Ofelia Uribe de Acosta
Información
Nombre Ofelia Uribe de Acosta
Fecha de nacimiento 22/12/1900
Nacionalidad Colombiana
Ocupación Educadora, activista
Bachillerato Escuela Normal, Santander.
País de nacimiento Colombia
Ciudad de nacimiento Ibagué
País de fallecimiento Colombia
Ciudad de fallecimiento Bogotá
Fecha de fallecimiento 4/08/1988
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Ofelia Uribe de Acosta, fue una escritora, profesora, periodista y política colombiana pionera del activismo social a favor de la reivindicación de los derechos políticos y económicos de las mujeres durante la primera mitad del siglo XX. Nace en el municipio de Oiba (Santander) el 22 de diciembre de 1900 y fallece en Bogotá el 4 de agosto de 1988. Participó activamente en los inicios del movimiento feminista colombiano a través de su programa de radio La Hora Feminista y por medio de la revista Agitación Femenina, primera revista de divulgación feminista del país. Se desempeñó como periodista y escritora de artículos para los periódicos Verdad y La Calle. En el año 1963 publicó el libro Una voz insurgente, memorias sobre las luchas feministas en Colombia. También se le reconoce por haber ocupado el cargo de Representante suplente a la Cámara en Congreso de la República y por su militancia en el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL).

Biografía

Primeros años de vida y educación

Ofelia Uribe Durán de Acosta es la hija mayor de cinco hermanos del matrimonio entre Juan Bautista Uribe Durán y Josefa Durán Gómez, ambos profesores de escuela primaria en el departamento de Santander (Colombia). Ofelia nació en el municipio de Oiba (Santander) el 22 de diciembre de 1900. A los pocos años de vida su familia migró al municipio del Socorro (Santander), donde transcurrieron sus primeros años de vida. Su niñez la pasó entre sus hermanos varones, jugando y practicando todos los juegos y demás actividades “varoniles” que ellos practicaban. A la edad de diez años demostró un interés especial por la lectura de toda clase de literatura, y así, a escondidas de su familia, Ofelia leía con gusto los libros de la biblioteca de su hermano mayor Tomás. Al terminar sus estudios escolares, quiso seguir estudiando, por lo que convenció a sus padres para que la matricularan en la Escuela Normal de San Gil (Santander) para formarse como maestra de escuela. En el año de 1917, tras cinco años de estudios, Ofelia recibió el título de Normalista a los 17 años.

Al concluir sus estudios, y debido a la imposibilidad de conseguir empleo en San Gil, decidió mudarse al municipio de Simacota (Santander) en donde trabajó como maestra. Un año más tarde, decidió regresar al municipio del Socorro y junto con su madre fundaron un Colegio. Esta institución educativa tuvo corta duración ya que a causa de la falta de recursos gubernamentales para su sostenimiento tuvo que cerrar tras pocos años de funcionamiento[1]. Tras el fracaso de este proyecto, Ofelia y su familia emigraron al departamento de Boyacá, estableciéndose primero en Chiquinquirá y más tarde, en 1924, en el municipio de Miraflores. En el transcurso de estos años fallecieron varios de sus hermanos y sus dos padres, quedando como responsable del cuidado de su hermano Tomás.

En 1926 Ofelia contrajo matrimonio con el abogado liberal Guillermo Acosta, descendiente del general liberal Santos Acosta[2]. Un año después nació su primera hija, Emilia. Durante estos años, Ofelia, administró el almacén de la familia de su esposo, labor que desempeñó durante cinco años. Para 1931, Guillermo Acosta recibió el nombramiento como Juez Superior en San Gil, por lo que la familia fue trasladada a este municipio en donde nacería Flor, la segunda y última hija del matrimonio Acosta Uribe. Durante estos años, junto a su marido y los libros y tratados de derecho que leía en la biblioteca de su esposo, adquirió empíricamente conocimientos jurídicos[3] que le permitieron comenzar a comprender el funcionamiento del Estado Colombiano y el rol de la mujer en el contexto jurídico y político del país.

