Las 123 obras de Botero se caracterizan por pertenecer a un periodo artístico que va desde la década de los setenta hasta finales de los noventa, donde el artista evidencia que su estilo volumétrico y monumental se encuentra completamente consolidado. De igual manera se observa la variedad de temas que ha abordado en su trayectoria, como por ejemplo la familia latinoamericana en las obras Una familia (1989), Maternidad (s.f) y Hombre, mujer y niño (s.f), la religión católica en pinturas como Caminando cerca al río (1989), Madre superiora (1996), y las esculturas Adán (s.f) y Eva (s.f) y la violencia en las pinturas Guerrilla de Eliseo Velásquez (1988) o Manuel Marulanda "Tiro Fijo" (1999). También están presentes obras que relatan su vida familiar y personal como Hombre a caballo (1994), Retrato de mi madre (1990) y Pedrito (1997), además de sus acostumbradas naturalezas muertas y sus homenajes a grandes artistas de la historia del arte occidental, a través de las pinturas Monalisa (1978), El estudio (1990) y Maribárbola (1984).