Edgar Silva Bautista

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Edgar Silva Bautista
Datos generales
Nombre Luis Ernesto Parra
Fecha de nacimiento 1926
Nacionalidad Colombiana Bandera de Colombia }}
Ocupación Artista plástico
País de nacimiento Colombia, Bandera de Colombia }}
Ciudad de nacimiento Bucaramanga (Santander)
Fecha de fallecimiento 2015
País de fallecimiento Colombia, Bandera de Colombia }}
Ciudad de fallecimiento Bucaramanga (Santander)


Biografía

Edgar Silva Bautista

Datos generales
Fecha de nacimiento: 3 de marzo de 1944
Lugar de nacimiento: Ocaña (Norte de Santander)
Nacionalidad: Colombiana
Ocupación: Pintor, dibujante, grabador.
Fecha de fallecimiento 6 de marzo de 2000
Lugar de fallecimiento Bogotá

Edgar Silva renovó la pintura de paisaje mediante un lenguaje de colores planos y saturados, un estilo que guarda una gran semejanza con la limpieza y claridad del diseño gráfico. Estudió artes en la Universidad Nacional de Colombia y en la Saint Martin’s School de Londres, pero su formación se vio enriquecida por lecturas variadas, entre ellas tuvo un lugar especial la ciencia ficción. Sus pinturas, dibujos y grabados han sido catalogados como derivaciones de la abstracción post-pictórica, el arte pop, el minimalismo y el design art. Sin embargo, estas etiquetas deberían ampliarse para dar cuenta de la producción de un artista que, en obras como Miss Latinoamérica posa para la prensa (1970) y Rayuela (1971), llevó la pintura al campo de la instalación y que, en obras como Luna Acuarius (1973) y Surco Mercuriano (1973), le dio un toque new age al arte colombiano.

Paisajes, geometría y color

En 1976 la Galería Belarca organizó la exposición “¡Al fin Pintura!” con el claro propósito de poner en cuestión “la visión monocroma del mundo” extendida en el arte latinoamericano mediante la práctica del grabado, el dibujo y la fotografía. El blanco y el negro, dice Carmen María Jaramillo en Fisuras del arte moderno en Colombia (2012), se esgrimieron como valores críticos ante el cromatismo de obras pictóricas que pudieron haber sido novedosas en su momento, pero que habían sucumbido a la homogenización de los lenguajes internacionales o a la decoración con fines abiertamente comerciales.

En este contexto, artistas como Cecilia Coronel, Fanny Sanín, Hernando del Villar y Manolo Vellojín, entre otros, siguieron explorando las posibilidades de los conceptos básicos de color y superficie en el arte abstracto geométrico (Jaramillo, 2012). Desde ahora, la pintura podía expresar a partir de colores planos y saturados, como en cualquiera de las obras que llevan como título Acrílico ⸻por ejemplo, Acrílico No 2 de Fanny Sanín (1974)⸻. Igualmente, se empezaron a emplear superficies con distintos tratamientos, con técnicas como dejar al descubierto la materialidad del soporte, en Beato de Armero de Manolo Vellojín (1986), esto con el fin de tomar distancia de la “geometría aséptica” de los centros emisores de los lenguajes internacionales (Jaramillo, 2012).

Edgar Silva es tal vez el artista colombiano que mejor supo conjugar, dentro de esta nueva sensibilidad pictórica, la pureza de los colores, la geometría de las formas y la representación esquemática en la producción de paisajes. Su obra atrajo muy pronto la atención del mundo del arte cuando, en 1970, todavía como estudiante de la Universidad Nacional de Colombia, recibió el segundo premio de pintura en el XXI Salón de Artistas Nacionales, con su obra Miss Latinoamérica posa para la prensa. En este tríptico-instalación se representa un miembro viril que, en su flacidez, reposa sobre variaciones de un paisaje realizado en colores rojo, amarillo oscuro y azul (Calderón Schrader, 1990).

Las referencias al paisaje y a elementos corporales, muchas veces fragmentados, fueron el signo distintivo de obras como Nuestra Señora de las Cascadas (1970), Y el humo subió al cielo (1971) y Rayuela (1971), esta última es otra pintura-instalación conformada por nueve elementos ensamblados sobre el suelo y que, en su forma, imita el popular juego infantil del mismo nombre (Rodríguez, 2000).

