirada inquisitiva, cuestionadora y provocadora. En su trabajo, la idea reemplaza el resultado de un objeto único, para transformarse en un proceso en el que los materiales son significantes de la idea misma, que no es materia abstracta, sino parte de la realidad misma, observada a través de su perspectiva crítica. Los materiales no son empleados como metáforas, sino como índices, como principio de realidad en donde acuñó la idea que es captada por la “artista chamán”, capaz de interpretarlos como elementos anómalos, cuando ya habían sido demasiado naturalizados:

Me interesa el significado directo de los objetos y la realidad. No me concierne mucho las intervenciones llamadas estéticas, ni conmovedoras. Seguramente lo que me atrae más es la relación que sostengo con los objetos. No se puede olvidar que permanecemos en una sociedad del consumo. Algunas personas siguen haciendo cuadros enmarcables y esculturas de pedestal, es decir, la antigua definición del arte. No se puede desconocer el momento histórico, es inútil continuar con las técnicas del siglo XX. Yo pienso en un arte que desafíe y se salta las vías burocráticas de la sociedad impotente, consumidora e ignorante (González, 1979)”.

Así, creaba sus obras a partir de la recolección crítica e intuitiva de los detritos de las prácticas culturales de la sociedad de consumo que recién empezaba a manifestar su capacidad devastadora a inicios de la década del ochenta. Barney introdujo una mirada que solo hoy empieza a estar presente en las reflexiones contemporáneas, la relación de las ciudades con el medio ambiente, su relación íntima y perjudicial. A modo de etnógrafa, empezó a reconocer y recorrer el espacio como una recolectora de información, sin una dirección fija, tan solo como un testigo de un acontecer cotidiano y sus diarios eran una colección de basura y restos de la huella humana en el espacio:

En un intento que fue maravilloso como experiencia, yo actuaba como un chamán al recoger los objetos. No recogía todos los que veía, estaba viviendo en un estado de conciencia distinto, no el normal de todos los días. Sin embargo, debo aclarar que no estaba bajo los efectos de ninguna droga, sino más bien viviendo con una enorme intensidad. Este estado se ha repetido varias veces en mis obras. Luego cuando redactando mi tesis encontré información sobre La tienda de Claes Oldenburg, fue maravilloso porque allí estaba mi vivencia traducida a ideas en palabras. Pero para mí la vivencia fue primero y siempre lo es (…) La necesidad de que el arte no sólo tuviera un significado teórico sino, sobre todo, vivencial es para mí la base de su capacidad transformadora o sea su capacidad de tocar al mundo significativamente. (Barney, 2016)

Ese interés por lo cotidiano pronto se transformó en un gesto constante en varias de sus obras: la duración de la recolección del tiempo y el espacio. Oldenburg se configuró en uno de sus principales referentes al realizar una obra que, si bien parecía copiar fielmente la realidad, sugería una mirada diferente sobre la misma, pues se trataba de reconocer el carácter de huella de todos los objetos y residuos que suponía la sociedad de consumo. Barney plantea un paisaje no como entorno idílico, sino como indicio de destrucción; así sus obras refieren un espacio preciso, no una idea de éste ni su estetización. El paisaje ya no es imagen sino huella e indicio de la relación del ser humano con el espacio. Así, Barney extendía los límites del arte, buscando propiciar una transformación, pero no solo como denuncia, sino como captación de lo humano:

Ya sea denominando a todo el arte “político” o solo al arte cuyas denuncias son más evidentes; el ARTE no parece tener "garra”, sus consecuencias, su efectividad para producir cambios en lo cotidiano, del público como individuo o a nivel masivo son limitadas. Su esfera de influencia parece fluctuar entre el arte como show ampliamente cooptado por lo mediático o el tímido señalamiento que se ahoga en las pequeñas esferas de interesados sin ímpetu o fuerza transformativa a nivel masivo. En mi mente, no se compara, ni de lejos el impacto de cinco naves científicas orbitando Marte con muy claras intenciones con una artista sembrando yuca y enseñando a hacer batik a unas mujeres en una apartada población sin puesto de salud y sin siquiera una lejana carretera de penetración, angustiosamente expuesta al deambular criminal de guerrilla y narcos (perdón por la redundancia), el arte no tiene garra, parece dar tumbos poéticos cuando y en el planeta próximamente sin vida, no podrá haber ni música, ni arte, ni poesía. Darse cuenta conferencia dada en Errata 2014 El presente texto leído el 12 de Noviembre del 2014 en el Coloquio de la revista Errata #10 titulado Polémicas ambientales - Prácticas sostenibles, puede ser utilizado por los destinatarios siempre y cuando no sea modificado y se le de crédito a la autora, Alicia Barney Caldas Pratt M.F.A. Institute ´77. (Barney, 2014)

El carácter crítico de la mirada de Barney mantiene incólume su convicción, lo que le permite continuar siendo pionera insubordinada de una estructura que mira de lejos para afirmar algo que muchos piensan, pero pocos se atreven a formular dada la estrechez del campo artístico local.

