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En el 2004, a cincuenta años de la muerte de Frida Kahlo, es invitada a dejar testimonio fotográfico de dos cuartos de baño de la Casa Azul de Frida, hoy museo, ubicada en el barrio de Coyoacán al sur de la Ciudad de México, donde también viviera Iturbide, siguiendo el rastro amistoso e intelectual de su maestro Álvarez Bravo y el de otros artistas e intelectuales. En uno de estos cuartos de baño Iturbide realiza una instalación con objetos, documentos y aparatos ortopédicos para piernas y el corsé de la pintora que Diego Rivera dejara guardados allí desde 1954. Entre las imágenes pueden apreciarse los pies de la fotógrafa sumergida en la bañera, como lo hiciera Frida. El conjunto de la obra dio origen a la serie ''El baño de Frida'', publicada en 2009. En esta propuesta se evidencia su interés por la representación y alteración del cuerpo humano.
En el 2004, a cincuenta años de la muerte de Frida Kahlo, es invitada a dejar testimonio fotográfico de dos cuartos de baño de la Casa Azul de Frida, hoy museo, ubicada en el barrio de Coyoacán al sur de la Ciudad de México, donde también viviera Iturbide, siguiendo el rastro amistoso e intelectual de su maestro Álvarez Bravo y el de otros artistas e intelectuales. En uno de estos cuartos de baño Iturbide realiza una instalación con objetos, documentos y aparatos ortopédicos para piernas y el corsé de la pintora que Diego Rivera dejara guardados allí desde 1954. Entre las imágenes pueden apreciarse los pies de la fotógrafa sumergida en la bañera, como lo hiciera Frida. El conjunto de la obra dio origen a la serie ''El baño de Frida'', publicada en 2009. En esta propuesta se evidencia su interés por la representación y alteración del cuerpo humano.
===Lo particular de su sello===
Graciela trabaja proyectos durante largos períodos, por ello sus series fotográficas pueden tomarle ocho o diez años. Más que la urgencia del tiempo, le interesa relacionarse con los lugares y sus gentes, la detenida observación y la composición.
Honestidad y y respeto por la condición humana y la cultura, complicidad en el relacionamiento con sus modelos e intensidad en la vivencia de sus aventuras temáticas, han permitido a Graciela crear una obra sin utilitarismo ni moralismo, trascendiendo la mirada documental antropológica.
Para esta artista la composición, el detalle, el gesto, la luz como símbolo, los contrastes y una minuciosa edición, son los elementos claves en el logro de sus fotografías en blanco y negro que proyectan estados de contemplación, a la vez que intensidad; poesía, asentada en la realidad y un halo o fulgor inquietante, conmovedor, revelador.
Equipaje
Esta artista, en su viaje de 45 años por la fotografía, ha conformado un portafolio extenso, coherente, inspirado, liberador, que constituye un patrimonio cultural y humano. Continúa viviendo y trabajando en la Ciudad de México.
Como expresa la artista mexicana en su ingreso en 2019 a la Academia de las Artes como miembro de número en la sección Gráfica:
“Por supuesto la fotografía no es la verdad, el fotógrafo reinterpreta la realidad y sobre todo construye una realidad propia de acuerdo a sus conocimientos y emociones, a veces es complicado, porque es un fenómeno algo esquizofrénico. Con la cámara, el fotógrafo ve el mundo de una manera, y sin la cámara de otra; entonces con esa ventana que es la cámara el oficio y la intuición trabajan juntos y la sorpresa siempre es instantánea”. Graciela Iturbide (Excelsior, 2019).1


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Revisión del 23:54 8 jun 2020

María Graciela del Carmen Iturbide Guerra
Graciela Iturbide - at the Getty Center.jpg
Datos generales
Nombre María Graciela del Carmen Iturbide Guerra
Fecha de nacimiento 16 de mayo de 1942
Nacionalidad Mexicana
Ocupación Artista y fotógrafa
Estudios universitarios Biología, Pontificia Universidad Javeriana, sede Bogotá.
Formación profesional Bióloga, Magister en Conservación y Desarrollo Tropical, Doctora honoris causa en Gestión Ambiental de la Unipaz.
Educación Doctorado honoris causa en Gestión Ambiental de la Unipaz. Maestría en Conservación y Desarrollo Tropical, University of Florida. Pregrado en Biología, Pontificia Universidad Javeriana, sede Bogotá.
País de nacimiento México
Ciudad de nacimiento Ciudad de México


Graciela Iturbide, fotógrafa mexicana, nace en la Ciudad de México en 1942. Inicia su formación académica en el séptimo arte y se matricula en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en 1969, para luego decidirse por el lenguaje de la imagen fija. Allí tuvo como maestro a Manuel Álvarez Bravo (1902-2002), renombrado fotógrafo y cinefotógrafo mexicano, del cual también fue su asistente y amiga. Los trabajos de esta artista que observa sin afán, registran las culturas desde sus expresiones, oficios y rituales, especialmente de pueblos indios mexicanos, donde las personas, especialmente las mujeres, son miradas en clave de honra y complicidad. Es la fotógrafa larinoamericana más reconocida en el mundo y es considerada la doña o señora de la fotografía mexicana. Ha sido reconocida con los más importantes premios fotográficos como el Hasselblad y ha publicado varios libros, entre ellos, Los que viven en la arena (1981) y Juchitán de las mujeres (1989). Sus fotografías en blanco y negro, de caracter documental, superan la mirada antropológica resaltando el relacionamiento humano y la poesía del diario vivir.