Primeros años como activista feminista

En diciembre de 1930 se realizó en Bogotá el Cuarto Congreso Internacional Femenino, evento organizado por la líder feminista Georgina Fletcher y que además contó con el auspicio del presidente Enrique Olaya Herrera[4]. En este evento Ofelia participó como una de las delegadas de la gobernación de Boyacá con una ponencia titulada: “Contribución al estudio de la reforma Olaya-Restrepo sobre el régimen de las capitulaciones matrimoniales”. El Congreso tuvo una gran aceptación, a tal punto que logró completar el aforo total del Teatro Colón de Bogotá. El resultado de la ponencia de Ofelia influyó en el proyecto de Ley presentado al Congreso por el presidente Olaya Herrera, quien además conocía sus ideas, pues era un amigo cercano de la familia[5].

Las presiones ejercidas por el grupo de mujeres tras la realización del IV Congreso Internacional Feminista, se cristalizaron en la aprobación de la Ley 28 1932, conocida como el “Régimen de capitulaciones matrimoniales”, ley que permitió a las mujeres acceder directamente a sus bienes, pues hasta esa fecha solo se les permitía hacerlo a través de la figura de sus padres, hermanos o esposos. Fue en estos años en los que Ofelia logró adentrarse profundamente en la lucha por la igualdad de la mujer. Gracias a las presiones ejercidas por las líderes femeninas de entonces, se sancionaría posteriormente otro decreto a favor de los derechos de la mujer a través del “Decreto número 1972 de 1933” que reglamentaba el ingreso de las mujeres a las universidades en calidad de estudiantes[6].

Años después, durante la primera administración del presidente Alfonso López Pumarejo (1934-1938) y tras recibir el apoyo de varios senadores, se presentaron numerosos proyectos de Ley en el Congreso a favor del voto femenino y la participación ciudadana de la mujer. Aunque los proyectos fueron rechazados de manera generalizada, la reforma constitucional de 1936 permitió la participación de las mujeres en el ejercicio de empleos y cargos públicos que tuvieran mando o jurisdicción anexa. A pesar de este avance, el derecho a ejercer el voto femenino aún aparecía distante[7].

Tras el acto legislativo de 1936 que reformó la Constitución, las mujeres podían ser nombradas en cargos jurisdiccionales y burocráticos a nivel nacional. No obstante, la elección de Rosita Rojas, la primera jueza nombrada en un juzgado en Bogotá, fue demandada debido al desconocimiento de las personas frente a los nuevos derechos jurídicos adquiridos por las mujeres tras las reformas legislativas. Por esta situación, Ofelia, que para ese entonces vivía en San Gil, decidió emprender una gira nacional para difundir en todo el país los nuevos derechos de las mujeres. A través de emisiones por la radiodifusora local de municipios y ciudades como Ibagué, Cúcuta y Socorro, Ofelia logró informar sobre las transformaciones que se estaban viviendo y posicionar algunas ideas del movimiento feminista a nivel nacional. Sus alocuciones radiales se enmarcaron en la reivindicación de los derechos civiles y políticos de las mujeres[8]. Para el año de 1937, Ofelia y su familia se radicaron en la ciudad de Tunja y desde allí comenzó a formar sus primeros pasos como locutora radial en el programa La hora feminista, momento en el que iniciaría también un importante proyecto editorial al fundar la revista Agitación femenina.

Aunque el interés sobre el tema de los derechos femeninos venía desde varios años atrás, solo sería en la década de 1930 cuando su activismo político y liderazgo feminista se configuraría de una forma más clara a través de la lucha por el ejercicio pleno de los derechos ciudadanos de la mujer, a través de la libertad en el manejo de sus finanzas, el acceso a la educación secundaria y universitaria y específicamente la lucha por la conquista del voto. Éste último tema fue uno de los más sensibles en el contexto nacional colombiano, pues allí se configuraría el movimiento de líderes femeninas sufragistas colombianas.