Obras destacadas

  • 1975: Sin título.
    • Puente sobre tierra.
    • Viviendas I.
  • 1976: La música y los músicos.
    • Cuerda.
    • Serie de tres libros: Los estados que compré y Tiempo de quema.
  • 1977 1977: Diario Objeto serie I.
  • 1978: Diario objeto serie II. Compuesto por Pratt I, Pratt II, Bocagrande I, Bocagrande II, Cali-Florida, Un día en la montaña, Gorky a y b, Sin título.
  • 1980: Yumbo.
  • 1981: Río Cauca. Esta obra actualmente hace parte de la colección de la Galería La Sucursal.
  • 1981-1982: El ecológico. Periódico intervenido. Algunos de los ejemplares de este periódico hacen parte de la colección Toluca Fine Art.
  • 1984: Sin título. Tres estructuras metálicas con lienzo y objetos.
    • Sin título.
    • Odio el dibujo (orden).
    • Sin título.
  • 1987-2014-2015: Estratificación de un basurero utópico.
  • 1988: La requisa.
  • 1989: Objeto precolombino I.
  • 1990: Objeto precolombino II (a).
  • Objeto precolombino II (b).
  • 1993: Aves en el cielo I.
  • Aves en el cielo II.
  • 1994: La rama dorada.
  • 1995: Proyecto meta-recinto.
  • 1996: Proyecto Museo del Oro.
  • 1997: Triqui.
    • Nahual eterno.
    • Nahual infante.
    • Sin ruido.
    • Juguete de las hadas.
  • 1998: Viviendas II.
  • Sujeto como tal.
  • Taxonomía.
  • 1999: Mark Thiesen.
  • 2001: Las flores del mal.

-*2008: Yumbo 2

  • 2016: El valle de Alicia.
    • Nueva sensibilidad, antigua presencia.

Obras de Alicia Barney en las Colecciones del Banco de la República

Obras de Alicia Barney Caldas en la Colección de Arte del Banco de la República
Título Año Ubicación Denominación Registro
Los estados que compré 1976 Reserva No registra AP6162

