Soledad Acosta de Samper

De Enciclopedia | La Red Cultural del Banco de la República
Soledad Acosta de Samper
Datos generales
Nombre Soledad Acosta de Samper
Fecha de nacimiento 05 de mayo de 1883
Nacionalidad Colombiana Bandera de Colombia }}
Ocupación Escritora, periodista e historiadora
País de nacimiento Colombia, Bandera de Colombia }}
Ciudad de nacimiento Bogotá
Fecha de fallecimiento 17 de mayo de 1913
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Ciudad de fallecimiento Bogotá
Familia Joaquín Acosta (padre); Carolina Kemble (madre);
Cónyuge José María Samper


Soledad Acosta de Samper fue una de las figuras más representativas de la literatura colombiana durante el siglo XIX. En su prolífica obra se destacan novelas, estudios historiográficos, biografías, obras de teatro y notas periodísticas. Recientemente se ha podido acceder a escritos de carácter privado como diarios, correspondencia y álbumes. Fue también editora y fundadora de cinco revistas dedicadas al público femenino y tradujo cientos de textos académicos y literarios del inglés y del francés, lenguas que dominaba perfectamente. Pese a la relevancia que tuvo en sus años de vida, durante el transcurso del siglo XX su nombre y obra cayeron en el olvido, hasta que en la década de 1990 empezó a ser ampliamente estudiada tanto por sus aportes en materia de literatura como por haber sido pionera en la problematización de los roles de género.

Biografía

Educación y primeros años de vida

Soledad nació en Bogotá, el 5 de mayo de 1833. Hizo parte de la primera generación de neogranadinos que nacieron y crecieron en el marco del régimen republicano. Su padre, Joaquín Acosta, fue historiador, científico y militar. Había luchado por la independencia de la república junto a Simón Bolívar y posteriormente ocupó varios cargos destacados: ingeniero director de caminos de Cundinamarca, encargado de negocios de la Nueva Granada en Ecuador, Ministro en Washington, ministro de relaciones exteriores, diputado al Congreso, catedrático universitario de Química, director del Observatorio Astronómico y el Museo Nacional, además de participar en múltiples proyectos en geología, geografía e historia (Agudelo, 2015). Su madre, Carolina Kemble, era jamaiquina de ascendencia anglosajona, llegó a la Nueva Granada después de haber conocido a su esposo en uno de sus viajes a Estados Unidos. Ya radicada ahí, pudo dedicarse a dictar algunas lecciones de canto y música, conocimientos que había adquirido en París (Agudelo, 2015).

Soledad fue la única hija del matrimonio entre Joaquín Acosta y Catalina Kemble. Debido a las ocupaciones del padre, su infancia transcurrió entre muchos países. A los cinco años la familia se trasladó a Ecuador, luego, a los doce años vivió un año en Halifax (Nueva Escocia, Canadá) donde su abuela materna y después se trasladó junto a sus padres a París (Francia), donde estudió en dos colegios para señoritas (Biblioteca virtual Soledad Acosta de Samper, 2019). La permanencia en varios países hizo posible que Soledad dominara el español, el inglés y el francés a la perfección. Su padre se empeñó en que recibiera la mejor educación posible y ella aprovechó con creces esa oportunidad. Estudiando en Francia se despertó su avidez de conocimiento. Las lecturas proporcionadas en el colegio fueron complementadas con la enorme biblioteca familiar y las tertulias científicas y literarias que constantemente se realizaban en su casa. En estas reuniones conoció importantes personajes de la ciencia, las artes y las humanidades, como: Alexander Von Humboldt, Alphonse de Lamartine, Jules Michelet, Jean-Marie Duhamel, Jean-Baptiste Boussingault y Edme François Jomard (Agudelo, 2015).

En 1850 la familia regresó a Colombia. Con su padre como mentor, Soledad continuó estudiando. El enorme bagaje intelectual que Soledad había logrado adquirir empezó a manifestarse en ejercicios escriturales como la redacción de un diario, que escribía permanentemente para mejorar sus habilidades, y las traducciones de textos académicos y literarios del inglés y del francés. El ambiente en el cual creció favoreció el cultivo de sus cualidades intelectuales, ya que, al ser una joven de la élite bogotana, podía sortear la ociosidad y el aburrimiento de la cotidianidad leyendo historia y literatura (Plata, 2016).