Periodismo y activismo social en favor de los derechos de las mujeres

Su primera incursión en la radio se dio gracias a la ayuda de su amiga Anita de Sánchez, partidaria del movimiento feminista, quien fuera la esposa del ingeniero electrónico Pompilio Sánchez, fundador de la primera radio difusora en el Departamento de Boyacá: Radio Boyacá. Gracias a su amistad con Anita y por el apoyo de Pompilio, Ofelia consiguió un espacio en la radiodifusora para hablar sobre feminismo e impulsar el derecho al voto de las mujeres. El programa de radio se llamó La hora feminista y fue transmitido semanalmente por espacio de una hora. Al poco tiempo, sin embargo, su programa fue retirado del aire debido al escándalo generado en la alta sociedad de Tunja por los temas feministas abordados por Ofelia[9]. A pesar de ello, la iniciativa radial de Ofelia en Tunja tuvo eco en la ciudad de Bogotá, enTorres, Anabel. Una voz insurgente. “Entrevista con Ofelia Uribe de Acosta”, en: Laverde T., María Cristina y Sánchez G., Luz Helena. Voces insurgentes. Fundación Universidad Central. Servicio colombiano de comunicación social, Bogotá. 1986, p. 32. Citado en: Pinzón, Carolina. Ofelia Uribe una…”. p. 39.[10]. Con su programa radial, Ofelia, logró que varias mujeres, políticos e intelectuales de Bogotá se interesaran por el movimiento feminista y su problemática.

La hora feminista

Para continuar la agitación de las ideas feministas por los derechos políticos de las mujeres, Ofelia contrató con Radio Boyacá, con el apoyo de Pompilio Sánchez y su esposa Anita Castro, un espacio que llamó La hora feminista. Este hecho causó revuelo en esa conservadora localidad, y animó a otras matronas a defender las tradiciones y las virtudes femeninas a través de otro programa conocido como La hora azul. Esta confrontación llevó a que el programa de Ofelia fuera cancelado, pero ella, con el apoyo de Sánchez, lo continuó en otro espacio y con otro nombre. A pesar de la polémica, o precisamente gracias a ella, este espacio contó con un importante apoyo de la opinión pública a través de los altos niveles de sintonía.

Educación de las mujeres

Pero el compromiso feminista de doña Ofelia no se expresaba solamente con respecto a la vida institucional, sino que permeaba su vida familiar, en la que gozaba del apoyo de su marido y de sus dos hijas. Ellas habían finalizado en la Normal de Tunja y querían terminar estudios para ingresar luego a la universidad, para lo cual debían cursar un año de bachillerato clásico. Debido a que allí no había liceo femenino, lograron, con el rector liberal del Colegio de Boyacá, que fueran recibidas para terminar sexto. Eso fue el acabose contaba doña Ofelia- "El obispo y los curas, que hasta entonces habían sido todos unos ingleses y no se habían pronunciado sobre la lucha por los derechos de la mujer, ni en contra, ni a favor, lanzaban desde el púlpito las más convulsionadas exhortaciones, por la supuesta "desvergüenza". Fue como si apareciera el diablo".

El asunto provinciano se convirtió en problema de Estado; el gobernador del departamento, Ofelia y su marido fueron citados a Bogotá por el ministro de Gobierno, para pedirles que retiraran las niñas; ellos se negaron porque el problema era del gobierno, y como liberal, tenía que solucionarlo. Así, finalmente el Colegio Boyacá contrató una directora para las dos alumnas, arrendó casa aparte para el colegio de mujeres, los profesores iban a dictarles ciases a ellas dos solas; otras veces la directora las acompañaba al salón de clases de los hombres, hasta que otras jóvenes empezaron a entrar y quedó fija la sección femenina del Colegio Boyacá.

Derechos políticos

Desde 1944, durante el segundo gobierno de Alfonso López Pumarejo, se vivía en el país un ambiente de agitación a favor de las reformas de tipo social, y se gestaba entre las mujeres profesionales recién egresadas de las universidades y las obreras asalariadas, un clima propicio al debate sobre sus derechos políticos y sobre otros aspectos relativos a los cambios que en plena segunda Guerra Mundial se generaban en Occidente respecto a las mujeres. Las profesionales invitadas por Rosa María Aguilera e Ilda Carriazo crearon la Unión Femenina de Colombia. La institutora socialista Lucila Rubio de Laverde convocó a las obreras y a mujeres de sectores populares y fundaron la Alianza Femenina de Colombia. Luego, animadas por el Partido Socialista Democrático, que encabezado en el Congreso por Diego Montaña, Gilberto Vieira y Diego Luis Córdoba, apoyaba el reconocimiento pleno de los derechos de las mujeres, fundaron seccionales de la Alianza en varias ciudades del país.

