Omar García Ramírez
Biografía
Nació en Armenia, Quindío, en 1960. Ha combinado su trabajo narrativo y poético con el oficio de artista plástico. No extraña por eso su predilección por el cómic y la novela gráfica. Estudió Artes Plásticas en la Universidad Nacional de Bogotá y Diseño gráfico, infografía, animación y multimedia en el CICE de Madrid. También obtuvo un título en Cinematografía de animación del Instituto Cubano de Artes e Investigación Cinematográfica.
En 1997 ganó el premio de poesía de la Biblioteca Pública Ramón Correa de Pereira con su obra Urbana geografía fraterna. En 1999 viajó a España, donde vivió por un buen tiempo. Allí escribió su obra iconoclasta Altamira 2001, con la cual ganó el Premio Nacional de Novela Aniversario Ciudad de Pereira. En 2008 obtuvo el Premio Nacional de poesía otorgado por el Festival Internacional de Poesía de Medellín.
En 2011, García Ramírez realizó una exposición que denominó Tribus Urbanas, sueños citadinos, basada en los grupos juveniles que se diferencian por su forma de vestir. La presentación de este trabajo pictórico tuvo lugar en el Centro cultural Lucy Tejada de Pereira. Parece decirlo con orgullo en sus hojas de presentación: ha trabajado como albañil, decorador y recolector en diferentes cultivos de Suiza, Suecia, España y Francia, donde debía recoger fresa, manzana y naranja. Durante esta época se ocupó de leer a Joyce, Rimbaud, Cortázar, Milan Kundera, entre otros. Autores que, sin duda, han nutrido su sensibilidad onírica, bastante cercana a la de los poetas malditos, solo que agregándole dosis de fina ironía y color de vidas psicodélicas contemporáneas. Su literatura es alternativa y agresiva en su ritmo. A propósito de Metal-Riff para una sirena varada, publicada en la colección Biblioteca de Autores Quindianos en 2014, el escritor Rigoberto Gil escribió:
- Radiografía y ensoñación, pesadilla lírica y manifiesto no futurista, la novela de Ómar García abre sugestivos caminos en el ámbito aún conservador de la literatura del Gran Caldas. Así como es rastreable la influencia de la literatura norteamericana en libros como El último diario de Tony Flowers (1995) de Octavio Escobar Giraldo y Rosas para rubias de neón (1997) de Gustavo Colorado Grisales, se evidencia en la propuesta narrativa de García Ramírez los influjos de una estética beat, vital en escritores como Charles Bukowski, William S. Burroughs y John Kennedy Toole. Y pensar en estos autores, lo sabemos, es remarcar una estética que responde a la crítica directa de la cultura de masas y de los excesos de una sociedad vigilada y excluyente. Estos autores dan vida a personajes que se oponen a un orden establecido y que suelen protestar, a menudo con violento ímpetu, a través de sus vidas excéntricas. (p.194)
Hay una preocupación en la estética de Ómar García por nutrir un universo pictórico, producto de un onirismo centrado en urbes alucinantes y en los modos de vida de las tribus marginales. Su narrativa y su poesía, bastante cercanas en su construcción estética, se destacan en el panorama de la literatura de la región por lo novedosa y arriesgada. Podría leerse como una propuesta literaria que sigue el camino abierto por los nadaístas en los años sesenta y que se fortalece con el influjo de la generación Beat norteamericana. Su literatura dialoga con las propuestas literarias de Rafael Chaparro Madiedo en Opio en las nubes y Efraim Medina Reyes en Érase una vez el amor pero tuve que matarlo. Crítico mordaz de los círculos intelectuales de la región y de los modos en que opera la institución cultural del país, Ómar García Ramírez suele defender sus posturas críticas e iconoclastas en su blog Grifos de Neón.