Rubén Darío, el “Tigrillo” Gómez

De Enciclopedia | La Red Cultural del Banco de la República
Rubén Darío Gómez
Datos generales
Nombre Rubén Darío Gómez
Fecha de nacimiento 03 de marzo de 1940
Ocupación Ciclista
País de nacimiento Colombia Bandera de Colombia }}
Ciudad de nacimiento Chinchiná, Caldas
Fecha de fallecimiento 23 de julio de 2010
País de fallecimiento Colombia Bandera de Colombia }}
Ciudad de fallecimiento Pereira, Risaralda


Rubén Darío Gómez El Tigrillo de Pereira ganó la Vuelta a Colombia en 1959 cuando el ciclismo se escuchaba en las radios de cada barrio y los colombianos se reunían a las orillas de la calle para animar a los favoritos. Incluso, la Plaza de Bolívar de Bogotá se llenaba de aficionados que celebraban la llegada de los ciclistas. Rubén Darío Gómez tenía apenas 19 años y desde entonces se mantiene como el ciclista más joven en ganar la competencia.

Biografía

Rubén nació el 3 de marzo de 1940 en Chinchiná, Caldas. Empezó su carrera como ciclista en 1956. Aprendió a escondidas de su padre, quien, según él, alguna vez lo amenazó con dañarle la bicicleta si la veía en la casa (Salazar, s. f.). Dos años después de comenzar su entrenamiento ganó la etapa Riosucio-Pereira y fue denominado el novato del año en la Vuelta a Colombia de 1958.

Aunque sus resultados fueron importantes, al año siguiente el departamento de Caldas le negó los recursos necesarios para asistir a la Vuelta a Colombia (Salazar, s. f.). Entonces, el sacerdote Antonio José Valencia organizó un desfile con un carro viejo y un canasto grande que recorrió a Pereira, desde las tres de la tarde hasta las siete de la noche:

Salimos de la Catedral, cogimos la carrera 8.ḁ hasta la calle 15, volteamos hacia la 7.a y regresamos a la Catedral. Toda la gente salió a ver el desfile y empezó todo el mundo a echar su ayuda en el canasto, monedas, alcancías, regalos, aportes de los comerciantes [...]. Recogimos lo suficiente y fuimos a la carrera como unos reyes, ganamos la Vuelta a Colombia y le ganamos al equipo de Antioquia. Eso fue lo más grande que me ha pasado. Ese recuerdo es imborrable (Salazar, s. f.).