Carmelina Valencia Moncayo

De Enciclopedia | La Red Cultural del Banco de la República
Carmelina Valencia Moncayo
Datos generales
Nombre Carmelina Valencia Moncayo
Fecha de nacimiento 27 de junio de 1969
Nacionalidad Colombiana Bandera de Colombia }}
Ocupación Mujer buscadora, lideresa y cantora
Primaria Instituto Técnico Agropecuario de Candelilla, Tumaco
Bachillerato Instituto Técnico Agropecuario de Candelilla y en un colegio nocturno de Cali
Estudios universitarios Técnico en enfermería en el Instituto Técnico Agropecuario de Candelilla
País de nacimiento Colombia Bandera de Colombia }}
Ciudad de nacimiento Vereda Candelilla, Tumaco, Nariño
Familia Javier David Riascos Valencia (hijo)


Carmelina Valencia Moncayo es una mujer afro que con ocasión de la desaparición de su hijo Javier David Riascos Valencia se convirtió en lideresa para promover la búsqueda no solo de su hijo menor, sino de otras 89 personas que desaparecieron por cuenta del conflicto armado, en Tumaco (Nariño). Participó en la creación de la Asociación de Familiares de Desaparecidos Luz de Esperanza y allí conformó un grupo de mujeres Cantoras de Esperanza y Paz[1] que, a través de arrullos y alabaos, cantos tradicionales del Pacífico Colombiano, hacen visible el fenómeno de la desaparición, hablan de su dolor y promueven la cultura de sus pueblos ancestrales. El grupo lanzó su primera producción musical en 2021, titulada Levanten las voces mujeres[2]. Ha acompañado la entrega digna de los cuerpos de algunas víctimas que han sido recuperados por la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) y sigue innovando con sus métodos para continuar la búsqueda.

Ficha de la mujer buscadora y su búsqueda
Campo Información
Región / Macrorregional UBPD Suroccidente
Departamento y municipio de origen Tumaco, Nariño
Vereda / Barrio Candelilla, Tumaco
Nombre del ser querido desaparecido Javier David Riascos Valencia
Relación Hijo
Estado de la búsqueda Activa, sin hallazgos oficiales
Organización a la que pertenece Asociación de Familiares de Víctimas de Desaparición Luz de Esperanza y Cantoras de Esperanza y Paz de Tumaco

Biografía

I. Aspectos generales de la mujer

Carmelina es una mujer afro que nació en un hogar humilde, de padre y madre cristianos, que tuvieron 12 hijos y que vivieron en la zona rural de Tumaco criando gallinas, marranos, cerdos, patos y vacas. Sus primeros recuerdos están en la vereda Pambilar, que queda a hora y media por vía terrestre del casco urbano del municipio, donde sembraban yuca, zapallo, caña y plátano y alumbraban la casa con lámparas de petróleo. No tenían lujos -dice ella-, pero su alimento estaba asegurado[3]. Cuando sus padres se separaron, los cuatro hermanos más pequeños -entre ellos Carmelina- se quedaron en la finca con el padre. Ella, con apenas ocho años, terminó viviendo en casa de una tía, donde la maltrataron y la obligaron a hacer oficios domésticos, así que con 12 años volvió a Pambilar, pero no encontró las condiciones para vivir con su padre, así que aceptó la oferta de ir a trabajar en casas de familia en Cali. Allí terminó sus estudios e intentó vivir una vida tranquila. Era una joven alegre, que cantaba y bailaba y se ganaba a la gente con su buena energía.

A los 19 años, cuando volvió a Candelilla, el papá la obligó casarse con un hombre con el que vivió 33 años de su vida, pese a los múltiples maltratos que soportó a su lado. Vivieron en Pambilar, allí levantaron una finca en la que sembraban palma de aceite, cacao y cultivaban pescado en una piscina; allí crecieron sus tres hijos, en momentos en los que la violencia llegaba a su territorio. “Yo nunca pensé que la guerra me iba a tocar. Yo me dedicaba a la finca, a la casa, a mis hijos, la violencia estaba como oculta”, recuerda.

