Cauce| Es una acepción geográfica referente al lugar, extensión o área concreta por donde discurren las aguas de las superficies de ríos, arroyos y canales. Lecho o álveo son sinónimos de cauce, pero en los estudios sobre cauces se incluye o enfatiza en la influencia de las aguas subterráneas que circulan en el interior de las cuevas y también las aguas infiltradas en el subsuelo de una cuenca (nivel freático). El concepto de cauce proviene del latín calix que significa conducto de agua. Llamado igualmente lecho madre, hace referencia a características geomorfológicas como la inclinación o depresión del terreno por donde fluyen o se contienen vertical y longitudinalmente las aguas provenientes de las partes altas de una cuenca hidrográfica.

Debido a su grado de complejidad y extensión de sus áreas, es común que bajo el caudaloso cauce de un río circulen otras corrientes hídricas creadas por elementos como los acuíferos (depósitos de agua subterránea) y factores como permeabilidad o infiltración de los suelos, estos raudales subyacentes pueden tener incluso un caudal mayor al observable en la superficie del río.

Características

El análisis de las dinámicas internas y externas de un río y sus componentes es fundamental en la comprensión del funcionamiento de una hoya o cuenca hidrográfica, en el estudio de la misma se incluyen necesariamente tres fenómenos o formaciones hidrogeológicas concretas, el curso, el cauce y el caudal. “La geomorfología del cauce es fundamental, ya que la relación básica del sistema es: cuenca → caudal → geomorfología del cauce → resto de los elementos. En la dinámica del cauce esta buena parte del origen de la dinámica de todo el paisaje fluvial.”[1]

Según datos otorgados por el IDEAM[2], en la definición de cauce, referente a la parte superior o lecho del río se señalan cuatro características esenciales:

  • Canal: Surco más profundo del río y último lugar en ser abandonado por las aguas cuando el río desagua o se seca. Tiene forma de cavidad y es la zona donde el agua corre con mayor velocidad, por lo que suele tener, transportar, arrastrar o empujar elementos como rocas o grandes troncos de árboles, que son incluidos o desplazados de las orillas en su trayecto según las particularidades del torrente.
  • Lecho menor: Superficie cubierta por las aguas en épocas de caudal intermedio, sus márgenes están claramente definidas y contienen alternancias de fondos hundidos y elevados[3].

Los fondos hundidos pueden formar pozos, si están cerrados, o surcos si se extienden longitudinalmente. Los fondos altos forman umbrales y llegan a constituir la ruptura de derrubios y pendientes en las que se forman los rápidos, algunos fondos altos están emergidos y forman islas fluviales• [4].

  • Lecho mayor: Superficie cubierta por las aguas durante épocas de máximo caudal. Por lo general estas zonas se inundan todos los años durante períodos cortos que duran algunas semanas. Durante este periodo predominan los procesos de acumulación y erosión, producidos cerca de los márgenes del lecho menor; comúnmente las márgenes o límites del lecho mayor son más visibles o identificables, pero son menos definidas que las del lecho menor.[5]

Existe un lecho mayor esporádico que se inunda según la frecuencia de las lluvias y crecidas, por lo general esta zona está cubierta por vegetación y son terrenos que suelen ser utilizados para actividades como la agricultura y el pastoreo de ganaderías debido al alto contenido de nutrientes que poseen dichos suelos. En la mayoría de terrenos adyacentes a los ríos suelen construirse edificaciones cerca o dentro de las márgenes y meandros drenados; lugares donde suelen retornar las aguas y comúnmente se convierten en zonas de riesgo y vulnerabilidad por inundación, situación que afecta periódicamente a los asentamientos humanos que ocupan áreas ribereñas.

Como consecuencia de los procesos de meteorización, transporte y acumulación de sedimentos podemos distinguir dos tipos de lechos, erosivos y los móviles:

  • Lechos de erosión, suelen tener poco arrastre de cantidades de detritos y sedimentos, se encuentran en la mayoría de ríos en condiciones normales o que han sufrido pocas alteraciones en su cauce, conservando durante largos periodos características morfológicas como la apariencia y curso superficial de las aguas.[6]
  • Lechos móviles, contienen un caudal capaz de mover grandes depósitos de rocas y arena presentes en el río. Estos lechos obtienen una forma que depende más de la dinámica de las aguas que de la influencia climática del área natural donde se encuentra el río y por lo general son cauces cuyo proceso de meteorización y transporte son muy dinámicos. En las crecidas predomina el acarreo de detritos y durante el estiaje (periodos de disminución del caudal) predominan más los procesos de acumulación o sedimentación de residuos líticos y límnicos.[7] Existen aproximadamente tres tipos de lechos móviles:

Lechos calibrados: Cuentan con márgenes y configuración estable, la movilidad acuátil se circunscribe al canal, acumulándose progresivamente en un nuevo lecho.

