Diferencia entre revisiones de «María del Carmen Rodríguez Obregón»

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#Septiembre 2025. Jimena Montaña Cuéllar. Egresada de filosofía y literatura de la Universidad de los Andes y con estudios en música antigua. En los últimos treinta años se ha dedicado a la investigación histórica, al desarrollo de proyectos académicos y culturales y a la edición, corrección y estructuración de textos para particulares, editoriales e instituciones públicas y privadas. Ha publicado varios libros sobre ciudad con énfasis en la historia y los procesos urbanos y artículos sobre arquitectura, literatura, fotografía, arte, música, geografía y culinaria, así como reseñas críticas y ensayos en revistas especializadas tanto nacionales como internacionales. Se desempeña también como guionista y directora de series documentales y podcast.
#Septiembre 2025. Jimena Montaña Cuéllar. Egresada de filosofía y literatura de la Universidad de los Andes y con estudios en música antigua. En los últimos treinta años se ha dedicado a la investigación histórica, al desarrollo de proyectos académicos y culturales y a la edición, corrección y estructuración de textos para particulares, editoriales e instituciones públicas y privadas. Ha publicado varios libros sobre ciudad con énfasis en la historia y los procesos urbanos y artículos sobre arquitectura, literatura, fotografía, arte, música, geografía y culinaria, así como reseñas críticas y ensayos en revistas especializadas tanto nacionales como internacionales. Se desempeña también como guionista y directora de series documentales y podcast.
#Septiembre 2025. Delvi Gómez, corrección de estilo.
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Revisión actual - 19:32 26 sep 2025

María del Carmen Rodríguez Obregón
Datos generales
Nombre María del Carmen Rodríguez Obregón
Fecha de nacimiento 1777
Nacionalidad Colombiana Bandera de Colombia }}
Ocupación Líder patriota
País de nacimiento Colombia, Bandera de Colombia }}
Ciudad de nacimiento Guatavita, Cundinamarca
Fecha de fallecimiento 26 de septiembre de 1852
País de fallecimiento Colombiana Bandera de Colombia }}
Ciudad de fallecimiento Bogotá
Familia Juan Francisco Rodríguez (Padre); Teresa Obregón (Madre)


Biografía

María del Carmen Rodríguez Obregón: patriota ilustrada

María del Carmen Rodríguez Lobregón (u Obregón) nació en Guatavita, Cundinamarca, en 1777. Sus padres fueron Juan Francisco Rodríguez y Teresa Obregón. Bautizada el 25 de septiembre de 1777, falleció en la ciudad de Bogotá el 26 de septiembre de 1852 a la edad de 75 años. Ese mismo año, el Gobierno de la Provincia mandó a hacerle un retrato como homenaje por sus “virtudes cívicas”. Este cuadro, que posteriormente reposaría en el Museo Nacional [1] junto al de héroes, próceres y otros personajes ilustres de la época, plantea la pregunta acerca de las razones por las cuales se inmortalizó a María del Carmen en un retrato. Cientos de mujeres siguieron a los ejércitos en la gesta por la independencia, perdieron a sus hijos y esposos. Cientos de miles combatieron y murieron junto a soldados también invisibles. Muchas fueron condenadas a la horca, fusiladas, detenidas y torturadas durante el llamado Régimen del Terror. Sin embargo, se cuentan con los dedos de la mano las que se recuerdan. El retrato de María del Carmen Rodríguez Obregón y algunos escritos sobre ella permiten elaborar una nota biográfica sobre su faceta como patriota ilustrada en las luchas independentistas de la Nueva Granada.

María del Carmen es inquieta, agraciada y astuta. Se sabe que desde muy joven asiste a las Tertulias del buen gusto, organizadas por Manuela Sáenz y al Arcano sublime de la filantropía, a cargo de Antonio Nariño y su esposa Magdalena Ortega, antes de que Nariño fuera condenado y detenido por la publicación de los Derechos del Hombre. Las tertulias literarias, influenciadas por los vientos de la Ilustración, serán el soporte de la aparición de una esfera pública distinta de la monarquía y muchas veces crítica en su contra. Las reuniones en Santafé son mixtas y las mujeres que están allí no están para servir el chocolate, tienen voz y la tendrán aún más fuerte cuando se unen en cuerpo y alma a la larga lucha por la Independencia.