Carmelina siempre ha sido inquieta, por eso un día le dijo a su esposo que quería estudiar, aprender algo distinto a trabajar en el campo, cuidar los animales y hacer los oficios domésticos con los que se ganó la vida desde que era una niña. Se tuvo que imponer a las órdenes de su esposo y se inscribió en un técnico de enfermería en el mismo colegio donde cursó sus estudios de primaria y secundaria. Todavía conserva el diploma de grado con la fecha estampada que ella lee orgullosa: 6 de octubre de 2009. Si bien ha recorrido distintos caminos forjando su vida, dice que, al sentirse libre, le falta conocer el camino del amor.

La guerra tocó a su puerta el 15 de septiembre de 2015. Su hijo menor, quien fue producto de una violación de su propio esposo, desapareció en el casco urbano de Tumaco. Con apenas 16 años, Javier David se había ido de la casa a vivir con una chica de la que se enamoró, trabajaba en una fábrica de agua y como mototaxista; Carmelina no estaba de acuerdo con esa decisión, pero vencida por la determinación del muchacho, decidió ayudarle en esa nueva vida. “Era domingo, él había dicho que venía a visitarnos, yo le iba a preparar un ceviche de camarón porque era lo que le gustaba y me fui a conseguir la salsa de tomate”, recuerda Carmelina. A eso de las 10 de la mañana llamaron a su casa a decirle que Javier había salido el sábado de su casa y no aparecía.

Ahí inició una búsqueda que aún no termina y que la ha llevado a visitar campamentos de firmantes de paz, a recorrer ríos y selvas para hablar con cualquier persona que pueda tener información sobre Javier. Hace cuatro años y medio enterró a su esposo, después de cuidarlo en medio de la depresión por la ausencia del hijo desaparecido. “Yo creo que él murió por la tristeza. Cuando yo llegaba a la casa, lo encontraba llorando, no comía ni dormía bien”, dice. Al drama por la muerte de su pareja, se le sumó una disputa con la familia de él. Carmelina relata que le quitaron todo lo que los dos habían construido en tres décadas de trabajo. Y una vez más empezó de ceros[4].

Pese a una vida marcada por la violencia ella no se deja vencer por la tristeza; siguiendo los consejos del hermano Marcial Gamboa, empezó a asistir a reuniones, a juntarse con otras familias buscadoras; así nació la Asociación de Familiares de Desaparecidos Luz de Esperanza, con el apoyo del Andrés Montenegro de la Asociación de Familiares de Desaparecidos del Pacífico Nariñense (ASFADEPAC) y Naya Parra del Colectivo Orlando Fals Borda.

II. Caso específico de búsqueda

Desde el mismo momento en que le avisaron que Javier David había salido de Tumaco y no había llegado a su casa en Candelilla, Carmelina empezó la búsqueda casi por instinto. Ella recuerda que en su vereda había una crisis por falta de gasolina y entonces tuvo que sacar combustible de la planta eléctrica para tanquear el carro y se fue a Tumaco, a la casa de su hijo; luego a la Policía, donde le dijeron que debía esperar 72 horas para declarar que estaba desaparecido. No hizo caso y se fue al Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) a poner la denuncia; luego imprimió fotos de Javier David y las repartió entre los mototaxistas y entre todas las personas que la conocían en el puerto.

Terminó extenuada, pero al día siguiente, hizo contacto con el jefe de las milicias de la extinta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Tumaco que ejercía control armado en la ciudad. Era un hombre muy conocido en el pueblo que hacía parte de la columna móvil Daniel Aldana y que se había negado a entrar al proceso de paz que en ese momento se adelantaba entre esa organización guerrillera y el gobierno de Juan Manuel Santos en La Habana (Cuba).

