Qué es

La huella pictórica dejada por los aborígenes, se manifiesta sobre todo en la cerámica; desde tiempos muy remotos aparece la pintura puesta antes de la cocción e inclusive agregada posteriormente: en ánforas, cuencos, platos, copas, alcarrazas, máscaras y figuras antropomorfas, zoomorfas y antropozoomorfas. Pero no solo se hacían con un fin decorativo u ornamental, ya que las pinturas geométricas, suponen una ordenación de formas y responden a un contenido mental, acorde con la comunidad productora, siendo creación popular anónima. Esta marcada vocación por lo lineal geométrico, se opera por lo común buscando lo esquemático y fijando un motivo que se inspira en la naturaleza botánica o animal: flor, pájaro, serpiente, mono, etc., se somete al rigor de la abstracción y esquematización, los cuales por repetición van marcando un ritmo, que persiguiendo las posibilidades de la línea, descubre la regularidad y produce una ornamentación, que representa no solo adorno, sino una tabla de valores que satisfacen su intelecto. El repertorio de formas geométricas de la pintura ornamental sobre objetos cerámicos, se hizo basándose en rayado paralelo, entrecruzado, grecas, puntas de sierra, círculos, volutas, triángulos, rombos, cuadrados, etc. La técnica más común fue la de pigmentaciones con colores rojizos, pardos, blancos y negros; de origen vegetal o mineral, sobre el fondo natural de la arcilla, fijados con pincel y a menudo por el procedimiento de negativo, en el cual se cubría previamente el cuerpo de la vasija con resinas o ceras, para limpiar luego y dejar al descubierto las partes que debían ser impregnadas de pintura, después del englobe, que era el baño de color uniforme a que era sometido el objeto.

La preparación del material: barro, greda, arcilla; se obtenía mediante paciente ablandamiento, hasta lograr el grado de dureza requerido, luego se le agregaba la materia desengrasante, que podía ser arena, residuos de conchas, tiestos triturados, fibras vegetales, etc., los que agregados a la masa evitaban los resquebrajamientos, grietas y rupturas durante la cocción y permitía su mejor manipulación. La cocción se obtenía en atmósfera abierta, poniendo el objeto sobre el fuego y cubriéndolo con leía e hierbas secas. En la cerámica decorada sobresalieron los quimbayas, taironas, chibchas, calimas y el litoral Atlántico, donde se ha hallado la primera cerámica de América, desde el punto de vista arqueológico y de datación. Aunque casi la totalidad de la pintura prehispánica en Colombia se ejecutó sobre objetos de cerámica, también adornó paredes, bóvedas, estatuas y pilares de hipogéos, como en Tierradentro (Departamento del Cauca).



Bibliografía

Colombia en las Artes / Francisco Gil Tovar Historia del arte colombiano. V.1 Bogotá: Salvat Editores, S.A., 1975. P. 33-60 Núm. Top. 709.86 H47s