Susana Henao Montoya

Susana Henao Montoya

Datos generales

Nombre	Susana Henao Montoya
Fecha de nacimiento	1954
Nacionalidad	Colombiana }}
Ocupación	Escritora y docente universitaria
Estudios universitarios	Tecnología química, Universidad Tecnológica de Pereira. Licenciatura en Filosofía, Universidad Tecnológica de Pereira.
Formación profesional	Maestría en Literatura Latinoamericana, Universidad Tecnológica de Pereira. Especialización en Literatura hispanoamericana, Universidad de Caldas. Especialización en historia latinoamericana, Universidad Pablo de Olavide (Sevilla, España)
País de nacimiento	Colombia }}
Ciudad de nacimiento	Quimbaya, Departamento del Quindío.
Familia	Rafael Henao (padre); Daniel (hijo); Julían (hijo); Esteban (hijo)

Susana Henao Montoya es una escritora y docente nacida en el municipio de Quimbaya (Quindío), fue profesora de la Universidad Tecnológica de Pereira y de la Universidad Libre de Colombia, ha publicado múltiples ensayos y cuentos que le han merecido ser finalista en certámenes como el Concurso nacional de cuento Carlos Castro Saavedra, y ganar distintos eventos locales y nacionales de escritura, entre ellos el Concurso Colección de Escritores Pereiranos en 1993 con la obra Crónicas de Temis. La pregunta por las distintas funciones del lenguaje ha sido transversal a su obra y puede explorarse en los libros Antesala del paraíso y otros cuentos (1993), Los hijos del agua (1993), la novela infantil Memorias de un niño que no creció (2003), Crónica satánica (2004) Procedimientos compulsivos (2009) Me subo al barco y viajo en él. Relato de experiencia de lenguaje en el mundo de los sordos (2010) y el resultado de investigación de su maestría en Literatura latinoamericana La ética narrativa en tejedoras de coronas de Germán Espinosa y Gran Sertón: Veredas de Joao Guimaraes Rosa (2010). Actualmente vive y escribe en la ciudad de Pereira.

Biografía

Susana Henao Montoya nació en 1954 en el municipio de Quimbaya, departamento del Quindío, y desde muy pequeña tuvo un acercamiento especial con la literatura por medio de los relatos sagrados de la Biblia que leía en la biblioteca del colegio católico en el que estudió. Aunque las religiosas de la institución procuraron prevenir que Susana se interesara por textos que consideraban inadecuados, a sus doce años conoció las obras de Jean Jacques Rousseau, Daniel Defoe, Fiodor Dostoievsky y Jean Paul Sartre. Esta inclinación por la lectura también fue heredada de su padre Rafael Henao, farmaceuta de profesión y ávido lector quien le inculcó un interés por la ciencia, algo que repercutiría en la carrera académica de Susana pues ingresó al programa de tecnología química en 1973, y aunque obtuvo su grado en 1975 no ejerció pues contrajo matrimonio y tuvo a su primer hijo Daniel, a quién le seguirán Julián y Esteban.

Tras el nacimiento de su hijo Esteban quien padecía de problemas cognitivos, el tiempo de Susana comenzó a transcurrir en los hospitales lo cual le permitió en los espacios de sosiego, retomar la literatura y acercarse a “colecciones enteras de ciencia ficción, cuentos y libros de arte”, esta situación también la llevó a vincularse al Instituto de Audiología Integral de Pereira en donde escribía cuentos y obras de teatro para los pacientes infantiles, tema que culminó en la escritura de Los últimos hombres de Gantin-Masca con el cual obtuvo el premio de novela Ciudad de Pereira en 1991. En 1995 comenzó su segunda carrera, la licenciatura en filosofía en la Universidad Técnica de Pereira, que coincidió con el inicio de la construcción de la novela Crónica Satánica que sería publicada en 2004 y con la cual se hizo al primer puesto en el Concurso de Novela de Aniversario de la Ciudad Pereira.

Obtuvo su grado en 1999 y con esta formación se apasionó por explorar los problemas del lenguaje alternativo a la racionalidad y a las formas escritas, lo cual le permitió inscribir su obra dentro del giro lingüístico “donde el lenguaje juega un papel fundamental para configurar y conformar nuestro pensamiento, nuestro accionar y la forma en que nos instalamos en el mundo”. Al culminar sus estudios de licenciatura se especializó en Literatura Latinoamericana en la Universidad de Caldas y posteriormente cursó la maestría en literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira en 2002 de la cual se graduó con la tesis La ética narrativa en Gran Sertón: Veredas de Joao Guimarães Rosa y La tejedora de coronas de Germán Espinosa que fue publicada en 2005; durante ese mismo año realizó la especialización en Literatura Latinoamericana de la Universidad Pablo Olavide en España. Fue coordinadora del área de Lengua Materna en el programa de Licenciatura en la enseñanza de la Lengua Inglesa en la Universidad Tecnológica de Pereira y profesora en la Universidad Libre de Colombia.

