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Centro Cultural del Banco de la República de Tunja, 2020.
 
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Centro Cultural del Banco de la República de Tunja, 2020.

Revisión actual - 13:36 13 jul 2021

El 7 de agosto de 1819 se libró en el Puente de Boyacá, también conocido como Campo de Boyacá, entre los municipios de Tunja y Ventaquemada, entre los cerros de El Tobal y El Moral, una batalla de la mayor importancia para el norte de Suramérica, no tanto por las acciones en combate sino sobre todo por el impulso anímico y combativo que le dio a la serie de contiendas que la sucedieron en la región.

Después de inteligentes estrategias militares de observación y avance, a las dos de la tarde del 5 de agosto “se cumplió uno de los objetivos principales del Libertador Simón Bolívar: cortar las comunicaciones con Santa Fe” [1]. Desde Motavita, el ejército realista podía tomar avanzada por los caminos de Samacá o por el puente del Río Teatinos. Advertir la decisión tomada le permitió a Bolívar ganar terreno pisando antes el campo de batalla y recibiendo en una sorpresiva emboscada a un ejército que ya venía menguado después de haber recibido apenas dos semanas antes una derrota parcial e inesperada en el Pantano de Vargas.

El ejército libertador estaba conformado por 2.850 hombres, en una tropa cansada pero emocionada –que se había ido agrandando en cada pueblo–, de los cuales mil conformaban la bizarra vanguardia comandada por el General Santander. El otro bando contaba con 2.760 soldados comandados por el coronel José María Barreiro, de los cuales 2.300 eran de infantería. A las dos de la tarde se produjo el primer enfrentamiento con un sorpresivo ataque de los libertadores al ejército realista en el camino hacia Samacá. El retroceso obligado y los movimientos de Santander hicieron que la batalla girara alrededor del puente, en una obstinada pero posicionalmente difícil defensa realista y en la búsqueda de su paso por parte de las huestes patriotas [2].

Después de las tres de la tarde y como resultado de las órdenes dadas por Barreiro y Anzoátegui, hubo dos contiendas simultáneas: entre las dos vanguardias en las cercanías del puente del riachuelo Teatinos, y entre el grueso de ambos ejércitos en el nombrado camino hacia Samacá. Son memorables las acciones combativas de los hombres liderados por Santander al frente y por Anzoátegui en la mitad del campo, además de los esfuerzos y buenos logros de los batallones Rifles, la Legión Británica, Bravos de Páez y Barcelona. Mientras tanto el escuadrón de Los bravos de Apure avanzaba aguas abajo buscando una zona para vadear el río; la encontraron a trescientos metros del puente y subieron la ladera para alcanzar y atacar a los hombres de la vanguardia realista dirigidos por el coronel Francisco Jiménez [3].

Más tarde un valeroso movimiento de los hombres de Anzoátegui, acompañados por la bravura de los lanceros de Rondón, de los héroes del Socorro y de los de Tunja, desorganizó al ejército rival encaminándolo de nuevo hacia la derrota, que esta vez se consolidó como definitiva cuando los soldados colombo-venezolanos cruzaron el Teatinos en dirección a Santafé para atacar a una corte virreinal, que con los rumores de los resultados de la batalla y el apresamiento de Barreiro, ya estaba huyendo por Honda hacia los puertos del Caribe.

Después de la derrota militar el coronel Jiménez se rindió, los demás jefes oficiales fueron arrestados y Barreiro fue hallado, apresado y llevado ante Bolívar por un soldado que apenas rondaba los doce años y no mancilló su honor ante un intento de soborno ofrecido por el militar español. Los registros del general Soublette aseguran que la batalla dejó 53 soldados criollos heridos y 13 muertos. La valentía de los soldados mereció al día siguiente el decreto de creación de la Orden de Boyacá por medio de la cual eran exaltados los escuadrones que participaron en los enfrentamientos del 7 de agosto y del 25 de julio.

Por medio del decreto No. 313 del 4 de mayo de 1878, el Presidente del Estado Soberano de Boyacá, José Eusebio Otálora, ordenó que fuera erigido un monumento en el sitio de la batalla. El proyecto demoró su iniciación y no vino a llevarse a cabo hasta 1896, cuando el General Salvador Franco era gobernador de Boyacá. Los trabajos quedaron bajo la dirección del doctor Jacinto Caicedo Rubiano [4]. El primero de los ornamentos construidos fue el obelisco, al estilo egipcio. Luego, en 1919, fueron erigidas cinco efigies en homenaje a los principales comandantes de guerra que dirigieron la batalla: Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander, José Antonio Anzoátegui, Carlos Soublette y Daniel Florencio O’Leary, que fueron quitados poco después.

Entre los monumentos que acompañan al trascendental puente del río Teatinos, que se encuentra en la zona más baja del campo, están: la Plaza de Banderas, con la llama perpetua de la libertad; el monumento al general Santander; la escultura a Simón Bolívar agarrando la bandera y el acta de independencia, sostenido por cinco mujeres que simbolizan a las naciones bolivarianas, y rodeado por cuatro ángeles con clarines y por Clío, la diosa de la Historia, hecho todo el homenaje escultórico en Alemania por el maestro Ferdinand Von Miller; las enormes piedras donde Pedro Pascasio Martínez encontró a Barreiro, el Arco del Triunfo y el Obelisco de la Libertad.

El patrimonio cultural y natural que caracteriza al lugar está constituido por un complejo turístico completamente dedicado a la memoria de los sucesos del 7 de agosto, que honra al pueblo boyacense con el recuerdo de su participación épica en la emancipación de América Latina.


Referencias

  1. PAME, “Por los caminos de la Ruta Libertadora. Fascículo 26: Tunja–Puente de Boyacá”. Grupo de Investigación “Patrimonio y Memoria”, Universidad de Boyacá. Tunja: Ministerio de Cultura, Bicentenario de la Independencia, Gobernación de Boyacá, 2009
  2. OCAMPO LÓPEZ, JAVIER, Historia Básica de Colombia, Bogotá, Plaza & Janés, 1994, p.212
  3. OCAMPO LÓPEZ, op. cit. (1994), p.213
  4. SALAMANCA, G., “El Puente de Boyacá”, en OCAMPO LÓPEZ, JAVIER, Tunja. Esencia de la cultura hispanoamericana. Tunja, Academia Boyacense de Historia, 1989, P. 179

Bibliografía

  • OCAMPO LÓPEZ, JAVIER, Historia Básica de Colombia, Bogotá, Plaza & Janés, 1994.
  • PAME, “Por los caminos de la Ruta Libertadora. Fascículo 26: Tunja–Puente de Boyacá”. Grupo de Investigación “Patrimonio y Memoria”, Universidad de Boyacá. Tunja: Ministerio de Cultura, Bicentenario de la Independencia, Gobernación de Boyacá, 2009.
  • SALAMANCA, G., “El Puente de Boyacá”, en OCAMPO LÓPEZ, JAVIER, Tunja. Esencia de la cultura hispanoamericana. Tunja, Academia Boyacense de Historia, 1989.

Véase también

Créditos

Centro Cultural del Banco de la República de Tunja, 2020.