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=Fase de disección=
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Terminada la fase más intensa de orogénesis y una vez sedimentados los altiplanos total o parcialmente, la estabilidad altitudinal de los ejes cordilleranos condiciona los procesos sedimentarios a una dinámica hidrogeomorfológica, biológica y climática particular que se sujeta a umbrales específicos de funcionamiento basados en una temperatura y precipitaciones estabilizadas luego del Pleniglacial, una esquema particular de circulación de vientos y un rango altitudinal que para los altiplanos corresponde a que los cambios climáticos y bióticos ya no presentan una fluctuación muy amplia y se ubican en los pisos bioclimáticos por encima de los 2000 m y por debajo de los 3400 m. Esta situación hace que se puedan considerar unas condiciones específicas de la dinámica y organización física de los altiplanos.<br>Estas condiciones se ven reflejadas en el establecimiento de una red de drenaje que comienza su organización aluvial buscando profundizar cauces por procesos de disección y arrastre de materiales. Los altiplanos inician una fase de transformación topográfica que se observa en la formación de terrazas aluviales, cono-terrazas, cubetas de inundación, diques etc. Estas geoformas se forman autónomamente, transforman el paisaje "plano" hacia una tendencia progresiva hacia el encañonamiento (como hoy sucede con el altiplano de Pasto y Tunja) o de disección profunda. En los altiplanos es posible identificar varios niveles que corresponden con niveles lacustres, pero también se identifican niveles de terrazas o cono-terrazas ligados a la disección.<br>Las formas de ocupación antrópica comienzan, como antes se dijo, por los conos de deyección laterales. En la medida en que la disección opera se organizan niveles de terrazas o cono-terrazas y se constituyen en espacios menos húmedos (mejor drenados) y por lo tanto más fácilmente aprovechables.<br>Como forma de utilización, lo último que resta en la oferta son los humedales o cubetas de desborde de los ríos. Socialmente, los humedales se afectan por el proceso generalizado de rellenos artificiales para vivienda o fincas.<br>Por lo anterior, cada uno de los altiplanos se subdividió en niveles, en general, alto, medio y bajo. Estos niveles corresponden a las etapas de formación que se han mencionado.<br>La parte alta de un altiplano corresponde, además de las cuencas altas (montañas) a las colinas que bordean los rellenos lacustres, los conos de deyección y las terrazas altas; espacios de buen drenaje e históricamente los más utilizados por las formas de ocupación. La parte media de un altiplano corresponde con las terrazas medias aún encharcables en época de invierno, pero no sin inundaciones por desborde.<br>La parte baja es la más compleja y corresponde con las terrazas bajas, los cauces mayores meándricos de los ríos y sus cubetas de desborde (humedales). Estos espacios por el nivel freático alto y su carácter inundable han sido los últimos en ocuparse por el hombre, recurriendo incluso a los rellenos con escombros para adaptarlos para la construcción urbana (Bogotá, Sogamoso) y para las actividades agropecuarias. En otros altiplanos (Túquerres - Ipiales, Toquilla, Gabriel López, Paletará) la parte baja está casi siempre ocupada por ganadería extensiva pero no con vivienda.<br>Con lo anterior se muestra que en la medida en que la disección (y desecamiento) de un altiplano avanza se van diferenciando espacios de ocupación antrópica.
Terminada la fase más intensa de orogénesis y una vez sedimentados los altiplanos total o parcialmente, la estabilidad altitudinal de los ejes cordilleranos condiciona los procesos sedimentarios a una dinámica hidrogeomorfológica, biológica y climática particular que se sujeta a umbrales específicos de funcionamiento basados en una temperatura y precipitaciones estabilizadas luego del Pleniglacial, una esquema particular de circulación de vientos y un rango altitudinal que para los altiplanos corresponde a que los cambios climáticos y bióticos ya no presentan una fluctuación muy amplia y se ubican en los pisos bioclimáticos por encima de los 2000 m y por debajo de los 3400 m. Esta situación hace que se puedan considerar unas condiciones específicas de la dinámica y organización física de los altiplanos.
 
Estas condiciones se ven reflejadas en el establecimiento de una red de drenaje que comienza su organización aluvial buscando profundizar cauces por procesos de disección y arrastre de materiales. Los altiplanos inician una fase de transformación topográfica que se observa en la formación de terrazas aluviales, cono-terrazas, cubetas de inundación, diques etc. Estas geoformas se forman autónomamente, transforman el paisaje "plano" hacia una tendencia progresiva hacia el encañonamiento (como hoy sucede con el altiplano de Pasto y Tunja) o de disección profunda. En los altiplanos es posible identificar varios niveles que corresponden con niveles lacustres, pero también se identifican niveles de terrazas o cono-terrazas ligados a la disección.
 
