Según la opinión de Jorge Eliécer Quintero, filósofo y doctor en historia, el Real Colegio Seminario, bajo la regencia de los jesuitas, refinó a los individuos que habrían de tener preeminencia regional y nacional durante dos siglos. En su artículo sobre educación, ciencia y política de los siglos XVIII y XIX afirma lo siguiente: "El Seminario fue un lugar privilegiado de comercio intelectual entre los maestros de Lima, Quito y Popayán porque algunos jóvenes acomodados fueron a complementar sus estudios universitarios en esas ciudades donde podían obtener títulos que no se otorgaban en Popayán o porque de ambas ciudades del sur venían como maestros algunos sacerdotes que ejercieron un magisterio encomiable" [1]. Luego de la expulsión de sus regentes, el Cabildo de Popayán impuso un rígido universo de normas para los estudiantes del Real Colegio Seminario, quienes se obligaron "a vivir con la mayor honestidad y decencia sin permitirles lo que tuviere visos de vanidad o relajación, ni que salgan a portería con ningún pretexto, ni socolor de recibir visitas de criadas o parientas con lo que pondrán particular esmero los directores" [2].

La política borbónica de desarrollar las llamadas "ciencias útiles" dio pretexto a los ilustrados criollos venidos como maestros a Popayán para generar inquietudes intelectuales que, a la postre, permitieron recepcionar la Ilustración de una manera particular. Entre ellos sobresale José Félix Restrepo, invitado por el sabio Juan Mariano Grijalva, rector del Seminario, para regentar en Popayán la cátedra de Filosofía y siendo el suyo el primer curso de esa materia: "No sólo dio a sus discípulos lecciones de sabiduría, sino de patriotismo y de valor personal, pues cuando los realistas patianos, capitaneados por el último Alférez Real, don Antonio Tenorio, atacaron la ciudad el 26 de abril de 1812, el doctor Restrepo, a la cabeza de sus alumnos y con la sangre fría y con la serenidad de un veterano, concurrió a rechazar el asalto, habiendo sido él quien primero hizo fuego sobre el enemigo" [3]. La generación formada en el Seminario, demostró que había sido preparada para la épica faena que le tocó en suerte. A ella pertenecieron Camilo Torres, Francisco José de Caldas, Francisco Antonio Zea, Joaquín Cayzedo y Cuervo, José María Quijano, Francisco Antonio Ulloa, Joaquín, Manuel José, Manuel María y Tomás Cipriano de Mosquera, José Antonio Arroyo, por destacar algunos [4].

Referencias

  1. QUINTERO, JORGE ELIÉCER, “Educación, ciencia y política: la pretensión de modernidad en los siglos XVIII Y XIX” en BARONA B. GUIDO Y GNECCO V. CRISTÓBAL (ed.), Historia, geografía y cultura del Cauca. Territorios Posibles, Popayán, Editorial de la Universidad del Cauca, 2001, pp. 300-307
  2. QUINTERO, JORGE ELIÉCER op. cit. (2001), p. 302
  3. ARAGÓN, ARCESIO, La Universidad del Cauca, Monografía histórica. Popayán, 1952, p. 35
  4. ARAGÓN, ARCESIO, op. cit. (1952)

Bibliografía

  • ARAGÓN, ARCESIO, La Universidad del Cauca, Monografía histórica. Popayán, 1952.
  • QUINTERO, JORGE ELIÉCER, “Educación, ciencia y política: la pretensión de modernidad en los siglos XVIII Y XIX” en BARONA B. GUIDO Y GNECCO V. CRISTÓBAL (ed.), Historia, geografía y cultura del Cauca. Territorios Posibles, Popayán, Editorial de la Universidad del Cauca, 2001, pp. 300-307.

Véase también

Proyecto:Bicentenario

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Créditos

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