El periódico El Liberal abrió sus puertas a las feministas, que regularmente escribían en sus páginas editoriales; el Diario Popular también difundía la lucha por los derechos políticos de las mujeres. En Bogotá, Lucila Rubio inició en Radio Cristal un programa llamado Tribuna Liberal Femenina, en el que dictaba conferencias y polémicas sobre el tema, que luego se transmitían por las emisoras locales. En Medellín, la revista femenina Letras y Encajes reproducía artículos y conferencias de las feministas, y alentaba la discusión desde sus páginas; y la revista juvenil Mujer Nueva, de las estudiantes del Instituto Central Femenino, también se dirigía al Congreso para pedir reformas.

Agitación femenina

En Tunja, Ofelia Uribe inició su primera aventura de periodismo feminista con Inés Gómez, Carmen Medina de Luque, Eloísa Marino de Machado, Elvira Sarmiento Quiñones, Aída de Hoyos, Marina de Pinzón, Mercedes Arenas de Lara, Alicia Solano Sanabria y Leonor Barreto; fundaron la revista mensual Agitación Femenina. Bajo la dirección de Ofelia, esta revista salió a la luz pública desde octubre de 1944 hasta 1946. Con la reelección de Alfonso López Pumarejo renacieron las esperanzas de las mujeres de alcanzar la plenitud de sus derechos políticos y civiles. Lucila Rubio encabezó, apoyada luego por la Unión Femenina de Colombia, una petición dirigida al presidente de la República. En Tunja, convocadas por Ofelia Uribe, quinientas mujeres firmaron otra carta en la que pedían acabar con la discriminación sexual que equiparaba a las mujeres a los incapaces absolutos, y realizar reformas judiciales que les garantizaran sus derechos fundamentales.

Durante el tiempo que duró la discusión de la reforma constitucional presentada por el gobierno al Congreso, Agitación Femenina fue la cabeza de la corriente de opinión que pugnaba por el derecho a elegir y ser elegidas. Allí aparecían contribuciones de mujeres y de algunos hombres comprometidos en esta lucha, que enviaban sus escritos desde diversas partes del país. La revista gozaba de una importante cobertura nacional, gracias a los acuerdos para que las redes del partido socialista la distribuyeran en amplios sectores del territorio nacional; por otra parte, la revista también se convirtió en tribuna de agitación de los intereses de las mujeres trabajadoras, quienes veían con entusiasmo las reformas sociales que promovía el gobierno y participaban activamente en el florecimiento del sindicalismo colombiano, promovido y respetado desde el gobierno como forma de organización democrática de los trabajadores y trabajadoras del país. Ofelia Uribe, además de ser la directora de la revista, redactaba las notas de humor, fungía de dibujante, caricaturista, corregía y reelaboraba colaboraciones enviadas por las más diversas interesadas.

A pesar de estar en una alejada provincia y de los todavía rudimentarios sistemas de comunicación en el país, el equipo de redacción estaba enterado a profundidad de los caminos seguidos por el proyecto de reforma constitucional presentado por el gobierno. En esta propuesta gubernamental se reconocía integralmente el derecho a ser elegidas, pero el derecho a votar se postergaba, hasta tanto el legislador lo reglamentara con las restricciones que considerara convenientes. Además de tribuna feminista para promover e impulsar la lucha por los derechos de las mujeres, Agitación Femenina era un manual de educación, una cátedra de la democracia, con un alto nivel intelectual y un lenguaje accesible a cualquier sector social; la revista desarrollaba una sorprendente didáctica de la democracia social, en la que se combinaba la parte política y de los derechos individuales, con los derechos económicos y sociales. Esta fue una característica del pensamiento político de Ofelia, de raigambre liberal, con profundas preocupaciones por la equidad social y por las reformas que permitieran a la mayoría de la población acceder a una vida digna. Estos elementos se manifestaron a lo largo de toda su vida pública y continuaron hasta el final de su vida.