Las formas de ocupación antrópica comienzan, como antes se dijo, por los conos de deyección laterales. En la medida en que la disección opera se organizan niveles de terrazas o cono-terrazas y se constituyen en espacios menos húmedos (mejor drenados) y por lo tanto más fácilmente aprovechables.
 
Como forma de utilización, lo último que resta en la oferta son los humedales o cubetas de desborde de los ríos. Socialmente, los humedales se afectan por el proceso generalizado de rellenos artificiales para vivienda o fincas.
 
Por lo anterior, cada uno de los altiplanos se subdividió en niveles, en general, alto, medio y bajo. Estos niveles corresponden a las etapas de formación que se han mencionado.
 
La parte alta de un altiplano corresponde, además de las cuencas altas (montañas) a las colinas que bordean los rellenos lacustres, los conos de deyección y las terrazas altas; espacios de buen drenaje e históricamente los más utilizados por las formas de ocupación. La parte media de un altiplano corresponde con las terrazas medias aún encharcables en época de invierno, pero no sin inundaciones por desborde.
 
La parte baja es la más compleja y corresponde con las terrazas bajas, los cauces mayores meándricos de los ríos y sus cubetas de desborde (humedales). Estos espacios por el nivel freático alto y su carácter inundable han sido los últimos en ocuparse por el hombre, recurriendo incluso a los rellenos con escombros para adaptarlos para la construcción urbana (Bogotá, Sogamoso) y para las actividades agropecuarias. En otros altiplanos (Túquerres - Ipiales, Toquilla, Gabriel López, Paletará) la parte baja está casi siempre ocupada por ganadería extensiva pero no con vivienda.
 
Con lo anterior se muestra que en la medida en que la disección (y desecamiento) de un altiplano avanza se van diferenciando espacios de ocupación antrópica.
 
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Revisión del 03:12 4 jul 2017

Qué es

En la media y alta montaña de los Andes colombianos, entre altitudes de 2300 a 3200 metros, se encuentran relieves planos de origen tectónico, caracterizadas por haber sido lagos y tener una estructura hidrográfica más o menos cerrada, estas estructuras presentan extensiones variadas y etapas de formación diferenciadas de acuerdo con el proceso de sedimentación del lago.Etapas de formación de los altiplanos

Génesis

Los altiplanos son formas comunes a los grandes sistemas montañosos del planeta, así tanto en los Pirineos como en los Alpes, en el Himalaya y desde luego, en los Andes (Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia) es frecuente encontrar este tipo de sistemas. La génesis de los altiplanos se relaciona con la actividad tectónica, previa al levantamiento y plegamiento de las cordilleras. La formación de estos, es un proceso dependiente de factores climáticos, tectónicos y en algunos casos volcánicos.

En la evolución genética de los altiplanos se pueden diferenciar etapas fundamentales de formación que corresponden a los momentos tectónicos más relevantes en la formación de los Andes y a los cambios climáticos más influyentes en los procesos sedimentarios.

Fase tectónica

Inicialmente, los altiplanos son depresiones de origen tectónico. Estas se generan como producto de los fenómenos de compresión en diferentes fases del sistema cordillerano. Esta presión constante de las placas fundamentales y el levantamiento es la causa del amplio sistema de fallamiento que acompaña el levantamiento andino y que influye directamente sobre la creación de depresiones intermontañas (que originan mares someros, actualmente ocupados por los valles de los ríos que separan las cordilleras) e intramontañas que pueden dar origen a cuencas de tracción o a concavidades formadas en la interacción de fallas paralelas, perpendiculares, sinclinales y anticlinales que se hunden tras el cabalgamiento de fallas durante el plegamiento y levantamiento.

De acuerdo con la información geológica básica (Van der Hammen, 1958; Restrepo y Toussaint, 1988; Fabre, 1983, entre otros) la fase principal de plegamiento del sistema andino se ubica en el Mioceno medio y de acuerdo con el análisis de la cartografía geológica de Ingeominas fue en este episodio en el que se formaron la mayoría de las depresiones en las cuales hoy existen altiplanos.

Fase Lacustre

Las depresiones formadas en el plegamiento del Mioceno continuaron bajo el nivel del mar o por lo menos muy cerca de este. Esta circunstancia permite encontrar en los altiplanos (especialmente en sus bordes o a profundidad) formaciones sedimentarias del Terciario inferior, a veces de características epicontinentales.

