Con su obra particular, la artista renovó la percepción de la escultura hacia un sentido más industrial por la elaboración de la misma y personal por el significado que tenían sus obras para ella, basadas en experiencias pasadas de su vida como la migración a una nueva tierra desconocida y el rechazo que recibió por parte de varias galerías de arte durante la década de los 30 y 40 al no permitirle exponer su trabajo.[1] Durante su trayectoria profesional, recolectó gran cantidad de materiales desechados como trozos metálicos, restos de mobiliario, objetos funcionales como cajas y aquellos adheridos a inmuebles como barandas de escaleras o paredes. Durante el proceso de construcción de las obras, Louise Nevelson otorgaba un nuevo significado a estos materiales al pintarlos con un color predominante y neutral como el negro, blanco o dorado, acorde con la propuesta artística estipulada por ella. Después de este proceso, procedía a unir todos los componentes en su taller y con ayuda de sus asistentes, creaba un prototipo de collage.

  1. Op. cit. A story about how Louise Nevelson constructed…