Antecedentes del grito de la Independencia

La invasión de la península por parte del ejército de Bonaparte en 1808, y el cautiverio de Carlos IV y de Fernando VII darán un golpe de gracia a la ya tambaleante monarquía. Se anuncian cambios drásticos, tanto para la península como para sus colonias en América. El 29 de enero la Suprema Junta Central se reemplazó por un Supremo Consejo de Regencia integrado por cinco miembros. Este organismo envió a Quito y a Bogotá a los criollos Carlos Montúfar y Antonio Villavicencio para su reconocimiento. Este último, anuncia al Virrey Amar y Borbón, el 20 de mayo de 1810, la necesidad de conformar una Junta de vigilancia, observación y defensa de la monarquía. Santafé de Bogotá era el centro administrativo, la sede de la Real Audiencia y de los Tribunales Eclesiásticos. Para entonces, Cartagena había depuesto al Gobernador español, Pamplona expulsado al corregidor, y los alcaldes ordinarios del Socorro, derrocado al jefe peninsular. En Santafé, Camilo Torres, José Acevedo y Gómez, Francisco José de Caldas, José María Carbonell, entre otros, vienen encontrándose en el Observatorio Astronómico -primer observatorio en América, iniciativa de José Celestino Mutis-, para exigir una nueva junta de gobierno en la capital del virreinato. No están solos. En estas, y en reuniones que venían realizándose desde tiempo atrás, los acompañan varias criollas influenciadas también por la fuerza de la Ilustración. Días antes de los sucesos que marcarán la historia de la Nación, las mujeres están al tanto de la visita al virrey para solicitar respuesta acerca de la solicitud de la instauración de la Junta de Santafé y es, precisamente, María del Carmen Rodríguez quien lidera el grupo ese 20 de julio de 1810 cuando al final de la tarde se procede a designar a los miembros de la Junta a instancias de José Acevedo y Gómez [2].

Acompañada por Gabriela Barriga, Josefa Baraya, Juana Ricaurte, Francisca Prieto Ricaurte, entre otras, amedrentan al virrey y presionan a la virreina para que ceda ante la petición del pueblo. No cesan hasta lograr, contando con el auxilio de diez mil personas forzando la reunión del Cabildo, a que sea redactada el acta de Independencia y juramentados sus miembros.

En las variadas escenas del 20 de julio, que tuvieron por teatro las plazas y calles de la ciudad, matronas y señoritas, despreciando prerrogativas de vanidad social, fomentaron el alzamiento contra el Gobierno español. Las señoras Eusebia Caicedo, Carmen Rodríguez, Josefa Lizarralde, Andrea Ricaurte, Josefa Baraya, […] fueron los Capitanes de la insurrección mujeril […][3].

“Despreciando las prerrogativas de vanidad social”, dice el historiador en el fragmento citado. En efecto, se trataba de mujeres ilustradas que sabían leer y escribir, y que desafiaban a la sociedad para apoyar y acompañar a las mujeres en la Plaza Mayor cuando estas insultaban a la codiciosa virreina que tenía acaparado el comercio, y que no descansarían hasta llevarla presa al convento de La Enseñanza. El escándalo sacudió a Santafé, no por la conducta de la virreina, sino por la osadía de quienes protestaban: las mujeres del pueblo apoyadas por un grupo féminas de élite que, además de independentistas, habían dejado de lado sus modales.

El 22 de julio de 1810, cuando se rumora un despliegue militar en contra del Cabildo, la ciudad está sitiada y urge la constitución del parque de Artillería. En la Plaza Mayor, una madre comanda un nutrido grupo y dirigiéndose a su hijo lo insta para irse a la guerra: “ve tú a morir con los hombres mientras que nosotras avanzamos a la Artillería y recibimos la primera descarga”[4]. María del Carmen, hija, madre y hermana de militares, está dispuesta a todo y lidera este y encuentros posteriores con mujeres. No se une a los ejércitos, pero ya hace rato habla de ciudadanos, de derechos y de libertad. Es, sobre todo, una lideresa y una mujer con una clara conciencia política revolucionaria.

Días después, José Acevedo y Gómez escribe al comisionado regio Carlos Montúfar asegurando que la presión de las señoras santafereñas, encabezadas por María del Carmen Rodríguez, sobre la virreina, sería un elemento destacado en la autorización finalmente dada por el virrey para la realización del cabildo extraordinario.