Después de la fase miocena de plegamiento y de reactivación de sistemas de fallamiento, las depresiones que posteriormente se constituirían en altiplanos continuaron ocupadas por brazos de mares someros, por lagos o por pantanos. Pero fue con la orogenia andina del Plioceno que las depresiones intramontanas inician una fase inicial de levantamiento donde emergen lentamente siendo receptáculo de agua (lagos incipientes) o áreas expuestas a la disección (cuencas), posteriormente en estas depresiones puede formarse un lago por el represamiento de la salida de los drenajes, bien por un evento volcánico o por movimientos tectónicos que estrechan dicho lugar. Es en la medida en que las cordilleras se levantan que se van consolidando las áreas lacustres, debido al incremento del potencial hidrogravitatorio y al entallamiento de las cuencas que drenan hacia estos lagos, hasta que ya, en el Cuaternario, tras alcanzar posiciones altitudinales similares a las actuales, estos cuerpos de agua se sujetan a cambios relacionados con el clima y desde luego con la capacidad de disección de las cuencas que drenan hacia las áreas más bajas de los altiplanos incipientes.

Para el caso del altiplano conocido como la "Sabana de Bogotá", el ascenso orogénico implicó el paso por los diferentes pisos bioclimáticos cuyo registro palinológico ha sido estudiado en varios trabajos de Van der Hammen (1958, 1985), Van der Hammen et al. (1973, 1982) y Hooghimstra (1984). Estos estudios muestran que el altiplano ascendió ocupado por un lago.

Para los otros altiplanos no podemos afirmar que en su fase orogénica estuvieran ocupados por lagos, pero con seguridad lo fueron por lo menos en el Cuaternario, pues es una característica general el relleno sedimentario de tipo lacustre, que se evidencia en perfiles dotados de gruesas capas de arcillas, turba y en general materiales que indican un alto grado de humedad en el periodo de su formación. Este es el segundo criterio fundamental para la definición de un altiplano.

De otra parte, el análisis topográfico muestra una organización general hidrográfica de cuenca más o menos cerrada y de forma ovalada que drenaba o drena hacia el lago interior. Lo que en el presente se corrobora al analizar el sistema de drenaje que presenta áreas de divagación o inundación en los espacios que han sido el lago más reciente.

Altiplanos Colombianos

Tipo Nombre Localización Cuenca Hidrográfica Altura m.s.n.m.
1. Grandes lagos en proceso de sedimentación Lago Guamués D. Nariño, M. Pasto Putumayo 3000
Lago de Tota D. Boyacá, M. Aquitania Upía 2980
2. Altiplanos sedimentados recientemente con pantanos, lagos y áreas inundables Sibundoy D. Putumayo. M. Sibundoy Putumayo 2000
Toquilla D. Boyacá. M. Aquitania Upía 2600
La Magdalena D. Cauca. M. San Sebastián Magdalena 3300
El Estero D. Nariño. M. Pasto Putumayo 3000
Gabriel López D. Cauca. M. Totoró Cauca 3000
La Lejia D. Norte de Santander Arauca 2700
Paletará D. Cauca. M. Coconuco Cauca 2950
3. Altiplanos sedimentados con problemas de degradación Las Papas D. Cauca. M. San Sebastián Caquetá 3000
Santa Rosa de Vierbo - Cerinza D. Boyaca. M. Santa Rosa de Viterbo, Belén y Cerinza Chicamocha 2600-2650
Pasto D. Nariño. M. Pasto Guáitara 2500-2600
Tuquerres - Ipiales D. Nariño. M. Tuquerres, Ipiales, Guachucal, Cumbal, Iles, Pupiales Guáitara 3000-3200
4. Altiplanos con unidades desertificadas Pamplona D. Norte de Santander Catatumbo 2580
Berlín D. Santander. M. Tona Chicamocha 3010
Sabana de Bogotá D. Cundinamarca Chicamocha 2550-2600
Tunja Sogamoso D. Boyacá. M. Tunja, Duitama. Sogamoso. Nobsa. Iza Chicamocha 2550-2600

Sedimentación

El origen de los altiplanos ha tenido una fase lacustre, pero los altiplanos colombianos se encuentran en diferentes fases de su evolución debido a que los factores alternos a la tectónica son determinantes en la colmatación de los cuerpos de agua.

