La causa independentista en Pasto
Una mirada en retrospectiva histórica, permite apreciar que la posición de Pasto durante las guerras de independencia no solamente se orientó hacia el proyecto político realista, sino también hacia procesos nacientes del periodo de la independencia. La tendencia de la provincia de Pasto, por directriz del cabildo, se inclinó hacia la filiación realista. Un apoyo importante en esta adhesión se debe a los pueblos de indios, que percibieron en el cambio de gobierno (tendencia independista), una amenaza a la protección de los resguardos. Como señala Marcela Echeverri, “entre 1809 y 1819, los reajustes continuaron girando en torno al eje del tributo y la autoridad cacical, tan esenciales para la política de las comunidades” (1).
Sin embargo, la provincia de Pasto no fue ajena a los movimientos de sublevación. Evidencia de ello son los precedentes históricos de insurrecciones, manifestaciones o críticas al sistema colonial imperante.
En junio de 1781 los pueblos indígenas de Genoy, Jongovito y Catambuco se rebelan contra el cobro del estanco del aguardiente, a través de mítines, asaltos en los caminos y protestas amenazantes. En mayo de 1800, indígenas pastos comuneros de Guitarilla, Túquerres, Chaitán, Sapuyes, Imués y el Guavo, expresaron su inconformidad ante el excesivo cobro de los diezmos y el maltrato de las autoridades.
Este clima de sublevación se trasladó a Pasto y se materializó cuando se nombra a Caicedo y Cuero gobernador de Pasto. Afirma Ramiro Pabón (1995) que esta fue la única ocasión en la cual existió desde las directrices de gobierno un apoyo a la causa patriota: “Pasto en una sola ocasión y por pocos meses, se plegó a las ideas patrióticas” (2). Esta adhesión de corta duración fue provocada por la oratoria del doctor Caicedo y Cuero, quien promovió entre la población de Pasto las ideas independentistas.
Varios pastusos civiles, militares o clérigos profesaron desde el comienzo su afiliación a la causa patriota; entre los más reconocidos que colaboraron en el breve lapso del gobierno establecido en la ciudad por el doctor Joaquín Caicedo y Cuero están: don Francisco Muñoz de Ayala, que ocupó el cargo de teniente de Gobernador y Administrador de Correos, y doña Leonor Muñoz de Burbano, protectora de los republicanos (3).