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Joven militar de origen indígena que luchó en la guerra de independencia de Colombia y Venezuela. Murió como consecuencia de las heridas recibidas en la batalla del Pantano de Vargas el 28 de julio de 1819.


Pintor colonial nacido en Santafé de Bogotá, el 9 de mayo de 1638, muerto en la misma ciudad, en 1711. Al parecer, Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos nunca salió de la Nueva Granada; según su primer biógrafo, el historiador José Manuel Groot, su padre lo dedicó al arte bajo la enseñanza de Baltasar Figueroa, pintor entonces de gran reputación [...] hijo de Gaspar de Figueroa. Como ocurre frecuentemente con los artistas, también existe acerca de Vásquez una famosa anécdota sobre cómo el alumno superó al maestro.
==Biografía==


En este caso se dice que al pintar correctamente los ojos de un San Roque, su maestro lo despidió por considerar que ya podía poner solo un taller; sin embargo, la intervención de Vásquez al parecer está más en el ángel que preside al santo, que en sus propios ojos. De todas formas, sí es claro que Vásquez sobrepasó a los maestros de su tiempo, pues aprendió con corrección muchos de los secretos de la pintura, y hasta el momento es el pintor colonial neogranadino más reconocido y apreciado.


Los dibujos de este maestro son bastante precisos; generalmente hechos de un solo trazo, como lo demuestran los que se conservan en el Museo de Arte Colonial de Bogotá, y como se observa, por lo demás, en la mayor parte de sus obras. Sus modelos generalmente proceden de grabados que reproducen importantes obras de la pintura europea barroca de las cortes católicas. A través de dichos grabados fue como la Corona española halló el método más efectivo para lograr la difusión de las ideas.
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Pintores como Rubens dirigieron a los grabadores flamencos para que en sus obras transmitieran hasta donde fuera posible las gradaciones de los tonos en rostros, manos y ropajes. Según los historiadores del grabado en España, la obra de Rubens fue así más conocida en las colonias que en la misma metrópoli. Sobre estos grabados y con las lecciones de sus maestros, Vásquez desarrolló una pintura trabajada por delicadas capas de color, en la cual estableció contrastes de luz y de sombra a la manera de los maestros italianos y españoles de su época.
El Sargento José Inocencio Chincá, lancero araucano del ejército libertador, es uno de los hombres más destacados en la campaña libertadora por su valor y pericia como jinete y guerrero.


Vásquez debió atender a una numerosa clientela compuesta por comunidades religiosas no sólo de Santafé, sino de otros centros tales como Tunja y sus alrededores, Pamplona, Santafé de Antioquia, Barichara, Cartagena y Popayán, para citar tan sólo algunos. Los temas fundamentales en la obra de Gregorio Vásquez son los religiosos.
En 1798 nace Inocencio Chincá en Tame, de sangre indígena y vocación de libertad. Desde niño se rodeó de la vida sabanera y el trabajo de llano domando potros, lo que lo hizo experto jinete. Muy joven integró el ejército de José Antonio Páez, de quien aprendió a luchar y a perfeccionar el manejo de la lanza, que lo hiciera uno de los más temidos y bravos adversarios para los españoles.


Como gustaba a veces de grandes composiciones, tales como las de los lienzos que enlucen la Capilla del Sagrario en Bogotá, había allí lugar para inscribir a las figuras en escenarios abiertos dando lugar a delicados paisajes; sin embargo, éstos son por lo general ajenos al verdadero paisaje americano: montes, ríos, vegetación, fauna y clima son tomados enteramente de los modelos europeos.
Al mando de Páez, Chincá, y otros 150 lanceros escogidos por este a órdenes de Bolívar, lograron una de las victorias patriotas más reconocidas en el proceso de independencia en los llanos colombo venezolanos, la batalla de Las Queseras del Medio, en el actual Estado Apure, en abril de 1819, donde centenar y medio de patriotas fraguaron la derrota del ejército realista que contaba con más de 1.000 jinetes comandados por Morillo, gracias al valor y habilidad de los llaneros y a la estrategia utilizada por el León de Apure, lo que motivó al General Bolívar a condecorar a este grupo con “La Orden de los Libertadores”<ref>BARÓN ORTEGA JULIO, La Campaña heroica, Tunja, 1983</ref>


Como heredero de la tradición que habían establecido los Figueroa, Vásquez elaboró algunos retratos. Unos de ellos corresponden a prelados de la Iglesia, otros a personajes de su época. En grandes composiciones relativas a temas tales como La predicación de San Francisco Javier, de la iglesia de San Ignacio, La entrega de sus cuadros a los agustinos, del Museo de Arte Colonial, y La recolección del Maná, de la Capilla del Sagrario en Bogotá, es posible que haya retratado a varios de sus contemporáneos: señoras, jóvenes, niños, caballeros y hasta su propia figura.
El sargento Inocencio Chincá, al lado de Juan José Rondón, acompañó a Bolívar en su recorrido hacia Tame, donde se encontraron con Santander, marcharon a Pore y empezaron el ascenso de la cordillera hacia la victoria y la libertad.


