Rocío Vélez Restrepo de Piedrahita

De Enciclopedia | La Red Cultural del Banco de la República
Rocío Vélez de Piedrahita
Datos generales
Nombre Rocío Vélez de Piedrahita
Fecha de nacimiento 27 de febrero de 1926
Nacionalidad Colombiana Bandera de Colombia }}
Ocupación Novelista, crítica, cronista, columnista
Primaria Colegio de La Presentación, Medellín
Bachillerato Liceo Nacional Femenino Javiera Londoño, Medellín
País de nacimiento Colombia Bandera de Colombia }}
Ciudad de nacimiento Medellín
Fecha de fallecimiento 28 de enero de 2019
País de fallecimiento Colombia Bandera de Colombia }}
Familia Lía Restrepo Mejía (madre); Gabriel Vélez Isaza (padre); María Teresa Vélez Restrepo (hermana); Juan Fernando Vélez Restrepo (hermano); Agustín Vélez Restrepo (hermano); Mercedes Piedrahíta Vélez (hija); Amalia Piedrahíta Vélez (hija); María Cecilia Piedrahíta Vélez (hija); Evaristo (hijo); Carmen Piedrahíta Vélez (hija)
Cónyuge Ramiro Piedrahíta


Roció Vélez Restrepo de Piedrahita escritora de novelas, crónicas y crítica literaria, también pianista, nace el 27 de febrero de 1926 en Medellín, Colombia. Inicia su camino en las letras publicando crónicas en el diario El Colombiano, donde también tuvo una columna de opinión: Abriendo horizontes. Escribió más de una docena de libros por los que es reconocida, entre ellos El sietecueros de Lía, Literatura en la Colonia: de Rodríguez Freile a Francisco José de Caldas, Muellemente tendida en la llanura, Terrateniente y Guía de literatura infantil. Integrante de La Tertulia, movimiento literario surgido en los años sesenta, fundado por Gonzalo Restrepo Jaramillo y María Helena Uribe de Estrada. Fue Miembro Correspondiente de la Academia Colombiana de la Lengua. Continúo publicando en periódicos como El Mundo y El Espectador hasta el año 2012. Fallece a la edad de 92 años, el 28 de enero de 2019.

Biografía

Nace en una familia ilustrada, cercana a la palabra escrita y hablada, sensible a la música y con sentido de responsabilidad civil. Por el lado paterno, su padre Gabriel Vélez escribía poesías de humor y su tío Bernardo fue ensayista en varias revistas del país y publicó la novela Los falsos apóstoles; Lucrecio el abuelo, con el seudónimo de “Gaspar Chaverra”, escribió la novela Rara Avis, comparada con una de las obra del renombrado escritor antioqueño Tomás Carrasquilla y Fernando, hermano del abuelo, un estudio sobre el Código Civil Colombiano que se imprimió en París. Su madre Lía Restrepo, hija de Camilo C. Restrepo, ganó un concurso de cuento con la obra “Pobre Lolín”, en el que uno de los jurados fue Carrasquilla. El abuelo materno de Rocío, Camilo C. Restrepo, fue ingeniero jefe del Ferrocarril de Antioquia, y del Ferrocarril de Amagá, la Carretera al Mar fue su principal obra de ingeniería, se desempeñó como gobernador de Antioquia y tuvo la Primera Designatura a la Presidencia entre 1929 y 1931.

Cuando Rocío tenía dos años de edad, sus padres se embarcaron para Europa. Los hijos mayores fueron dejados en un colegio en Londres y ella en un kínder en Bruselas. Al regresar a Medellín, hablaba mejor el francés que el español y por ello fue matriculada en el colegio de las hermanas Dominicas de la Presentación, donde su directora y algunas monjas eran francesas. Su niñez y juventud en la casa de la avenida La Playa en Medellín, transcurrió entre lecturas y repertorios de música clásica que se escuchaban en reuniones familiares o salían del piano que tiempo atrás comprara el abuelo de Rocío, Camilo Claudio Restrepo Callejas.

En letras volando

A los 17 años viaja a Estados Unidos y escribe una carta a una de sus amigas sobre el vuelo y sus trayectos. Allí comienza su viaje literario. Publica la primera crónica en El Colombiano a los 25 años de edad, periódico para el cual trabaja como columnista entre 1950 y 2012. Fue también columnista de El Mundo por 15 años y colaboró con “El Magazín Dominical” de El Espectador durante 27 años, donde sus crónicas eran ilustradas por el caricaturista Pepón. Cuentos y artículos suyos han sido publicados en el “Suplemento Generación” del periódico El Colombiano, en la revista de la Universidad de Antioquia, en la revista Odradek y en el Pequeño Periódico.

En 1960 es invitada a La Tertulia, movimiento para compartir inquietudes literarias fundado por Gonzalo Restrepo Jaramillo y María Helena Uribe de Estrada. En el claustro de la Universidad de Antioquia en la Plazuela de San Ignacio, cada semana se reunía este grupo de escritores conformado por sus fundadores y por: Rocío Vélez de Piedrahíta, Olga Elena Mattei, Pilarica Alvear, Regina Mejía, Mabel Escobar y Sofía Ospina de Navarro,Jaime Sanín Echeverri, Arturo Echeverri, René Uribe Ferrer, Javier Arango Ferrer, Manuel Mejía Vallejo, Leonel Estrada y Darío Ruiz.

