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Botánico y médico bogotano (mayo 22 de 1828 - París, octubre 31 de 1890).  
Botánico y médico bogotano (mayo 22 de 1828 - París, octubre 31 de 1890).  


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*1883 Fue elegido miembro hors-cadre de la Sociedad de Agricultura de Francia.
*1883 Fue elegido miembro hors-cadre de la Sociedad de Agricultura de Francia.
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*1890 Falleció en París.
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Mercedes Umaña (esposa).


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Revisión actual - 22:03 11 oct 2021

José Jerónimo Triana
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Datos generales
Nombre José Jerónimo Triana
Fecha de nacimiento 22/05/1828
Nacionalidad Colombiano
Ocupación Botánico y médico.
Estudios universitarios Medicina
País de nacimiento Colombia Bandera de Colombia }}
Ciudad de nacimiento Bogotá
Fecha de fallecimiento 31/10/1890.
País de fallecimiento Francia
Ciudad de fallecimiento París
Familia José María Triana (padre)
Cónyuge Mercedes Umaña

Botánico y médico bogotano (mayo 22 de 1828 - París, octubre 31 de 1890).

Biografía

Hijo del educador José María Triana, quien le supo inculcar a su hijo la afición por la ciencia y le patrocinó la formación escolar y universitaria necesaria, como también el interés por la docencia, desde muy joven, a los 17 años, José Jerónimo fue profesor del recién fundado Colegio del Espíritu Santo, de Lorenzo María. Lleras, quien, años más tarde, se casó sucesivamente con dos hermanas de Triana.

La Expedición Botánica

José Jerónimo Triana estudió medicina, y a partir de ella pudo desarrollar sus inclinaciones por las ciencias naturales. Mientras cursaba los cursos regulares en la facultad de medicina, le robaba horas al sueño para estudiar, por su cuenta, los tratados de biología y botánica. En esos años de formación fue muy importante la amistad que entabló con el anciano pintor Francisco Javier Matís, quien colaboró con José Celestino Mutis en la Real Expedición Botánica (1783-1816) y fue catalogado por Humboldt como el mejor pintor de flores del mundo. Fue importante esa relación pues los libros sobre la materia de interés de Triana no eran muchos, pero la amplia experiencia de Matís le sirvió al joven botánico para aprender a estudiar (recoger, observar, adicionar plantas y armar un herbario) la exuberante flora tropical. Además, le infundió un criterio que, a su vez, Mutis le había transmitido: experimentar en carne propia muchas de las propiedades terapéuticas de las plantas, con el fin de aplicarlas a la medicina. Así, Triana ensayó plantas que según la tradición popular poseían virtudes curativas, y algunas veces puso en peligro su vida y salud.

Periodista

En el periódico El Día, Triana comenzó a escribir una serie de artículos sobre plantas útiles, que posteriormente siguió publicando en la Gaceta Oficial. Estos le sirvieron para obtener cierto reconocimiento, esencial a la hora de conformarse la Comisión Corográfica a la cual entró a colaborar, un año después de su creación oficial, con la responsabilidad de adelantar el estudio de la botánica del país. La vinculación de Triana fue casi que ad honorem, pues sólo pidió que se le cubrieran sus gastos, alentado por la idea de publicar en poco tiempo La Flora de Colombia.

Comisión Corográfica

Triana se vinculó a la Comisión Corográfica en 1851 y permaneció en ella hasta 1857, tiempo en el que logró levantar un herbario de 2200 plantas, en su mayoría recopilado en sus viajes por el territorio nacional y por otra . parte por amigos y corresponsales, como también por los otros miembros de la Comisión. Parte de ese herbario se perdió, pues durante 80 años esos materiales fueron abandonados y sólo con la creación del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, las dos terceras partes fueron recuperadas. Entre enero de 1851 y el 1 de septiembre de 1856, cuando Triana entregó oficialmente sus herbarios al gobierno neogranadino, el sabio logró visitar gran parte del territorio: los alrededores de Bogotá, los actuales departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Santander, Norte de Santander, Magdalena, Tolima, Valle del Cauca (incluida la Costa Pacífica), Antioquia, Quindío, Caldas, Risaralda, Chocó, Nariño, Cauca y Meta en varias ocasiones, en diferentes épocas y por distintas rutas; a veces solo, otras en compañía de los miembros de la Comisión, o con ocasionales científicos extranjeros.

