Sin resumen de edición
Línea 52: Línea 52:


El expresidente Gustavo Rojas Pinilla decidió patrocinar el deporte que ganaba cada vez más popularidad entre los colombianos, y en 1954 Ramón Hoyos apareció en la línea de salida con una camiseta que llevaba el emblema de las Fuerzas Armadas. En esa oportunidad salieron cuarenta y cinco corredores listos para recorrer 1.909 kilómetros durante quince días de competencia. Hoyos ganó esta edición, y también la de 1955, 1956 (la primera que salió fuera de Bogotá) y 1958. Perdió la seguidilla en 1957, cuando el ganador de la Vuelta fue el español José Gómez del Moral. Solo así se rompió el contundente dominio que Hoyos venía ejerciendo sobre la principal prueba ciclista del país.
El expresidente Gustavo Rojas Pinilla decidió patrocinar el deporte que ganaba cada vez más popularidad entre los colombianos, y en 1954 Ramón Hoyos apareció en la línea de salida con una camiseta que llevaba el emblema de las Fuerzas Armadas. En esa oportunidad salieron cuarenta y cinco corredores listos para recorrer 1.909 kilómetros durante quince días de competencia. Hoyos ganó esta edición, y también la de 1955, 1956 (la primera que salió fuera de Bogotá) y 1958. Perdió la seguidilla en 1957, cuando el ganador de la Vuelta fue el español José Gómez del Moral. Solo así se rompió el contundente dominio que Hoyos venía ejerciendo sobre la principal prueba ciclista del país.
===El retiro===
Una de las últimas exhibiciones de poderío la ejecutó Hoyos contra “Il Campionissimo” Fausto Coppi, quien ya se encontraba en el otoño de su brillante carrera. En 1957 el ciclista italiano fue invitado a unas carreras de exhibición en Colombia, y sus honorarios fueron pagados por un grupo de empresarios de Medellín. Coppi corrió varias veces en Bogotá, casi siempre en un velódromo, hasta que lo invitaron a pedalear en carretera rumbo a la capital antioqueña.
El gran campeón sufrió mucho en esa ruta agreste, junto al francés Hugo Koblet, otro invitado de lujo. Ramón Hoyos los superó y fue recibido en Medellín como una leyenda más allá de toda proporción. Los periódicos de la época supieron explotar esa victoria del colombiano, quien en realidad había superado a un Coppi que ya no era el mismo.
El ciclismo de aquellos años no fue nunca un deporte bien remunerado. Abundan los casos de ciclistas que debieron poner dinero de su bolsillo para poder continuar con sus carreras. Hoyos, que llegó a ser una celebridad, no escapó del todo a esta realidad.
En 1964, cuando no fue invitado a los Juegos Olímpicos de Tokio, decidió que aquel insulto era demasiado para su carrera y se retiró para siempre del deporte. Hasta su muerte vivió de la marca de bicicletas que creó con su nombre, que todavía existe.

Revisión del 02:34 24 jun 2020

Ramón Hoyos Vallejo
Cumpleaños No.80 de Ramón Hoyos cropped.jpg
Ramón Hoyos Vallejo en su cumpleaños 80.
Datos generales
Nombre Ramón Hoyos Vallejo
Fecha de nacimiento 26 de mayo de 1932
Ocupación Ciclista profesional
País de nacimiento Colombia Bandera de Colombia }}
Ciudad de nacimiento Marinilla, Antioquia
País de fallecimiento Colombia Bandera de Colombia }}
Ciudad de fallecimiento Medellín
Familia Antonio José Hoyos (padre) y María Jesús Vallejo (madre)


Ramón Hoyos Vallejo es un ciclista profesional nacido en Marinilla, Antioquia, el 26 de mayo de 1932. Hijo de Antonio José Hoyos y María Jesús Vallejo.

Biografía

Su carrera transcurrió durante los años cincuenta, cuando ejerció la llamada hegemonía antioqueña en el ciclismo colombiano. A 2020 sigue vigente su marca con el mayor número de etapas ganadas en una Vuelta a Colombia: doce victorias. Hoyos ganó esta competencia en cinco ocasiones: 1953, 1954, 1955, 1956 y 1958, y sumó durante esos años treinta y ocho etapas en total. En 1957 se retiró de la Vuelta a Colombia, como protesta, después de una sanción por supuestamente haber sido remolcado. Hoyos recibió el apodo de “escarabajo”, un apelativo que más tarde se extendió al resto de los ciclistas profesionales colombianos, después de completar una etapa accidentada de la Vuelta a Colombia con su pedalear tosco y excéntrico.

Las versiones sobre el momento del bautismo varían. Algunas fuentes dicen que ocurrió al final del recorrido; otros aseguran que fue en pleno esfuerzo durante un ascenso. Al verlo retorcerse sobre la bicicleta, el narrador José Enrique Buitrago exclamó a través de la radio: “¡No es humano, es un escarabajo en bicicleta!”.

Como deportista olímpico, Hoyos participó en los juegos de Melbourne, Australia, en 1956, y en los de Roma, Italia, en 1960. También compitió en los Juegos Panamericanos de 1955 y en los Centroamericanos de 1964, ambos celebrados en la Ciudad de México. Hoyos fundó en Colombia una marca de bicicletas que aún existe y lleva su nombre. Murió en Medellín el 19 de noviembre de 2014.

