Amazonía fluvial
Amazonía fluvial
Transportarse, moverse o llevar algo aprovechando el caudal y flotación en el curso de los ríos ha sido un componente central en la consolidación de amplios procesos históricos de intercambio cultural y material entre los moradores de la vasta Hylea Amazónica.
Aspectos etnohistóricos
En relación a las primeras dinámicas de desplazamiento y poblamiento humano en la Amazonía prehispánica hace más de 9.000 años [1], se afirma que los ríos han sido importantes rutas desde que sociedades precolombinas iniciaron el desarrollo de cultígenos en terrazas aluviales localizadas entre sendas y torrentes de agua. Suele indicarse la utilización de los ríos y sistemas lagunares como vías y referentes espaciales al habitar un lugar específico. La singladura entre sitios de caza, pesca, labranza y recolección es un buen ejemplo de conocimiento socializado generacionalmente entre los pobladores ribereños en la selva: “Los Carijonas eran conocidos por su costumbre única de remar sus canoas de pie...” [2]
La interconexión fluvial y las diversas formas de concebir los ríos entre los pueblos amazónicos han hecho posible el relacionamiento entre territorios surcados por numerosos afluentes y distintos sistemas acuátiles diseminados a lo largo y ancho de la cuenca principal. “En este ambiente lo que se suele llamar ‘comunidad’ corresponde a una agrupación organizada de familias, las cuales viven relativamente dispersas a lo largo de los ríos y quebradas, con sus propias autoridades tradicionales.” [3].
Estudios señalan la incidencia del factor fluvial en vínculos parentales, cosmogónicos y territoriales entre antiguos cacicazgos establecidos río arriba o aguas abajo:
- Es muy probable que la jerarquización entre linajes se tradujera en relaciones espaciales, conforme sucede entre los tatuyos. Sus malocas están ubicadas a lo largo de las riberas de los ríos: En las bocanas, en centro o en las cabeceras. Los clanes y linajes de mayor jerarquía ocupan las bocanas y los de menos jerarquía las cabeceras [4].
Las ensenadas, grandes cauces y canales naturales permitieron el desarrollo del trabajo colectivo adecuado a las contingencias de un entorno selvático difícilmente transitable de no ser por las vías acuáticas. La riqueza hídrica y abundancia de la floresta determinaron en gran parte los modos de transporte, tipos de bienes producidos y formas de intercambio de los mismos. Arocha (citado en Espinosa, 1995)[5] indica:
- Entre ribereños de ríos blancos, de ríos negros e interribereños, existían relaciones de intercambio y alianza a través de las cuales no sólo intercambiaban “ideas y servicios” sino que accedían a productos que les fuesen escasos a unos u otros. Crónicas del siglo XVIII dieron noticia de las amplias e intensas redes de intercambio comercial y social que existían entre las diversas sociedades de las selvas, los llanos y las montañas. (p. 76).”
- ↑ Von Hildebrand, M., y Brackelaire, V. (2012). Guardianes de la selva. Gobernabilidad y autonomía en la Amazonia colombiana. Bogotá, Colombia: Fundación Gaia Amazonas.
- ↑ Hettler, B. y Plotkin, M. (2019). Los Viajes Amazónicos de Richard Evans Schultes Introducción: Vida temprana y exploraciones. Bogotá, Colombia: Banco de la Republica en asociacion con The Amazon Conservation Team..
- ↑ Von Hildebrand, M., y Brackelaire, V. (2012). Guardianes de la selva. Gobernabilidad y autonomía en la Amazonia colombiana. Bogotá, Colombia: Fundación Gaia Amazonas p. 37.
- ↑ Espinosa, M. (1995). Convivencia y poder político entre los Andoques. Bogotá, Colombia: Editorial Universidad Nacional de Colombia p. 110
- ↑ Espinosa, M. (1995). Convivencia y poder político entre los Andoques. Bogotá, Colombia: Editorial Universidad Nacional de Colombia