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Escultor antioqueño (Santa Rosa de Osos, 1876 - París, 1933). Todo el trabajo de Marco Tobón Mejía está primordialmente vinculado a la estética decimonónica; empero, hay que destacar que varias de sus obras, en especial sus relieves en bronce, electroplata y peltre, son algunas de las esculturas más creativas del arte de su época en Colombia y, además, muestran influencias del arte finisecular que son muy difíciles de encontrar en otras obras del período: un dibujo ondulado y esencializado, en claro contacto con los diseños decorativos Art Nouveau, y una temática literaria de contenidos simbolistas. La carrera artística de Tobón Mejía se inició en el campo del dibujo, aunque también hizo algunas pinturas sin mayor calidad. Fue colaborador, como ilustrador y caricaturista, de la revista Lectura y arte, una publicación que él mismo había fundado con Francisco A. Cano (su maestro desde su llegada a Medellín en 1896), Enrique Vidal y Antonio J. Cano.
Escultor antioqueño (Santa Rosa de Osos, 1876 - París, 1933).  


Durante su residencia en Cuba, entre 1905 y 1909, también realizó carátulas e ilustraciones para las revistas El Fígaro y Cuba y América. El daltonismo y la destreza como dibujante lo llevaron a la escultura, a la cual se consagró desde su llegada a París. Los mármoles del Museo Nacional de Bogotá: La poesía (escultura planeada para un monumento no realizado al poeta José Asunción Silva) y El silencio (concebido para una fuente) son los desnudos femeninos neoclásicos más acabados del arte académico colombiano. Pero, por supuesto, estas esculturas de relativo gran tamaño no se pueden comparar en calidad con la mayoría de sus relieves, verdaderos dibujos en placas cuadradas y medallones, que ratifican la apreciación de Francisco A. Cano de que Tobón era más dibujante que colorista y busca con afán la línea y las masas decorativas. En 1Qs relieves, Tobón volvió a encontrar el tema de la figura femenina desnuda, aunque también aparecen personajes como Bolívar en el Chimborazo, Carlos E. Restrepo, Pedro Justo Berrío, Rafael Pombo y Alfred Cortot; niñas, animales e incluso paisajes.
Todo el trabajo de Marco Tobón Mejía está primordialmente vinculado a la estética decimonónica; empero, hay que destacar que varias de sus obras, en especial sus relieves en bronce, electroplata y peltre, que son algunas de las esculturas más creativas del arte de su época en Colombia y, además, muestran influencias del arte finisecular que son muy difíciles de encontrar en otras obras del período: un dibujo ondulado y esencializado, en claro contacto con los diseños decorativos Art Nouveau, y una temática literaria de contenidos simbolistas.  


La mayoría de los relieves de Tobón Mejía acusan una gran destreza técnica, así como una enorme habilidad para diseñar las figuras, las cabelleras, los pliegues de los vestidos, el movimiento y la actitud de los cuerpos. Desde una placa tan clásica como Mujer en la roca, hasta una tan enigmática y simbolista como Murciélago (una figura femenina con grandes alas de murciélago, cabeza inclinada y piernas recogidas hacia el vientre y muy apretadas), pasando por la sobria alegoría Cabeza de mujer coronada de laurel, o las finas y seductoras Salomé y Danza de Salomé, el artista demuestra en todo momento, aparte de su formación neoclásica, un buen conocimiento de la obra de Auguste Rodin y del arte "decadentista" del último decenio del siglo XIX, sobre todo, del Art Nouveau. Tobón Mejía también trabajó varias esculturas conmemorativas: la de Francisco Javier Cisneros, de 1923; la de José María Córdova, en cuya base en mármol aparecen un gran león herido y una alegoría de la agricultura, de 1927; la de Pedro Justo Berrío, íntegramente en mármol, también de 1927; y la de Francisco Antonio Zea, igualmente en mármol, de 1932.
La carrera artística de Tobón Mejía se inició en el campo del dibujo, aunque también hizo algunas pinturas sin mayor calidad. Fue colaborador, como ilustrador y caricaturista, de la revista Lectura y arte, una publicación que él mismo había fundado con Francisco A. Cano (su maestro desde su llegada a Medellín en 1896), Enrique Vidal y Antonio J. Cano.


Como afirma Jorge Cárdenas: En los monumentos públicos son dignas de atención las alegorías. Las franjas y tableros que adornan los pedestales en los que se encuentran sorprendentes motivos ornamentales a base de frutos tropicales tratados con jugosidad y cariño [...] igualmente interesantes son las soluciones arquitectónicas dadas a los planos y volúmenes de los pedestales, en los que se encuentra un verdadero regocijo plástico. También tienen interés sagrario en mármol de Siena e incrustaciones en plata, de la catedral de Santa Rosa de Osos (1922); el monumento funerario de Pedro Justo Berrío (1927), en el cementerio de San Pedro de Medellín; y el monumento a la Bandera (1931), en Barranquilla [Ver tomo 6, Arte, pp. 122-123].
Durante su residencia en Cuba, entre 1905 y 1909, también realizó carátulas e ilustraciones para las revistas El Fígaro y Cuba y América. El daltonismo y la destreza como dibujante lo llevaron a la escultura, a la cual se consagró desde su llegada a París.  


