María del Carmen Guerra Villazón
| Nombre | María del Carmen Guerra Villazón (conocida como Carmen Guerra) |
|---|---|
| Fecha de nacimiento | 13 de septiembre de 1947 |
| Nacionalidad | Colombiana |
| Ocupación | Mujer buscadora, lideresa comunitaria y defensora de derechos humanos |
| Primaria | Escuela de la Peña de los Indios, Escuela de Sabanas de Joaquina y Escuela de Marokaso (hasta quinto grado) |
| Formación profesional | Auxiliar de enfermería |
| País de nacimiento | Colombia |
| Ciudad de nacimiento | San Juan del Cesar, La Guajira (corregimiento de Caracolí, comunidad Sabanas de Joaquina) |
| Familia | Madre de seis hijos (cinco hijas y un hijo); Juan Carlos Armenta Villazón (hermano). |
| Cónyuge | 1988: Víctor Julián Alberto Mojica (asesinado en 1994). Desde 2024: Osmel José Emiliano |
Carmen Guerra es una mujer indígena Wiwa que convirtió la desaparición de su hermano menor, Juan Carlos Armenta Villazón, y el asesinato de su esposo, Víctor Julián Alberto Mojica, en motores de resistencia. Víctima de desplazamiento forzado, amenazas y persecuciones, ha sostenido la búsqueda como acto de pervivencia cultural, cuidado de la memoria y defensa del territorio. Su liderazgo ha trascendido lo familiar: hoy acompaña a decenas de familias en La Guajira y la Sierra Nevada de Santa Marta. Como ella misma afirma, la búsqueda “se debe articular no sólo con la familia de sangre, sino con los vecinos, con amigos, con la comunidad, con las instituciones… cada aporte es importante”.
| Campo | Información |
|---|---|
| Región / Macrorregional UBPD | Norte |
| Departamento y municipio de origen | La Guajira, San Juan del Cesar |
| Vereda / Barrio | Comunidad de Sabanas de Joaquina – Corregimiento de Caracolí |
| Nombre del ser querido desaparecido | Juan Carlos Armenta Villazón |
| Relación | Hermana |
| Estado de la búsqueda | Activa, sin hallazgos oficiales |
| Organización a la que pertenece | Organización Wiwa Yugumaiʉn Bunkuanarrua Tayrona (OWYBT) y redes comunitarias articuladas a la UBPD |
Biografía
I. Aspectos generales de la mujer
Carmen nació el 13 de septiembre de 1974 en la comunidad de Sabanas de Joaquina, corregimiento de Caracolí en San Juan del Cesar (La Guajira). Es la mayor de once hermanos. Su infancia comenzó en medio de cierta abundancia: la finca de su abuelo tenía café, ganado y más de veinte trabajadores. Hacia 1975 estalló un conflicto entre las familias Mendoza y Maestre, parientes de su abuelo, a raíz de la quema de un burro que terminó en la masacre de varios trabajadores y la pérdida de unas quinientas reses. Los ataques alcanzaron la finca familiar y obligaron a su familia a desplazarse hacia Fonseca. A lo largo de su niñez vivió en Fonseca, en la Peña de los Indios y más tarde en Sabanas de Joaquina, mudanzas sucesivas en busca de sustento y seguridad.
Cursó la primaria en la Peña de los Indios y en Sabanas de Joaquina, y completó quinto grado en la escuela de Marokaso, a la que caminaba tres horas diarias desde la finca El Cerro. Sus padres no quisieron enviarla al bachillerato. A los catorce años decidió irse de casa con Víctor Julián Alberto Mojica, un joven profesor y dirigente comunitario. Enfrentó la oposición de su familia paterna –que incluso quiso asesinarlo– y, con firmeza, defendió la relación. Con él tuvo tres hijos. Víctor fue uno de los fundadores de la Organización Wiwa Yugumaiʉn Bunkuanarrua Tayrona (OWYBT)[1] , impulsando proyectos de educación, salud y titulación de resguardos en la Sierra Nevada de Santa Marta. Como primer secretario general del pueblo Wiwa, organizó asambleas y levantó propuestas comunitarias que aún se conservan en sus cuadernos, escritas a mano. Fundó la primera escuela de Marokaso, donde fue su primer profesor, y promovió la creación de otras escuelas comunitarias, convencido de que la educación era una forma de fortalecer la autonomía del pueblo Wiwa.