Declarado en rebeldía frente a las directrices del grupo, este hombre había ya creado lo que sus excomandantes llamaron una bandola[5], es decir, un grupo armado para seguir controlando el negocio del narcotráfico. En Tumaco se les conocía como “Gente del orden”. El sujeto señaló que las FARC, es decir sus excompañeros de armas, tenían en su poder a Javier, pero le prometió que él averiguaría y se lo devolvería. “No te vayas a meter por los lugares feos, ya el caso lo tomamos nosotros y vamos a investigar”. Pero ella no paró: fue a hospitales, a la morgue, al río, siguió repartiendo volantes, tocó en las casas de vecinos y amigos.

El hombre no pudo cumplir su promesa porque después fue asesinado por sus excompañeros de armas, en pleno cese al fuego entre esa guerrilla y la Fuerza Pública y justo el día en el que el entonces presidente Santos anunciaba que se había llegado a un acuerdo final con ese grupo armado, el 13 de noviembre de 2016[6]. Entonces, Carmelina se empezó a meter por los “lugares feos” que le había mencionado el miliciano. Fue a los campamentos donde se “estaban recogiendo los guerrilleros” para hacer dejación de armas y empezar su proceso de reincorporación, convencida de que allá lograría encontrar a su hijo. Ella había escuchado que con el Acuerdo de Paz ese grupo entregaría a los menores de edad que tenían en su poder.

En medio de su dolor y su angustia, escuchó al hermano Marcial Gamboa, un misionero claretiano que ayudaba a la comunidad en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, en la vereda Espriella y que estaba muy conmovido con su caso. El misionero ya era un referente en el trabajo humanitario y en la defensa de los derechos humanos de las comunidades afro del Pacífico. Él le explicó la importancia de que las familias se organizaran frente a la implementación del Acuerdo Final que se acababa de firmar, porque se preveía la creación de la UBPD[7] y allí era mejor concurrir organizadas y no presentar casos individuales.

En ese momento, Carmelina empieza a transformar su dolor y su angustia en un torrente de energía para organizar a los demás, dar ideas, elevar la voz y hablar ante escenarios en los que ella nunca se hubiera imaginado estar. Las familias la acogieron, la apoyaron y le entregaron su representación. Con el apoyo del Colectivo Orlando Fals Borda, tanto en lo jurídico y organizativo, como en asistencia psicosocial, en 2017 nació la Asociación de Familiares de Desaparecidos Luz de Esperanza con 33 familias y luego el grupo de mujeres cantoras, con 21 integrantes[8] .

En la Asociación, Carmelina empezó a entender la dimensión de la desaparición forzada en su municipio. Cada vez que hacían reuniones se unían más familias y se conocían más y más casos en los que ella se vio reflejada. Encontrarse en el dolor de otras mujeres, las llevó a crear el grupo de cantoras, que ella describe como la oportunidad de alzar la voz, seguir la búsqueda por otros métodos y llegar a lugares a los que no podían entrar de otra forma. Los arrullos y alabaos, ritmos tradicionales de la cultura afrocolombiana del Pacífico, fueron la mejor manera de pasar las fronteras que otros les imponían. “Entre más lejos me invitan, yo más rápido me voy porque tengo la esperanza de encontrar a mi hijo”. Por eso las letras de las cantoras reflejan la búsqueda, el dolor, la espera, el vacío y la esperanza.

III. ¿Qué hace particular su búsqueda?

1. Hitos: aspectos a resaltar

El dolor por la desaparición de su hijo y la necesidad de buscar hicieron que Carmelina desarrollara una capacidad que ella no conocía para impulsar a las otras mujeres a denunciar y a unirse para hacerse más fuertes en la búsqueda. Ella se ha identificado con otras mujeres que, como ella, salieron de sus labores domésticas y de cuidado para irrumpir en el ámbito público y aprender a reclamar sus derechos, a escudriñar la peligrosa y agreste geografía de su territorio y enfrentar a quienes han intentado impedir su búsqueda.

Ella misma reconoce que al ser la más arriesgada de ese primer grupo de familiares buscadores, la nombraron vocera y líder de la Asociación. Había demostrado su arrojo al hablar con el jefe disidente de la columna móvil Daniel Aldana de las FARC y al meterse al monte buscando a las personas que le podrían dar información sobre la desaparición de su hijo. Su voz era fuerte y su determinación a toda prueba.