GERMÁN RUBIANO CABALLERO
Los mármoles del Museo Nacional de Bogotá: La poesía (escultura planeada para un monumento no realizado al poeta José Asunción Silva) y El silencio (concebido para una fuente) son los desnudos femeninos neoclásicos más acabados del arte académico colombiano. Pero, por supuesto, estas esculturas de relativo gran tamaño no se pueden comparar en calidad con la mayoría de sus relieves, verdaderos dibujos en placas cuadradas y medallones, que ratifican la apreciación de Francisco A. Cano de que Tobón era más dibujante que colorista y busca con afán la línea y las masas decorativas.


Bibliografía
En sus relieves, Tobón volvió a encontrar el tema de la figura femenina desnuda, aunque también aparecen personajes como Bolívar en el Chimborazo, Carlos E. Restrepo, Pedro Justo Berrío, Rafael Pombo y Alfred Cortot; niñas, animales e incluso paisajes.


CARDENAS, JORGE. Vida y obra de Marco Tobón Mejía. Medellín, Museo de Antioquia, 1987. Marco Tobón Mejía, Museo de Arte Moderno, Bogotá y Suramericana de Seguros, Medellín, 1986, texto: Myriam Acevedo. RUBIANO, GERMAN. "Esculpe académica: sobre héroes y tumbas". En: Escultura colombiana del siglo XX. Bogotá, Fondo Cultural Cafetero, 1983.
La mayoría de los relieves de Tobón Mejía acusan una gran destreza técnica, así como una enorme habilidad para diseñar las figuras, las cabelleras, los pliegues de los vestidos, el movimiento y la actitud de los cuerpos. Desde una placa tan clásica como Mujer en la roca, hasta una tan enigmática y simbolista como Murciélago (una figura femenina con grandes alas de murciélago, cabeza inclinada y piernas recogidas hacia el vientre y muy apretadas), pasando por la sobria alegoría Cabeza de mujer coronada de laurel, o las finas y seductoras Salomé y Danza de Salomé, el artista demuestra en todo momento, aparte de su formación neoclásica, un buen conocimiento de la obra de Auguste Rodin y del arte "decadentista" del último decenio del siglo XIX, sobre todo, del Art Nouveau.  


Esta biografía fue tomada de la Gran Enciclopedia de Colombia del Círculo de Lectores, tomo de biografías.
Tobón Mejía también trabajó varias esculturas conmemorativas: la de Francisco Javier Cisneros, de 1923; la de José María Córdova, en cuya base en mármol aparecen un gran león herido y una alegoría de la agricultura, de 1927; la de Pedro Justo Berrío, íntegramente en mármol, también de 1927; y la de Francisco Antonio Zea, igualmente en mármol, de 1932.
 
Como afirma Jorge Cárdenas: En los monumentos públicos son dignas de atención las alegorías. Las franjas y tableros que adornan los pedestales en los que se encuentran sorprendentes motivos ornamentales a base de frutos tropicales tratados con jugosidad y cariño [...] igualmente interesantes son las soluciones arquitectónicas dadas a los planos y volúmenes de los pedestales, en los que se encuentra un verdadero regocijo plástico. También tienen interés el sagrario en mármol de Siena e incrustaciones en plata, de la catedral de Santa Rosa de Osos (1922); el monumento funerario de Pedro Justo Berrío (1927), en el cementerio de San Pedro de Medellín, y el monumento a la Bandera (1931), en Barranquilla. <ref>Esta biografía fue tomada de la Gran Enciclopedia de Colombia del Círculo de Lectores, tomo de biografías. [Ver tomo 6, Arte, pp. 122-123]</ref>.
 
==Documentos relacionados en Banrepcultural==
[http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial-historia-no-316/obra-destacada-dibujos-en-relieve Obra destacada: Dibujos en relieve sobre lámina. Obras de Marco Tobón Mejía, 1900] En: Credencial Historia. No. 316.
 
===Documentos en La enciclopedia===
[[Francisco Antonio Cano Cardona]]
 
[[Colección de Arte del Banco de la República]]
 
 
==Bibliografía==
 
*CARDENAS, JORGE. Vida y obra de Marco Tobón Mejía. Medellín, Museo de Antioquia, 1987. Marco Tobón Mejía, Museo de Arte Moderno, Bogotá y Suramericana de Seguros, Medellín, 1986, texto: Myriam Acevedo.
*RUBIANO, GERMAN. "Esculpe académica: sobre héroes y tumbas". En: Escultura colombiana del siglo XX. Bogotá, Fondo Cultural Cafetero, 1983.
 
[[Categoría:Artista]]
[[Categoría:Escultor]]

Revisión del 01:53 2 oct 2017

Marco Tobón Mejía
Información
Nombre Marco Tobón Mejía
Fecha de nacimiento 1876
Nacionalidad Colombiano
Ocupación Escultor
País de nacimiento Colombia
Ciudad de nacimiento Santa Rosa de Osos
País de fallecimiento Francia
Ciudad de fallecimiento París
Fecha de fallecimiento 1933
Images


Escultor antioqueño (Santa Rosa de Osos, 1876 - París, 1933).

