Indio mestizo que, de acuerdo con el relato de Julio Humberto Ovalle Mora, apareció en el pueblo de Sampués (actual departamento de Sucre), hacia noviembre de 1766, y con sus actuaciones, promesas y proclamas, se erigió como caudillo único de los nativos; es decir, hablamos de un indio que incurrió en el delito de lesa majestad.

Informado de la conducta de Jesús, don Joaquín de la Torre, alcalde ordinario de la Villa de San Benito Abad, puso en conocimiento de la situación al gobernador de la provincia de Cartagena, don Fernando Morillo Velarde, quien a su vez envió oficio dirigido al virrey Messía de la Cerda, con fecha 23 de noviembre de 1766, en el que formuló cargos contra el mencionado Rojas, exponiendo su tesis de posible locura al hacerse reconocer como hijo del señor don Felipe V, autodenominándose Luis I, con poderes y preeminencias propias de un miembro de la familia real.

Las autoridades máximas del pueblo, encarnadas en el alcalde y el cura quisieron capturar a don Luis I, pero la misión falló, por lo cual los insurrectos marcharon con su caudillo hasta el pueblo de San Andrés, en el que Rojas contaba con gran cantidad de seguidores. Enterado el alcalde La Torre de que don Luis I y sus partidarios andaban por dicho territorio, acudió al gobernador a fin de que éste dispusiera las medidas más convenientes y eficaces para la contención de tales desmanes.

Morillo Velarde tomó cartas en el asunto e impartió órdenes, que participó en forma detallada al virrey, enviando tropas y armas como para una hazaña bélica, medida totalmente desproporcionada frente a la labor de cercar y aprisionar un montón de indígenas en total desventaja. La persecución contra Jesús-Luis y los suyos se organizó, y los comprometidos en tan meritorio servicio a la causa de su majestad el Rey de España, no cejaron en su empeño hasta lograrlo. En el sitio conocido como La Costa del Comisario, Rojas y algunos de sus seguidores fueron capturados y el 24 de diciembre el reo fue presentado en Cartagena ante el Gobernador Morillo Velarde, quien no dudó en dictaminar que este andaba mal de la cabeza y lo condenó al martinete de Santo Domingo, atado a una cadena, hasta cuando el Virrey dictara superior y definitiva providencia. Rojas permaneció atado durante el largo y dilatado proceso, a causa de las distancias a las comunidades; finalmente, el 8 de febrero de 1768, el más alto tribunal de justicia del Nuevo Reino falló frente al indio que se autoproclamó rey de los pueblos de San Andrés y San Juan Evangelista de Sampués, calificándolo de loco y demente, y ordenó al gobernador remitirlo en primera ocasión bajo partida de registro a los reinos de España, para que fuera puesto en la Carraca de Cádiz o en una casa u hospital de locos; a sus seguidores se les otorgó el beneficio del perdón.

Esta sentencia fue el último punto de referencia documental sobre el caso del mestizo Luis de Rojas. Se ignora si Jesús-Luis fue remitido a España para cumplir la condena en la Carraca o en el manicomio; también son desconocidos los datos sobre su origen y persona.

Véase también

Proyecto:Bicentenario

Bibliografía

  • ACADEMIA COLOMBIANA DE HISTORIA, Boletín de Historia y Antigüedades, Bogotá, Academia Colombiana de Historia, No. 739, octubre-diciembre de 1982, pp.1.025-1.031.
  • Archivo General de la Nación, Sección Colonia, Fondo Milicias y Marina, Tomo 140, Folios 877-900.

Enlaces externos

Enlaces realacionados en banrepcultural

Créditos

  • Eduwin Orlando Carrillo Duarte Centro Cultural de Sincelejo, 2020.