La capilla colonial de Santa Bárbara de guayabal, fue construida y fundada a partir de 1649 por la comunidad de los Agustinos Recoletos. Con el transcurrir de la historia y del adoctrinamiento católico en la comunidad nativa y mestiza del espacio territorial conocido como Doyma, se generó un proceso de cogobierno con la corona española. A pesar de estar regida por los principios coloniales, los clérigos establecieron un vínculo estrecho con las comunidades indígenas y luego, con la naciente aparición de criollos y mestizos con ideas progresistas, que a futuro emprenderían una alianza estratégica en la emancipación popular desde 1781 hasta 1817, beneficiando, por su acumulado intelectual y la facilidad para adquirir documentos actualizados de la ilustración europea, a las nacientes organizaciones rebeldes, lo cual constituyó pieza fundamental en el enriquecimiento intelectual e ideológico de los patriotas.

Los indígenas panches abrieron la senda, junto a los monjes recoletos, de la revolución independentista con las ideas y la fortaleza militar aborigen como bandera, iniciando esta cruzada científica y estratégica en la iglesia Santa Bárbara que hoy se ve en el parque principal del municipio de la Mesa, lugar donde se mimetizaron y pusieron su experiencia al servicio de la empresa libertadora.

En esta comunidad se generaron los primeros conatos emancipatorios, convirtiéndose en punto de confluencia de tribus y células rebeldes hasta la mitad del siglo XVII. Después de la entrada a sangre y fuego de los militares españoles, los panches habitantes de Doyma, nombre prehispánico de La Mesa, combatieron hasta el último hombre, siendo derrotados por la fuerza virreinal, la traición y el entrismo muisca. Los panches sobrevivientes se sometieron y mimetizaron su poder bélico y sentido de libertad en la clandestinidad hasta 1670. También fueron objeto propagandístico del terror y el poderío Español contra cualquier manifestación de transformación, cambio o sublevación en esta región de tránsito entre el río Magdalena y la cordillera oriental. Esta construcción de paja y barro pisado acogió a los sobrevivientes de las masacres españolas y alojó a los pioneros de las gestas expedicionarias de la ciencia y el saber. De este punto partió la expedición botánica, empresa estratégica en la primera fase de la independencia nacional en cabeza de José Celestino Mutis.

Véase también

Proyecto:Bicentenario

Bibliografía

  • VELANDIA, ROBERTO, Enciclopedia histórica de Cundinamarca, Bogotá, Biblioteca de Autores Cundinamarqueses, Cooperativa Nacional de Artes Gráficas, tomo III. 1980.