  • Lechos meandriformes: Conformados por la sinuosidad de curvaturas o meandros que determinan lugares de depósito o acumulación.
  • Lechos trenzados: Se caracterizan por presentar distintos brazos o derivaciones que se despliegan entre tremedales o bancos de légamos (lodos).

Un tipo especial de lecho es el torrencial, que en épocas hídricamente activas se comporta como un lecho móvil y durante las épocas inactivas (periodos secos) como un lecho de erosión. Por lo general tienen pendientes pronunciadas con numerosos saltos o cascadas y se ubican en áreas donde se dan extensas temporadas de sequía intercaladas con periodos pluviosos que ocasionan repentinas avenidas o riadas. A su vez, los lechos torrenciales se clasifican en torrentes y Udai. Los Udai son ríos de transportación espontánea e intermitente también conocidos como arroyos. Este tipo de torrentes están ubicados en zonas montañosas semidesérticas y son abastecidos únicamente por lluvias. Los Udai se caracterizan también por ser en su mayoría raudales que solo llevan agua cuando la intensidad de las lluvias colmata su sistema de drenaje, sus tipos de incisión en el terreno son restringidos o pequeños con cauces que usualmente suelen tener formas de batea y “V”.

Importancia

Históricamente los asentamientos humanos se han ubicado cerca de cauces y terrazas aluviales, debido a que estos espacios naturales suministran elementos esenciales para el desarrollo económico y cultural de los territorios. Los lechos de los ríos además de ser el asiento o cuna del recurso hídrico y las especies que los habitan, también aportan materias primas para la construcción y la industria. La extracción de materiales de arrastre como piedra, grava o arena es una de las principales actividades en los entornos fluviales junto a la extracción de metales como el oro. Los yacimientos auríferos y platiníferos, alojados en estratos y cauces de ríos jóvenes y antiguos, han sido explotados de distintas maneras desde tiempos remotos a partir de técnicas artesanales y posteriormente mediante métodos de minería con maquinaria industrial. Los cauces con mayor presencia de estos depósitos de oro (placeres y otros yacimientos que lo contienen disperso o libre entre vetas rocosas y cuarcíferas) han sido aprovechados por diversas culturas del mundo. En el caso colombiano, gran parte de los ríos del país contienen oro en cantidades y concentraciones heterogéneas, situación que ha dejado huella en muchos territorios desde tiempos prehispánicos y principalmente durante la colonización española y en la actualidad. Al respecto cabe reseñar lo señalado por el antropólogo australiano Michael Taussig[8] sobre el caso de los grupos de mujeres bateadoras de los ríos del Pacífico, cuya actividad consiste en trabajar “… Playando, ir de una playa a otra, lavando arena y grava para encontrar manchas de oro.” (p. 29)

La cuenca hidrológica es unidad de gestión hidrográfica, ecológica y social, el cauce es componente esencial en el funcionamiento sistémico de la cuenca, por ende es objeto de estudios orientados a la gestión y ordenamiento de sus componentes, su conservación o restauración ambiental.

Referencias

  1. Ollero, A. (2007). Territorio fluvial: diagnóstico y propuesta para la gestión ambiental y de riesgos en el Ebro y los cursos bajos de sus afluentes. España: Bakeaz
  2. IDEAM (2003). Zonificación y codificación de unidades hidrográficas e hidrogeológicas de Colombia. Bogotá, D. C., Colombia: Publicación aprobada por el Comité de Comunicaciones y Publicaciones del IDEAM.
  3. El cauce y el lecho de los ríos. (2017). Recuperado de https://comunidadplanetaazul.com/el-cauce-y-el-lecho-de-los-rios/
  4. IDEAM (2003). Zonificación y codificación de unidades hidrográficas e hidrogeológicas de Colombia. Bogotá, D. C., Colombia: Publicación aprobada por el Comité de Comunicaciones y Publicaciones del IDEAM.
  5. Elosegi, A. y Díaz, J. (2009). La estructura física de los cauces fluviales. España: Fundación BBVA 2009
  6. El cauce y el lecho de los ríos. (2017). Recuperado de https://comunidadplanetaazul.com/el-cauce-y-el-lecho-de-los-rios/
  7. El cauce y el lecho de los ríos. (2017). Recuperado de https://comunidadplanetaazul.com/el-cauce-y-el-lecho-de-los-rios/
  8. Taussig, M. (2013). Mi museo de la Cocaína. Popayán, Colombia: Universidad del Cauca

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