El 3 de septiembre de 1994, poco antes de cumplir siete años de unión con Carmen, Víctor fue asesinado en Marokaso junto con otros cuatro dirigentes indígenas: Pedro Noel Villazón, José de los Santos Aguilar, Román Gil Pérez y Pedro Gil[2]. El crimen buscaba frenar su labor de titulación de resguardos con el entonces Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (Incora), entidad encargada de formalizar la propiedad colectiva indígena y que más tarde sería reemplazada por el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder) y hoy por la Agencia Nacional de Tierras (ANT). En esa época, la lucha por la tierra convirtió a los líderes Wiwa en blanco de guerrilla, fuerza pública, paramilitares y terratenientes.
Carmen quedó viuda con 17 años y con tres hijos pequeños. Tras la muerte de Víctor, enfrentó persecución y un intento de reclutamiento forzado por parte de la guerrilla, que buscaba que dejara a sus hijos para unirse como compañera de un combatiente. Se negó con firmeza y sobrevivió a esas presiones.
En 1996 se formó como auxiliar de enfermería. Trabajó en hospitales, en la Casa Indígena de Valledupar y durante dos décadas acompañó procesos de salud y organización comunitaria. En el año 2000 fundó en San Juan del Cesar una organización de mujeres desplazadas para proteger a jóvenes indígenas que, al llegar a la cabecera municipal, quedaban expuestas a la explotación sexual o al trabajo doméstico. Reunió a más de 300 mujeres, impulsó la alfabetización para unas 90 personas, gestionó proyectos con el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), Artesanías de Colombia y el Programa Mundial de Alimentos. Fue de las primeras en realizar declaraciones masivas de víctimas de pueblos indígenas ante Acción Social, certificada por el cabildo, cuando la mayoría temía hacerlo. Ejerció su liderazgo en medio de amenazas: llegó a ocupar hasta cinco cargos a la vez porque nadie más se atrevía, y recuerda que pasó un año entero encerrada en su casa para proteger su vida.
Su trabajo comunitario se extendió también al ámbito barrial: fue presidenta de junta de acción comunal, condecorada como mejor líder de San Juan y candidata al concejo en dos ocasiones. Con el tiempo rehízo su vida en pareja con Osmel José Emiliano, con quien lleva más de dos décadas de matrimonio y tuvo dos hijas.
II. Caso específico de búsqueda
Su hermano Juan Carlos Armenta Villazón fue reclutado por la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 1997, a los 15 años. Carmen lo había criado como a un hijo durante varios años tras la muerte de su esposo, lo que hizo aún más dolorosa su pérdida. “Era un niño tan jovencito, alegre, risueño, sociable. Le gustaba cantar”, recuerda.
El reclutamiento estuvo marcado por la crueldad: a su madre, Aveliza del Carmen Villazón, le ofrecieron devolverlo si entregaba a uno de los hijos mayores, una manipulación que dejó una huella imborrable en la familia. Años después, Carmen pudo hablar con él por teléfono. Juan Carlos le pidió que mantuvieran la casa llena de jardines porque, al regresar, quería ver flores por todas partes. Desde entonces, tanto ella como su madre sembraron plantas como un acto de espera y memoria.
En agosto de 2015 la familia recibió la noticia de su muerte en un combate en Conejo (La Guajira), cuando hacía de baquiano –guía conocedor de caminos y trochas locales– para su grupo; tenía 33 años. Cayó en un enfrentamiento contra el Grupo Rondón del Ejército, poco antes de la firma de los Acuerdos de Paz entre el Estado colombiano y la guerrilla de las FARC. Para Carmen, esa coincidencia fue especialmente dolorosa: “Yo oraba para que llegara el Acuerdo y poder volverlo a ver, y en cambio me avisaron que estaba muerto”.