En 1851 trabajó en el municipio de Ocaña con Schlim y la Costa Pacífica la herborizó con Warscewicz, quien se dirigía a Guayaquil. Entre enero y marzo de 1854 hizo lo propio con Hermann Karsten, con quien recorrió los alrededores de Bogotá (la Sabana, el Salto de Tequendama, Tena, Teusacá y El Colegio) y el occidente de Cundinamarca hasta el municipio de Cartago en el Valle del Cauca (Tena, La Mesa, Anapoima, Apulo, Tocaima, las orillas del río Magdalena, los llanos del Tolima y las montañas del Quindío). El trabajo de campo en el trópico era difícil, lleno de avatares y complicaciones. Triana no estuvo exento de tales dificultades, pues tuvo que vencer enfermedades como la oftalmia en 1852, o los ataques de fiebre en 1853. Así mismo, la inestabilidad política que por esos tiempos afrontó la Nueva Granada, afectó el normal funcionamiento de los trabajos de la Comisión Corográfica y del mismo Triana. Con la revolución de abril de 1854, los viajes e investigaciones se suspendieron y muchos de los miembros de la empresa científica de Agustín Codazzi participaron en la guerra civil que se desató Triana, a su vez, se vinculó a las fuerzas que actuaron en el Magdalena, y cuando podía aprovechaba los altos que hacía la tropa para aumentar sus colecciones botánicas, especialmente en el occidente de Cundinamarca y las regiones ribereñas del Magdalena. Así mismo, se dedicó a conseguir plantas que envió al invernáculo de plantas tropicales de Bruselas, donde debían ser clasificadas y adaptadas a las familias reconocidas por la botánica europea.

Flora de la Nueva Granada

Al terminar su contrato con el gobierno colombiano, José Jerónimo Triana volvió a ser enganchado, con el ofrecimiento de viajar a Europa por dos años y una remuneración de 2000 duros anuales, con el fin de clasificar y hacer conocer los productos naturales de la variadísima flora colombiana, que por sus aplicaciones vulgares o sus cualidades pudieran adaptarse a las sustancias empleadas por la medicina o utilizadas por la industria; y preparar una publicación con el nombre de Plantas útiles de la Nueva Granada. En abril de 1857, a los pocos días de su matrimonio con doña Mercedes Umaña, partió para Europa. Durante el viaje de Bogotá a Cartagena, Triana recopiló otra buena cantidad de especies. En julio de 1857 llegó a París y se enteró que las plantas que había enviado no estaban clasificadas y que de una publicación costeada por el gobierno belga, anunciada en Bogotá y arreglada por Linden, sólo se había podido imprimir una entrega todo lo cual imposibilitaba el cumplimiento del contrato con el gobierno.

Concibió, entonces, el proyecto de escribir una obra científica sobre la flora tropical que llamó La Flora de la Nueva Granada, para lo cual tenía que analizar técnicamente cada planta, examinar separadamente los diversos individuos de cada familia, confrontarlos y comprobarlos con los textos de los maestros reconocidos, agregando sus propias observaciones. Entabló entonces amistad con el científico J. E. Planchon, profesor de botánica de la facultad de ciencias de Montpellier, ciudad en la que se radicó y en la que vivió por espacio de un año, trabajando en los jardines e invernáculos, al cabo del cual publicó una monografía sobre las gutíferas, que fue muy bien recibida en el ambiente científico europeo.

En 1860, el gobierno colombiano declaró terminado el contrato con Triana, se suspendieron la subvención anual, los trabajos y la publicación de La Flora. Gracias a la intervención del gobierno francés y a las gestiones del encargado de negocios de ese país en Colombia, señor Geoffroy, el Estado colombiano decidió prolongar por dos años más el contrato con Triana, pero con la revolución de 1861 el sabio no volvió a recibir suma alguna y las penurias económicas comenzaron a aquejarlo. Pese a esa dificultad, no detuvo sus investigaciones ni su participación en el mundo científico europeo.