Matrimonio con José María Samper

Cuando Soledad tenía 19 años murió su padre, lo que experimentó con gran dolor, pues su ausencia representaba la pérdida de un guía en sus búsquedas académicas. Pocos meses después conoció a José María Samper, quien se convertiría en su esposo. Soledad encontró en él alguien que reconocía sus capacidades intelectuales y la valoraba más que como madre para sus hijos. José María también era un humanista, fue escritor, periodista y político, lo que fortaleció rápidamente su relación afectiva con Soledad.

Ante la sociedad bogotana José María era un librepensador, masón y anticlerical. Su reputación se debía a haber sido promotor de algunas leyes que habían escandalizado al clero neogranadino como el matrimonio civil y la expulsión de los jesuitas. Sin embargo, tal como cuenta Soledad, su fe religiosa no se distanciaba mucho, era lo que se podría llamar un católico ilustrado, que aceptaba a Dios no por tradición sino debido a una experiencia espiritual personal (Plata, 2016). Como prueba de esto, en 1855 se casaron por medio del rito católico, y con el tiempo sus ideas más radicales se fueron matizando, acercándose cada vez más al conservadurismo. De hecho, hacia la década de 1870 José María participó activamente del proyecto de la Regeneración y trabajó en la ideación de la Constitución conservadora de 1886.

Consolidación como escritora

En 1858 Soledad y José María se radicaron en Londres y luego en París. Desde París ella se convirtió en corresponsal para los periódicos El Comercio de Lima y El Mosaico de Bogotá, en ambos colaboró con columnas sobre arte, literatura, cultura y moda parisina. El paso de escribir en privado a publicar en periódicos fue crucial para la trayectoria de Soledad. El formato y la forma de divulgación de la prensa marcó su obra. Aunque se valió de diferentes registros y géneros, todos sus escritos aparecieron inicialmente en periódicos y revistas, lo cual es importante porque implicaba ponerse en la escena pública del momento (Alzate y Corpas de Posada, 2016).

En 1864 regresaron a Bogotá. Soledad siguió trabajando como reportera y colaboradora de muchas revistas y periódicos, como: Revista americana, La Prensa, La Ley, La Unión Colombiana, El Deber, El Mosaico, Biblioteca de Señoritas, La Nación y El Eco Literario, además de diversas publicaciones extranjeras (Hincapié, 2012). Sumado a esto se desempeñó como editora y empresaria editorial, fundó y dirigió cinco revistas: La Mujer (1878), La Familia (1884), El Domingo de la Familia Cristiana (1889), El Domingo (1898) y Lecturas para el hogar (1905). También creó las colecciones Biblioteca del Hogar (1902), de la cual solo circuló el primer número, y Biblioteca Histórica, en 1909 (Biblioteca virtual Soledad Acosta de Samper, 2019).

Paralelamente a su trabajo periodístico Soledad empezó a escribir relatos de ficción. En 1986 publicó Novelas y cuadros de la vida sur-americana donde se compilaron tres novelas y algunos relatos cortos: Dolores, Teresa la Limeña, El corazón de la mujer, La Perla del Valle, Ilusión y realidad, Luz y sombra, Tipos sociales: la monja mi madrina y Un crimen. Después de la década de 1870 las novelas de la autora comenzaron a adquirir un carácter histórico y desde 1880 en adelante los estudios historiográficos adquirieron protagonismo en su obra. En su faceta de historiadora resulta muy interesante el marcado interés por darles a las mujeres un espacio en la narrativa histórica. Tradicionalmente la historia había sido escrita por hombres, y en esos relatos las mujeres habían sido invisibilizadas. Ahora bien, el trabajo de Soledad evidencia un esfuerzo por reconocer a la mujer como sujeto histórico activo, lo cual es una apuesta supremamente disruptiva para el contexto de su época.

