Luz Marina Ramírez Faustino
Nombre | Luz Marina Ramírez Faustino |
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Fecha de nacimiento | 02 de octubre de 1955 |
Ocupación | Ciclista profesional |
País de nacimiento | Colombia }} |
Ciudad de nacimiento | Bogotá |
Familia | Leticia Faustino (madre) |
Cargos en los que se ha desempeñado
- Ciclista del equipo Suramericana de Eléctricos (1978)
- Ciclista del equipo Maquipan (1984-1985)
- Ciclista del equipo Postobón (1986)
- Ciclista del equipo Varta-Café de Colombia (1987-1988)
Luz Marina Ramírez Faustino es una precursora del ciclismo profesional femenino nacida en Bogotá en 1955. Formó parte del equipo que corrió la primera Vuelta a Colombia femenina en 1984, disputada entre Cali y Bogotá, dirigido por Efraín “El Zipa” Forero. En la competencia ocupó el octavo lugar. Corrió para los equipos Postobón y Café de Colombia. Estuvo cerca de disputar la versión femenina del Tour de Francia, pero el proyecto no se concretó. Participó de un mundial de ciclismo femenino en Colombia. Se retiró en 1988.
Biografía
Inicios en el ciclismo
Desde pequeña, Luz Marina Ramírez veía con curiosidad la bicicleta que su padre, Roberto Ramírez, panadero, recostaba en el patio de la casa. Un perfil publicado en Universo Centro cuenta esos orígenes.
- Aprendió desde muy niña, a hurtadillas de su papá, que guardaba la [bicicleta] suya en el solar de la vieja casa de La Candelaria, en la doce con segunda, en pleno centro, donde nacieron Luz Marina y sus seis hermanos. Ella, siempre necia, se preguntaba cómo era posible que alguien consiguiera montar en ese aparato y echarlo a rodar sin perder el equilibrio. Muchas caídas después lo comprendió (Libreros, 2019).
A los siete años, su madre, Leticia Faustino, la llevaba los domingos a competencias de triciclos en el Parque Nacional, y cómodamente lograba el primer lugar. A los 14 años una hermana la animó para que participara en una carrera organizada en el barrio donde vivían, en el centro de Bogotá. Como la inscripción equivalía a un salario mínimo, Leticia la patrocinó. Luz Marina se coronó campeona.
A los 15 años ganó una carrera en el pueblo de La Pradera, muy cerca de Subachoque, al occidente de Bogotá.
En esa época el ciclismo era una disciplina reservada exclusivamente para hombres, pero despertó tal inquietud en Luz Marina que decidió armar su propia bicicleta. “Yo fui pionera del ciclismo femenino y me da satisfacción ver lo que sembramos, hoy es una gran realidad”, comentó en agosto de 2018 a través de su cuenta en Twitter.
La bicicleta comenzó siendo una diversión y luego una herramienta de trabajo que le permitió recibir ingresos para comprarse una nueva. Como mensajera, Ramírez repartía panes y dulces hechos en la panadería que dejó su padre antes de abandonar la casa.
- En uno de esos trayectos, tropezó con un viejo amigo que la convidó a un paseo por La Mesa, Cundinamarca, del que participaban otros veinte ciclistas, todos hombres. Un recorrido de tres kilómetros que con cada pedalazo dejaría para siempre a Luz Marina tres lecciones básicas del oficio: la importancia de aprender a correr en equipo, la dureza de las carreteras y esa disciplina insobornable que aún la expulsa de la cama a las cinco de la mañana. “Por supuesto que no era bien visto que una mujer de dieciocho años saliera a correr con puros hombres”, cuenta (Libreros, 2019).
Vivir para los pedales
Luzma, como muchos la conocen, debutó en el ciclismo en 1978. Fue la única mujer entre los 76 participantes que corrieron una clásica entre Apulo, Tocaima, Girardot, y culminó la carrera en el cuarto lugar.
Dejó la bici durante varios años para casarse y dedicarse a su hogar. Más tarde, en 1984, regresó a conformar el equipo Maquipan, el primer equipo femenino de ciclismo liderado por Efraín “El Zipa” Forero, ganador de la primera Vuelta a Colombia, campeón nacional de ruta y campeón centroamericano de la persecución por equipos.
Según Ramírez, no consiguió mejores resultados en su carrera, entre otras razones, porque a Forero como entrenador le faltaba técnica. Las ponía a correr en ayunas y con prisa, porque él debía atender otros compromisos para sobrevivir como ciclista retirado. La rutina la desarrollaban recorriendo Sasaima, La Vega y La Mesa, en el departamento de Cundinamarca.
Ramírez corrió junto a otras precursoras, entre ellas Flor Inés López, Luz Estella Lancheros, Gloria Estela Cardozo y Victoria Awazaco, en el equipo Maquipan, patrocinado por una empresa que fabrica equipos industriales para productos de panadería. Parecía que el pan marcaría su vida y su carrera. [comienzo de cita] Mientras las mujeres luchábamos por hacernos a un lugar, los hombres triunfaban en el exterior. Martín Ramírez, por ejemplo, ganó la Dauphine Libéré en Francia (1984) y logró que se masificara el deporte. Por los transistores se transmitían hasta las carreras de los barrios. Se sentía en el ambiente un furor tremendo por el ciclismo. Es que los colombianos han sido siempre muy cercanos a la bicicleta, era símbolo de trabajo, de esfuerzo. De alguna manera, pedalear representa la lucha diaria de la vida (Libreros, 2019). [final de cita]
Luzma estuvo un año en las filas del equipo Postobón, en 1986, escuadra donde compartió en la categoría profesional con Rosa María Aponte, Ana Espinoza, María Victoria Pineda, Gloria Estela Cardozo, Flor Inés López, Rosa Emma Rodríguez, Olga Mercedes Cruz, Fanny Cecilia Padilla, Margarita Covaleda, las hermanas Astrid y Ruth Ducuara, Marta Luz López, Gloria Soto Aguilar, Nancy Rocío Fernández, Luz Estella Lancheros, Ana Espinoza, Lucila Pachón, Libia Ortega, Victoria Pineda y Victoria Awazaco. Parte de esta selección compitió en el Tour de Francia.
Desde 1987, y por un lapso de tres años, perteneció al equipo Varta-Café de Colombia, donde pedaleó junto a Dorelly Tibaduiza, Rosa Emma Rodríguez y Marta Luz López. En 1988 ingresó a la Selección Nacional y ocupó el puesto ocho en la clasificación general de la Vuelta a Colombia.