Biografía

Graciela nace el 16 de mayo de 1942 en la Ciudad de México. Siendo la mayor de 13 hermanos, su principal compañía en la infancia fue la lectura, ya que fue educada en un internado de monjas católicas, como correspondía a una hija de familia acomodada, destinada a ser esposa y madre, rodeada de referentes europeos, lejos de la cultura popular. A los 11 años su padre le regala una cámara Kodak Brownie con la que inicia su relación con la fotografía.

Influencias y formación

En 1969, siendo esposa y madre, ingresa al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos(CUEC), de la UNAM interesada en el guionismo, dada su cercanía y afición al mundo literario. Desde el comienzo se enfoca en el lenguaje fotográfico, oficio afín a su forma de trabajo pausado en el tiempo y de caracter inntrospectivo e individual. Manuel Álvarez Bravo, quien enseñaba en la misma universidad, fue su tutor y mentor. También a finales de 1969, Graciela trabaja durante un año como ayudante de su primer maestro don Manuel, acompañándolo en viajes a través de la república mexicana, aprendiendo de él mas que la técnica fotográfica, la dimensión artística, intelectual y el reconocimiento de las culturas y tradiciones ancestrales de su país.

Además en su formación y tendencia como fotógrafa, son visibles influencias de fotógrafos que admira como Brasaï, Josef Koudelka, Henri Cartier Bresson, Christer Strömholm, Francesca Woodman, Jaques-Henri Lartigue, Robert Frank, Hiroshi Hamaya.

Durante su juventud recibe el carné del Partido Comunista, tras haber protegido y refugiado a militantes perseguidos. Hoy, Graciela se define como feminista y sujeto con voz política, aunque ha sabido separar la ideología para desarrollar su trabajo en plena libertad.

Su familiaridad con la literatura despierta su interés en ser escritora y la radio fue el instrumento que acompañó a su cámara fotográfica en tiempos de las primeras vanguardias posrevolucionarias de México.

Los tiempos del viaje: huellas y trayectos

En 1962, a sus 20 años, se casa con el arquitecto Manuel Rocha Díaz con quien tuvo tres hijos: Manuel, Claudia y Mauricio; su hija muere a los seis años de edad. Se divorcia e incia sus estudios en cine en la línea de guionismo en 1969, derivando su carrera hacia la fotografía profesional. Los inicios de los años setenta fueron esenciales en la búsqueda de imágenes, siendo el centro histórico de la Ciudad de México su principal fuente de motivos.

La pérdida de su hija en 1970 marca profundamente a Iturbide, volviendo a la muerte y el dolor fuentes de inspiración: transforma el duelo en imágenes que pisan tierra y vuelan espirituosas en velos, procesiones, ataúdes, aves y pájaros, que para ella son autonomía, libertad y consuelo. De allí surge su serie Los angelitos, ritual mexicano de enterrar a los niños muertos.

En 1979 Iturbide es comisionada por el Archivo Etnográfico del Instituto Nacional Indigenista de México (INI), para documentar los pueblos originario de México. Fotografía el pueblo seri, pueblo nómada de pescadores asentado en del desierto de Sonora, al noroeste de México y cercano a la frontera con Arizona. De este trayecto nace la serie Serie, los que viven en la arena.

El artista oaxaqueño Francisco Toledo la invita a trabajar en una serie fotográfica del pueblo de Juchitán, territorio emblemático de la cultura zapoteca en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, donde rige el matriarcado de mujeres de un México rural, alejado geográfica, económica y culturalmente de la capital. La serie, cargada de profunda complicidad con sus modelos, la realiza entre 1979 y 1988 y se recoge en el libro Juchitán de las Mujeres, publicado en 1989.

Al inicio de la década de los años ochenta se ha hecho a un nombre por su trabajo fotográfico, en el nivel nacional e internacional y ha expuesto en lugares como el Centre Georges Pompidou y en el Museo de Arte Contemporáneo Español en Madrid. El Consejo Mexicano de Fotografía y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reconocen sus méritos y le otorgan una beca. Empieza su recorrido por el mundo.