Los temas que Vásquez desarrolló con preferencia fueron los marianos, relativos a la Inmaculada Concepción, coronación de la Virgen y la Virgen con el niño en diversas advocaciones. En general, en todas sus composiciones se advierte la presencia de las jerarquías angélicas: querubines, serafines y, particularmente, ángeles músicos.
El 25 de julio, en el Pantano de Vargas, Inocencio Chincá fue uno de los 14 lanceros que acataron la orden del Coronel Rondón para ir a buscar la batalla que estaba perdida. Bolívar le encomendó a Rondón salvar la patria y este, sin duda alguna, emprendió carrera en su montura con el grito “que me sigan los valientes”. En este pequeño grupo de patriotas, con pantalones cortos, torso casi desnudo, sombrero, caballo y lanza, guiados por su espíritu libre y guerrero, fue Inocencio Chincá protagonista, primero en la escaramuza que logró desarticular la estrategia realista al eliminar sin compasión las líneas de los húsares de la Corona, permitiendo el combate parejo del resto de los patriotas y luego, al entablar un combate personal con el capitán Ramón Bedoya, comandante de la caballería española.


También trabajó las vidas de los santos, unas veces por ser los patronos de las diversas comunidades y otras los de los gremios; de igual forma representó a los santos americanos: San Luis Beltrán, elegido patrono del Nuevo Reino de Granada en 1694; y Santa Rosa de Lima, primera santa de América, a la que dedicó numerosos cuadros. Representó a María Magdalena arrepentida, y a las primeras mártires del cristianismo, tales como Santa Bárbara, Santa Lucía, Santa Catalina de Siena y Santa Ursula, temas típicamente barrocos.
Fue una lucha de dos guerreros valientes, convencidos de su causa, donde el español, militar de escuela, de mayor tamaño corporal que el patriota y con un caballo de proporciones también superiores a las del criollo, dio dificultades al sargento tameño que resultó herido gravemente pero logró vencer al realista, para júbilo y orgullo de las tropas independentistas que le hicieron honor a su compañero y sacaron la victoria que sería, en buena parte, causa del definitivo triunfo en el Puente de Boyacá.


Lo mismo hizo con los santos de las comunidades Franciscana, Dominica, Agustina, Carmelita, etc. De sus retratos de prelados se conservan muy pocos. Ejemplo de ellos es el de don Enrique Caldas Barbosa. La obra de Vásquez es muy abundante, como lo atestigua el extenso catálogo de lo que se conserva en Colombia.
La herida recibida obligó a su traslado a Tibasosa, donde murió tres días después.


Desde el siglo pasado, a través del relato de cronistas y viajeros, se sabe que numerosas obras de este artista fueron adquiridas por extranjeros, quienes las sacaron del país. Su pérdida se ha incrementado en la actualidad, pues de varias de las obras que fueron reseñadas a comienzos del presente siglo en el catálogo que elaboró el maestro Roberto Pizano, no se conoce ahora su destino.
Inocencio Chincá, hombre humilde, llanero mestizo y lancero fiero, inspiró con su valor las acciones de sus compatriotas en el camino a la libertad de la Nueva Granada y de otras naciones de la América del Sur.


El Museo de Arte Colonial conserva una de las mejores colecciones del pintor, compuesta por grandes y pequeños lienzos, miniaturas y dibujos. Otras obras se encuentran aún en las iglesias y conventos para los cuales estaban destinadas, y la mayoría de ellas, en poder de los coleccionistas privados.