Gracias a los documentos que ella aportó, Juan Carlos fue enterrado en Riohacha con su nombre, evitando que quedara como NN, aunque las condiciones no permitieron un reconocimiento pleno. La familia aún espera la confirmación definitiva mediante exhumación y pruebas de ADN, proceso que hoy acompaña la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas (UBPD). Para Carmen, esa certeza es también una urgencia: su madre, profundamente afectada desde el reclutamiento, sufrió deterioro severo y episodios de parálisis facial. “Al menos que se vaya con la tranquilidad de haber enterrado a su hijo”, dice.
III. ¿Qué hace particular su búsqueda?
1. Hitos: aspectos a resaltar
Carmen ha reunido y documentado más de 50 casos de desaparición, reclutamiento y asesinato en comunidades Wiwa y campesinas, y ha acompañado a familias en sus declaraciones ante instituciones estatales. Fue pionera en organizar procesos de declaración masiva ante Acción Social, entonces Agencia Presidencial encargada de atender a la población desplazada y a otras víctimas del conflicto, certificada por los cabildos, cuando muchas personas aún tenían miedo de hablar.
Después de que se creó la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), convocó en San Juan del Cesar un encuentro que reunió víctimas, la JEP y diversas instituciones. Ese encuentro marcó el inicio de un acompañamiento más sistemático a las familias de la región
Desde 2020 retomó de manera más activa la documentación, reuniendo carpetas con historias de desaparecidos, reclutados y asesinados. Su método fue esencialmente empírico: recogía los relatos tal como las personas víctimas de violencias se los narraban, los escribía y los enviaba a una profesora de la Universidad Javeriana, quien le confirmaba la validez del trabajo. “Yo hacía una historia, la subía y la mandaba así, y cuando ya estaba todo recogido, ellos me lo organizaron y yo entregué”, recuerda. Con ese trabajo comunitario e independiente, en 2023 presentó ante la JEP el informe colectivo No sabemos ni cómo estamos vivos, elaborado junto a otras personas de su comunidad y que permanece en carácter reservado.
También articula su labor con la UBPD y con las autoridades tradicionales, recogiendo relatos y acompañando a las familias en sus procesos: “Cuando salgo para algún retiro, la gente me dice: ‘Tengo a mi hijo desaparecido, ¿cómo me ayuda?’… les recojo el relato y lo envió a la Unidad de Búsqueda”.
2. Acentos
Carmen combina la búsqueda de su hermano con la defensa del territorio, la memoria colectiva y el acompañamiento a otras personas víctimas. Reitera que cada uno debe hablar por sí mismo y no a través de otros: “Quien cuenta la verdad es quien la vivió”. Esa convicción le ha dado autoridad moral en su comunidad y también le ha permitido desafiar silencios difíciles: “Yo saco informaciones de donde usted menos cree”.
Se reconoce a sí misma como mujer buscadora, una identidad asumida desde el dolor propio y la ausencia de acompañamiento institucional. “Tengo dos víctimas: mi hermano y mi esposo… y a nadie le tengo que pedir permiso para hacer este trabajo”, afirma. Para ella, la búsqueda es inseparable de la verdad, incluso si duele: “Blanco es blanco y negro es negro: lo que digo es la verdad, así me cueste”. Su voz se ha vuelto confiable para otras víctimas indígenas, que a menudo desconfían de las instituciones, pero se abren con ella: “Si se presenta Carmen Guerra buscando a la víctima, esa víctima me va a contar su historia tal como pasó”.
La búsqueda es también, dice, una forma de cuidado: del territorio, de la memoria y de los vínculos que sostienen la vida en comunidad. “Aceptar la realidad fue duro, pero me ha permitido sostener a mi mamá y ayudar a otras personas… conectarme con otras víctimas y colaborarles”. De ese aprendizaje doloroso y vital surge su síntesis más clara: “Lo que me ha enseñado la búsqueda es que tenemos que aceptar, perdonar… y seguir ayudando a otros, incluso con dolor”.