Ya como lideresa de la Asociación e impulsada por el hermano Marcial, se fue a reuniones en Pasto y Bogotá, para contactar a otras mujeres que se estaban organizando también para buscar a sus seres queridos. Con el apoyo del Colectivo Orlando Fals Borda organizó a las familias de algunas zonas rurales de Tumaco para recoger información de cada una de las víctimas y lograron darle una estructura jurídica a la organización en 2019. Empezaron con 30 casos hasta que completaron 90; su esfuerzo era ahora visibilizar el fenómeno de la desaparición en el puerto, porque no se conocía la dimensión de ese delito en su territorio.

Fue a audiencias públicas, a eventos en diferentes lugares del departamento y aprendió eso que las organizaciones llaman incidencia, que no es otra cosa que llegar a las instituciones públicas y organismos humanitarios para que incluyeran a Tumaco en los planes de búsqueda. Así lograron que la primera directora de la recién creada UBPD, Luz Marina Monzón, recibiera de manos de Carmelina, en representación de la Asociación, la primera carpeta con la documentación de 39 víctimas.

En ese ejercicio, Carmelina fue consciente de que la mayoría de las personas que impulsan la búsqueda son mujeres adultas mayores y entonces empezaron a trabajar para mejorar su situación. Gestionaron proyectos productivos para que ellas puedan tener sus ingresos, mejorar su calidad de vida y de paso, avanzar hacia la autonomía económica, y formarse para luchar contra otro de los males que las aquejan: las violencias basadas en género . La historia que había vivido Carmelina desde niña era una réplica de lo que había sucedido y les seguía sucediendo a las mujeres de Tumaco . Y así, la música de las cantoras también se puso al servicio de estas denuncias y de esta lucha como lo dejaron plasmado en estos versos:

“La paz, la paz, no es difícil de alcanzar
la paz, la paz, sí la podemos lograr,
mujeres todas queremos que no nos maltraten más,
mujeres todas queremos que no nos maltraten mal,
pero si no nos unimos no lo podremos lograr”

El 10 de julio de 2018 la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) abrió el macrocaso 02 que prioriza la grave situación de violaciones a los derechos humanos y graves infracciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH) que afectan a pueblos indígenas, comunidades negras, afrocolombianos, campesinos, mujeres y personas LGBTIQ+ de los municipios de Tumaco, Ricaurte y Barbacoas, en el departamento de Nariño . Carmelina y su familia hacen parte de las 105.241 víctimas acreditadas.

En este momento, ese tribunal de paz investiga y documenta cerca de 3.000 hechos victimizantes presuntamente cometidos por integrantes de las extintas FARC y miembros de la Fuerza Pública en esos municipios, entre 1990 y 2016. Teniendo en cuenta que el 80% del territorio es colectivo (84 resguardos indígenas y 30 consejos comunitarios,) la magistratura ha hecho un diálogo intercultural y de articulación con otras jurisdicciones y ha desarrollado una práctica restaurativa que tenga en cuenta estos enfoques.

2. Acentos

La búsqueda de Carmelina se ha desarrollado casi por instinto, como ha sucedido en la mayoría de los casos en los que las víctimas pertenecen a comunidades étnicas o rurales y que están en extrema vulnerabilidad. Ella misma reconoce que ha cambiado sus métodos, primero recorrió el municipio de Tumaco preguntando por su hijo, luego hizo contacto con el jefe del grupo armado que ejercía el control en el territorio y, ante la falta de respuestas concretas decidió, entonces, recorrer la extensa ruralidad de su municipio para contactar a la guerrilla que estaba a punto de desmovilizarse. Más adelante, cuando emergió su liderazgo e hizo parte de la Asociación Luz de Esperanza, no dudó en sumarse a otras familias y participar de todas las actividades institucionales para que sus casos se tramiten en las entidades del Sistema Integral de Paz: la JEP, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y no Repetición (CEV) y la UBPD, creado por el Acuerdo Final. Aun así, nunca ha dejado de recorrer el territorio tras una pista o un indicio. Antes lo hacía sola, asumiendo muchos riesgos. Ahora lo hace con el grupo de Mujeres Cantoras Esperanza y Paz, cantando arrullos y alabaos, como uno titulado Pregunto, que fue la tercera producción del grupo del cual también grabaron un videoclip en diciembre de 2024. En el video aparecen con trajes blancos y coloridos accesorios tradicionales, entonando este verso : “Pregunto, vuelvo y pregunto, y me vuelvo a preguntar ¿hasta cuándo reuniones?, ¿cuándo los van a entregar?”