Con Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos la pintura neogranadina llegó a su mayor esplendor. Vásquez no dejó discípulos, aunque sí algunos seguidores. A su muerte, ocurrida en 1711, sobrevino un período de decadencia de la pintura que pareció ser general en Hispanoamérica.
==Referencias==
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Contemporáneos y muy cercanos a Vásquez son los pintores: Agustín García Zorro de Useche y Gregorio Carvallo de la Parra, cuyas obras están por estudiarse. Coríto seguidor de su estilo, se ha considerado a un pintor de apellido Camargo, de quien se conocen unas pocas obras.
==Bibliografía==


Hacia finales del siglo XVIII, tan sólo se destacan la figura de Joaquín Gutiérrez, quien fuera llamado "el Pintor de los Virreyes", y la extraordinaria obra de pintura botánica que se desarrolló con ocasión de los trabajos de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, dirigida por el sabio naturalista José Celestino Mutis, con un amplio grupo de pintores neogranadinos.
*BARÓN ORTEGA JULIO, La Campaña heroica, Tunja, 1983
*PÉREZ ÁNGEL, HÉCTOR PUBLIO, “La participación de Casanare en la guerra de independencia 1809 – 1819”, Bogotá, Editorial ABC, 1987.
*SÁNCHEZ TOCARÍA OTTO, “Lancero. Campaña libertadora de 1819”, Bogotá, CORCAS Editores, 2017.


Las obras firmadas que se conservan de Vásquez son: San Victorino (1704), San Francisco de Asís reabiendo los estigmas (1693), La Concepción (1710), La Huida a Egipto, El Juicio Final (1673), Predicación de San Francisco Javier (1698), La Magdalena (1697), Visión de San Ignacio de Loyola, San Juan Evangelista y Santo Domingo (1680), Santo Domingo resistiéndose (1690), La Concepción (1697), Jesús Crucificado (1697), La Virgen con el Niño y San Liborio (1701), Nuestra Señora de los Angeles (1693), Nuestra Señora de los Angeles (1673), El Purgatorio (1670), Nuestra Señora de los Angeles (1670), La Sagrada Familia (1657), La coronación de la Virgen por la Trinidad (1697), Tobías y el Angel, San José con Jesús Niño (1704), La Mujer del Apocalipsis (1683), Arqueta con cinco pinturas (1696), La Visión de San Antonio (1669), Investidura de San Idelfonso (1671), La Huida de Lot (1700), La Virgen de la Candelaria, Santo Domingo de Guzmán (1672), San Francisco de Asís (1672), San Pedro (1672), San Pablo (1672), La Huida a Egipto (1672), Descanso de la Huida a Egipto (1672), Santa Gertrudis la Magna con el Niño, La Virgen con el Niño y Santa Ana (1669), La Virgen con el Niño y San Juan, La Concepción (1701), Predicación de San Francisco Javier, La Inmaculada Concepción (1691), La Anunciación (1671), La Sagrada Familia y la Trinidad (1665), Santa María Magdalena, San Gelasio Papa (1689), Aparición de la Virgen a San Liborio (1701), Aparición de la Virgen del Rosario a San Antonio de Padua (1698), Santa Catalina de Alejandría (1689), Santa Inés, Santa Rita de Casia (1691), El Licenciado Juan de Cotrina y Valero y la Virgen (1668).
==Véase también==


EI prestigio que han alcanzado las obras de Vásquez, ha tenido como consecuencia que muchos otros cuadros anónimos le sean atribuidos, sin mayor rigor. Si bien la anterior lista de cuadros firmados da una idea sobre los asuntos que más trabajó, a continuación reunimos los temas en que fue más recurrente: la Inmaculada Concepción, La Virgen Apocalíptica, la Virgen Gloriosa, la Niña María, los Desposorios de la Virgen, la Anunciación, la Sagrada Familia, San José con el Niño, diversas escenas de la vida de Jesús, apostolados, evangelistas, confesores y mártires [Ver tomo 6, Arte, pp. 79-80].
*[[Proyecto:Bicentenario]]


MARTA FAJARDO DE RUEDA
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Bibliografía
*[http://www.banrepcultural.org/proyectos/bicentenario-de-una-nacion-en-el-mundo Bicentenario de una nación en el mundo. Proyecto nacional de la Subgerencia Cultural del Banco de la República]


GIL TOVAR, FRANCISCO. la obra de Gregorio Vásquez. Bogotá, Carlos Valencia EditoresM.sn,t, 1980. GIL TOVAR, FRANCISCO y CARLOS ARBELAEZ CAMACHO. El arte colonial en Colombia. Bogotá, Sol y Luna, 1968. GIRALDO JARAMILLO, GABRIEL. la miniatura, la pintura y el grabado en Colombia. Bogotá, Colcultura, 1980. GROOT, JOSÉ MANUEL, ROBERTO PIZANO y otros. Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos su vida, su obra, su vigencia. Bogotá, Editorial Menorah, 1963. PIZANO, ROBERTO. Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos. París, Camilo Bloch Ed., 1926. SEBASTIAN, SANTIAGO. El Barroco Iberoamericano: mensaje iconográfico. Madrid, Encuentro Editores, 1990.
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Esta biografía fue tomada de la Gran Enciclopedia de Colombia del Círculo de Lectores, tomo de biografías.

