Leopoldo Rother
Leopoldo Rother | |
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Información | |
Nombre | Leopoldo Rother |
Fecha de nacimiento | 1884 |
Nacionalidad | Alemán |
Seudónimo | Papá Rother |
Ocupación | Arquitecto y pedagogo |
País de nacimiento | Alemania |
Ciudad de nacimiento | Breslau |
País de fallecimiento | Colombia |
Ciudad de fallecimiento | Bogotá |
Fecha de fallecimiento | 1978 |
Profesionales | Arquitectura, Universidad de Karlsruhe, Breslau, Berlín. |
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Biografía
Arquitecto, pedagogo y melómano alemán (Breslau, 1884-Bogotá, 1978). Leopoldo Rother hizo el bachillerato o gimnasio clásico con énfasis en humanidades, y complementó su educación con clases de pintura en acuarela e interpretación del violonchelo. En 1913 inició estudios de arquitectura en la Universidad de Karlsruhe, pero a raíz de la primera Guerra Mundial tuvo que suspenderlos para prestar el servicio militar. Una vez terminado el conflicto, reinició su educación superior, primero en Breslau, su ciudad natal, y luego en Berlín-Charlottenburg, donde se graduó en 1920, con una mención en arquitectura clásica y una clasificación sobresaliente. En 1923 aprobó el examen de arquitectura de gobierno, lo que le dio el derecho a ingresar a la carrera administrativa como funcionario del Estado de Prusia.
Dos años después fue declarado inamovible en su posición de arquitecto del Estado, cargo del que fue retirado en 1935, de acuerdo a la legislación nazi, por la religión incierta de sus padres. Desde que Leopoldo Rother se graduó comenzó a trabajar como residente del Estado alemán y participó en varios concursos de arquitectura.
A partir de su ingreso a la carrera administrativa y de su confirmación, en 1925, como arquitecto del Estado, comenzó a realizar sus primeras obras: entre 1925 y 1926, el edificio del juzgado de primera instancia y presidio de Oldenburg, en la comarca de Holstein, en el norte de Alemania; entre 1926 y 1929, el diseño y construcción del conjunto de más de trece edificios distintos, incluidos los campos deportivos, de la Academia de Minería de Clausthal-Zellerfeld en el Harz; sobresale allí el paraninfo, pues el tratamiento del espacio es una mezcla entre el neogótico y el moderno. Entre 1930 y 1935 fue encargado por la entonces República de Weimar para dirigir el diseño y construcción del moderno reformatorio carcelario de Branderburg am Havel, el cual fue concebido como institución modelo, ensayo de reforma penitenciaria en el que se rompió con el rígido sistema de panóptico y se intentó integrar a , los presos en el proceso de trabajo moderno (industrial). A lo largo de estos años, Rother participó, por lo menos, en doce concursos de arquitectura, en los que obtuvo segundos premios y menciones. Con esta actividad extralaboral, Rother no sólo consiguió habilidad y madurez como proyectista, sino que también pudo variar, sin muchos contratiempos y sobresaltos, su concepción arquitectónica hacia el Bauhaus. Tres meses después de haber terminado el reformatorio de Branderburg, Rother fue destituido de su cargo. Esta situación fue muy difícil para él, pues desde 1927 se había casado con la profesora de música Susana Trevenfels, y tenía una hija, nacida en 1928, y un hijo, nacido en 1931; además, la situación política en Alemania era insoportable. Decidió, entonces, emigrar y aprovechó que el gobierno colombiano, dirigido por el presidente Alfonso López Pumarejo, estaba contratando arquitectos para trabajar en la Dirección de Edificios Nacionales en Bogotá. Rother viajó a Colombia por barco, en mayo de 1936, y rápidamente se adaptó al frío del páramo.
Al poco tiempo de su llegada a Bogotá, Rother fue encargado del proyecto de la Ciudad Universitaria, trabajo para el cual, sin duda, estaba preparado, y que fue el más importante de su vida profesional. En ese complejo, a semejanza de los campos universitarios americanos, debían reunirse las dispersas facultades de ingeniería, medicina y derecho, junto con otras nuevas: química, arquitectura, veterinaria, agronomía, economía, administración, filosofía y otras; a las cuales se agregaron algunos institutos de investigación, como el de ciencias naturales, viviendas para estudiantes y profesores, y zonas de recreación y deporte. Con la ayuda pedagógica del también alemán Fritz Farsen, Rother diseñó y planeó una ciudad universitaria oval o elíptica, con cinco zonas básicas: la académica, la de servicios comunes y administración, la deportiva, la de vivienda y la explanada central o vacío. Esta estructura inicial se ha mantenido, aunque con algunas variaciones introducidas por la construcción de edificios (de distintos estilos y tendencias) en la explanada central, y el deterioro estético de algunos edificios y áreas como la deportiva.
En 1938, se vinculó como profesor a la recién fundada Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, la primera de su género en Colombia. Durante cuarenta años consecutivos ejerció la cátedra, especialmente de teoría de la arquitectura, no sólo en la Universidad Nacional, sino también en la Javeriana, los Andes, la América y la Gran Colombia.
Varias generaciones de arquitectos colombianos, quienes lo llamaban cariñosamente "papá Rother", fueron sus alumnos. A través de sus clases, muchos de ellos tuvieron contacto con la obra de grandes arquitectos contemporáneos: Oud, Dudok, Berlage, Gropius, Le Corbusier y otros más. Salvo un corto período, cuando trabajó en la firma de Arcadio Cuervo y Otto Marmorek, comprendido entre 1942 y 1943, Rother trabajó en la Dirección de Edificios Nacionales hasta 1961. Vivió la apoteosis de esa dependencia y su decadencia. Además de la Universidad Nacional, Rother diseñó para esta división estatal la "ciudad escolar" de Santa Marta, la escuela normal de varones de Pamplona, el hospital de la población antioqueña de Concordia, el estadio de Santa Marta, el complejo arquitectónico del centro cívico y el edificio nacional de Barranquilla, y la plaza de mercado de Girardot, estas dos últimas, obras que impresionaron gratamente en 1948 al arquitecto suizo Le Corbusier. No obstante, a partir de 1950, con el gobierno de Laureano Gómez, las funciones de la Dirección fueron tácitamente paralizadas y el trabajo de Rother pasó, hasta su retiro, sin pena ni gloria. Leopoldo Rother se nacionalizó colombiano en 1948 y siempre mantuvo un sentimiento de agradecimiento por el país que lo acogió, y que en 1977 le otorgó la Cruz de Boyacá en el grado de Oficial.[1]
Referencias
- ↑ Esta biografía fue tomada de la Gran Enciclopedia de Colombia del Círculo de Lectores, tomo de biografías.