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Revisión del 12:58 6 oct 2025
Biografía
María Antonia Ruiz: retrato de una heroína
Tuluá 1762 – (¿?)
El 24 de junio de 1762, en Tuluá, parroquia entonces perteneciente a la jurisdicción de Guadalajara de Buga, se registró el bautizo de María Antonia, hija natural de Agustina, una de las esclavas de don Bernando Rivera. Fueron sus padrinos doña Manuela de Ruiz y Don Antonio. El apellido se lo da su madrina y dueña, Doña Manuela.
El 28 de septiembre de 1819, una esclava negra, montada en un rocín, “recorrió las filas de los soldados a la pelea con palabras llenas de entusiasmo y fuego patriótico, repartiéndoles pertrechos y peleando también con su lanza como un valiente y veterano soldado; obrando simultáneamente, ya como jefe, ya como soldado” (arboleda,1971, págs. 172-173). Se dice que gracias a la valentía de esta mujer se logró ganar la Batalla de San Juanito, consolidando la independencia del Valle del Cauca. El Consejo Municipal de la ciudad de Buga, a partir del año 2016 cada 28 de septiembre impone la Medalla María Antonia Ruíz a las mujeres que se destacan por su aporte a la ciudad (Ley 2312,2 de agosto 2023).
La tradición oral inmortalizó la acción de la esclava María Antonia Ruiz, de quien no se supo qué fue de su suerte luego del triunfo y su regreso a la hacienda de San Agustín donde vivía. Investigaciones recientes permitieron encontrar el registro de nacimiento y se afirma aparece su nombre en el censo de esclavos del 1821. Su historia se reconstruye incompleta sobre distintos relatos basados en la tradición oral, permiten reconstruir algunos fragmentos de su historia. Sin embargo, aún continúa la búsqueda de su rastro; este retrato apenas es un esbozo que permite comprender su particular historia.
Antecedentes
El 20 de julio de 1810 en Santafé de Bogotá se había dado el grito de la Independencia, sin embargo, en Cali, 17 días antes, en el Acta del 3 de julio se había proclamado la autonomía de la provincia realista de Popayán. En 1811 se crean las Ciudades Confederadas lideradas por Joaquín de Caycedo y Cuero. En el acta de Emancipación del Consejo de Regencia de España los firmantes desconocían la autoridad española del gobernador de la provincia de Popayán para organizase como Junta Suprema.
Antonio Nariño es liberado –luego de que fuera hecho prisionero tras la traducción y publicación de Los Derechos del hombre– y designado como secretario del primer Congreso de las Provincias de la Nueva Granada. En 1811 publica el primer número de La Bagatela (1811-1812), donde formula su propuesta centralista, y meses más tarde es elegido presidente del Estado de Cundinamarca tras la dimisión de Jorge Tadeo Lozano. Mientras intenta reorganizar los ramos de hacienda y militar, inicia la política de anexión de provincias vecinas y dirige las campañas militares contra las fuerzas monárquicas y los grupos federalistas del Congreso. El 14 de mayo de 1814, durante la Campaña del Sur, es detenido nuevamente por las fuerzas realistas.
A mediados de 1816, Juan de Sámano, a la cabeza de un ejército de 2.000 hombres armados y con suficientes municiones, se desplazó desde Quito hacia el norte. En la Cuchilla del Tambo, a una hora de Popayán, en dirección a la cordillera occidental por esa compleja geografía, se enfrentan los realistas con los setecientos veteranos del antiguo ejército de Nariño, mal armados. “Ya no era posible obrar en concierto: cada cual hacía lo que podía, y nos batíamos desesperadamente, pero era imposible rehacerse”, contará tiempo después el pintor José María Espinosa (1876, pág. 142) en sus memorias. El ejército patriota fue derrotado. Serían cientos los muertos y otros tantos los detenidos y luego condenados.
El 31 de julio de 1816, en la plaza principal del corregimiento de Buga, tras un breve juicio verbal de guerra por orden del general Warletta, son fusilados por la espalda y como traidores el ecuatoriano Carlos Montufar, “El Caudillo”, quien se había unido a la causa libertadora y liderado la batalla del Tambo, y el esclavo liberto y soldado patriota Pedro José Ruiz, apenas un muchacho. Su madre es obligada a presenciar la masacre. María Antonia Ruiz pierde lo único que le es propio: su hijo. Y jura vengarlo.
