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Las Expediciones de Límites en la Amazonia y los Tratados que resultaron de ellas fueron fundamentales en la definición de las fronteras nacionales antes y después de los procesos de Independencia.

Aún después de haberse firmado el Tratado de Tordesillas entre España y Portugal en el año de 1494, por el cual se trazó una línea imaginaria que dio acceso a Portugal a los territorios del Nuevo Mundo, en los siglos posteriores las tensiones entre España y Portugal por el control territorial eran constantes. Carlos Zárate Botía señala que la institución religiosa con su estrategia misionera por parte de España y la institución militar, por parte de Portugal, “definieron en gran medida el ritmo de penetración sobre los espacios amazónicos de los imperios”[1].

Las Expediciones de Límites surgieron a partir del Tratado de Madrid o Tratado de Permuta, firmado entre Fernando VI de España y Juan V de Portugal en 1750, y el Tratado de San Ildefonso, firmado en 1777, los cuales tenían como fin definir los límites de sus respectivas colonias en América. A partir de los Tratados se crearon las Comisiones de Límites y posteriormente las Expediciones. Estas últimas fueron importantes porque además de explorar territorios y realizar demarcaciones, tenían como fin fundar poblados, someter indígenas, y de esta manera, ampliar y asegurar el control territorial de los imperios.

Con referencia a la importancia de las comisiones de límites, Zárate comenta lo siguiente:

“Por otro lado, cabe recordar que un elemento que definía la ‘estructura de la coyuntura’, y por tanto, la correlación de fuerzas fronterizas al final del periodo :::colonial, estuvo muy asociado al papel desempeñado por las comisiones de límites que se conformaron luego de la firma por parte de las coronas de España y Portugal, de los tratados de Madrid en 1750 y San Ildefonso en 1777. Las comisiones de límites, no obstante su carácter coyuntural, su permanencia temporal y jurisdicción espacial restringida, fueron instituciones decisivas en la creación y definición de las zonas fronterizas amazónicas. Al margen del fracaso en su misión de convenir con la contraparte los linderos de dominación de cada corona en la Amazonia, estas comisiones, particularmente la creada luego del tratado de San Ildefonso, significaron el último esfuerzo de los imperios antes de su desbarajuste al final del siglo XVIII, sobre todo en el caso hispano, por establecer una presencia permanente en las zonas de frontera, mediante su conversión, aparentemente en empresas fundacionales”[2].

De otra parte, y refiriéndose a la debilidad que ostentaban España y Portugal al final del periodo colonial, Zárate señala que “Las revoluciones de independencia de las futuras repúblicas hispanoamericanas y la comparativamente tranquila transición de Brasil de colonia portuguesa a imperio independiente, en las dos primeras décadas del siglo XIX, transcurrieron cuando la Amazonia hispana ya había visto languidecer, tres décadas antes del fin del siglo anterior, una no muy bien cimentada presencia colonial”[3].

Con posterioridad a los procesos de independencia se realizaron otros Tratados y Expediciones de Límites, y estos fueron los que finalmente demarcaron los territorios nacionales en la Amazonia. La frontera entre Perú y Brasil fue delimitada mediante el Tratado de Comercio y Navegación, firmado en 1851, el cual fijó la línea de frontera brasilera hasta la boca del río Yavarí, otorgándole a este país la primacía en la navegación del rio Amazonas. Por su parte, Perú también se favoreció a partir de este acuerdo, ya que ganó a Colombia y a Ecuador en sus expectativas de control territorial sobre el Amazonas[4]. De otra parte, los límites entre Brasil y Colombia fueron definidos mediante el Tratado Vásquez Cobo-Martins firmado en 1907. Finalmente, los límites entre Perú y Colombia fueron fijados mediante el Tratado Salomón-Lozano, firmado en 1922, el cual puso fin a un litigio de casi un siglo entre los dos países. Mediante este Tratado, tanto Perú como Colombia perdieron territorios en los que habían ejercido presencia desde 1810, pero Colombia ganó la franja denominada hoy “Trapecio Amazónico”, la cual le daba salida directa al rio Amazonas.

Véase también

Proyecto:Bicentenario

Referencias

  1. ZÁRATE BOTÍA, CARLOS, Silvícolas, siringueros y agentes estatales. El surgimiento de una sociedad transfronteriza en la Amazonia de Brasil, Perú y Colombia, 1880–1932. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2008, p.103.
  2. ZÁRATE BOTÍA, CARLOS, op. cit. (2008), pp. 105–106.
  3. ZÁRATE BOTÍA, CARLOS, op. cit. (2008), p.103.
  4. ZÁRATE BOTÍA, CARLOS, op. cit. (2008), p.120.

Bibliografía

  • ZÁRATE BOTÍA, CARLOS, Silvícolas, siringueros y agentes estatales. El surgimiento de una sociedad transfronteriza en la Amazonia de Brasil, Perú y Colombia, 1880–1932. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2008.