Estos cantos tradicionales de la cultura afro del Pacífico colombiano combinan elementos africanos y católicos y los han usado para transmitir la búsqueda, el dolor, la solidaridad y la esperanza de encontrar a sus seres queridos. Los alabaos son cantos fúnebres que entonan durante los velorios que acompañan el alma del difunto hacia la eternidad. Los arrullos son canciones de cuna que se usan para pedir milagros y celebrar la vida. En la cultura afro se vive en una familia extendida que es la comunidad y todos viven el dolor, la angustia, la alegría de sus integrantes. En el caso de las heridas que les ha dejado el conflicto, el canto ha servido para unirse y luchar desde la espiritualidad y la solidaridad comunitaria.

En ese video clip, varias mujeres cantan versos sobre sus familiares. Algunas los nombran directamente, otras aluden al dolor y al vacío que dejaron en sus vidas. Carmelina canta así: “Cuando mi hijo se fue Yo lo quedé esperando Quiero volverlo a ver Y no sé dónde encontrarlo”

Luego todas responden repitiendo el mismo verso como muestra de que el dolor es compartido. Estos cantos además de servir de terapia para las mujeres, les ayuda a tramitar la angustia que les produce no poder cumplir con los ritos funerarios tradicionales. Así lo explica Carmelina: “Cuando se muere un familiar, le hacemos su velorio de dos días, bambuqueado con bombos y cununos, su última noche después de nueve noches de rezos después del entierro y luego de pasar un año con el duelo, le hacemos el cabo de año con los vecinos, la comunidad, la vereda. Así descansamos porque hemos hecho el proceso y la persona puede descansar” . Carmelina dice que no sabía que tenía ese don y esa capacidad para hacer todo lo que ha hecho. Reconoce que el camino recorrido ha sido duro porque se ha tenido que enfrentar a la indolencia del país, a los trámites eternos de las instituciones, a la rudeza de los victimarios. Dice que le falta mucho por aprender y admite que es posible que no logren el objetivo de encontrar a todos sus seres queridos, pero dice que continuará en su búsqueda, que no hay motivos para parar y que ahora su búsqueda la hace a través del baile. “No me voy de rumba, pero si me entero de alguna festividad encuentro la manera de llegar hasta allá, así sea en las últimas montañas de Colombia. Voy a ver si lo puedo ver por ahí, de pronto lo puedo reconocer” .

IV. Contextos y circunstancias de la desaparición y la búsqueda

Por su ubicación geográfica, Tumaco ha sido escenario, durante diferentes etapas del conflicto armado, de graves y constantes violaciones a los derechos humanos e infracciones al DIH. Por un lado, es uno de los principales puertos sobre el Pacífico y, además, mantiene flujos fronterizos con Ecuador. Hace parte de una subregión del Pacífico Nariñense cuya geografía favorece el tránsito de todo tipo de economías por el mar, por varios ríos y por los esteros. Es una región de difícil acceso y además tiene territorios con manejo especial como zonas de reserva forestal, el Parque Nacional Natural Sanquianga y territorios colectivos (indígenas y afros).

Estas características, además de la poca o nula inversión social y la escasa presencia del Estado, han favorecido la proliferación de economías ilegales basadas en el cultivo y el procesamiento de la coca, la minería ilegal, la explotación de madera y el contrabando de armas. Estas condiciones, lejos de favorecer al puerto, lo han convertido en un lugar apetecido por diferentes grupos armados.

