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seis patas y una cola.
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|'''Hecha por todos: La poesía'''<br />
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Errantes por el mundo,<br />
solitarios, en definitiva,<br />
veo, de golpe, todos los amigos.<br />
Es como pasar a limpio<br />
la libreta de teléfonos.<br />
Renegando de la literatura <br />
pero citando versos<br />
jocosos o inaccesibles<br />
pasan delante de la vista<br />
orates todos ellos hasta el fin.<br />
Hay tan poca diferencia<br />
entre los vivos y los muertos.<br />
Sedientos ambos<br />
por una misma palabra<br />
que calme su compulsiva avidez.<br />





Revisión del 19:57 17 sep 2019

Generación sin Nombre

Bajo este apelativo la crítica literaria agrupo a diferentes escritores colombianos que: (a) nacen entre 1939 y 1949; (b) publican sus obras desde 1966, posterior al “boom” del Nadaísmo; (c) retoman formas clásicas de la narrativa y la lírica para buscar una renovación literaria; y (d) confrontan la mentalidad conservadora y la violencia en Colombia (en especial durante el periodo del Frente Nacional). El nombre fue otorgado por la crítica porque los escritores de este grupo no se unificaron autónomamente, no definieron principio estilístico comunes ni tampoco crearon manifiesto alguno.

Sobre este apelativo existen dos explicaciones: la primera se remonta a un artículo de 1967 donde Álvaro Burgos Palacios (Lecturas Dominicales de El Tiempo) menciona el surgimiento de algunos poetas que califica como “una generación sin nombre”. La segunda, más comúnmente aceptada, señala la publicación Antología de una generación sin nombre (Eds. Rialp. Madrid: 1970), de Jaime Ferrán. Ferrán publicó un artículo titulado “Antología de una generación sin nombre” en el Boletín Cultural y Bibliográfico del Banco de la República (Vol. 11, Núm. 05, 1968).

José Luis Díaz-Granados señala además un hecho que marca el surgimiento del grupo: una fotografía encargada por Fabio Henker (director de Lámpara) que se realiza en la casa de Juan Gustavo Cobo Borda en 1968. Allí aparecen Darío Jaramillo Agudelo, David Bonells Rovira, José Luis Díaz-Granados, Juan Gustavo Cobo Borda, Henry Luque Muñoz, Álvaro Miranda y Augusto Pinilla.

Miembros

Los miembros comúnmente aceptados son los siguientes: Álvaro Miranda, Darío Jaramillo Agudelo, Augusto Pinilla, David Bonells Rovira, Elkin Restrepo, Giovanni Quessep, Henry Luque Muñoz (+), Jaime García Maffla, José Luis Díaz-Granados, Juan Gustavo Cobo Borda, María Mercedes Carranza (+), Martha Canfield y Miguel Méndez Camacho.

Historia

El 3 de diciembre de 1967, Álvaro Burgos público en “Lecturas Dominicales”, el suplemento cultural del periódico El Tiempo, una selección de poemas de escritores entre los 18 y 24 años. Allí, bajo el título de Una generación busca su nombre, ya aparecían versos de Darío Jaramillo, David Bonells, Álvaro Miranda, Henry Luque Muñoz, Augusto Pinilla y Juan Gustavo Cobo Borda.

Algunos meses después, Jaime Ferrán, crítico literario y escritor español, publicaría el artículo Antología de una Generación sin nombre en el Boletín Cultural y Bibliográfico (1968) de la Biblioteca Luis Ángel Arango. En este artículo, que se convertiría en libro dos años después, se lee: “parecen querer dejar estos jóvenes sus huesos mondos y lirondos a la posteridad sin apelación alguna a la gloria y yo he respetado su decisión y les he llamado, como ellos se llamaron, <<una generación sin nombre>>” (p. 69).