Desde la revista y el periódico El Liberal, Ofelia lideró, con Lucila Rubio, una fuerte confrontación con sectores del gobierno, como el ministro de Educación Antonio Rocha, y el de gobierno, Alberto Lleras Camargo, quien afirmó al presentar el proyecto que no existía demanda en la opinión femenina y borraba en un discurso la realidad social incuestionable del movimiento de las mujeres por sus derechos. Pero la polémica más fuerte fue con la derecha liberal, con el periódico El Tiempo y, principalmente, con su columnista Calibán (seudónimo de Enrique Santos Montejo), feroz opositor a cualquier tipo de reconocimiento de los derechos civiles, económicos, culturales y políticos de las mujeres y a su incorporación a la vida democrática. Además de atacar la lucha por los derechos femeninos, Calibán estigmatizaba la revista Agitación Femenina y la calificaba de femenino-izquierdista; este periodista se convirtió en el ideólogo de las posiciones más recalcitrantes contra los derechos de las mujeres.

Derrota de 1944

La polémica fue fuerte, pero tuvo corta duración, ya que en noviembre de 1944 fue derrotada en el parlamento la propuesta del sufragio femenino. Las mujeres continuaron con su lucha nacional, y la revista Agitación Femenina persistió en el debate hasta la edición de su último número en Bogotá, dirigido por Lucila Rubio en octubre 30 de 1946, luego de que Ofelia se trasladó a Estados Unidos en viaje de negocios, en septiembre del mismo año. Entretanto el país comenzó a vivir el recrudecimiento de la violencia política, y la crisis institucional se expresó en la renuncia del presidente López y la asunción de la primera magistratura por el ministro Lleras Camargo.

El periódico Verdad

Durante la violencia desatada desde el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, el movimiento del cual formó parte Ofelia, al parecer se disolvió. Ella se dedicó a sus asuntos familiares y de negocios, y volvió a manifestarse públicamente durante el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla, en el marco internacional de la "guerra fría". Ofelia Uribe fundó el periódico Verdad, dirigido, gerenciado y escrito por mujeres, que salió a la calle en febrero de 1955; es decir, después de que la Constituyente y Rojas habían consagrado en el acto legislativo 3 de 1954, el derecho a la ciudadanía plena de las mujeres. Este periódico, a diferencia del primer ejercicio de periodismo feminista de Agitación Femenina, que era de claro sentido laico y con significativa independencia del poder político, apareció como órgano guiado por los principios eternos de la moral cristiana que habrá de orientar la inteligencia femenina hacia una nueva corriente ideológica dentro de un clima de equilibrio, de cordura y de paz. La simpatía con la experiencia periodista en la Argentina se insinúa en las páginas del periódico. Se publicaron 17 números, el último de los cuales fue cerrado por el régimen el 16 de junio de este mismo año, después de que fue el medio de comunicación no sujeto a censura oficial que publicó la represión a una manifestación de mujeres en contra de la dictadura, disuelta con chorros de agua. Ofelia Uribe tuvo que huir de su casa, que fue allanada para decomisar los ejemplares del periódico.

A pesar de su confesionalismo y de su carácter más ponderado en relación con los derechos de las mujeres, el periódico Verdad sufrió el rechazo de los demás medios de comunicación, de los anunciadores y de las mismas mujeres, que no lo compraban. Para ese entonces la luna de miel del general Rojas con el establecimiento tocaba a su fin. Ofelia relataba que tuvieron que enfrentar ya directamente, en su propio terreno, a la gran prensa capitalina; los anunciadores se fueron retirando, e inclusive los grupos que lograron concertar y uniformar en el Amparo de Niños para que les vendieran el periódico, fueron golpeados; los voceros bogotanos les confesaron que se negaban a ofrecerlo porque El Tiempo y El Espectador les quitarían la distribución.

Frente Nacional

Una vez iniciado el Frente Nacional, Ofelia Uribe se vinculó al Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) y desde allí impulsó tesis a favor de la justicia social, de las reformas económicas y políticas para transformar las prácticas corruptas del bipartidismo, y fue suplente en el Senado. El voto femenino fue aprobado en Colombia en el año 1954 [11]

En 1963 publicó su libro Una voz insurgente, en el cual expresó su pensamiento feminista y dejó constancia de los aspectos más relevantes de la lucha de su generación por los derechos humanos de las mujeres.