En 1891 murió José María, su esposo, y Soledad se trasladó a París en compañía de sus dos hijas. Desde ahí siguió escribiendo, trabajó para dos revistas españolas y continuó haciendo traducciones. En 1892 representó al gobierno de Colombia en la Exposición Americanista de Madrid que celebraba el cuarto centenario del “descubrimiento de América”. Ella y Emilia Pardo Bazán fueron las dos únicas mujeres invitadas (Alzate, 2003). En 1896 regresó de nuevo a Colombia, donde se dedicó a proyectos editoriales con motivo de la celebración por el Centenario de la Independencia. (Biblioteca virtual Soledad Acosta de Samper, 2019). Algunos años después, en 1902, se creó la Academia Colombiana de Historia, de la cual fue nombrada miembro honorario. Soledad pasó sus últimos años en Guaduas (Tolima), donde murió en compañía de su hija Blanca el 17 de mayo de 1913.

Las mujeres en la obra de Soledad Acosta de Samper

Durante las últimas décadas la vida y obra de Soledad ha comenzado a ser ampliamente estudiada y divulgada. Lo que se reivindica, además de sus contribuciones en el campo de la literatura, es la forma en que desafía las prescripciones de género, cosa que fue completamente transgresora en su época. Soledad tiene la habilidad de utilizar los códigos patriarcales para subvertirlos, por ejemplo, en varias de sus columnas de prensa manifiesta que el dominio de la política se encuentra por fuera del alcance de las mujeres, sin embargo, al escribir sobre el tema, recomendar lecturas para que las mujeres supieran educar a sus hijos, y transcribir listas de libros y sus tablas de contenido, abría la posibilidad de que las mujeres se interesaran en este campo del conocimiento (D’ Allemand, 2016).

Los esfuerzos de Soledad estaban encaminados a posicionarse desde la intelectualidad criolla, demostrando que estaba a la par de cualquier hombre, y abriendo nuevos espacios para que la mujer burguesa fuera partícipe de la empresa civilizatoria del Estado. La convicción de Soledad era que las mujeres, además del cuidado virtuoso y económico del hogar, debían “ejercer su influjo moral en la cultura política nacional” (D’ Allemand, 2016), lo cual implica la necesidad de insertarse e insertar a las mujeres de su clase en la construcción de la nación colombiana (Aguirre, 2000).

Si bien Soledad fue muy disruptiva al problematizar las desigualdades de género, no lo fue en la problematización de las desigualdades de clase o raza. Esto se ve claramente en el libro La mujer en la sociedad moderna (1895) que resulta muy innovador en cuanto presenta y celebra las vidas de mujeres que considera ejemplares, pero conservador en tanto el mensaje social que transmite es el del respeto por las jerarquías sociales (Acosta, 2016).

Obra

Cargos en los que se desempeño

  • corresponsal de prensa
  • Fundadora y directora de las revistas: La mujer (1878), La familia (1884), El domingo de la familia cristiana (1889), El domingo (1898) y Lecturas para el hogar (1905)


Obras destacadas

Soledad Acosta fue una escritora prolífica: más de 20 novelas, 50 narraciones breves y cientos de artículos de la más variada temática conforman su acervo, entre ellos: Novelas y cuadros de la vida suramericana (1869), Biografía del general Joaquín Acosta, Dolores, Cuadros de la vida de una mujer, La Monja, Un chistoso de aldea (1905), Los piratas en Cartagena (1885), El corazón de la mujer, Luz y sombra e Historias de dos familias.

Por: Santiago Samper

Esta biografía fue tomada de la Gran Enciclopedia de Colombia del Círculo de Lectores, tomo de biografías.

Bibliografía

Acosta de Samper, S. (1901). Biografía del general Joaquín Acosta, prócer de la independencia, historiador, geógrafo, hombre científico y filántropo. Bogotá: Librería Colombiana Camacho Roldán-Tamayo.

Tovar Zambrano, B. (1982). El pensamiento historiador colombiano sobre la época colonial". Anuario colombiano de historia social y de la cultura, N 10 , pp. 5-118. Bogotá.

Enlaces Externos

[1] Así describió la vida de Antonio Nariño

[2] Ella no fue una mujer de su época.

[3] Recuerdos y homenajes a la memoria de Soledad Acosta de Samper Soledad Acosta de Samper ya tiene quien la lea.

[4] “La Biblioteca del Hogar”.

[5] La mujer ideal.

[6] Los piratas del Caribe de Soledad Acosta de Samper.

[7] En memoria de su padre.

[8] Revista La Mujer.