Al revisar la historia, el recrudecimiento del conflicto armado inició en la década de los 2000 con la expansión de las guerrillas de las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y la posterior llegada de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) pese a que, desde los noventa, el cartel de Cali hacía presencia en esta región a través Jairo Aparicio Lenis, uno de los testaferros de Helmer ‘Pacho’ Herrera, para consolidar su negocio de narcotráfico. Ese período fue conocido como de “La Hacienda”.

En Tumaco, específicamente, las FARC tuvieron momentos de auge y declive en medio de una disputa con el ELN y luego con el Bloque Libertadores del Sur y el Bloque Central Bolívar, dos facciones de las AUC, hasta lograr su consolidación en el departamento, a través de tres estructuras, el Frente 29 y las columnas móviles Mariscal Sucre y Daniel Aldana, esta última con jurisdicción en el municipio de Tumaco. Estas disputas se tradujeron en graves afectaciones a las comunidades indígenas y afrodescendientes que sufrieron desplazamientos, masacres, asesinatos selectivos de los liderazgos más sobresalientes, además de confinamiento, desaparición y violencia sexual.

“En Tumaco, tras la desmovilización paramilitar de 2005, las FARC se enfrentaron y cooptaron buena parte del personal de los grupos armados posdesmovilización. Motivados por las ventajas comparativas que ofrecía, y ofrece, la economía cocainera en la zona, las FARC, en específico, el Frente 29 y la columna móvil Daniel Aldana, para 2012 – 2013, terminaron derrotando y cooptando a buena parte de las estructuras rurales y urbanas de la banda criminal Los Rastrojos en la zona. Algo que en parte explica los problemas de acción colectiva que atravesó esta estructura en la fase de reincorporación a la vida civil luego de firmado el Acuerdo Final, pues sus vínculos con milicianos y colaboradores parecen ser más laxos, o al menos, menos orgánicos si los comparamos con otras estructuras farianas” , explicó en su momento el Centro de Investigación y Educación Popular/Programa Por la Paz (Cinep/PPP) en una investigación sobre las transformaciones del conflicto armado en Tumaco.

De esa manera, cuando inició la negociación entre las FARC y el gobierno de Juan Manuel Santos, en 2012, la situación humanitaria en Tumaco era asfixiante. Las notas de prensa y las denuncias de las organizaciones de derechos humanos así lo dejaban ver. Una nota de La Silla Vacía lo catalogó como una “bomba de tiempo” , mientras que otros analistas destacaron que este municipio sería una prueba de fuego para la desmovilización de esa guerrilla y la implementación del Acuerdo Final. “En Tumaco los cultivos de coca se dispararon a partir de 2013, al pasar de 6.611 a 16.046 hectáreas en 2019, convirtiéndolo en el municipio con mayor número de plantaciones”, señala un informe del Periódico de la Universidad Nacional de Colombia .

Esto significó que para algunos integrantes de la columna móvil Daniel Aldana no fuera atractivo suscribir el Acuerdo de Paz de 2016. Un análisis del Instituto Colombo Alemán para la Paz (CAPAZ) señala que la expansión de la economía de drogas ilícitas tuvo un peso específico en la conformación de nuevos grupos a partir de disidentes de las FARC.

“Desde el 2012, estructuras locales de las FARC en el municipio de Tumaco construyen relaciones sólidas tanto con narcotraficantes como con colonos y cultivadores, y esto explica la persistencia de grupos disidentes que básicamente siguen controlando los mismos espacios y corredores estratégicos en la cadena del narcotráfico. En el nuevo panorama las FARC ya no tienen el control hegemónico que lograron tener en esta zona alrededor del 2014, sino que las estructuras disidentes se disputan tal control entre sí y con otros actores armados”, señala el estudio .

En este contexto, se dio la desaparición de Javier David. Carmelina tuvo que adelantar su búsqueda en medio de estas disputas, mientras unos y otros grupos ejercían un fuerte control social sobre las comunidades. Lo que vino después de la desmovilización de las FARC fue un incremento importante del número de homicidios y otras victimizaciones.