En 1865, en la Exposición de Agricultura de Amsterdam, le fue premiada una monografía sobre las melastomáceas, y al año siguiente fue nombrado vicepresidente del Congreso Botánico Internacional, que se reunió en Londres.

Sólo en 1866, luego de la Convención de Rionegro y de que Tomás Cipriano de Mosquera, ministro plenipotenciario de Colombia en Francia, fuera elegido presidente de los Estados Unidos de Colombia, Triana pudo retomar el proyecto de edición de La Flora y La Geografía Botánica. Interesado por el trabajo de Triana, Mosquera prometió ayudarlo; sin embargo, el contrato con el gobierno colombiano se demoró y Triana se encontró con los materiales listos pero sin el dinero necesario para la publicación, de la cual, finalmente, se editó el primer tomo como Prodomus Florae Novo-Granatensis. La causa para que se demorara el contrato entre Triana y el gobierno colombiano radicó en que la memoria del secretario de Relaciones Exteriores de 1866, señalaba que el sabio botánico era un viajero subvencionado por el gobierno, cuyas labores científicas eran ineficaces y tardías. Ante tales afirmaciones Triana se dirigió a París a solicitar del encargado de negocios un certificado de que atendía debidamente sus compromisos. Por ese entonces se reabrió la Exposición Universal de París de 1867, la cual visitó y con sorpresa encontró que Colombia, a diferencia de otras naciones hispanoamericanas, no estaba representada por resolución del presidente Mosquera. Pensó entonces el sabio que su herbario y el resto de sus trabajos científicos podían ser expuestos en tan importante vitrina. Sin embargo, no tenía el dinero necesario para pagar la inscripción y aderezar convenientemente la muestra, por lo que tuvo que recurrir al Comité Centro-Americano y a M. de Marican, delegado del Ecuador, para que las directivas de la Exposición lo dejaran participar. Al cabo de ciertas gestiones personales y de los latinoamericanos a los que recurrió, logró que se le asignara un pequeño pabellón, apto para una muestra no sólo botánica, sino también etnográfica, arqueológica y mineralógica. Triana necesitó, entonces, de ciertos elementos: los frascos y pomos de cristal los obtuvo a crédito, manos femeninas contribuyeron a colocar los objetos y distribuir los rótulos. Luego de muchos sinsabores, Triana obtuvo un merecido premio, consistente en una medalla de oro y un objeto de arte que tenía un valor de 5000 francos, por la belleza e importancia científica de su exposición. Ante la difícil situación económica por la que pasaba, Triana con el consentimiento del gobierno francés, cambió el objeto de arte por efectivo, el que le sirvió para publicar el segundo tomo de la Prodomus Florae Novo-Granntensis, que comprendía las extensas familias de las criptógamas.

Además de la medalla de oro y el objeto de arte, Triana obtuvo tres medallas de bronce correspondientes a la artística preparación y disposición de sus herbarios, a la fabricación de sombreros de Panamá, que fue la más importante e instructiva de cuantas se ofrecieron a los ojos del público, y por la colección de antigüedades indígenas de Colombia. Tales galardones sirvieron para que, en reconocimiento al sabio, el gobierno colombiano ordenara que el retrato de Triana fuera colocado en el salón de la rectoría de la Universidad Nacional, y que le fuesen entregados 2000 duros como recompensa por el servicio hecho al país; además se le autorizó para aceptar rentas, empleos, títulos, condecoraciones y cualquier tipo de premios honoríficos que le fueran concedidos por el extranjero. Así mismo, le concedió una prórroga para la publicación oficial de la Flora Colombiana y La Geografía de Colombia. Sólo en 1869, durante la administración del general Santos Acosta, y a consecuencia de los triunfos obtenidos por Triana en París, el gobierno colombiano atendió el cumplimiento del contrato pendiente.

