En 1968, después de permanecer aproximadamente cuatro años en Colombia, Lika Mutal y su familia viajaron a Perú para establecerse en Lima. Allí estudió en la Escuela de Arte de la Pontificia Universidad Católica del Perú donde conoció a Anna Maccagno, artista y docente. En este centro educativo, aprendió el uso de diversos materiales escultóricos como la arcilla, la madera y el acero; asimismo, estudió técnicas artísticas como el dibujo y la pintura. Tiempo después conoció a Juan Arias, escultor local de piedra a quien Anna Maccagno contrató para enseñar técnicas escultóricas en la citada universidad. Desde este momento, la artista decidió dedicar su obra sólo a la piedra, elemento difícil de trabajar que significó un reto para ella.