La sedimentación de los lagos está muy relacionada con los periodos fríos (glaciales) y sus fluctuaciones (interglaciales) es común que los altiplanos reciban una alta tasa de sedimentos y detritos durante los interglaciales (más húmedos) en los cuales la torrencialidad se incrementa, por eso la mayor cantidad de material depositado corresponde a dichos momentos climáticos. Mientras que durante los glaciales el aporte de materiales se limita a arenas producto de los procesos periglaciares.

Durante el final del Pleistoceno, todos los altiplanos estuvieron conectados hidrográficamente con masas glaciares, lo que constituye otro criterio genético de definición. De acuerdo con los cambios climáticos globales del Pleistoceno los niveles lacustres fueron variables y las cantidades de sedimentos aumentaron con la deglaciación. Los altiplanos que se ubican en las partes más altas de los Andes pudieron incluso cubrirse de hielo en las partes altas (de sus cuencas) y con las deglaciaciones pueden formarse nuevos lagos sobre los detritos mismos que se aportan gracias al aumento de la torrencialidad.

Aquellos altiplanos que en estos momentos son todavía lagos se deben a una baja exposición a este tipo de materiales y al reciente taponamiento del drenaje en su salida. Así, aún encontramos altiplanos en la fase lacustre como son el Lago Guamués y el Lago de Tota o bien pantanos y pequeños lagos residuales al interior de otros altiplanos como en la Laguna de la Magdalena, Paletará y Gabriel López.

Fase de disección

Terminada la fase más intensa de orogénesis y una vez sedimentados los altiplanos total o parcialmente, la estabilidad altitudinal de los ejes cordilleranos condiciona los procesos sedimentarios a una dinámica hidrogeomorfológica, biológica y climática particular que se sujeta a umbrales específicos de funcionamiento basados en una temperatura y precipitaciones estabilizadas luego del Pleniglacial, una esquema particular de circulación de vientos y un rango altitudinal que para los altiplanos corresponde a que los cambios climáticos y bióticos ya no presentan una fluctuación muy amplia y se ubican en los pisos bioclimáticos por encima de los 2000 m y por debajo de los 3400 m. Esta situación hace que se puedan considerar unas condiciones específicas de la dinámica y organización física de los altiplanos.

Estas condiciones se ven reflejadas en el establecimiento de una red de drenaje que comienza su organización aluvial buscando profundizar cauces por procesos de disección y arrastre de materiales. Los altiplanos inician una fase de transformación topográfica que se observa en la formación de terrazas aluviales, cono-terrazas, cubetas de inundación, diques etc. Estas geoformas se forman autónomamente, transforman el paisaje "plano" hacia una tendencia progresiva hacia el encañonamiento (como hoy sucede con el altiplano de Pasto y Tunja) o de disección profunda. En los altiplanos es posible identificar varios niveles que corresponden con niveles lacustres, pero también se identifican niveles de terrazas o cono-terrazas ligados a la disección.

Las formas de ocupación antrópica comienzan, como antes se dijo, por los conos de deyección laterales. En la medida en que la disección opera se organizan niveles de terrazas o cono-terrazas y se constituyen en espacios menos húmedos (mejor drenados) y por lo tanto más fácilmente aprovechables.

Como forma de utilización, lo último que resta en la oferta son los humedales o cubetas de desborde de los ríos. Socialmente, los humedales se afectan por el proceso generalizado de rellenos artificiales para vivienda o fincas.

Por lo anterior, cada uno de los altiplanos se subdividió en niveles, en general, alto, medio y bajo. Estos niveles corresponden a las etapas de formación que se han mencionado.

La parte alta de un altiplano corresponde, además de las cuencas altas (montañas) a las colinas que bordean los rellenos lacustres, los conos de deyección y las terrazas altas; espacios de buen drenaje e históricamente los más utilizados por las formas de ocupación. La parte media de un altiplano corresponde con las terrazas medias aún encharcables en época de invierno, pero no sin inundaciones por desborde.

La parte baja es la más compleja y corresponde con las terrazas bajas, los cauces mayores meándricos de los ríos y sus cubetas de desborde (humedales). Estos espacios por el nivel freático alto y su carácter inundable han sido los últimos en ocuparse por el hombre, recurriendo incluso a los rellenos con escombros para adaptarlos para la construcción urbana (Bogotá, Sogamoso) y para las actividades agropecuarias. En otros altiplanos (Túquerres - Ipiales, Toquilla, Gabriel López, Paletará) la parte baja está casi siempre ocupada por ganadería extensiva pero no con vivienda.

Con lo anterior se muestra que en la medida en que la disección (y desecamiento) de un altiplano avanza se van diferenciando espacios de ocupación antrópica.

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