Entre 1980 y 2000 viaja por Europa, Es invitada a trabajar en Panamá (de donde surge su proyecto En el nombre del Padre), Cuba, Estados Unidos, Francia, Alemania Oriental, Hungría, India y Madagascar, países en los que realiza una amplia producción fotográfica. Las fotos de estos caminos podrían interpretarse como un ejercicio de introspección y reflexión sobre la soledad. Graciela, humanista y sensible, privilegia en sus imágenes viajeras atmósferas y paisajes, más que la presencia de personas.

En La Mixteca (zona cultural, económica y política compartida por los estados de los estados de Puebla, Oaxaca y Guerrero, constituida por las culturas amuzgo, cuicateco, mixteco y triqui), asiste en 1992, en el estado de Oaxaca, al sacrificio de cientos de corderos a las orillas del río: ritual de cocina que se realiza durante dos semanas, en el que los animales son honrados con coronas de flores sobre sus cabezas, en contraste con la presencia y el olor de la sangre. Para sobrellevar la experiencia, Iturbide en su mente repite fragmentos del Cantar de los Cantares: “Tus cabellos son como los rebaños de cabras / que retozan en Galaad / tus dientes son como rebaños de cabritas / recién salidas del baño”. De esta experiencia nace su serie Sacrificio, concluída en el 2012.

En el 2004, a cincuenta años de la muerte de Frida Kahlo, es invitada a dejar testimonio fotográfico de dos cuartos de baño de la Casa Azul de Frida, hoy museo, ubicada en el barrio de Coyoacán al sur de la Ciudad de México, donde también viviera Iturbide, siguiendo el rastro amistoso e intelectual de su maestro Álvarez Bravo y el de otros artistas e intelectuales. En uno de estos cuartos de baño Iturbide realiza una instalación con objetos, documentos y aparatos ortopédicos para piernas y el corsé de la pintora que Diego Rivera dejara guardados allí desde 1954. Entre las imágenes pueden apreciarse los pies de la fotógrafa sumergida en la bañera, como lo hiciera Frida. El conjunto de la obra dio origen a la serie El baño de Frida, publicada en 2009. En esta propuesta se evidencia su interés por la representación y alteración del cuerpo humano.

Lo particular de su sello

Graciela trabaja proyectos durante largos períodos, por ello sus series fotográficas pueden tomarle ocho o diez años. Más que la urgencia del tiempo, le interesa relacionarse con los lugares y sus gentes, la detenida observación y la composición.

Honestidad y y respeto por la condición humana y la cultura, complicidad en el relacionamiento con sus modelos e intensidad en la vivencia de sus aventuras temáticas, han permitido a Graciela crear una obra sin utilitarismo ni moralismo, trascendiendo la mirada documental antropológica.

Para esta artista la composición, el detalle, el gesto, la luz como símbolo, los contrastes y una minuciosa edición, son los elementos claves en el logro de sus fotografías en blanco y negro que proyectan estados de contemplación, a la vez que intensidad; poesía, asentada en la realidad y un halo o fulgor inquietante, conmovedor, revelador.


Equipaje Esta artista, en su viaje de 45 años por la fotografía, ha conformado un portafolio extenso, coherente, inspirado, liberador, que constituye un patrimonio cultural y humano. Continúa viviendo y trabajando en la Ciudad de México.

Como expresa la artista mexicana en su ingreso en 2019 a la Academia de las Artes como miembro de número en la sección Gráfica:

“Por supuesto la fotografía no es la verdad, el fotógrafo reinterpreta la realidad y sobre todo construye una realidad propia de acuerdo a sus conocimientos y emociones, a veces es complicado, porque es un fenómeno algo esquizofrénico. Con la cámara, el fotógrafo ve el mundo de una manera, y sin la cámara de otra; entonces con esa ventana que es la cámara el oficio y la intuición trabajan juntos y la sorpresa siempre es instantánea”. Graciela Iturbide (Excelsior, 2019).1

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Arte en América Latina - Libro en donde se hace referencia a las nuevas generaciones a lo largo del continente, grupo en el que se incluye a Iturbide.

Documentos en La enciclopedia

Colección de Arte del Banco de la República


En la Colección de Arte del banco de la República

Obras de Graciela Iturbide en la Colección de Arte
Título Año Ubicación Denominación Registro
MUJER ÁNGEL (DESIERTO DE SONORA, MÉXICO) 1979 Reserva Fotografía AP3871
GITANITA (ALMERÍA, ESPAÑA) 1991 Reserva Fotografía AP3872
NUESTRA SEÑORA DE LAS IGUANAS (JUCHITÁN, MÉXICO) 1979 Reserva Fotografía AP3873
CEMENTERIO (JUCHITÁN, MÉXICO) 1988 Reserva Fotografía AP3874
MAGNOLIA (JUCHITÁN, MÉXICO) 1986 Reserva Fotografía AP3875

Enlaces externos

Graciela Iturbide - página oficial