De acuerdo con la UBPD, el universo de personas dadas por desaparecidas en el departamento de Nariño, entre 1956 y 2016, asciende a 4.050; de estas, 1.868 desaparecieron en el Pacífico Nariñense, cifra que representa el 46% de los datos a nivel departamental . Tumaco registra 866 personas desaparecidas. La población afectada fue, en su mayoría, hombres jóvenes y adultos cuya ocupación principal era la agricultura, la pesca, el mototaxismo, taxismo, economías informales y jóvenes que llegaban a sus hogares después de prestar el servicio militar.

“En general, la desaparición se dio a causa del señalamiento y estigmatización, la trata de personas, el reclutamiento y vinculación a organizaciones guerrilleras, grupos paramilitares y grupos de seguridad privada, evidenciando que en estos sectores etarios se concentró una mayor vulnerabilidad”, dice el Plan Regional de Búsqueda del Pacífico Nariñense.

Cronología

• 1969 (27 de junio): Nace en la vereda Candelilla de Tumaco (Nariño). • 1999 (18 de mayo): Nace Javier David, el hijo menor de Carmelina, producto de una violación de su propio esposo. • 2009: Carmelina obtiene su grado en técnico de enfermería, pese a la oposición de su esposo. • 2015 (15 de septiembre): Desaparece Javier David en Tumaco. • 2015: Miembros de la columna móvil Daniel Aldana, una de las estructuras más fuertes de la extinta guerrilla de las FARC en el Pacífico Nariñense se declaró en rebeldía ante la máxima dirección del grupo y dice que se aparta del Acuerdo de Paz que se estaba discutiendo desde 2012 en La Habana (Cuba). • 2016: Se firma el Acuerdo Final entre la antigua guerrilla de las FARC y el Estado colombiano. Se consolidan las disidencias de ese grupo armado en Tumaco y otros municipios del Pacífico Nariñense. • 2017: Carmelina y otras familias buscadoras de Tumaco crean la Asociación Luz y Esperanza con el apoyo de Fundepaz y del Colectivo Orlando Fals Borda. • 2018 (10 de julio): La JEP abre el macrocaso 02 que prioriza la situación territorial de Tumaco, Ricaurte y Barbacoas (Nariño). • 2019 (19 de marzo): Nace el grupo de Cantoras Esperanza y Paz con 21 mujeres que hacen parte de la Asociación Luz de Esperanza. • 2020 (14 de diciembre): El Colectivo Fals Borda anuncia que una de las integrantes del grupo de Cantoras Esperanza y Paz de Tumaco logró reencontrarse con su hermano dado por desaparecido hace 13 años. • 2021 (16 de junio): Muere el esposo de Carmelina. Ella dice que murió de tristeza por la desaparición de su hijo. • 2021 (25 de junio): Las Cantoras Esperanza y Paz de Tumaco lanzan su primer trabajo musical titulado Levanten las voces mujeres y un videoclip con el apoyo del grupo Plu con Pla, conformado por jóvenes músicos de Tumaco y producido por El Espectador. • 2024 (11 de abril): Se lanza el documental Por cielo y tierra, producido por la UBPD, en el que participan varias mujeres de la Asociación y del grupo de Cantoras, entre ellas, Carmelina. • 2024 (5 de diciembre): Las Cantoras lanzan su tercer trabajo musical y videoclip titulado Pregunto, dedicado a sus esfuerzos de búsqueda de personas desaparecidas.

¡La búsqueda nos une!

Si tienes un ser querido desaparecido o conoces la suerte y/o el paradero de una persona desaparecida en razón y en contexto del conflicto armado, antes del 1 de diciembre de 2016, comunícate con la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas:

https://unidadbusqueda.gov.co/ @UBPDColombia en todas las redes sociales (+57) 3162783918 servicioalciudadano@unidadbusqueda.gov.co