Últimos años

A partir de 1870, Triana se embarcó en una nueva aventura científica: estudiar los materiales producidos durante los treinta y tres años (1783-1816) que ejerció funciones la Real Expedición Botánica. Luego de varias gestiones, logró que el gobierno español le concediera el permiso para clasificar, denominar científica y vulgarmente las plantas estudiadas, y publicar por su cuenta la colección de láminas, convirtiéndose así en el primer científico colombiano que tuvo acceso al archivo de la primera empresa científica que existió en el país. Luego de un intenso trabajo, en el que puso a prueba y demostró sus vastos conocimientos de la flora colombiana, identificó y repartió las láminas en carpetas según familias naturales y dejó en el Jardín Botánico un catálogo que resume todas estas labores.

En 1872, Triana publicó en París, con lujo y esmero, La Quinología de Mutis, en la que reprodujo treinta iconos levantados en acero, en una lujosa edición costeada por la Comisión Corográfica de los Estados Unidos; con este trabajo obtuvo la gran medalla de la Sociedad de Agricultura de Francia. Fue un libro pionero que sirvió, años después, para emprender la publicación de La Flora y demostrar que Colombia estaba en capacidad de publicar íntegramente la flora de la Expedición Botánica. Con parte de las láminas de la chinchona y con la respectiva licencia del Jardín Botánico de Madrid, se presentó en la Exposición Universal celebrada en París, en 1889, con motivo del centenario de la toma de La Bastilla, donde obtuvo un nuevo premio. En 1870, ante la invasión prusiana a Francia, Triana tuvo que emigrar con su familia a Kew (Inglaterra), donde continuó sus trabajos pero sin muchos de sus herbarios y archivos, pues éstos se habían quedado en París. A1 terminar la invasión, Triana regresó a París, pero todas sus recopilaciones botánicas, como sus escritos y apuntes, habían sido quemados o parcialmente destruidos. Continuó sus trabajos con permanentes dificultades económicas, pero con reconocimientos. En 1883 fue elegido por votación unánime miembro hors-cadre de la Sociedad de Agricultura de Francia. También perteneció a las Sociedades Francesas de Higiene y de Geografía, y a la de Ciencias Naturales de Cherburgo, y a las de Física e Historia. [1]

Cronología

  • 1845 Fue profesor del Colegio del Espíritu Santo
  • 1851 1857 Estuvo vinculado a la Comisión Corográfica en
  • 1851 Trabajó en el municipio de Ocaña con Schlim y , en la Costa Pacífica, con Warscewicz
  • 1854 Recorrió los alrededores de Bogotá con Hermann Karsten.
  • 1857 Estadía en París donde hay grandes dificultades para cumplir su contrato con el gobierno.
  • 1860, el gobierno colombiano declaró terminado el contrato con Triana, se suspendieron la subvención anual, los trabajos y la publicación de La Flora.
  • 1865 Recibió un premio por una monografía sobre las melastomáceas en la Exposición de Agricultura de Amsterdam.
  • 1866 Fue nombrado vicepresidente del Congreso Botánico Internacional, que se reunió en Londres; Triana pudo retomar el proyecto de edición de La Flora y La Geografía Botánica.
  • 1867 Expuso de manera independiente en la Exposición Universal de París.
  • 1869 Durante la administración del general Santos Acosta, el gobierno colombiano cumplió el contrato de publicación de la Flora.
  • 1870 Inició el estudio de los materiales producidos durante los treinta y tres años (1783-1816) de la Real Expedición Botánica
  • 1872 Publicó en París, La Quinología de Mutis.
  • 1889 Se presentó en la Exposición Universal, celebrada en París, donde obtuvo un nuevo premio.
  • 1883 Fue elegido miembro hors-cadre de la Sociedad de Agricultura de Francia.
  • 1890 Falleció en París.

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Un pionero. Escrito por Ricardo Rodríguez Morales en el Boletín Cultural y Bibliográfico Vol. 28, núm. 27 (1991)

Nuevos jeneros i especies de plantas para la flora neogranadina, escrito por José Jerónimo Triana.

Documentos en La enciclopedia

Historia de la geografía en Colombia

Enrique Pérez Arbelaéz

Francisco Javier Matís

José Celestino Mutis

Liborio Zerda

Referencias

  1. Esta biografía fue tomada de la Gran Enciclopedia de Colombia del Círculo de Lectores, tomo de biografías.