Cayetano Vásquez
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Datos generales
Nombre Cayetano Vásquez
Fecha de nacimiento 07 de abril de 1771
Nacionalidad Colombiana Bandera de Colombia }}
Ocupación Artista
País de nacimiento Colombia Bandera de Colombia }}
Ciudad de nacimiento Tunja


Hacendado boyacense, prócer de la independencia de Colombia (1771-1816).


Biografía

Nació en Tunja el 7 de abril de 1771, y está vinculado con Ciénega ya que sus padres –que pertenecían a la aristocracia andina– eran dueños de la finca en la que hoy está situado el municipio boyacense. Eran ellos doña María Francisca Gallo y don Simón Vásquez, quien era regidor perpetuo del cabildo de Tunja. José Cayetano fue alcalde ordinario de la ciudad en 1801, 1806 y 1807.

Fue hermano revolucionario de Juan Nepomuceno Niño, primer gobernador de la provincia de Tunja (1811-1816). Los dos nacieron en la misma ciudad, los dos pertenecían a familias de vetusto abolengo español, ambos estudiaron jurisprudencia en el Colegio Mayor del Rosario, “ambos fueron figuras destacadas en las primeras asambleas constituyentes de la república y ambos fueron sentenciados a muerte y fusilados en la misma ciudad por órdenes del ‘Pacificador’ Pablo Morillo[1].

Fue enviado por el corregidor Andrés Pinzón a Santafé en las postrimerías del 20 de julio de 1810 a ofrecerle al nuevo gobierno los votos de adhesión de la provincia de Tunja. Firmó el 18 de julio de 1812 en Santa Rosa de Viterbo los acuerdos que redujeron las rencillas existentes entre la Cundinamarca, presidida por Antonio Nariño, y la provincia de Tunja, presidida por Juan Nepomuceno Niño, por la consagración de esta última como república.

Además de su energía política, Vásquez prefiguró su papel de mártir cuando se inscribió como aspirante en el Batallón Rifles, por si también llegaba a ser necesaria su actividad en el terreno, por donde surgió el único momento en que la Reconquista puso a temblar la independencia. Después de su poca eficacia en Cartagena, Morillo avanzó hacia el centro del país. Su gran victoria ocurrió en la Batalla de Cachirí, donde venció a los hombres dirigidos por dos adalides patriotas, Custodio García Rovira y Francisco de Paula Santander. Ese triunfo y la inminente posibilidad de un avance más contundente, hicieron que Cayetano Vásquez pronunciara las inolvidables palabras de su proclama a los pueblos de Boyacá, en una “sola alocución que llegada a manos de Morillo hubiera sido suficiente causa para condenarlo a muerte” [2], en la que enarbola valientemente la bandera de la lucha: “No os neguéis a las necesidades de vuestra patria, que son extremas, para no quedar responsables a Dios y a la posteridad. Salgamos todos al campo de Marte a sellar, si necesario fuere, con nuestra sangre, la obra de nuestra independencia, y que el enemigo de ella conozca que supimos cumplir con tan sagrada oferta que hicimos a Dios por el juramento. Que nuestra última expresión sea: ETERNAMENTE VIVE QUIEN MUERE POR LA PATRIA” [3].

Efectivamente, su temor de invasión se materializó poco después de la proclama con la invasión de Tunja, donde fue atrapado para ser encarcelado durante varios meses en Santafé. En un viaje de Morillo hacia Venezuela en su campaña de reconquista, algunos capitanes realistas en la capital boyacense organizaron en su honor el sacrificio de Cayetano, de Nepomuceno y de otros nobles luchadores de la emancipación.

No le sobra la conexión con el terror con que se interpelan las acciones y actitudes de los españoles que intentaron esa espantosa reconquista. Es doloroso para la historia de la patria el caso del paredón de los mártires, en el Bosque de la República, donde está ubicada la iglesia de San Laureano –la más antigua de Tunja–. Allí fueron sacrificados “cuatro dilectos hijos de la villa, cuyos nombres figuran con caracteres luminosos en el martirologio de la patria. Se llaman: doctor don José Joaquín Camacho, Capitán don Rafael Niño, doctores José Cayetano Vásquez, Juan Nepomuceno Niño y Joaquín Umaña” [4].

En esta zona del centro de Tunja aún se encuentra la tapia en homenaje de los ajusticiados. En 1826, por influencia del general Santander, Bolívar le concedió a la señora de Vásquez, viuda del héroe, una pensión de trescientos cincuenta pesos por hallarse casi en la mendicidad [5].


Referencias

  1. RODRÍGUEZ, GUSTAVO HUMBERTO, Boyacenses en la historia de Colombia. Bocetos biográficos. Bogotá, Editorial Jurídicas Wilches, 1994, p. 62
  2. ROJAS, ULISES, Próceres y presidentes de Boyacá. Tunja, Ediciones de la Lotería de la Beneficencia de Boyacá y la Industria Licorera de Boyacá, 1969, p.31
  3. VÁSQUEZ, JOSÉ CAYETANO. “Proclama a los pueblos de esta provincia”, Tunja, Imprenta de Torres Hermanos y Cía, 27 de febrero de 1816
  4. CORREA, RAMÓN, Monografías de los pueblos de Boyacá. Tunja, Publicaciones de la Academia Boyacense de Historia, 1987, Tomo I, p.12
  5. ROJAS, ULISES, op. cit. (1969), p.33

Bibliografía

  • CORREA, RAMÓN, Monografías de los pueblos de Boyacá. Tunja, Publicaciones de la Academia Boyacense de Historia, 1987, Tomo I.
  • RODRÍGUEZ, GUSTAVO HUMBERTO, Boyacenses en la historia de Colombia. Bocetos biográficos. Bogotá, Editorial Jurídicas Wilches, 1994.
  • ROJAS, ULISES, Próceres y presidentes de Boyacá. Tunja, Ediciones de la Lotería de la Beneficencia de Boyacá y la Industria Licorera de Boyacá, 1969.
  • VÁSQUEZ, JOSÉ CAYETANO. “Proclama a los pueblos de esta provincia”, Tunja, Imprenta de Torres Hermanos y Cía, 27 de febrero de 1816.

Véase también

Enlaces a Banrepcultural


Créditos

Centro Cultural del Banco de la República de Tunja, 2020.