En los registros del Archivo General de la Nación, y en el archivo de Buga, María Antonia Ruiz aparece como trabajadora en la Hacienda San Agustín en Cerrito, Valle. Tal vez alentó a sus hijos para que fueran a la guerra o seguramente estos no tuvieron opción. Durante las guerras, tanto patriotas como realistas reclutan esclavos del Cauca, Antioquia y Chocó, prometiéndoles su libertad. “Es un egoísmo criminal pretender para nosotros la libertad e independencia de la España si no la queremos dar a nuestros esclavos”, afirmaría Bolívar hacia 1819 en el Congreso de Angostura, sin embargo, no sería sino hasta 1851 cuando se José Hilario López firmó por fin la Ley 21 de ese año aboliendo la esclavitud.
Las palabras libertad y viva la patria resuenan en los encuentros en la Hacienda San Agustín donde se afirma que María Antonia cocina y ayuda en las labores domésticas. Equidistante de Buga y Palmira, la casa de la hacienda, ingenio azucarero, se convierte en centro social y político. Patriotas como José María Cabal y Joaquín Cayzedo han conspirado en sus salones. Joaquín Riascos sale de allí convencido de su futuro para unirse a Nariño en el combate de Palacé, en la batalla de Calibío, y en las acciones de Juanambú, Tacines y Ovejas. Se detiene allí unos días el mariscal Sucre de camino al Ecuador y Perú antes de las Batallas de Junín y Ayacucho. De la Hacienda despide María Antonia Ruiz a su hijo Pedro José, reclutado por Nariño. Tal vez ella también está convencida de la necesidad de la independencia de España y tiene además la ilusión de su propia libertad. La tradición oral reconstruida en los relatos desde el siglo XIX afirman que María Antonia Ruiz antes irse como “soldado” servía como informante y alentaba a los esclavos a unirse a la causa patriota.
La heroína de la Batalla de San Juanito
El 8 de agosto de 1819 el Virrey Sámano en Bogotá recibió la noticia del triunfo de los patriotas en la Batalla de Boyacá y huye a escondidas hacia Honda para embarcarse en Cartagena rumbo a España. Los patriotas se aprestan a bloquear el corredor hacia Quito para evitar la comunicación y la posibilidad de rearmar nuevos ejércitos. Desde Buga el 2 de septiembre de 1819, viaja a Popayán el gobernador Pedro Domínguez del Castillo, quien es asesinado. Como retaliación, el General Calzada ordenó al regimiento de caballería Húsares del Príncipe, al mando de Miguel Rodríguez, y a un contingente de soldados, buscar y castigar a los involucrados. “Los patriotas de Popayán mandaron aviso a Caloto y Buga de las instrucciones que llevaban los realistas”, contará Tomás Cipriano de Mosquera (1954, págs. 335-336) en las memorias sobre la vida de Bolívar. El teniente coronel Rodríguez, emisario de Calzada, avanza y se enfrenta con las guerrillas de Buga, Cali, Palmira, Tuluá, Cartago, Caloto y Toro.
El grito unánime de guerra se oye en todo el Cauca y el teniente Rodríguez se ve obligado a retirarse a la Hacienda de San Juanito, en las afueras de Buga, al margen del río Cauca. El ejército se toma la casa principal y las chozas de los esclavos esperando al ejército de Muñoz que viene del Chocó para apoyarlos. El 28 de septiembre, narra Tomás Cipriano de Mosquera: “Maria Antonia Bautista viuda de Ruiz […] anima a los soldados y se precipita a caballo sobre un ángulo de la casa para incendiarla, y al comenzar el incendio pone Rodríguez bandera blanca y se rinde al General Ricaurte, entregándole la fuerza que, como dejamos dicho, constaba de 200 hombres y 9 oficiales” (1954, pág. 336). El bando patriota al mando de Juan Runnel, mercenario irlandés, estaba conformado por soldados provenientes del Valle del Cauca, muchos de ellos afrodescendientes. En la tropa se destacaba de tiempo atrás como “soldado” María Antonia Ruiz, esclava de 57 años, quien se había unido a las tropas independentistas después de haber perdido a su hijo, fusilado por los realistas.