Homenaje

En 1984, el movimiento feminista y la Biblioteca Nacional le rindieron un homenaje, el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer; allí relató su experiencia histórica y recibió manifestaciones de gratitud de las generaciones que han usufructuado las conquistas logradas con su lucha por el reconocimiento de la dignidad humana de las mujeres colombianas.

Documentos relacionados en Banrepcultural

Personajes del año, en Credencial Historia número 191(2005).

Ofelia Uribe de Acosta, por Magda Velásquez Toro en Credencial Historia número 68.

Las mujeres y la propiedad, por Magda Velásquez Toro en Credencial Historia número 149 (2002).

Surgen más voces, por Dora Cecilia Ramírez en el Boletín Cultural y Bibliográfico Vol. 24, núm. 11 (1987).

Derechos de las mujeres: Voto femenino y reivindicaciones políticas, por Magda Velásquez Toro en Credencial Historia número 119 (1999).

La conquista del voto femenino, por Beatriz Eugenia Vallejo Franco en Credencial Historia número 281.

Documentos en La enciclopedia

El voto femenino

Historia electoral en Colombia

Bibliografía

  • TORREZ, ANABEL. "Entrevista a Ofelia Uribe". En: MARÍA CRISTINA LAVERDE y LUZ HELENA SÁNCHEZ (Es) Voces lnsurgentes. Bogotá, Fundación Universidad Central, 1986.
  • URIBE DE ACOSTA, OFELIA Una voz insurgente. Bogotá, Editorial Guadalupe, 1963.
  • VELÁSQUEZ TORO, MAGDALA. "Condición jurídica y social de la mujer". En: Nueva historia de Colombia. Bogotá, Planeta, 1989, tomo 4.

Referencias


  1. Torres, Anabel. Una voz insurgente. “Entrevista con Ofelia Uribe de Acosta”, en: Laverde T., María Cristina y Sánchez G., Luz Helena. Voces insurgentes. Fundación Universidad Central. Servicio colombiano de comunicación social, Bogotá. 1986, pp. 37 y 45. Citado en: Pinzón, Carolina. “Ofelia Uribe una mujer adelantada para su tiempo”. Goliardos, No. 11, (2006): Pp. 35-36. Consultado en línea https://revistas.unal.edu.co/index.php/gol/article/view/46881/48238.
  2. Velásquez Toro, Magdala. “Ofelia Uribe de Acosta. Reivindicación de los derechos de las mujeres”. Revista Credencial Historia No. 68, (1995): https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-68/ofelia-uribe-de-acosta. Sin paginar.
  3. Entrevista a Ofelia Uribe de Acosta 1984, Universidad Nacional de Colombia. Escuela Estudios Género. Consultado en línea (13/11/2019) https://www.youtube.com/watch?v=MIszV-lkQ40&feature=youtu.be
  4. Lucy M. Cohen, “Cuarto Congreso Internacional Femenino. Bogotá, 1930” en: Colombianas en la vanguardia. Medellín: Editoria Universidad de Antioquia, 2001.
  5. Velásquez Toro, Magdala, “Condición jurídica y social de la mujer”, en Álvaro Tirado (director), Nueva Historia de Colombia. Bogotá: Editorial Planeta, 1989. p. 27-28
  6. Velásquez Toro, Magdala, “Condición jurídica y social...” Pp. 34-35.
  7. Velásquez Toro, Magdala, “Condición jurídica y social…” Pp. 49-50.
  8. Torres, Anabel. Una voz insurgente. “Entrevista con Ofelia…” Citado en: Pinzón, Carolina. “Ofelia Uribe una…” p. 39.
  9. Entrevista a Ofelia Uribe de Acosta 1984, Universidad Nacional de Colombia. Escuela Estudios Género. Consultado en línea (13/11/2019) https://www.youtube.com/watch?v=MIszV-lkQ40&feature=youtu.be
  10. donde las activistas feministas Ilda Carriazo y María Moreno fundaron la Unión femenina de Colombia
  11. [1] Acto Legislativo número 3 de 1954, reformatorio de la Constitución Nacional, por el cual se otorga a la mujer el derecho activo y pasivo del sufragio. La Asamblea Nacional Constituyente le concedió a la mujer el derecho a elegir y ser elegida. Publicado en el libro Documentos que hicieron un país. Bogotá: Biblioteca Familiar de la Presidencia de la República, 1998.