Referencias


Castrillón, Gloria. Entrevista virtual a Carmelina Valencia, septiembre de 2025. Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep). Transformaciones del conflicto armado y conflictividades sociales en San Andrés de Tumaco. Bogotá: Cinep, 2019. Disponible en: https://www.cinep.org.co/publi-files/PDFS/20190928_TransformacionesConflictoTumaco.pdf. Colectivo Orlando Fals Borda. Pregunto. Cantoras Esperanza y Paz de Tumaco, 5 de diciembre 2024. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=kN2e98gYH9o. Colombia+20. Mujeres de Tumaco lanzan proyectos para prevenir la violencia de género, 29 de enero de 2022. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=fsp4UAGDC2U. Comisión de la Verdad. El duelo no les quiebra la voz, 13 de julio de 2020. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=mSh5ZDZ3Vdc. El Espectador. Levanten las voces mujeres y Plu con Pla, Cantoras de Tumaco, 25 de junio de 2021. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=u1tC3gmhjio. Instituto Colombo Alemán para la Paz (Capaz). Dinámicas territoriales de la violencia y del conflicto armado antes y después del Acuerdo de Paz con las FARC-EP Estudio de caso: municipio de Tumaco, Nariño. Bogotá: Capaz, 2018. Disponible en: https://www.instituto-capaz.org/wp-content/uploads/2018/11/Capaz-7-baja.pdf. Jurisdicción Especial para la Paz. Caso 02 - Prioriza la situación territorial de Tumaco, Ricaurte y Barbacoas (Nariño). Disponible en: https://www.jep.gov.co/macrocasos/caso02.html#container. Jurisdicción Especial para la Paz. En el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas recordamos la historia de Carmelina Valencia, una madre buscadora del Pacífico Colombiano, 30 de agosto de 2024. Disponible en: https://www.facebook.com/ColombiaJEP/videos/en-el-d%C3%ADa-internacional-de-las-v%C3%ADctimas-de-desapariciones-forzadas-recordamos-la/493347710163036/. La Silla Vacía. “Las FARC mataron a ‘don Y’”, 16 de noviembre de 2016. Disponible en: https://www.lasillavacia.com/silla-nacional/pacifico/las-farc-mataron-a-don-y/. La Silla Vacía. “Tumaco, una bomba de tiempo silenciosa”, 16 de agosto de 2013. Disponible en: https://www.lasillavacia.com/silla-nacional/pacifico/tumaco-una-bomba-de-tiempo-silenciosa/#. Misión de Verificación de la ONU. Rueda de Prensa Mecanismo Monitoreo y Verificación, 4 de noviembre de 2016. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=jIbrzv1JtBE. Periódico UNAL. “El posacuerdo llegó con violencia a Tumaco”, 22 de febrero de 2021. Disponible en: https://periodico.unal.edu.co/articulos/el-posacuerdo-llego-con-violencia-a-tumaco/. Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas. Plan Regional de Búsqueda Pacífico Nariñense, 2025. Disponible en: https://unidadbusqueda.gov.co/wp-content/uploads/2025/01/PRB-PACIFICO-NARINENSE.pdf. Créditos Investigación: Gloria Castrillón Pulido para el Banco de la República. Proyecto adelantado con el apoyo de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), septiembre de 2025.

  1. Ver más: https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/comision-col/id/476/rec/17
  2. El Espectador, Levanten las voces mujeres y Plu con Pla, Cantoras de Tumaco, 25 de junio de 2021. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=u1tC3gmhjio
  3. Gloria Castrillón, entrevista virtual a Carmelina Valencia, septiembre de 2025.
  4. Ibid.
  5. Misión de Verificación de la ONU, Rueda de Prensa Mecanismo Monitoreo y Verificación, 4 de noviembre de 2016. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=jIbrzv1JtBE
  6. La Silla Vacía, “Las FARC mataron a ‘don Y’”, 16 de noviembre de 2016. Disponible en: https://www.lasillavacia.com/silla-nacional/pacifico/las-farc-mataron-a-don-y/
  7. El Acuerdo Final se firmó en el Teatro Colón de Bogotá, el 24 de noviembre de 2016.
  8. Comisión de la Verdad, El duelo no les quiebra la voz, 13 de julio de 2020. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=mSh5ZDZ3Vdc