Fray Cristóbal de Torres
Información
Nombre Cristóbal de Torres y Motones
Fecha de nacimiento 1573
Nacionalidad Española
Seudónimo Fundador de la Universidad del Rosario
Ocupación Sacerdote, teólogo y docente
País de nacimiento España
Ciudad de nacimiento Burgos, Castilla y León
País de fallecimiento Reino de Nueva Granada
Ciudad de fallecimiento Bogotá
Fecha de fallecimiento 8/97/1654
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Biografía

Eclesiástico español (Burgos, 1573 Santafé de Bogotá, julio 8 de 1654), arzobispo de Santafé de Bogotá, fundador del Colegio Mayor del Rosario.

Padres

Hijo de Juan de Torres y de Agueda de Motones, a los dieciséis años se ordenó como dominico.

Estudios

Regentó las cátedras de Artes y Teología en el Convento de San Pablo de Burgos, y de Teología en San Pedro Mártir de Toledo; fue maestro de estudiantes en San Ildefonso el Real de Toro. En 1625 alcanzó el magisterio y fue prior de su Convento de Burgos y definidor en el Capítulo Provincial de Toro. En 1614 recibió una amonestación por un sermón sobre la Virgen, que causó escándalo y motivó su salida de Córdoba. En 1617 fue nombrado predicador real de Palacio por el cardenal arzobispo de Sevilla Diego de Guzmán, cargo en el que fue confirmado por Felipe IV. Fue consejero espiritual del "favorito" del rey don Francisco de Sandoval y Rojas, primer duque de Lerma. En 1626 dio el pase para la impresión de la obra Política de Dios, Gobierno de Cristo y Tiranía de Satanás, de Francisco de Quevedo y Villegas, hecho que motivó que Quevedo, en 1633, le dedicara a fray Cristóbal su tratado La Cuna y la Sepultura, para el conocimiento propio y desengaño de las cosas ajenas. Cuenta el biógrafo de Torres, fray Alberto E. Ariza, O.P.: "vacante la sede metropolitana del Nuevo Reino de Granada por muerte del arzobispo D. Bernardino de Almansa, el rey Felipe IV designó a fray Cristóbal para Arzobispo de Santafé, el 2 de abril de 1634".

Arzobispo de Bogotá

Los escogidos para acompañarlo en su nueva misión fueron su hermana Ana María, viuda de Juan de Castellanos; sus sobrinos Roque y Juan Bravo, clérigo el primero y capitán el segundo, doña María Bravo de Torres y su prima Doña María de Isla. También viajaron en su séquito el médico Rodrigo Enríquez de Andrade, don Cristóbal de Aguilar y el licenciado Rodrigo Cerbeleón Santa Cruz. Llegó a Cartagena de Indias entre julio y agosto, y allí, en el templo de Santo Domingo, recibió el sagrado palio, de manos del obispo fray Luis de Córdoba y Ronquillo. En Cartagena se amplió su comitiva con los religiosos Miguel de las Cuevas, don Bartolomé del Río y Portillo, el provincial dominico fray Mateo de Valenzuela y el prior de Cartagena, maestro fray Alonso Hinestrosa Bordas.

Su lucha por la comunión para los indígenas

Debido a las grandes prerrogativas que el patronato real había otorgado a los presidentes, las relaciones de éstos con la Iglesia no eran nada fáciles. El antecesor de fray Cristóbal, don Bernardino de Almansa, había tenido una guerra sin cuartel con el presidente don Sancho Girón de Narváez y con don Martín de Saavedra y Guzmán, quienes fueron apoyados por los jesuitas. Para la fiesta de Corpus Christi, en junio de 1636, Torres escribió una obra que tituló Lengua Eucarística del hombre bueno, exposición de la doctrina del Angélico Santo Tomás de Aquino sobre la Eucaristía. Durante esta celebración, el sermón de un jesuita sobre la comunión de los indios impresionó a fray Cristóbal de tal manera que procedió a convocar una junta de estudio sobre el fomento de ésta. Fruto de los trabajos de la junta, el arzobispo decretó el 25 de noviembre de 1636 una censura por el abuso tan pernicioso que está entablado en las Indias, principalmente en este Reino, de negar la comunión a los indios, casi generalmente, aun en la hora de la muerte. Torres ordenó preparar a los indios para la comunión y examinar (ayudado por los jesuitas Coluccini y Dedal) a los doctrineros en ciencia eclesiástica y lengua indígena, para dejar en cada pueblo un catecismo en idioma indígena y averiguar la validez del bautismo de los adultos. Tan importante fue su labor que el canónigo de Santafé escribió: El señor don fray Cristóbal de Torres, que gobernó este Arzobispado, el año 1636, esto es, cien años después de la conquista, fue el primero que se resolvió a dar la Comunión a los indios. En agradecimiento, los indígenas de Gachancipá le obsequiaron una mitra hecha de paja. El arzobispo apoyó con cien pesos anuales al Asilo de Beneficencia, fundado por el presidente Saavedra y Guzmán.