La lucha por la Independencia

A partir de 1810, “Carmela”, la comadre Carmen, o la “Carmelota”, como también se conoció a María del Carmen, empezó a asumir roles, tales como el de informante, de conspiradora y de espía. Su casa es centro de reuniones. Antonio Nariño, liberado de la prisión en Cartagena, emprende el viaje hacia Santafé. El grito de la Independencia ha desatado también las contradicciones: la Federación de las Provincias Unidas de la Nueva Granada y del Estado de Cundinamarca con sede en Santafé mantiene constantes enfrentamientos entre sí, al tiempo que continúan luchando contra los reductos realistas. En casa de María del Carmen se harán las reuniones en vísperas del primer intento de toma de la ciudad por parte de los federalistas que da el triunfo a Antonio Nariño antes de partir hacia el Sur.

Desde Santafé, María del Carmen coordina el tránsito de armas para el ejército de Nariño y luego para las guerrillas del Casanare. Encubre a su hermano, el famoso Mosca, José Ignacio Rodríguez -mote utilizado para denotar su origen muisca, por su lugar de nacimiento-, quien disfrazado de molinero y con pasaporte falso, conseguido por ella misma, logra entrar y salir de la ciudad burlando a las autoridades para avanzar por Cundinamarca en la lucha contra los realistas. No se sospecha de una mujer en los retenes, aprovecha su condición y finge ser una esposa que acompaña a su marido a las labores en el campo. Oye las conversaciones, se detiene en las chicherías, toma nota atenta de lo que oye en la Plaza, en los comercios de la Calle Real, y en las Galerías, y vigila atenta los corrillos.

Como lideresa política va convenciendo a otras mujeres para establecer una red de espionaje. Aporta dinero para proveer a los ejércitos del Sur, ayuda a establecer rutas de comunicación y, a la vez, coordina los grupos de mujeres encargados de confeccionar uniformes o distribuir víveres. Va y viene de casa en casa, tiene identificadas a las personas clave dentro de los estafetas para que le informen sobre el movimiento de las tropas.

En 1814, una vez recuperado el trono, Fernando VII envía un ejército a América con el fin de aplastar la revolución. El “Pacificador”, había arribado a territorio cartagenero con un único y claro objetivo: recuperar a Cartagena, el baluarte más preciado por la Corona española en todo el Caribe. En mayo de 1816 retoma Santafé, el virreinato fue restablecido y se emprende la cruzada judicial contra cabecillas y colaboradores de la revolución.

María del Carmen será “brazo de poder en las combinaciones de intriga, ojo de árgos i centinela perenne”, afirman Leonidas Scarpetta y Saturnino Vergara en su Diccionario biográfico de los campeones de la libertad de Nueva Granada, Venezuela, Ecuador y Perú[5], publicado en 1879. No desmaya en la lucha, afirma Soledad Acosta de Samper, y se gana el odio de los realistas[6]. Se les unirá pronto la joven Policarpa Salavarrieta, espía e informante, que ejerce como costurera y ha estado atareada cociendo casacas y capas de uniformes para los soldados de Nariño.

José Ignacio Rodríguez -el Mosca-, su hermano mayor y coronel del ejército de Nariño en la campaña de 1813 y 1814, y Vicente Almeyda, actuaban con los insurgentes de Santafé. El general Rodríguez sería artífice del ataque a Melgar y el Carmen de Apicalá, espacio de control del tránsito de mercancías en manos españolas. Se van también organizando las guerrillas de los llanos de Neiva y el cerco de la región del Tequendama para mantener lejos al ejército realista. A la par, el libertador Simón Bolívar forma en Casanare un ejército a órdenes de Santander. Las informantes del ejército son un grupo nutrido de mujeres coordinado desde Santafé por Carmen Rodríguez. “Unía a la viveza de su clara inteligencia, ánimo vigoroso i una expedición propia para salir airosa en los más grandes peligros en que pudiera encontrarse […]. […], dicen Scarpetta y Vergara [7], los primeros que incluyen la referencia a una mujer en su diccionario de “Campeones de la libertad”. Se afirma entonces que es consejera de Francisco de Paula Santander, de Pedro Alcántara Herrán y por supuesto, cercana inicialmente a Simón Bolívar.

El régimen del terror con el “Pacificador Morillo” cobra cientos de muertos. Serán fusilados en Plaza Pública patriotas y revolucionarios. “España no necesita sabios”, dice el general Morillo, y lo replica el cruel Sámano en Santafé. “Las mujeres, que son para esto peores/procuran con medios insidiosos/darle de todo al enemigo aviso/y al gobierno impedirlo ya es preciso” se afirma en las proclamas[8].

