Diferencia entre revisiones de «Liliana Bustos Bohórquez»
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Liliana pertenece a una familia conformada por tres hermanos, que creció y vivió en un barrio de clase media de Bogotá. Su mamá murió cuando los tres hijos, Amparo, Liliana y Hernán, eran muy pequeños, de tal manera que don Hernán Bustos Díaz se convirtió en papá y mamá. Los recuerdos de Liliana están ligados a la dedicación de su papá a la familia, mientras trabajaba como independiente, a su presencia en el colegio como acudiente, a las salidas dominicales al parque o al centro comercial, a las navidades y año nuevos con la familia, destapando regalos. “Una vida sin mayores angustias ni preocupaciones”, dice <ref>Gloria Castrillón, entrevista virtual a Liliana Bustos, septiembre de 2025.</ref>. | |||
El relato de Liliana vincula esa unidad y hermandad a la herencia de su familia paterna. Eran cuatro hermanos, Arnolfo, Víctor, José Ignacio y Hernán, que llegaron muy jóvenes a Bogotá procedentes de Ubaté y se dedicaron a trabajar en oficios varios. Hernán se dedicó a administrar taxis y con eso levantó a sus tres hijos. La tranquilidad se rompió el 26 de febrero del año 2000, cuando su tío José Ignacio fue secuestrado en Madrid, y llevado hasta Villeta, ambos municipios de Cundinamarca. | |||
En ese momento, evoca Liliana, la familia no era muy consciente de que la entonces guerrilla de las FARC aplicaba en los alrededores de Bogotá una práctica sistemática de secuestrar personas para pedir millonarios rescates. Pero las llamadas a la casa de don Hernán, exigiendo el pago por la libertad de José Ignacio, los puso de frente a esta dura realidad. Por eso, sin pensarlo dos veces, reportaron el plagio al Gaula de la Policía (cuerpo especializado en combatir este delito), que llegó a su casa e instaló equipos para hacer seguimiento a las llamadas de los captores e investigar el caso. | |||
Aun así, don Hernán aceptó las condiciones de los guerrilleros y se internó en zona rural de Cundinamarca para pagar por la libertad de su hermano, sin siquiera presentir que él sería la siguiente víctima. | |||
“Es muy triste porque son situaciones que uno nunca piensa que van a suceder. Uno no sabe qué hacer. Nos tocó perder el miedo y hacer lo que tocara hacer. Así conocimos a otras personas que llevaban el mismo sufrimiento”, recuerda Liliana sobre ese momento que les cambió la vida. Inició ahí el peregrinar de los hijos de Hernán por la Policía, la Fiscalía, la fundación País Libre, por las cárceles, entre otros lugares <ref>''Ibid''.</ref>. | |||
Revisión del 20:30 9 oct 2025
| Nombre | Liliana Bustos Bohórquez |
|---|---|
| Fecha de nacimiento | 03 de junio de 1964 |
| Nacionalidad | Colombiana |
| Ocupación | Mujer buscadora y administradora hospitalaria |
| Primaria | Concentración Trinidad en Bogotá |
| Bachillerato | Colegio Departamental Silverio Espinosa de Rendón, Bogotá |
| Estudios universitarios | Coruniversitec, administración hospitalaria |
| País de nacimiento | Colombia |
| Ciudad de nacimiento | Bogotá |
| Familia | Hernán Bustos Díaz (padre); Amparo, Liliana y Hernán (hermanos) |
| Cónyuge | Santiago Vargas Castro |
Liliana Bustos Bohórquez es una mujer buscadora que desde el año 2000 ha dedicado su vida a buscar y rescatar el cuerpo de su padre, Hernán Bustos Díaz, secuestrado, asesinado y desaparecido por el Frente 22 de las extintas FARC. Es administradora hospitalaria y se reconoce como una ciudadana de clase media, trabajadora, que junto a su hermana Amparo han visitado varias cárceles, viajado a la antigua zona de distensión del Caguán, asistido a audiencias en la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, e incluso han arriesgado su integridad yendo a la inhóspita zona donde se presume que está el cuerpo de su papá, en área rural del municipio de Guaduas, Cundinamarca. El secuestro de don Hernán se produjo en el momento en el que acudió al llamado de los guerrilleros para pagar por el rescate de su hermano José Ignacio, quien también fue secuestrado.
| Campo | Información |
|---|---|
| Región / Macrorregional UBPD | Bogotá |
| Departamento y municipio de origen | Bogotá, Cundinamarca |
| Vereda / Barrio | Barrio San Gabriel |
| Nombre del ser querido desaparecido | Hernán Bustos Díaz |
| Relación | Padre |
| Estado de la búsqueda | Activa |
| Organización a la que pertenece | Federación Colombiana de Víctimas de las FARC, FEVCOL |
Biografía
I. Aspectos generales de la mujer
Liliana pertenece a una familia conformada por tres hermanos, que creció y vivió en un barrio de clase media de Bogotá. Su mamá murió cuando los tres hijos, Amparo, Liliana y Hernán, eran muy pequeños, de tal manera que don Hernán Bustos Díaz se convirtió en papá y mamá. Los recuerdos de Liliana están ligados a la dedicación de su papá a la familia, mientras trabajaba como independiente, a su presencia en el colegio como acudiente, a las salidas dominicales al parque o al centro comercial, a las navidades y año nuevos con la familia, destapando regalos. “Una vida sin mayores angustias ni preocupaciones”, dice [1].
El relato de Liliana vincula esa unidad y hermandad a la herencia de su familia paterna. Eran cuatro hermanos, Arnolfo, Víctor, José Ignacio y Hernán, que llegaron muy jóvenes a Bogotá procedentes de Ubaté y se dedicaron a trabajar en oficios varios. Hernán se dedicó a administrar taxis y con eso levantó a sus tres hijos. La tranquilidad se rompió el 26 de febrero del año 2000, cuando su tío José Ignacio fue secuestrado en Madrid, y llevado hasta Villeta, ambos municipios de Cundinamarca.
En ese momento, evoca Liliana, la familia no era muy consciente de que la entonces guerrilla de las FARC aplicaba en los alrededores de Bogotá una práctica sistemática de secuestrar personas para pedir millonarios rescates. Pero las llamadas a la casa de don Hernán, exigiendo el pago por la libertad de José Ignacio, los puso de frente a esta dura realidad. Por eso, sin pensarlo dos veces, reportaron el plagio al Gaula de la Policía (cuerpo especializado en combatir este delito), que llegó a su casa e instaló equipos para hacer seguimiento a las llamadas de los captores e investigar el caso.
Aun así, don Hernán aceptó las condiciones de los guerrilleros y se internó en zona rural de Cundinamarca para pagar por la libertad de su hermano, sin siquiera presentir que él sería la siguiente víctima.
“Es muy triste porque son situaciones que uno nunca piensa que van a suceder. Uno no sabe qué hacer. Nos tocó perder el miedo y hacer lo que tocara hacer. Así conocimos a otras personas que llevaban el mismo sufrimiento”, recuerda Liliana sobre ese momento que les cambió la vida. Inició ahí el peregrinar de los hijos de Hernán por la Policía, la Fiscalía, la fundación País Libre, por las cárceles, entre otros lugares [2].