Restaurador del Santísimo Rosario

En 1638, como "auxilio al Estado", envió 5000 pesos al gobernador de Guayana, don Diego López de Escobar, que sufrió saqueo de los ingleses, y costeó el viaje de Francisco Vargas Maldonado y Juan Bravo de Torres, sus sobrinos, para que fueran en ayuda del gobernador. En 1640 el arzobispo fundó la Botica para Indigentes, costeando de su peculio los sueldos del médico (350 pesos),, del cirujano (200 pesos) y del barbero (60 pesos). Su generosidad fue considerada como largueza por el presidente, quien lo acusó ante el rey pidiéndole que ejerciera control sobre el arzobispo. El rey Felipe IV le dio el nombre de "Restaurador del Santísimo Rosario", título que apreciaba más que el de arzobispo de Santafé, debido a su inmensa devoción que lo llevó a introducir el rezo a coros del Santísimo Rosario, costumbre que se extendió a toda España. Sobre el tema dejó escritas dos obras: El Ave María (seis tomos en folio) y Cuna mística. Para perpetuar la memoria, bautizó su colegio con el nombre de Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario.

Fundación de la Universidad del Rosario

Respecto a la fundación del Colegio del Rosario, su biógrafo fray Alberto Ariza dice: "Apenas llegado fray Cristóbal a su sede, capta la situación de la cultura. La Universidad de Santo Tomás, la primera del Nuevo Reino, si bien está erigida con anuencia de Su Majestad [...] viene entrabada por la Compañía de Jesús que anhela para su Academia Javeriana, fundada el 23 de junio de 1623, la categoría de Universidad. Su mente se ilumina con una idea redentora: la fundación de un Instituto de Estudios Superiores, libre de litigios. Tal Instituto ha de ser una réplica del "Colegio del Arzobispo", de la ciudad de Salamanca, bajo la guía del angélico doctor Santo Tomás de Aquino".

El 1 de abril de 1645, fray Cristóbal de Torres protocolizó su proyecto, que ratificó el 4 de julio; erigió el Colegio, lo puso bajo la dirección de sus hermanos de hábito y designó como rector al aragonés fray Tomás Navarro. El 28 de diciembre de 1653 fue inaugurado el Colegio; el 17 de enero de 1654 se protocolizaron los documentos pertinentes de la fundación. A propósito, la crónica de la fiesta del Rosario en 1855 dice: El Ilustrísimo Señor Don Fray Cristóbal de Torres, Arzobispo de esta Diócesis (de 1635 a 1655) [sic] fundó un Colegio en Bogotá poniéndolo bajo la protección de Nuestra Señora del Rosario. La Reina de España, Doña Margarita de Austria, bordó con sus propias manos una pequeña imagen en aquella advocación, y obsequió con ella al fundador, su antiguo director espiritual, quien la colocó en un altar distinguido del Colegio, y desde entonces hasta ahora que todavía se conserva, se le ha denominado "La Bordadita", patrona del establecimiento.

Fallecimiento

Fray Cristóbal de Torres murió a los 80 años, el 8 de julio de 1654.

Esta biografía fue tomada de la Gran Enciclopedia de Colombia del Círculo de Lectores, tomo de biografías

Documentos relacionados en Banrepcultural

Cáliz de Fray Cristóbal de Torres. Colegio del Rosario

Crónicas de Bogotá Capitulo XII

Enlaces externos

Fray Cristóbal de Torres Colección del Museo de la Universidad del Rosario