Cronología

  • 1952: Nació el 28 de noviembre en Cali
  • 1974: Obtuvo el título de Bachelor of Fine Arts del College of New Rochelle en Nueva York.
  • 1977: Obtuvo el título Master of Fine Arts del Pratt Institute en Nueva York.
  • 1978: Muestra individual en la Universidad del Valle y Sala de la Gobernación en Cali de su obra Diario Objeto I.
  • 1979: Participó en el V Salón Atenas en el Museo de Arte Moderno de Bogotá.
  • 1980: Participó en las exposiciones colectivas: Arte para los años 80 en el Museo La Tertulia en Cali, 14 artistas de Cali en la Galería del Banco Central Hipotecario en Bogotá y Década de los setentas en la Cámara de Comercio de Cali.
    • Participó en el XXVIII Salón de Artistas Nacionales en el Museo Nacional en Bogotá y obtuvo el Primer Premio III Salón Regional de Artes Visuales en Cali por su obra Bocagrande.
  • 1981: Participó con Río Cauca en el Primer Coloquio Latinoamericano de Arte No objetual y arte urbano que se realizó en el Museo de Arte Moderno de Medellín. También participó en la exposición colectiva IV Bienal de Arte en Medellín.
  • 1982: Exposición individual El ecológico en el Espacio Alterno Sara Modiano en Barranquilla. También participó en las exposiciones colectivas: Cinco artistas colombianos en la galería Espacio N.O. en Porto alegre Brasil; Nuevos aportes y tendencias en el Centro Colombo Americano en Bogotá; La mujer en América: perspectivas emergentes en el Centro Interamericano en Nueva York.
  • 1983: Participó en la exposición colectiva Actitudes plurales en el Museo de Arte Moderno La Tertulia en Cali.
  • 1984: Participó en la exposición colectiva Aspectos de lo tridimensional en el Museo de Arte Moderno La Tertulia en Cali.
  • 1985: Participó en la exposición colectiva Cien años de arte colombiano y Barney, Caro Echeverri en la Biblioteca Pública Piloto de Medellín.
  • 1986: Participó en el XXX Salón Anual de Artistas Colombianos.
  • 1987: Participó en la exposición colectiva Douze Mondes Colombiens en el Grand Palais en París.
  • 1988: Participó en la exposición colectiva I Bienal de arte en el Museo de Arte Moderno de Bogotá.
  • 1989: Participó en la exposición colectiva Doce escultores colombianos/materiales e ideas en la Cámara de Comercio de Cali.
  • 1990: Participó en la exposición colectiva II Bienal de arte en el Museo de Arte Moderno de Bogotá.
  • 1991: Participó en la exposición colectiva 100 obras de la Colección/pequeño formato del Museo de Arte Moderno La Tertulia de Cali.
  • 1992: Beca Francisco de Paula Santander. Participó en la exposición colectiva América Novia del Sol en el Museo Real de Bellas Artes en Amberres, Bélgica.
  • 1993: Exposición individual Aves en el cielo en la Galería Gartner Torres en Bogotá; Participó en las exposiciones colectivas Pulsiones en el Museo de Arte Moderno La tertulia en Cali y Degas en el trópico en el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Bogotá.
  • 1994: Participó en el XXXV Salón Nacional de Artistas.
  • 1995: Participó en la exposición colectiva Arte para Bogotá en la Galería Santa Fe.
  • 1997: Participó en las exposiciones colectivas Imaginación y fantasía en el Museo de Arte Moderno La Tertulia en Cali y el Festival Internacional de Arte del Museo de Arte Moderno de Medellín.
  • 1998: Realizó la exposición individual Juguetes de las hadas en el Museo de Arte de Pereira y Museo La Merced en Cali. También participó en las exposiciones colectivas Fragilidad en el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Bogotá, Piezas de caza en la Galería Espacio Vacío en Bogotá, VI Bienal de Arte en el Museo de Arte Moderno de Bogotá en donde obtuvo una mención especial.
  • 1999: Participó en la exposición colectiva El traje del emperador en la Galería Santa Fe en Bogotá.
  • 2001: Participó en las exposiciones colectivas 1930-2001: Odisea de un espacio en al Galería Valenzuela y Klenner en Bogotá y Flores del mal en Galería Espacio Vacío en Bogotá.
  • 2008: Participó en el 41 Salón Nacional de Artistas.
  • 2014: Participó en las exposiciones colectivas Contraexpediciones en el Museo de Antioquia, Basurero Utópico en la Galería Instituto de Visión y The Phylogeneis of Generosity en el Prinzessinnengarten en Berlín.
  • 2015: Exposición individual El Basurero en galería La sucursal Cali; Participó en las exposiciones colectivas Bienal Mercosur en Porto Alegre, Brasil y Referentes Lo continuo/Lo discontinuo en Artbo Bogotá.
  • 2016: Participó en la edición 32 de la Bienal de Sao Paulo en Brasil con su obra Valle de Alicia en el Parque Ibirapuera. También participó en el 44 Salón Nacional de Artistas y Naturaleza amotinada en el MAMBO de Bogotá. Su obra Sin título (1984) fue incluida en la curaduría de Referentes en ARTBO.
  • 2017: Participó en la exposición colectiva Radical Women en el Brooklyn Museum en New York City.
  • 2018: Participó en la exposición colectiva El arte de la desobediencia en el MAMBO en Bogotá. El ecológico fue incluido en la curaduría 33 Revoluciones realizada por Sylvia Suárez para Referentes ARTBO, 2017.

Véase también

Bibliografía

  • González, M. (1979, 30 de diciembre). El azar como expresión. El País, pp. 11-12

Enlaces externos

Colección de arte del Banco de la República

Créditos

1. Investigación y texto: Laura Alejandra Rubio León, mediadora de los Museos y colecciones del Banco de la República, para Banrepcultural.

2. Revisión y edición de textos: Inti Camila Romero Estrada y Diana Marcela Salas Solórzano. Servicios al Público y Educativos, Unidad de Arte y Otras Colecciones (UAOC)


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