Obra literaria

Susana Henao considera que su incursión en la escritura fue un poco tardía, aunque participó en el concurso nacional de cuento Carlos Castro Saavedra con la obra El Tragabalas del cual fue finalista, y en 1991 en el concurso Aniversario Ciudad de Pereira. Terminó de escribir su primer libro en 1987 Crónicas de Temis, cuando tenía 33 años, una antología narrativa que le valió el primer lugar en el Concurso Colección de Escritores pereiranos; se publicó hasta 1993 al igual que Antesala del paraíso y otros cuentos en ambas obras explora el habla campesina de la región cafetera, prestándole atención a las formas de contar sucesos en el tiempo, que no corresponden con las narraciones cronológicas sino que evocan formas alternativas de la racionalidad como decir que un suceso tuvo lugar “cuando los marranos valían tanto”. Este ejercicio de analizar las formas del habla lo llevó a cabo en la novela infantil Memorias de un niño que no creció de 2003, en donde propone que el lenguaje del afecto también constituye un mecanismo de comunicación a través de la narración de la experiencia con su hijo menor Esteban. La obra fue finalista en el Concurso Internacional de Literatura Infantil Julio C, Coba.

En 1995 publicó Los hijos del agua con prólogo del escritor Hugo Niño, una novela en la que a través de las vivencias de personajes de diversos rangos y ocupaciones que pertenecen a la comunidad Muisca en Gantina Masca (ubicados en las inmediaciones de la laguna de Guatavita en Cundinamarca) retoma mitos fundacionales de la tradición indígena colombiana como la ceremonia de El Dorado, el culto a la diosa Chía y sus conflictos con Bochica entre otros temas, mientras cuenta la historia de los hermanos Zhangué y Tatí, éste último es el personaje principal de la obra y encarna a un joven nativo que desea ser guerrero pero se convierte en brujo. Esta novela recoge las principales cosmogonías de los Muiscas tras una exhaustiva investigación que contó con fuentes de la Biblioteca del Banco de la República y del Archivo General de la Nación, y recrea las voces ancestrales de la herencia indígena que marcan formas particulares de interactuar con la naturaleza y los animales.

En Crónica satánica de 2004, la autora evoca las claves narrativas de la madre Francisca Josefa del Castillo 1671-1742), una escritora neogranadina que en su obra Afectos Espirituales describe los tormentos que experimentaba por acción del demonio; esto con la intención de presentar el panorama de los ritos urbanos satánicos de los jóvenes en torno a la polémica figura de Héctor Escobar Gutiérrez, quien se hacía llamar “el Papa negro”. Para la construcción del texto Susana asegura que consideró que el narrador principal fuera Dios, pero lo descartó en tanto “al tiempo que nombra crea y este me pareció un reto muy difícil de llevar a cabo desde la escritura” así que optó por el diablo como protagonista, lo cual implicó explorar el lenguaje desde una perspectiva mística.

La ética narrativa en tejedoras de coronas de Germán Espinosa y Gran sertón: Veredas de Joao Guimaraes Rosa publicada en 2009 fue el resultado de su tesis de maestría y le permitió analizar las obras del colombiano Espinosa y el brasileño Guimares Rosa en clave de la interpretación de los significados éticos de la vida en colectividad en latinoamerica, pues presentan unas visiones particulares del mundo que se alimentan de las herencias europeas y las tradiciones autoctonas. En 2010 con Me subo al barco y viajo en él. Relato de una experiencia de lenguaje en el mundo de los sordos, la que tal vez sea su obra más personal, la autora presenta a través de su hijo Esteban como narrador principal, como los afectos pueden constituir formas de vinculo y comunicación que superan los sentidos y da cuenta de la sensibilidad de un protagonista cuya forma de entender el mundo está en diálogo con el aparente drama en que se envuelven quienes le rodean. En el 2018 participó en el Encuentro de Literatura Femenina en Colombia organizado por la Biblioteca Comfenalco de Armenia, con la ponencia La literatura femenina en Colombia: Lenguaje y estructuras.