En la obra de Silva la presencia de lo humano que se mezcla con lo geográfico de forma ambigua entre lo erótico y lo tanático desaparece de forma gradual hasta concentrarse exclusivamente en la pureza geométrica del paisaje. En esa nueva etapa la selección de colores, antes en su mayoría primarios, se vuelve mucho más plural para acoger gamas cromáticas y tonales que nunca se mezclan entre sí. Sobre esto, el crítico Germán Rubiano Caballero (2002), en su texto “Edgar Silva. Una mirada retrospectiva o miradas a una retrospectiva”, sostiene que estas nuevas pinturas tienen el tratamiento que les daría un diseñador (designer) cuyo trabajo se orienta a la creación de vallas publicitarias o afiches de circulación masiva.

El “gigantismo” se hizo un rasgo característico de sus pinturas, como si hubiese tenido la intención de evitar que la mirada pudiera circunscribir sus paisajes o como si le interesara explorar una perspectiva más “espacial” en sus obras pictóricas (Rubiano Caballero, 1977; Serrano, 1975). Esto es algo que puede verse en la serie Eclipse parcial de sol no visible en Colombia, allí las amplias zonas cromáticas, como el azul oscuro del cielo, acogen un sol perfectamente circular, ideal; unas nubes blancas, de caricatura; y unas franjas de tonos anaranjados que se transforman en un sistema montañoso mientras son atravesadas por líneas azules oscuras que, a su vez, en las pinturas III, IV y V, se convierten en ríos.

Lylia Gallo (2002), en su texto “Edgar Silva. Propuesta personal y entorno”, propuso que el distanciamiento de lo humano pudo deberse a cuestiones personales, propias de una época convulsa, que llevaron al artista a imaginar entornos ideales y a anhelar perspectivas de amplitud cósmica. Sobre esto, en entrevista concedida por el pintor a Pilar Quiñónez Galvis, publicada en el suplemento cultural del diario Vanguardia Dominical (19 de junio de 1988), Silva señala que, ante lo sombría que podía ser la vida cotidiana, el color le permitía soñar con paisajes interplanetarios, estrellas y cometas que solo pueden conocer los personajes de las obras de ciencia ficción.

Arte y educación

Para Edgar Silva era fundamental que la educación artística se complemente con la investigación (Gallo, 2002). Le preocupaba que las Ciencias Humanas y Sociales se hubiesen alejado institucionalmente de la malla curricular de la Escuela Bellas Artes de la Universidad Nacional. Por esto, siendo profesor, siempre insistió a sus alumnos que leer y escribir hacía parte de cualquier proceso formativo serio.

De igual manera, mediante su vocación docente, impactó significativamente a nuevas generaciones de artistas. Dos de los curadores de la exposición Beuys y más allá – El enseñar como arte, dedicada a Joseph Beuys y a la pedagogía en el arte, se refirieron en entrevistas a Edgar Silva como uno de los profesores que hizo parte de su proceso formativo en la Universidad Nacional: Humberto Junca (2011), cuyo recuerdo es de la asignatura Dibujo Artístico I, resalta que Silva no sólo le dio las orientaciones básicas para entender la representación mimética del objeto, sino que lo motivó para que se arriesgara a trabajar en formatos más grandes que los acostumbrados y Fernando Escobar (2011), menciona a Silva junto a otros profesores como Santiago Cárdenas, Nirma Zárate, Balbino Arriaga, Martha Fajardo o Germán Rubiano, Ivonne Pini, Martha Rodríguez, Natalia Gutiérrez, Rolf Abderhalden, Miguel Ángel Rojas, Gustavo Zalamea, María Elena Bernal, Raúl Cristancho, Dioscórides Pérez, Diego Mazuera y Miguel Huertas.

Cronología

1944. Nació el 3 de marzo en Ocaña, Norte de Santander.

1970. Participó en la II Bienal de Arte Coltejer (Medellín).

1971. Fue uno de los artistas que conformaron la exposición “Seis Pintores Jóvenes” en la sede del Banco de la República de Cúcuta.