IV. Contextos y circunstancias de la desaparición y la búsqueda
La desaparición de Juan Carlos se produjo en un territorio marcado por la confrontación armada, donde el reclutamiento forzado de niñas, niños y adolescentes fue persistente. En las comunidades del pueblo Wiwa estas prácticas se sumaron a décadas de desplazamientos, asesinatos de líderes y vulneración de lugares sagrados (ezuamas), que alteraron, no sólo la vida familiar, sino también los equilibrios espirituales y culturales de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Entre 1990 y 2017 se documentaron al menos 142 violaciones graves a los derechos humanos contra el pueblo Wiwa: 45 desapariciones, 43 homicidios, 14 ejecuciones extrajudiciales, 2 masacres, 6 casos de violencia sexual, desplazamientos forzados masivos que afectaron a más de 2.000 personas y ataques a sitios sagrados. La Corte Constitucional y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) han advertido que estas violencias configuran un patrón sistemático y que el pueblo Wiwa enfrenta riesgo de exterminio físico y cultural. Se intensificaron en paralelo a la militarización del territorio y al avance de megaproyectos mineros, hidroeléctricos y portuarios sin consulta previa, como la represa El Cercado sobre el río Ranchería[3].
El propio pueblo Wiwa ha descrito cómo esas violencias dejaron “el corazón cargado de recuerdos y de dolor”. La guerra, señalan, “no se ha ido, se ha transformado”, y sus huellas siguen presentes en la vida comunitaria y espiritual. La desaparición de integrantes de sus comunidades quebró familias y alteró la armonía cultural y la relación con el territorio, pero también impulsó procesos de resistencia y memoria para sostener la pervivencia[4].
Según el Plan Regional de Búsqueda de la UBPD para el Sur de la Guajira, Norte del Cesar[5], en esta zona se registran más de 1.344 personas desaparecidas en el marco del conflicto armado. Esta cifra refleja la magnitud del dolor colectivo y la urgencia de respuestas integrales. Los planes regionales han mostrado cómo la desaparición y el reclutamiento afectan a todo el tejido comunitario, y por eso promueven búsquedas articuladas con autoridades tradicionales, cabildos y familias. En la región ya se han realizado entregas culturalmente pertinentes y retornos de cuerpos, que devuelven a las comunidades la posibilidad de despedir a sus seres queridos en sus territorios sagrados[6].
La búsqueda de Juan Carlos forma parte de ese esfuerzo colectivo: un camino que, además de brindar verdad a su familia, aporta a la pervivencia cultural del pueblo Wiwa y a la reparación de vínculos quebrados por la guerra.
Cronología
- 1974 (13 de septiembre): Nace en Sabanas de Joaquina, corregimiento de Caracolí (La Guajira).
- 1975 : Primer desplazamiento familiar a Fonseca.
- 1994 (3 de septiembre): Asesinato de su esposo, Víctor Julián Alberto, dirigente Wiwa, junto a otros cuatro líderes.
- 1996 : Se gradúa como auxiliar de enfermería y comienza a trabajar en hospitales y en la Casa Indígena de Valledupar.
- 1997 : Reclutamiento de su hermano Juan Carlos Armenta Villazón (15 años) por las FARC.
- 2000 : Funda la organización de mujeres desplazadas en San Juan del Cesar.
- 2000-2010 : Presidenta de junta de acción comunal en San Juan del Cesar; reconocida como mejor líder local y candidata al concejo en dos ocasiones.
- 2015 (agosto): Noticia de la muerte de Juan Carlos en combate con el Ejército en La Guajira; enterrado en Riohacha.
- 2020 : Retoma de manera activa la documentación de casos en comunidades Wiwa y campesinas.
- 2023 : Presenta ante la JEP el informe colectivo No sabemos ni cómo estamos vivos.
- 2025 : Avanza proceso de exhumación y pruebas de ADN de los restos de Juan Carlos con acompañamiento de la UBPD.
¡La búsqueda nos une!
