Nubia Muñoz Calero

From Enciclopedia | La Red Cultural del Banco de la República
Nubia Muñoz Calero
Datos generales
Nombre Nubia Muñoz Calero
Fecha de nacimiento 1940
Nacionalidad Colombiana Bandera de Colombia }}
Ocupación Científica
Estudios universitarios Medicina, Universidad del Valle.
Formación profesional Médica, Especialista médica en patología, Epidemióloga, Magister en en Salud Pública, Doctora honoris causa de la Universidad del Valle, Doctora honoris causa Universidad de McGill, Canadá.
Educación Doctorado honoris causa de la Universidad del Valle. Doctorado honoris causa Universidad de McGill, Canadá. Maestría en Salud Pública, School Johns Hopkins of Public Health, Baltimore, EEUU. Especialización médica en patología, Universidad del Valle. Epidemiología, School Johns Hopkins of Public Health, Baltimore, EEUU. Pregrado en Medicina, Universidad del Valle.
País de nacimiento Colombia, Bandera de Colombia }}
Ciudad de nacimiento Cali


Nubia Muñoz Calero es una médica patóloga dedicada a la investigación científica. Nació en 1940 en la ciudad de Cali en el seno de una familia humilde. Estudió Medicina becada en la Universidad del Valle y luego se especializó en patología y salud pública. Posteriormente, ingresó a trabajar en la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, en Lyon (Francia), donde desarrolló toda su trayectoria académica. En 2008 fue nominada al Premio Nobel de Medicina por haber descubierto la causa del cáncer de cuello uterino: el virus del papiloma humano. Gracias a sus estudios se pudieron fabricar las vacunas contra este virus, previniendo masivamente la muerte de mujeres, especialmente en países pobres donde las pruebas de detección del cáncer son inasequibles para la mayoría de la población. Sumado a esto, sus investigaciones han contribuido al conocimiento médico sobre el cáncer de hígado y de estómago.

Biografía

Inclinación por la medicina y la investigación científica

Nubia nació en 1940 en la ciudad de Cali, en una familia de cinco hijos, de los cuales era la menor. Cuando era una niña de seis años, su padre que trabajaba en labores agrícolas, se infectó de difteria y murió. Pese a que para ese entonces la penicilina había llegado a Colombia, el padre de Nubia no recibió un tratamiento adecuado, lo que ella recuerda como una tragedia que pudo prevenirse (Pincock, 2009). Tras la muerte del padre la situación económica de la familia se volvió insostenible y la madre se vio en la obligación de dejar el hogar para trabajar como empleada doméstica. Nubia era cuidada por sus hermanos mayores, que tuvieron que empezar a trabajar tan pronto terminaron la secundaria.

Al terminar el colegio, Nubia decidió inscribirse para el examen de admisión de la Universidad del Valle y logró pasar a la carrera de Medicina. Fue la mejor estudiante de su cohorte, razón por la cual cada semestre era eximida del pago de la matrícula. Una vez graduada, Nubia se decantó por la investigación científica y no por la clínica, lo que la llevó a trabajar con su mentor, el profesor Pelayo Correa, que ya estudiaba el cáncer. Para Nubia, la producción de conocimiento debía estar orientada hacia el bienestar de la población, por eso decidió que quería dedicarse a investigar sobre patología.

Realizó la especialización médica en patología en la Universidad del Valle y luego obtuvo una beca de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer para estudiar una maestría en Salud Pública en la Universidad de Johns Hopkins (Baltimore, EEUU). Tan pronto terminó se trasladó a Lyon donde la Agencia tenía una sede y empezó a investigar sobre el cáncer.

Las investigaciones sobre el cáncer de cuello uterino

En la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, Nubia pasó tres décadas estudiando las causas del cáncer de cuello uterino. Se sospechaba hace mucho tiempo que la causa de este cáncer fuera de transmisión sexual, pero se desconocía cuál podría ser (Blasco, 2019)

Desde mediados de la década de 1980 empezó a liderar una unidad de investigación con el propósito de validar la hipótesis que vinculaba el virus del papiloma humano (VPH) con el cáncer de cuello uterino. La investigación se realizaba de manera mancomunada con científicos de 35 países que cubrían el estudio, donde recogían información estadística de cientos de mujeres con cáncer y sin cáncer (Muñoz, 2018).

Con sus trabajos, Nubia y sus colegas demostraron que el VPH es el principal responsable del cáncer de cuello uterino, concretamente las variantes 16 y 18, entre los cerca de cien tipos que existen. Esta precisión fue fundamental para que se pudieran desarrollar estrategias de prevención, por una parte, se empezó a implementar el test de VPH y la vacuna contra el virus disponible desde el 2006 (Razkin, 2019). Nubia se ha destacado por tener un papel activo en el impulso de la vacuna: en 1993 organizó la primera reunión internacional sobre vacunas contra el VPH y posteriormente ha venido desarrollando un trabajo de divulgación científica y promoción de la vacuna ante entidades nacionales e internacionales.

De acuerdo con datos de la Fundación BBVA, que en 2018 otorgó a Nubia el Premio Fronteras del Conocimiento por la Cooperación al Desarrollo, gracias a las vacunas contra el VPH actualmente es posible prevenir hasta el 90% de los casos de cáncer de cuello uterino, el 80% de casos de cáncer de ano, el 60% de cáncer vaginal, el 40% de cáncer de vulva y algunos casos de cáncer de boca y garganta. Según explica Nubia (2018), el 86% del cáncer de cuello uterino se presenta en países pobres, debido a que en ellos pocas mujeres tienen acceso a técnicas de detección temprana. Una de las grandes preocupaciones de Nubia es el elevado costo de la vacuna, pues los países pobres todavía siguen sin posibilidad de acceder a ella.

