Población de origen indígena considerada centro político, cultural y espiritual de las comunidades nativas que se autodefinen como descendientes de los antiguos zenúes. Llamado Mexión en lengua indígena, los antecedentes de esta población se remontan a 1600, cuando se erigió en parroquia con los indios de Chinú y Pinchorroy (Chimá), además de ser encomienda de Andrés Méndez Montaldo [1]. La población, mayoritariamente nativa, tuvo antecedentes de activismo político a mediados del siglo XVIII: en 1760 se amotinó contra el cura Fray Silverio de la Puente, sobre el cual interpusieron quejas y denuncias al obispo Sosa Betancurt, quien visitó la población. Al no ver respuestas a las denuncias, los indígenas procedieron a la agresión física contra el fraile, el cual tuvo que ser sacado por parte del obispo para salvar su vida [2]. Décadas después, los nativos de San Andrés jugaron un papel importante en la contrarrevolución de las Sabanas en 1812, pues aportaron un contingente significativo de combatientes junto a los pueblos de Sampués, Corozal, Chinú y Sincelejo. En esa oportunidad ayudaron a reunir 500 indígenas liderados por el padre Pedro Mártir Vásquez, a quien ungieron como “generalísimo” y vitorearon cargándolo sobre una hamaca el día 22 de septiembre de 1812 [3]. La participación de los indígenas de San Andrés en la contrarrevolución probablemente estuvo relacionada con los sermones del párroco Vásquez, quien les informó que las Cortes de Cádiz les había suprimido el antiguo tributo que tenían que pagarle al rey, pero que los “jacobinos de Cartagena” querían imponérselo con el nuevo gobierno. Vásquez ofreció “que al volver a ser gobernados por España al menos no pagarían la deuda del último medio tercio que estaba ordenado pagar” [4]. Los nativos combatientes de San Andrés se desplazaron por los pueblos de la Sabana y participaron en una ceremonia del Te Deum Laudamus que el padre Vásquez recitó en la iglesia de la población de Corozal tras ser tomada por las huestes nativas.

El caso de la participación de los nativos de San Andrés y de otros pueblos de origen indígena en la contrarrevolución de las Sabanas de Tolú y el Sinú en 1812 muestra cómo la Iglesia se presentó como protectora de los indios, en cuya defensa empleó el desplazamiento del discurso religioso –defensa de Dios- al discurso político –defensa del Rey- a través de la supresión del requerimiento legal del tributo, elemento impositivo sensible a las comunidades indígenas durante el período de gobierno español.


Referencias

  1. NIETO, JUAN JOSÉ, Selección de Textos Políticos-Geográficos e Históricos, Barranquilla, Ediciones de la Gobernación del Atlántico, [1839] 1993, p. 196
  2. NIETO, op. cit., ([1839] 1993), p. 197
  3. MCFARLANE, ANTHONY, “La revolución de las Sabanas: Rebelión popular y contrarrevolución en el Estado de Cartagena, 1812”, en CALVO, HAROLDO y MEISEL, ADOLFO (editores), Cartagena de Indias en la independencia, Cartagena, Banco de la República, 2011, pp. 215-247, pp. 222-223
  4. MARTÍNEZ, ARMANDO y Gutiérrez, Daniel (editores), La contrarrevolución de los pueblos de las Sabanas de Tolú y el Sinú (1812), Bucaramanga, Universidad Industrial de Santander, 2010, p. 61

Bibliografía

  • MARTÍNEZ, ARMANDO y GUTIÉRREZ, DANIEL (editores), La contrarrevolución de los pueblos de las Sabanas de Tolú y el Sinú (1812), Bucaramanga, Universidad Industrial de Santander, 2010.
  • MCFARLANE, ANTHONY, “La revolución de las Sabanas: Rebelión popular y contrarrevolución en el Estado de Cartagena, 1812”, en CALVO, HAROLDO y MEISEL, ADOLFO (editores), Cartagena de Indias en la independencia, Cartagena, Banco de la República, 2011, pp. 215-247.
  • NIETO, JUAN JOSÉ, Selección de Textos Políticos-Geográficos e Históricos. Barranquilla, Ediciones de la Gobernación del Atlántico, [1839] 1993.

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Créditos

Centro Cultural del Banco de la República de Montería, 2020.