Si tienes un ser querido desaparecido o conoces la suerte o el paradero de una persona desaparecida en razón y en contexto del conflicto armado, antes del 1.º de diciembre de 2016, comunícate con la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas:
- Unidad de Búsqueda de personas dadas por desaparecidas
- @UBPDColombia en todas las redes sociales
- (+57) 3162783918
- servicioalciudadano@unidadbusqueda.gov.co
Véase también
- Eliana Esther Sierra Ortiz
- Liliana Bustos Bohórquez
- Dominga Rincón Rincón
- Libia Ospina Criollo
- Temilda Vanegas Fuentes
- Rocío Campos Pérez
- Luz Marina Hache Contreras
- Sandiego Zambrano Palencia
- Carmelina Valencia Moncayo
- Rumalda Paternina Oviedo
- Adriana Patricia Quintero Úsuga
- Doria Yanette Bautista Montañez
Referencias
- ↑ Organización Wiwa Yugumaiun Bunkuanarrua Tayrona (OWYBT). Disponible en: https://organizacionwiwa.org/
- ↑ Sebastián González Aguilera (comp.). Los wiwa tenemos el corazón cargado de esperanza: Luchas comunitarias y violencia política en el nacimiento de la Organización Wiwa Yugumaiʉn Bunkuanarrua Tayrona (1987-1998), Bogotá: 2023, Cinep - Programa por la Paz.
- ↑ Organización Wiwa Yugumaiʉn Bunkuanarrua Tayrona (OWYBT) y Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (Cajar), La historia cierta del pueblo Wiwa: Desde el corazón del mundo en el marco del conflicto armado. Informe al Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y Garantías de No Repetición (SIVJRNR), Sierra Nevada de Santa Marta: OWYBT - Cajar, 2019. Disponible en: https://www.colectivodeabogados.org/old/IMG/pdf/resumen_ejecutivo_la_verdad_cierta_del_pueblo_wiwa.pdf
- ↑ González Aguilera, Los wiwa tenemos el corazón cargado de esperanza, op. cit.
- ↑ Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), Plan regional de búsqueda Sur de La Guajira – Norte del Cesar (Versión 1), 2025. Disponible en: https://bapp.com.co/wp-content/uploads/2025/06/1.04.0323.pdf
- ↑ Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), “Elibeth regresó a la comunidad Sabanas de Joaquina en medio de las costumbres del pueblo Wiwa”, 24 de marzo de 2025. Disponible en: https://unidadbusqueda.gov.co/actualidad/guajira-san-juan-cesar-entrega-digna-pueblo-wiwa-marzo-2025/.
Bibliografía
Guerra Villazón, María del Carmen. Comunicaciones de voz vía WhatsApp, agosto de 2025. González Aguilera, Sebastián (comp.). Los wiwa tenemos el corazón cargado de esperanza: Luchas comunitarias y violencia política en el nacimiento de la Organización Wiwa Yugumaiʉn Bunkuanarrua Tayrona (1987-1998). Bogotá: 2023, Cinep - Programa por la Paz. Organización Wiwa Yugumaiʉn Bunkuanarrua Tayrona (OWYBT) y Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (Cajar). La historia cierta del pueblo Wiwa: Desde el corazón del mundo en el marco del conflicto armado. Informe al Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y Garantías de No Repetición (SIVJRNR). Sierra Nevada de Santa Marta: OWYBT - Cajar, 2019. Disponible en: https://www.colectivodeabogados.org/old/IMG/pdf/resumen_ejecutivo_la_verdad_cierta_del_pueblo_wiwa.pdf. Salamanca Sarmiento, Nathalia. Conversaciones con María del Carmen Guerra Villazón, 1.º y 2 de octubre de 2025. Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD). “Elibeth regresó a la comunidad Sabanas de Joaquina en medio de las costumbres del pueblo Wiwa”, 24 de marzo de 2025. Disponible en: https://unidadbusqueda.gov.co/actualidad/guajira-san-juan-cesar-entrega-digna-pueblo-wiwa-marzo-2025/. Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD). Ficha de caracterización de María del Carmen Guerra Villazón (documento interno), julio de 2025. Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD). Plan regional de búsqueda Sur de La Guajira – Norte del Cesar (Versión 1), 2025. Disponible en: https://bapp.com.co/wp-content/uploads/2025/06/1.04.0323.pdf.
Créditos Investigación: Nathalia Salamanca Sarmiento para el Banco de la República. Proyecto adelantado con el apoyo de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), septiembre de 2025.