Según el Instituto Nacional de Cancerología de Colombia (2018) el cáncer de cuello es el tercer cáncer incidente y cuarto que más causa la muerte en mujeres. En países pobres, nueve de cada diez mujeres que contraen el cáncer mueren, pese a que existen tratamientos muy efectivos que podrían evitar la muerte. En las últimas décadas los países desarrollados han reducido considerablemente la tasa de mortalidad por cáncer de cuello uterino gracias a los programas de detección y tratamiento. Sin embargo en los países de bajos ingresos las tasas no revelan cambios. Así, debido a las disparidades en el acceso a la salud, las mujeres rurales y pobres se encuentran en mayor riesgo de muerte por este cáncer.

En Colombia, la “tasa anual de incidencia de cáncer de cuello uterino es de 19,3 por 100.000 constituyendo la segunda causa de cáncer más frecuente entre la población femenina después del cáncer de mama” (Instituto Nacional de Cancerología de Colombia, 2018, p.18). Como revela el boletín epidemiológico del Instituto, en 2018 las tasas de incidencia más bajas en Colombia continuaban siendo altas en comparación con otras regiones del mundo.

Después de descubrir que el VPH es el principal causante del cáncer de cuello uterino, Nubia ha seguido investigando sobre otros factores asociados, puesto que aunque se ha comprobado que una alta proporción de mujeres ha contraído el VPH, no todas experimentan síntomas, y solo una pequeña parte de ellas desarrolla el cáncer.

Las vacunas contra el VPH, un caso polémico

En el 2013 el gobierno colombiano, lanzó en el país la vacuna contra el VPH y desarrolló un programa para distribuirla de manera gratuita en todas las niñas mayores de nueve años. Según comenta Nubia, estaba muy contenta con el resultado del programa, pues Colombia contaba con una cobertura muy alta, tan alta como la de Reino Unido o Australia (Blasco, 2019). Sin embargo, ocurrió un hecho en Carmen de Bolívar, municipio de la Costa atlántica, que desató una polémica: 15 niñas que habían sido vacunadas empezaron a presentar desmayos, dificultades respiratorias y problemas en las piernas. Los síntomas se extendieron a cerca de 500 niñas. En principio se pensó que podía deberse a una intoxicación alimentaria, pero médicamente no se encontró respuesta, entonces empezó a correr el rumor de que los síntomas habían sido causados por la vacuna.

A pesar de que científicamente no habían razones para considerar que los síntomas habían sido causados por la vacuna, se generó una campaña de desprestigio que redujo la cobertura de la vacuna del 90% en 2014 al 17% en el 2018 (Blasco, 2019). Los grupos antivacunas retomaron el caso para difundir opiniones negativas en el resto del mundo, lo cual según Nubia, es un infortunio, pues por redes sociales se divulgan mucho más rápidamente este tipo de comentarios que la evidencia científica. Hasta el momento la vacuna ha sido distribuida por todo el mundo y “ninguna de las sospechas de los grupos antivacunas se ha podido confirmar” (Blasco, 2019).

Premios y reconocimientos

  • Doctorado Honoris Causa, Universidad del Valle.
  • Doctorado Honoris Causa, Universidad de McGill, Canadá.
  • Medalla de Honor de la IARC. Lyon, Francia.
  • Distinguished Alumni y miembro - “Society of Scholars” de la Universidad de Johns Hopkins.
  • Distinguished Epidemiologist - Sociedades de Epidemiología de Norteamérica.
  • Premio "Fronteras del Conocimiento" en la categoría de "Cooperación al Desarrollo" (Fundación BBVA), febrero de 2018.
  • Cruz de Boyacá, República de Colombia, 2011.
  • "Chevalier de la Légion d’Honneur”, Francia, 2010.
  • Premio "Salud Global" - Fundación Gairdner, Canadá, 2009.
  • Premio "Brupbacher" para la investigación en cáncer - Fundación Brupbacher en Zúrich, Suiza, 2009.
  • Sir Richard Doll - Asociación Internacional de Epidemiología, 2008.
  • Nominada al Nobel de Medicina, 2008.

Cargos en los que se ha desempeñado

  • Investigadora de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, Lyon, Francia.
  • Catedrática emérita del Instituto Nacional de Cancerología de Colombia.
  • Consultora del Instituto Catalán de Oncología.
  • Consultora del Ministerio de la Salud y la Protección Social de Colombia.
  • Consultora del Instituto Nacional de Salud Pública de Cuernavaca, México.

Cronología

  • 1940 : Nace en la ciudad de Cali.
  • 1964 : Se gradúa de Medicina en la Universidad del Valle.
  • 1969 : Se incorpora a la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer.
  • 1986 : Empieza a liderar la Unidad de Estudios de Campo e Intervención en la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer.
  • 2008 : Es nominada al premio Nobel de Medicina.
  • 2011 : Es condecorada con la Cruz de Boyacá.

Véase también

Bibliografía

Bibliografía disponible en la colección bibliográfica

  • Muñoz, N., y Tafur, L.A. (Comp.) (1995). Estudios etiológicos sobre el cáncer de cuello uterino en Cali-Colombia y en España. Cali, Colombia.

Enlaces externos

Créditos

1. Diciembre de 2019. Investigación y texto Natalia Cobo para Banrepcultural


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