Las Reformas Borbónicas fueron un conjunto de medidas adoptadas por la Corona española para reorganizar el aparato de gobierno metropolitano, especialmente para el mejoramiento de las actividades productivas y el recaudo por parte de la nueva familia que llegaba al trono español luego de la Guerra de Sucesión a inicios del siglo XVIII, los Borbones. Tuvieron surtidos efectos en las esferas sociales, políticas y económicas de las colonias que hacían parte del Imperio. No obstante, la visita de Gutiérrez de Piñeres en 1778 sería el catalizador para emplear de manera más efectiva las políticas Borbónicas que surgían como necesidad ante la Guerra de los Siete Años que desestabilizó al Imperio por falta de recursos, siendo los estancos de tabaco y aguardiente los más afectados por impuestos. Para aquel entonces los principales cabildos de la Provincia de Mariquita dependían de estas producciones, que suponían una actividad considerable de producción y consumo, no solo a nivel regional.

No es de extrañar que se generaran resistencias al empleo de estas medidas que monopolizaban y aumentaban los impuestos (alcabalas). Entre tales resistencias se encuentra la renombrada rebelión de los comuneros en el Socorro, que tendría repercusiones en el Tolima luego de que se conociera la noticia, arraigando en los territorios mayormente afectados el deseo de independencia [1] o autonomía que les permitiera edificar sus políticas de comercio, sublevándose en 1781 distintas poblaciones como La Mesa, Tocaima, Ibagué, Neiva, y Purificación. Esta última sería el espacio de motines llevados a cabo por revolucionarios que llegaban de Ambalema, guiados por José Antonio Galán. Las poblaciones indígenas de Natagaima y Coyaima se rebelarían más adelante con el mismo propósito de tomarse la Villa de Purificación sin mucho éxito. Los rezagos de estos enfrentamientos dejarían deseos de independencia que se elevarían en 1810, haciendo sacrificios económicos y prestando servicios. Ante la proclamación por parte de Antonio Nariño de independencia absoluta, en 1813 se redacta el Acta de Independencia de la Villa de Purificación.

Luego de la instauración de la Junta de Suprema de Gobierno al mando de Antonio Nariño, este se encontraría rodeado de ciertos comerciantes y élites que, ante la imposibilidad de desempeñar un papel dentro del monopolio comercial, veían en el Congreso Constituyente de 1810 la posibilidad de desprenderse de estas políticas, con la conversión de Santafé en un centro político separado del virreinato y bajo la dirección de élites criollas. Entre 1810 y 1812 se desharía del monopolio y varios impuestos coloniales, que ante la guerra se volverían a establecer. En él se encontrarían representantes de Mariquita, Neiva, Socorro, Pamplona, Novita y Citará [2]. A pesar de que la provincia de Mariquita en sus registros muestra un cumplimiento fiscal casi general[3], las declaraciones de la Junta Suprema traerían conflictos bélicos frente a los realistas. En el sur se destacan las regiones de Popayán y Pasto. El Tolima respondería con el apoyo de diferentes jóvenes que detendrían la avanzada realista (los “ejércitos calentanos”) y buscarían dominar el importante camino de Guanacas entre 1812 y 1815.

En el Tolima Grande las reformas borbónicas producirían grandes cambios desde la expulsión de los Jesuitas en 1767, ya que se generaría una oleada de compras y ventas de terrenos que los jesuitas habían acaparado, convirtiéndose en grandes terratenientes. Esto desencadenó procesos de expansión demográfica, convirtiéndose algunas localidades en centros de producción de tabaco y aguardiente. Ambalema es un gran ejemplo de ello; sería tanto su aporte a la industria tabacalera que la misma Corona tuvo que manejarla como un centro de monopolio.

En lo social se generarían disputas entre los habitantes, que ante el acopio de las medidas buscaban obtener el monopolio, fungiendo la corona como juez. Uno de los más importantes fue la disputa entre don José Mesa y Armero y don Luis de Caicedo en la segunda mitad del siglo XVIII. Siendo este último el desfavorecido, buscaría por medio de la inestabilidad política asegurar los mercados locales [4]; y sin embargo, ante la no obtención de ventajas de terreno o monopolios, Luis de Caicedo renunciaría a la lealtad a la Corona, vinculando su descendencia y riqueza a las causas insurgentes. Esta tendencia la seguirían varias familias acaudaladas ajenas al sistema de monopolios de finales de siglo, y donde sus hijos se formarían ajenos a la figura del rey. Estos, a inicios de siglo, serían reconocidos como próceres o militares en la Independencia.

Véase también

Proyecto:Bicentenario

Referencias

  1. PINTO, JOSÉ JOAQUÍN, (2015). “Fiscalidad e Independencia en Santafé y Bogotá, 1780-1830”, en América Latina en la historia económica, Vol. 22, No. 3, pp. 57-58. Recuperado el 05 de marzo de 2019, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S140522532015000300001&lng=es&tlng=es. 57-58
  2. PINTO, JOSÉ JOAQUÍN, op. cit. (2015).
  3. SOULODRE-LA FRANCE, RENÉE, Región e imperio: El Tolima Grande y las reformas borbónicas en el siglo XVIII, Bogotá, Instituto Colombiano de Antropología e Historia, 2004.
  4. SOULODRE-LA FRANCE, RENÉE, op. cit. (2004), pp. 46-50.

Bibliografía

  • PINTO, JOSÉ JOAQUÍN, “El reformismo fiscal borbónico en la Nueva Granada, balance y perspectivas”, en Universidad del Atlántico, Historia Caribe, Vol. 11, No. 29, 2016, pp. 53-82.
  • PINTO, JOSÉ JOAQUÍN; TORRES, JAMES VLADIMIR, “Guerra y fisco en la nueva granada, 1811-1824”, en Universidad Externado de Colombia, Revista de Economía Institucional, Vol. 18, No. 35, 2016, pp. 171-195.
  • SOULODRE-LA FRANCE, RENÉE, Región e imperio: El Tolima Grande y las reformas borbónicas en el siglo XVIII, Bogotá, Instituto Colombiano de Antropología e Historia, 2004.