Inicios en el ciclismo

Como muchos ciclistas colombianos, Ramón Hoyos se inició en el pedalismo con una bicicleta “turismera” que consiguió a cambio de un reloj. Desde chico se sintió atraído por ellas, especialmente cuando abrieron un taller para reparar estos vehículos en el parque central de Marinilla, su pueblo. Su primer trabajo fue como mensajero en un granero de Medellín, donde hacía los repartos en bicicleta. También la usó como medio de transporte en otros trabajos que realizó posteriormente.

Su debut en el ciclismo fue en una doble a San Cristóbal, disputada en 1951. A los ocho días ganó otra carrera doble a Rionegro. Después vino su primera actuación en la Vuelta a Colombia, en 1952, cuando se estrenó con una victoria en la novena etapa, entre Cali y Sevilla. Al año siguiente volvió con mejor suerte, listo para enfrentar a Efraín Forero y a José Beyaert, ganadores de las dos primeras ediciones. En esta versión (1953), Hoyos ganó ocho de las quince etapas y las lideró casi todas, terminando como campeón. Así se inauguró su dominio sobre el ciclismo nacional durante dicha década.

El dominio paisa

En el libro La gran historia de la Vuelta a Colombia: 1951-2011, se presenta a Hoyos como “el primer monstruo”. A este ciclista antioqueño, que dominaría la escena durante los próximos años, lo descubrió Ramiro Mejía, de Lavandería Tropical, después de una victoria en un circuito en Manizales, y decidió patrocinarlo en la Vuelta a Colombia de 1952. Así se estrenó en la gran competencia nacional.

En 1953 corrió patrocinado por Coltejer y tuvo la oportunidad de vencer en una revancha a Efraín Forero, quien le había ganado en 1952 en una etapa que terminaba en Medellín, su tierra. Este fue el año del reconocimiento del país a través de los viajes y las competencias en bicicleta, pues la Vuelta inauguró rutas al Valle, al Cauca y al Huila, estableciendo tramos que en adelante serían cita fija para los escarabajos del futuro.

Carlos Arturo Rueda, según el libro antes mencionado, bautizó al nuevo campeón como Don Ramón de Marinilla, un apelativo que millones de colombianos se acostumbraron a escuchar en sus relatos radiales. Hoyos fue recibido en Antioquia, cuando terminó la competencia de 1953, como un verdadero héroe nacional.

La gloria de Ramón Hoyos, que ganó también la Vuelta en 1954 y 1955, atrajo la atención de Gabriel García Márquez, un joven reportero y escritor que empezaba a hacerse notar con sus crónicas y reportajes en el diario El Espectador. El futuro Premio Nobel de Literatura contó la historia del ciclista en un texto de catorce entregas, entre el 27 de junio y el 12 de julio de 1955, que fue titulado “El triple campeón revela sus secretos”. Allí Hoyos relató toda su vida y sus aventuras deportivas en primera persona, después de sostener varias entrevistas con el autor.

Sigue la leyenda

A partir de 1954 Hoyos y sus adversarios recorrieron un país sacudido por la violencia. El ciclismo y su espectáculo se convirtieron en la distracción ideal para un pueblo saturado de malas noticias. El relato de un héroe vencedor, que era capaz de sobreponerse a todos los obstáculos para llegar a la cima, era la novela ideal que muchos ciudadanos querían seguir hasta su dulce y glorioso final.

El expresidente Gustavo Rojas Pinilla decidió patrocinar el deporte que ganaba cada vez más popularidad entre los colombianos, y en 1954 Ramón Hoyos apareció en la línea de salida con una camiseta que llevaba el emblema de las Fuerzas Armadas. En esa oportunidad salieron cuarenta y cinco corredores listos para recorrer 1.909 kilómetros durante quince días de competencia. Hoyos ganó esta edición, y también la de 1955, 1956 (la primera que salió fuera de Bogotá) y 1958. Perdió la seguidilla en 1957, cuando el ganador de la Vuelta fue el español José Gómez del Moral. Solo así se rompió el contundente dominio que Hoyos venía ejerciendo sobre la principal prueba ciclista del país.

El retiro

Una de las últimas exhibiciones de poderío la ejecutó Hoyos contra “Il Campionissimo” Fausto Coppi, quien ya se encontraba en el otoño de su brillante carrera. En 1957 el ciclista italiano fue invitado a unas carreras de exhibición en Colombia, y sus honorarios fueron pagados por un grupo de empresarios de Medellín. Coppi corrió varias veces en Bogotá, casi siempre en un velódromo, hasta que lo invitaron a pedalear en carretera rumbo a la capital antioqueña.

El gran campeón sufrió mucho en esa ruta agreste, junto al francés Hugo Koblet, otro invitado de lujo. Ramón Hoyos los superó y fue recibido en Medellín como una leyenda más allá de toda proporción. Los periódicos de la época supieron explotar esa victoria del colombiano, quien en realidad había superado a un Coppi que ya no era el mismo.

El ciclismo de aquellos años no fue nunca un deporte bien remunerado. Abundan los casos de ciclistas que debieron poner dinero de su bolsillo para poder continuar con sus carreras. Hoyos, que llegó a ser una celebridad, no escapó del todo a esta realidad.

En 1964, cuando no fue invitado a los Juegos Olímpicos de Tokio, decidió que aquel insulto era demasiado para su carrera y se retiró para siempre del deporte. Hasta su muerte vivió de la marca de bicicletas que creó con su nombre, que todavía existe.