Todo el trabajo de Marco Tobón Mejía está primordialmente vinculado a la estética decimonónica; empero, hay que destacar que varias de sus obras, en especial sus relieves en bronce, electroplata y peltre, que son algunas de las esculturas más creativas del arte de su época en Colombia y, además, muestran influencias del arte finisecular que son muy difíciles de encontrar en otras obras del período: un dibujo ondulado y esencializado, en claro contacto con los diseños decorativos Art Nouveau, y una temática literaria de contenidos simbolistas.

La carrera artística de Tobón Mejía se inició en el campo del dibujo, aunque también hizo algunas pinturas sin mayor calidad. Fue colaborador, como ilustrador y caricaturista, de la revista Lectura y arte, una publicación que él mismo había fundado con Francisco A. Cano (su maestro desde su llegada a Medellín en 1896), Enrique Vidal y Antonio J. Cano.

Durante su residencia en Cuba, entre 1905 y 1909, también realizó carátulas e ilustraciones para las revistas El Fígaro y Cuba y América. El daltonismo y la destreza como dibujante lo llevaron a la escultura, a la cual se consagró desde su llegada a París.

Los mármoles del Museo Nacional de Bogotá: La poesía (escultura planeada para un monumento no realizado al poeta José Asunción Silva) y El silencio (concebido para una fuente) son los desnudos femeninos neoclásicos más acabados del arte académico colombiano. Pero, por supuesto, estas esculturas de relativo gran tamaño no se pueden comparar en calidad con la mayoría de sus relieves, verdaderos dibujos en placas cuadradas y medallones, que ratifican la apreciación de Francisco A. Cano de que Tobón era más dibujante que colorista y busca con afán la línea y las masas decorativas.

En sus relieves, Tobón volvió a encontrar el tema de la figura femenina desnuda, aunque también aparecen personajes como Bolívar en el Chimborazo, Carlos E. Restrepo, Pedro Justo Berrío, Rafael Pombo y Alfred Cortot; niñas, animales e incluso paisajes.

La mayoría de los relieves de Tobón Mejía acusan una gran destreza técnica, así como una enorme habilidad para diseñar las figuras, las cabelleras, los pliegues de los vestidos, el movimiento y la actitud de los cuerpos. Desde una placa tan clásica como Mujer en la roca, hasta una tan enigmática y simbolista como Murciélago (una figura femenina con grandes alas de murciélago, cabeza inclinada y piernas recogidas hacia el vientre y muy apretadas), pasando por la sobria alegoría Cabeza de mujer coronada de laurel, o las finas y seductoras Salomé y Danza de Salomé, el artista demuestra en todo momento, aparte de su formación neoclásica, un buen conocimiento de la obra de Auguste Rodin y del arte "decadentista" del último decenio del siglo XIX, sobre todo, del Art Nouveau.

Tobón Mejía también trabajó varias esculturas conmemorativas: la de Francisco Javier Cisneros, de 1923; la de José María Córdova, en cuya base en mármol aparecen un gran león herido y una alegoría de la agricultura, de 1927; la de Pedro Justo Berrío, íntegramente en mármol, también de 1927; y la de Francisco Antonio Zea, igualmente en mármol, de 1932.

Como afirma Jorge Cárdenas: En los monumentos públicos son dignas de atención las alegorías. Las franjas y tableros que adornan los pedestales en los que se encuentran sorprendentes motivos ornamentales a base de frutos tropicales tratados con jugosidad y cariño [...] igualmente interesantes son las soluciones arquitectónicas dadas a los planos y volúmenes de los pedestales, en los que se encuentra un verdadero regocijo plástico. También tienen interés el sagrario en mármol de Siena e incrustaciones en plata, de la catedral de Santa Rosa de Osos (1922); el monumento funerario de Pedro Justo Berrío (1927), en el cementerio de San Pedro de Medellín, y el monumento a la Bandera (1931), en Barranquilla. [1].

Documentos relacionados en Banrepcultural

Obra destacada: Dibujos en relieve sobre lámina. Obras de Marco Tobón Mejía, 1900 En: Credencial Historia. No. 316.

Documentos en La enciclopedia

Francisco Antonio Cano Cardona

Colección de Arte del Banco de la República


Bibliografía

  • CARDENAS, JORGE. Vida y obra de Marco Tobón Mejía. Medellín, Museo de Antioquia, 1987. Marco Tobón Mejía, Museo de Arte Moderno, Bogotá y Suramericana de Seguros, Medellín, 1986, texto: Myriam Acevedo.
  • RUBIANO, GERMAN. "Esculpe académica: sobre héroes y tumbas". En: Escultura colombiana del siglo XX. Bogotá, Fondo Cultural Cafetero, 1983.
  1. Esta biografía fue tomada de la Gran Enciclopedia de Colombia del Círculo de Lectores, tomo de biografías. [Ver tomo 6, Arte, pp. 122-123]