Revisión del 13:46 3 ene 2020

Joven militar de origen indígena que luchó en la guerra de independencia de Colombia y Venezuela. Murió como consecuencia de las heridas recibidas en la batalla del Pantano de Vargas el 28 de julio de 1819.

Biografía

El Sargento José Inocencio Chincá, lancero araucano del ejército libertador, es uno de los hombres más destacados en la campaña libertadora por su valor y pericia como jinete y guerrero.

En 1798 nace Inocencio Chincá en Tame, de sangre indígena y vocación de libertad. Desde niño se rodeó de la vida sabanera y el trabajo de llano domando potros, lo que lo hizo experto jinete. Muy joven integró el ejército de José Antonio Páez, de quien aprendió a luchar y a perfeccionar el manejo de la lanza, que lo hiciera uno de los más temidos y bravos adversarios para los españoles.

Al mando de Páez, Chincá, y otros 150 lanceros escogidos por este a órdenes de Bolívar, lograron una de las victorias patriotas más reconocidas en el proceso de independencia en los llanos colombo venezolanos, la batalla de Las Queseras del Medio, en el actual Estado Apure, en abril de 1819, donde centenar y medio de patriotas fraguaron la derrota del ejército realista que contaba con más de 1.000 jinetes comandados por Morillo, gracias al valor y habilidad de los llaneros y a la estrategia utilizada por el León de Apure, lo que motivó al General Bolívar a condecorar a este grupo con “La Orden de los Libertadores”[1]

El sargento Inocencio Chincá, al lado de Juan José Rondón, acompañó a Bolívar en su recorrido hacia Tame, donde se encontraron con Santander, marcharon a Pore y empezaron el ascenso de la cordillera hacia la victoria y la libertad.

El 25 de julio, en el Pantano de Vargas, Inocencio Chincá fue uno de los 14 lanceros que acataron la orden del Coronel Rondón para ir a buscar la batalla que estaba perdida. Bolívar le encomendó a Rondón salvar la patria y este, sin duda alguna, emprendió carrera en su montura con el grito “que me sigan los valientes”. En este pequeño grupo de patriotas, con pantalones cortos, torso casi desnudo, sombrero, caballo y lanza, guiados por su espíritu libre y guerrero, fue Inocencio Chincá protagonista, primero en la escaramuza que logró desarticular la estrategia realista al eliminar sin compasión las líneas de los húsares de la Corona, permitiendo el combate parejo del resto de los patriotas y luego, al entablar un combate personal con el capitán Ramón Bedoya, comandante de la caballería española.

Fue una lucha de dos guerreros valientes, convencidos de su causa, donde el español, militar de escuela, de mayor tamaño corporal que el patriota y con un caballo de proporciones también superiores a las del criollo, dio dificultades al sargento tameño que resultó herido gravemente pero logró vencer al realista, para júbilo y orgullo de las tropas independentistas que le hicieron honor a su compañero y sacaron la victoria que sería, en buena parte, causa del definitivo triunfo en el Puente de Boyacá.

La herida recibida obligó a su traslado a Tibasosa, donde murió tres días después.

Inocencio Chincá, hombre humilde, llanero mestizo y lancero fiero, inspiró con su valor las acciones de sus compatriotas en el camino a la libertad de la Nueva Granada y de otras naciones de la América del Sur.


Referencias

  1. BARÓN ORTEGA JULIO, La Campaña heroica, Tunja, 1983

Bibliografía

  • BARÓN ORTEGA JULIO, La Campaña heroica, Tunja, 1983
  • PÉREZ ÁNGEL, HÉCTOR PUBLIO, “La participación de Casanare en la guerra de independencia 1809 – 1819”, Bogotá, Editorial ABC, 1987.
  • SÁNCHEZ TOCARÍA OTTO, “Lancero. Campaña libertadora de 1819”, Bogotá, CORCAS Editores, 2017.

Véase también

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