Aliado incondicional, lector de primera mano y corrector respetuoso de las ideas y el estilo de la escritora fue Ramiro Piedrahíta, su esposo, amor cómplice, padre de sus cinco hijos, compañero de viaje. Con 43 años de edad, a la par de sus hijos, Rocío termina el bachillerato que había dejado inconcluso, obteniendo su título en el Liceo Nacional Femenino Javiera Londoño en Medellín. Disciplinada, sensible y afable, el tiempo siempre le alcanzó para escribir, ser madre, esposa, música y contribuir a diversas causas.

Gustos literarios

Autora con especial predilección por los escritores clásicos de los siglos XIX y XX como Gustav Flaubert Honore de Balzac y John Galsworthy y las escritoras cuya identidad se camuflaba con seudónimos como Aurore Dupin: “George Sand” y Mary Ann Evans: “George Eliot”. Del siglo XX, su predilección por Marguarite Yourcenar, su gusto por Willa Cather. Entre los latinoamericanos: Alejo Carpentier, Ernesto Sábato, Miguel Ángel Asturias, Juan Rulfo Mario Vargas Llosa y autores colombianos como Germán Espinosa, Arturo Echeverri Mejía, Ignacio Piedrahíta Arroyave, y una especial admiración por Tomás Carrasquilla.

Su obra escrita

De estilo costumbrista claro y sencillo, aporta a la literatura femenina de Antioquia del siglo XX, desde su capacidad de retratar el ethos o forma de ser de una sociedad, partiendo de lo local para elevar sus reflexiones y personajes a lo universal. Asume una visión crítica frente al patriarcalismo antioqueño; las problemáticas familiares, núcleo de la sociedad; la postergación de la mujer suscrita a roles domésticos y devaluada en su ser y respecto a la transformación de valores sociales hacia el beneficio individual, la vulgaridad generalizada, los modelos estéticos en los que ha devenido en retroceso las conquistas del género femenino y los estilos de vida trastornados por el consumo indiscriminado.

El cuidado de su prosa, su impecable sintaxis, las claves de humor en el relato, la visión aguda al leer e interpretar la sociedad antioqueña, su bagaje lector y su análisis profundo de la historia local, hacen de Rocío Vélez de Piedrahíta una narradora que sigue vigente respecto a cuestiones y problemas sociales que aún son preguntas por resolver. Vélez de Piedrahíta, honra el compromiso que considera tiene el escritor, de ser testigo y eco de la época en que le toca vivir, como lo menciona:

“Para mí, el modelo óptimo, la meta del escritor, es que lo escrito muestre un dominio del idioma y el contenido tenga valor, sea cual sea el valor que transmita: denuncia, humor, historia, poesía, aventura, amor. Hay que empezar por dominar la técnica de la artesanía, tener una paleta de muchos colores, diversos pinceles, conocer el modelo, dominar la perspectiva”[1].

Experiencias lectoras, pedagogía en acción

Su afición por la literatura infantil tuvo origen en los libros que su madre le compraba de niña, como los cuentos de Andersen. Ya en sus trabajos de escritora, se concentra en estudiar este género y adapta tres cuentos latinoamericanos: “La cucarachita Martínez”, “La flor de Lilolá” y “De cómo crecieron las orejas al conejo”. Este volumen (con ilustraciones de Santiago Correa) incluye otras adaptaciones de cuentos por Natalia Pikouch. Trabajo realizado para la Fundación Ratón de Biblioteca de Medellín.

En esta misma vertiente, desarrolla actividades como cursos sobre literatura Infantil en el Museo El Castillo y en el Museo de Zea (hoy Museo de Antioquia). En la Universidad de Antioquia le propone dictar varios cursos dentro de un Seminario Latinoamericano de Literatura Infantil.

Uno de sus mayores aportes fue la Guía de literatura infantil cuando ni en Medellín ni en el país se reconocía la importancia de atender las especificidades de este género literario, formadora de futuros lectores. Esta obra se adentra en los inicios de la literatura para niños y su evolución en diferentes épocas y países. Fue publicada por la Editorial Norma en 1983 y varias veces reeditada. A partir de esta publicación se crearon movimientos de lectura y un abordaje del trabajo literario para niños contextualizado, sistemático y con criterios lúdicos, éticos y artísticos que permitieron el surgimiento de una generación de buenos lectores y de pautas pedagógicas para incentivar la lectura y la escritura infantil.

La Secretaría de Educación de la Gobernación de Antioquia, entidad pública con cuyos recursos se financió la Guía de literatura infantil, le propone a su autora realizar una gira de conferencias por diversos pueblos, en torno a cómo desarrollar el gusto por la lectura.

Luego de su experiencia por los municipios, plantea al periódico El Colombiano la publicación de una página literaria de cuentos y poesías sobre los clásicos españoles y latinoamericanos, que sirviera de material pedagógico a los profesores de estas poblaciones lejanas y de escasos recursos. La página se sostuvo durante dos años.

  1. Rocío Vélez de Piedrahíta Vida y obra anclada en la palabra. Biografía autorizada. María Teresa Ramírez Uribe. Producto del II Programa Medellín, las Mujeres y las artes 2010. Alcaldía de Medellín- Secretaría de las Mujeres. En: https://www.medellin.gov.co/irj/go/km/docs/wpccontent/Sites/Subportal%20del%20Ciudadano/Equidad%20de%20Género/Secciones/Publicaciones/Documentos/2011/Biograf%C3%ADa%20Roc%C3%ADo%20Véléz%20de%20P.%20II%20Programa%20Medell%C3%ADn%20las%20Mujeres%20y%20las%20Artes%202010.pdf