1972. Participó en la III Bienal de Arte Coltejer (Medellín), en el XXIII Salón de Artistas Nacionales, con su obra Los siete soles de Spitz, y en el Primer Salón de Artes Plásticas de la Universidad Jorge Tadeo Lozano (Bogotá).

1973. Hizo parte de los artistas seleccionados para la II Bienal Americana de Artes Gráficas Museo de Arte Moderno La Tertulia (Cali), donde presentó su serie Paisaje 1, 2, 3, 4 y 5, y participó del XXIV Salón Nacional de Artistas con su obra Luna Acuarius.

1974. Participó en la III Bienal de Grabado Latinoamericano (San Juan, Puerto Rico), en la muestra retrospectiva “24 Salones Nacionales, 1940-1973” en la Biblioteca Luis Ángel Arango (Bogotá) y en el XXV Salón Nacional de Artistas.

1975. Fue seleccionado para ser parte del IV Abril Artístico (Medellín), “Paisajes, 1900 – 1975” y “I Salón de Atenas”, las dos últimas en el Museo de Arte Moderno de Bogotá.

1976. Hizo parte de los artistas de la III Bienal Americana de Artes Gráficas Museo de Arte Moderno La Tertulia (Cali) y del XXVI Salón Nacional de Artes Visuales, con su obra Paisaje No. 7.

1977. Participó en la exposición “Los Novísimos Colombianos” (Caracas), con curaduría de Marta Traba; en la exposición “Pintura colombiana del siglo XX” (La Habana), y en la Primera Bienal de Grabado en América (Maracaibo).

1979. Hizo parte de la IV Bienal de Grabado Latinoamericano (San Juan, Puerto Rico).

1981. Su obra Señales en el espacio (1975) fue incluida en la exposición “365 años de Pintura en Santander”, con curaduría de Lucila González Aranda y Marina González de Cala, realizada por el Banco de la República y la Casa Luis Perú de la Croix (Bucaramanga).

1984. Participó en la I Bienal de la Habana.

1989. Hizo parte, junto a los artistas santandereanos Saturnino Ramírez y María Victoria Porras, de la exposición “Expresiones modernas del dibujo colombiano” del Banco de la República y el Museo de Arte de la Universidad Nacional.

2000. Murió el 6 de marzo en Bogotá.

2004. Su obra Nuestra Señora de las Cascadas (1970) fue incluida en la exposición “Paisajeando”, junto a obras de Marco Ospina, Luciano Jaramillo, Nirma Zárate y Gustavo Zalamea, entre otros, y cuya curaduría estuvo a cargo de Carlos Eduardo Pérez y Juan David Quintero.

Obras en la Colección de Arte del Banco de la República

Título Año Técnica Registro
Eclipse parcial de sol no visible en Colombia 1973 Pintura AP0449
Sin título 1973 Grabado AP0928

Bibliografía

Calderón Schrader. C. (Ed). 50 años. Salón Nacional de Artistas. (1990). Bogotá: Colcultura.

Jaramillo, C. M. (2012). Fisuras del arte moderno en Colombia. Bogotá: Fundación Gilberto Alzate Avendaño.

Quiñónez Galvis, P. (19 de junio de 1988). Edgar Silva. El color como fuente de alegría. Vanguardia Dominical, 891, 6-7.

Rodríguez, M. (2000). Edgar Silva. ArtNexus, No. 36. [Artículo en línea]. https://www.artnexus.com/es/magazines/article-magazine-artnexus/5d6281f6f50564cb1b862405/36/edgar-silva

Rubiano Caballero, G. (1977). Panorama actual. E. Barney Cabrera (Dir.). Historia del arte colombiano. Tomo 7. Bogotá: Salvat Editores.

Rubiano Caballero, G. (2002). Édgar Silva. Una mirada retrospectiva o miradas a una retrospectiva. Édgar Silva. Una mirada retrospectiva. Bogotá: Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia.

Serrano, E. (1975). I Salón Atenas. Bogotá: Museo de Arte Moderno.