La narrativa de las guerras de la Independencia parte desde los héroes militares y la mención a las mujeres, negros, esclavos, indios o mestizos es esquiva. El perfil de María Antonia Ruiz se va construyendo en contraposición al héroe típico: es una “anciana negra”, “una mujer entrada en años” que ha jurado venganza tras la muerte de su hijo, una negra esclava patriota (Riaño, 1969, pág. 395). Es ella quien le anuncia a Ricaurte del triunfo de Boyacá, va reclutando soldados y recogiendo armas por trochas y veredas (Galvis, 1968, p. 372). Es una mujer que a pesar de su condición –fémina y “entrada en años”– tiene el coraje de enfrentarse a un ejército, quemar el edificio donde los realistas almacenaban las armas y enfrentarse a la infantería (Pita Rico, 2012).
Es célebre la Batalla de San Juanito porque consolida la independencia del Valle del Cauca pero, sobre todo, es memorable porque esta se logró gracias a una mujer, esclava y negra. Cada 28 de septiembre una mujer bugueña recibe un reconocimiento en nombre María Antonia Ruiz, perpetuando así la historia de una heroína.
Véase también
- Policarpa Salavarrieta
- Manuela Sáenz
- Antonio Nariño
- Camilo Torres
- José Acevedo y Gómez (El Tribuno del Pueblo)
- José María Carbonell
- Francisco José de Caldas
- Simón Bolívar
- Antonia Santos Plata
- María Mercedes Reyes Ábrego
- Mujeres de la independencia
Bibliografía
- Acta núm. 65 Consejo de Santiago de Cali en la Sesión Solemne del 3 de julio de 1968. Boletín de la Academia de Historia del Valle del Cauca, Cali, 1968, núm. 149.
- Gaceta de Santafé de Bogotá, 26 de septiembre de 1819. Recuperado de: https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll26/id/3977
- Gaceta núm. 67 2023. Informe de ponencia primer debate del Proyecto de Ley número 297 de 2022 Cámara, 138 de 2021 Senado “por medio del cual la nación se vincula a la conmemoración de la Batalla de San Juanito, se rinde homenaje a la mujer vallecaucana en memoria de la heroína María Antonia Ruiz y se dictan otras disposiciones. Recuperado de: https://www.camara.gov.co/batalla-de-san-juanito
- Castrillón Arboleda, D. (1971). Manuel José Castrillón. Biografía y Memorias, t. I, Edición Kelly, Banco Popular, Bogotá.
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- Pita Pico, R. (2012). El reclutamiento de negros esclavos en las guerras de independencia. Academia Colombiana de Historia, Bogotá.
- Serrano Galvis, A. (2017). Conciencia política de las mujeres durante la independencia de Nueva Granada. El caso de Santafé entre 1810 y 1820. Secuencia, (97), págs. 61-103.
- Valencia Llano, A (1987). “Encomiendas y estancias en el Valle del Cauca siglo XVI” en Historia y Espacio. Revista de estudios históricos regionales. Cali, vol. III, núms. 11-12, enero/diciembre 1987. (1996) Historia del Gran Cauca. Universidad del Valle, Cali.
Créditos
- Octubre 2025. Jimena Montaña Cuéllar. Egresada de filosofía y literatura de la Universidad de los Andes y con estudios en música antigua. En los últimos treinta años se ha dedicado a la investigación histórica, al desarrollo de proyectos académicos y culturales y a la edición, corrección y estructuración de textos para particulares, editoriales e instituciones públicas y privadas. Ha publicado varios libros sobre ciudad con énfasis en la historia y los procesos urbanos y artículos sobre arquitectura, literatura, fotografía, arte, música, geografía y culinaria, así como reseñas críticas y ensayos en revistas especializadas tanto nacionales como internacionales. Se desempeña también como guionista y directora de series documentales y podcast.
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