Morillo ha establecido tres tribunales: el Consejo Permanente de Guerra que se ocupaba de los casos de sedición y dicta las sentencias de muerte; el Consejo de Purificación que establece multas, destierro o prisión, y la Junta de Secuestros, encargada de confiscar los bienes de los insurgentes. Son fusilados Antonio Villavicencio y José María Carbonell, Camilo Torres, el sabio Francisco Antonio Caldas, Jorge Tadeo Lozano, Carlos Montufar que se había unido al ejército de Simón Bolívar y le sigue una lista infinita.

Las mujeres también serán torturadas, desmembradas, condenadas a la horca. En 1817 es apresada y fusilada Policarpa Salavarrieta. María del Carmen teme por su propia vida. Su grupo de patriotas ilustradas, conformado por Josefa Baraya y familia, Josefa Ricaurte y familia, Genoveva Ricaurte y familia, fue condenado por el tribunal al destierro y sus bienes fueron confiscados. Además, se tiene noticia de más de cien mujeres hacinadas en la cárcel del Divorcio, en Santafé de Bogotá, en condiciones infrahumanas.

Ambrosio Almeyda, compañero del General Rodríguez, quien había conspirado junto con la Pola y combatido en Casanare con el apoyo de la red de mujeres de María del Carmen, es detenido días más tarde para finalmente morir fusilado. María del Carmen ya no puede hacer nada por él, ni por las mujeres desterradas, ni por los ejércitos patriotas. El General Morillo ordena perseguirla, se desplaza por las vertientes de la cordillera: Zipacón, La Mesa, Portillo y Tocaima. Un escolta la alcanza en Portillo en compañía de doña Isabel Caicedo de Baraya; “ambas fueron traídas a la capital y tratadas como criminales, los soldados les robaron cuanto tenían”, dicen los historiadores [9]. Finalmente, la condenan al confinamiento y al destierro en la ciudad de Tocaima, “lugar que por las diferentes circunstancias de aquella población era el más apropiado para el martirio”[10]. Según Pedro María Ibáñez[11], la pena de esta condena consistía en “vestir como las indias”, lo que quiere decir que se somete a María del Carmen a la pobreza y a la exclusión social y se le obliga a “aprender la doctrina cristiana”, tratándola de ignorante y obligándola a permanecer cerca de alguna autoridad eclesiástica rigurosamente vigilada.

Su don de gentes, inteligencia y astucia le permiten, a pesar del control, continuar en la resistencia y se las ingenia para acercarse a los realistas y conseguir información, así como para convencer a los indecisos y sobre todo sigue fortaleciendo la red de mujeres. Aunque logra burlar varias veces el cerco para arribar a Santafé, es detenida de nuevo y, esta vez, condenada al patíbulo.

“No decide, no, la suerte de Santafé la de Venezuela en el sentido de Morillo; pero sucede sí a la inversa. Libre Venezuela, la Nueva Granada lo será también” escribe Bolívar a finales de 1818[12]. Las tropas venidas desde Venezuela al mando de Simón Bolívar se unen a las fuerzas rebeldes. La Campaña consigue victorias sobre los ejércitos españoles y recupera gran parte del territorio neogranadino, y en septiembre de ese mismo año retoma Santafé, estableciendo luego un sistema de gobierno republicano. El triunfo de los patriotas sobre los ejércitos realistas en la batalla de Boyacá del 7 de agosto de 1819 y la llegada de Simón Bolívar, tres días después, salva a María del Carmen del patíbulo y posteriormente logra regresar a Santafé.

Las diferencias y consolidación de la República

La voluntad política de María del Carmen no se detiene con la amenaza del patíbulo. En 1826 muere su esposo, quien ha participado en las luchas por la Independencia y permanecido oculto en las montañas. Sus hijos se han vinculado con el ejército y ella continúa activa y cercana a Francisco de Paula Santander, quien militaba desde estudiante en la causa federal. Activa en la esfera política, se distancia de Bolívar durante la dictadura y lucha contra el gobierno de facto de Urdaneta. Sus tres hijos varones son militares y sus dos hijas contraerán nupcias con liberales.