¿Por qué no establecer, como lo habían hecho los “nadaístas” poco antes, un nombre, unas posiciones políticas, estéticas o filosóficas compartidas? En aquel momento, para Jaime Ferrán (1968), esto fue por una cuestión de humildad frente a sus antecesores (los nuevos, los piedracielistas, los cuadernícolas…); pero, la profesora y crítica literaria Luz Mery Giraldo, gracias a la perspectiva que permiten los años, tiene una mirada muy diferente. En su artículo Poesía y poéticas de la “Generación sin nombre”, afirma que la ausencia de nombre o manifiesto se debe a que los principios unificadores de la Generación eran: (1) la exploración de lo individual, lo personal, de la voz íntima; y (2) la experimentación para renovar la poesía colombiana al mismo tiempo que se recuperaba su lirismo (pp. 57-58). Así, las temáticas y las maneras expresivas fueron tan diversas que cualquier intento de unificación hubiera sido infértil.

Desde otra mirada, Harold Alvarado Tenorio, escritor e investigador, plantea una tercera característica común: los miembros de la Generación sin nombre confrontaron la mentalidad conservadora y la violencia que consumían al país. Característica inevitable si se considera que este grupo de intelectuales vivían bajo el dominio del Frente Nacional mientras en el mundo se presenciaban revoluciones como la de Mayo del 68. Todo esto no solo amplió las posibilidades literarias del país; sino que, a su vez, profundizó su impacto social: ya fuera como investigadores, gestores culturales, editores o activistas, los integrantes del grupo han jugado y siguen jugando un papel esencial en el desarrollo cultural de Colombia. Esta muestra es una pequeña mirada a su trabajo y un gran reconocimiento a los aportes de Álvaro Miranda Hernández, Augusto Pinilla, Darío Jaramillo Agudelo, David Bonells Rovira, Elkin Restrepo, Giovanni Quessep, Henry Luque Muñoz, Jaime García Maffla, José Luis Díaz-Granados, Juan Gustavo Cobo Borda. María Mercedes Carranza, Martha Canfield y Miguel Méndez Camacho.

Poemas de la Generación sin Nombre

Martha Canfield Darío Jaramillo Agudelo Juan Gustavo Cobo Borda José Luis Díaz-Granados Álvaro Miranda Augusto Pinilla
De regreso

Descubrir tu mirada
que espera
no pretende ni pide ni lamenta
sólo espera

Descubrir tu cuerpo
que sabiendo correr, arrojarse, saltar
imponer su calor en dulces cercanías
ahora permanece inmóvil
diciendo sí
comunicando
la espera pura de lo que será
con la conciencia clara
de que no serás tú quien lo decida

pero esperar se puede
porque tus ojos limpios
también saben soñar
y tu inmovilidad serena
sabe comunicar que lo que espera
soy yo

es mi presencia, mi mano, mi voz
mi compañía
para que otra vez
de nuevo
como antes de mi ausencia
podamos finalmente
formar esa unidad armoniosa
que describió Neruda:
seis patas y una cola.



Tierra de fuego (1988)

Hecha por todos: La poesía

Errantes por el mundo,
solitarios, en definitiva,
veo, de golpe, todos los amigos.
Es como pasar a limpio
la libreta de teléfonos.
Renegando de la literatura
pero citando versos
jocosos o inaccesibles
pasan delante de la vista
orates todos ellos hasta el fin.
Hay tan poca diferencia
entre los vivos y los muertos.
Sedientos ambos
por una misma palabra
que calme su compulsiva avidez.

Tierra de fuego (1988)

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Referencias

  • Alvarado Tenorio, Harold. Una generación desencantada: 1970-1984. Disponible en línea: http://www.antologiacriticadelapoesiacolombiana.com/unageneraciondesencantada2.html. Recuperado el: 26 de agosto de 2019.
  • Cobo Borda, Juan Gustavo. (1988). Tierra de Fuego. En: Golpe de Dados, revista de poesía. Vol. XVI.-No. XCI.
  • Biblioteca Luis Ángel Arango. (1968). Boletín Cultural y Bibliográfico V. XI-No. 5. Bogotá.
  • Burgos, Álvaro. Una generación busca su nombre. En: Lecturas Dominicales, El Tiempo (3 de diciembre de 1967)
  • Giraldo, Luz Mery. Poesía y poéticas de la “Generación sin nombre”. En: Cuadernos de literatura (V. II-No. 6). Julio-diciembre, 1997.


Véase también