Por Diana Valencia Presidente Centro de Historia de Honda

Honda fue descubierta en 1539 por los capitanes Gonzalo Jiménez de Quesada, Sebastián de Belalcázar y Nicolás de Federmán, quienes venían de la recién fundada Santa Fe de Bogotá. Se embarcaron por el río Magdalena en lo que hoy es Guataquí (municipio cundinamarqués que pasando el río Magdalena limita con Piedras en el Tolima), con rumbo a Cartagena y desde allí a España. Estos exploradores no realizaron ninguna fundación de Honda, pero si descubrieron la zona aledaña al río y a la comunidad indígena que se encontraba en esta zona, los Ondamas. En ese momento de la historia lo que primaba era la repartición de los territorios descubiertos y los derechos de conquista respectivos ante el Concejo de Indias, dados en este caso por los tres conquistadores.

Este descubrimiento convirtió a Honda en un punto vital de referencia geográfica para posteriores viajes, por ser una zona donde confluían diferentes caminos y, sobre todo, porque se encontraba a orillas del río Grande de la Magdalena. El hermano de Gonzalo, Hernán Pérez de Quesada, quedó encargado del gobierno del Nuevo Reino de Granada y comisionó en el año de 1540 al Capitán Baltasar Maldonado la exploración y conquista de las tierras de la margen izquierda del Magdalena, realizando el mismo trayecto que habían recorrido los tres conquistadores. Por esta expedición Santa Fe tuvo conocimiento de las minas de oro y plata en tierras de pantágoras, marquetones y gualíes, antiguo territorio Panche.

El licenciado y visitador Miguel Díaz de Armendáriz comisionó en 1549 al capitán Francisco Núñez Pedroso la conquista y pacificación de los indios Panches. Éste entró en los territorios de los marquetones, gualíes y guasquias, combatió y retornó a Santa Fe en donde en febrero de 1551 obtuvo una real provisión para pacificar y poblar estas tierras. Para tener un mejor control y manejo de las minas, lo autorizaron a fundar una ciudad en la región donde hallaron yacimientos de oro y plata, y esta ciudad fue San Sebastián de Mariquita, fundada el 28 de agosto de 1551.

Las grandes vetas de oro y plata y la estratégica ubicación geográfica, hicieron que este territorio rápidamente se convirtiera en la importante Provincia de Mariquita, pues con el hallazgo de estos metales preciosos, que fueron llevados por el Río Magdalena y el Océano Atlántico hasta España, se asumió un rol preponderante para la economía española.

Minas de plata de la más fina calidad se encontraron en Santa Ana, Lajas y San Juan de Frías, región que ocupa hoy el municipio de Falan; Manta en el actual territorio de Mariquita, Santa Águeda a tres leguas del mismo municipio y rumbo a Victoria, Caldas; y las minas de oro en Bocaneme, Malpaso, también en la actual Mariquita, Hervé en el actual Herveo, bañados por las aguas de los ríos Sabandija y Venadillo, fueron lugares en los que los conquistadores observaron grandes aluviones con visos dorados. Todos estos metales durante cerca de 270 años pasaron por Honda, que a través del tiempo dejó de ser el embarcadero de Mariquita y se convirtió en la capital de dicha provincia y una de las ciudades más comerciales e importantes de la época.

En la naciente República, Simón Bolívar habló sobre las minas y se reglamentó una serie de leyes y normativas al respecto, pues, aunque era una de las principales fuentes de riqueza pública, se abandonaron en el periodo de transición denominado “la Patria Boba”.

Hacia la segunda mitad del siglo XIX las exportaciones tomaron nuevamente auge, pues se realizaba un comercio considerable de metales preciosos con Estados Unidos e Inglaterra. Parte de estos metales eran sacados del Tolima, que recibió a ingleses para realizar explotaciones mineras. Ya en el siglo XX vino un declive en la explotación del oro, pues su aporte pasó de ser del 10% de la totalidad de las exportaciones, entre 1908 y 1924, al 3% en los años 90.

Actualmente las minas en la zona norte del Tolima están abandonadas y lugareños extraen el metal de forma artesanal usando bateas. La compañía Mineros S.A. explora las zonas de Falan, Santa Isabel, Casabianca, Villahermosa y Líbano. Otras empresas, sin autorización, hacen explotación ilegal de ricas zonas auríferas en municipios del sur del departamento como Coyaima, Ataco y Chaparral, en donde cientos de familias viven del “barequeo” o lavado de arenas.

La compañía multinacional Anglogold Ashanti, que explora en el cerro La Colosa de Cajamarca, calcula sus reservas en 25 millones de onzas; también posee varios títulos mineros en la cuenca de los ríos Anaime, Bermellón y Combeima. La Colosa podría llegar a ser la mina de oro más grande de Suramérica, y ocupa un amplio sector del departamento del Tolima. Sin embargo, la comunidad que habita esta región ha manifestado su oposición a la iniciativa mediante marchas, audiencias públicas y consultas populares, pero a pesar de ello, en 2018 se inició la etapa de pre factibilidad y factibilidad de su explotación, así como el proceso de licenciamiento, en espera de que les sea otorgada la licencia hacía el 2020 para entrar en operación entre 2023 y 2024.

Son casi cuatro siglos de historia minera que existe en la región del norte del Tolima y en otras latitudes del departamento. Sin embargo, esta tradición ha quedado en el olvido para las actuales generaciones, que hoy desconocen la importancia que tuvo la región en la economía de la colonia y de la república.

Bibliografía

  • VELANDIA, ROBERTO, La Villa de San Bartolomé de Honda. Bogotá, Editorial Kelly, 1989, Tomo 1.

Véase también

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Créditos

Centro Cultural del Banco de la República de Honda, 2020.