En septiembre de 1827, Simón Bolívar asume la Presidencia desplazando a Santander, se autoproclama dictador y en 1828 disuelve el congreso y anula la Constitución promulgada en 1821. El 25 de septiembre de ese mismo año se intenta dar muerte a El Libertador, quien gracias a su compañera Manuela Sáenz, se salva y huye. El 26 de septiembre el nombre de María del Carmen aparece en la Gaceta de Colombia dentro de la larga lista de acusados y detenidos por conspirar contra Bolívar e intentar asesinarlo. Es la única mujer en la lista. Otros de los acusados son el capitán Alejandro Gaitán, su hijo y Ezequiel Rojas, su futuro yerno. Son diecisiete los condenados a muerte por delito de conspiración que fueron ejecutados en la Plaza de Bolívar el 16 de octubre de ese mismo año. María del Carmen, su hijo y Rojas se salvan, aunque éste último sería desterrado para regresar luego a ocupar importantes cargos como el de rector del Colegio de San Bartolomé.

María del Carmen Rodríguez, patriota, conspiradora y espía, seguirá apoyando a Santander cuando regresa como presidente y estará su lado, ya no como una voz oculta, sino como la ilustrada, madre y esposa de militares, con una voz y participación en la puesta en marcha de las políticas liberales y las reformas a la educación. La Cámara de Provincia reunida en Bogotá la honró en su muerte con un Decreto conmemorativo y la República la recordó con honores colgando su retrato en un salón de la Municipalidad, una mujer, al lado de los muchos militares, héroes y patriarcas.

Véase también

Referencias

  1. Diaz, Diaz, O. (1968). “Complementos a una biografía del coronel José Ignacio Rodríguez”, Boletín de Historia y Antigüedades, época IX, núms. 61 y 62, Bogotá, 1960, págs. 246-250.
  2. “Carta de José Acevedo y Gómez al comisionado regio Carlos Montúfar, Santafé, 5 de agosto de 1810” en Boletín de Historia y Antigüedades, 1933, vol. xx, núm. 231, pág. 235.
  3. Ibánez, P. M (2014). Crónicas de Bogotá, Colección Libro al Viento, Alcaldía Mayor de Bogotá, Instituto Distrital de las Artes (Idartes), pág. 51.
  4. “Carta de José Acevedo y Gómez a Miguel Tadeo Gómez, 21 de julio de 1810” en Anuario de Estudios Americanos, 71, 1 Sevilla, España, enero-junio, 2014, págs. 281-311.
  5. Scarpetta, L. y Vergara, S. (1879). Diccionario biográfico de los campeones de la libertad de Nueva Granada, Venezuela, Ecuador y Perú, Imprenta de Zalamea Hermanos, Bogotá.
  6. Acosta de Samper, S. (1905). “Mujeres en la Independencia” en Lecturas para el Hogar. Revista histórica, literaria e instructiva, Imprenta de la Luz, Bogotá, pág. 129.
  7. Op. cit, pág. 35
  8. Lux, M. (2014). Mujeres patriotas y realistas entre dos órdenes. Discursos, estrategias y tácticas en la guerra, la política y el comercio (Nueva Granada, 1790-1830), Ediciones Uniandes, Bogotá.
  9. Ibáñez, P. M. (1891). Las crónicas de Bogotá y sus inmediaciones, Imprenta de la Luz, Bogotá, pág. 2024.
  10. Monsalve, J, D. (1926). Mujeres de la Independencia, Imprenta Nacional, Bogotá, pág. 208.
  11. Posada, E.; Ibáñez, P.M. ( 1913). “Carmen Rodríguez de Gaitán”, Biblioteca de Historia Nacional, vol. 38, Imprenta Nacional, Bogotá, pág. 208.
  12. Larrazábal, F. (1865 ). Correspondencia general del Libertador Simón Bolívar. Enriquecida con la inserción de los manifiestos, mensajes, exposiciones, proclamas t. I, Imprenta de Eduardo O Jenkins, Nueva York.

Bibliografía

  • Acosta de Samper, S. (1905). “Mujeres en la Independencia” en Lecturas para el Hogar. Revista histórica, literaria e instructiva, Bogotá, Imprenta de la Luz.
  • Diaz, Diaz, O. (1968). “Complementos a una biografía del coronel José Ignacio Rodríguez”, Boletín de Historia y Antigüedades, época IX, núms. 61 y 62, Bogotá, 1960.
  • Ibáñez, P. M. (1891). Las crónicas de Bogotá y sus inmediaciones, Imprenta de la Luz, Bogotá.
  • _________ (2014). Crónicas de Bogotá, Colección Libro al Viento, Alcaldía Mayor de Bogotá, Instituto Distrital de las Artes (Idartes).
  • José Acevedo y Gómez, “Carta al comisionado regio Carlos Montúfar”, Santafé, 5 de agosto de 1810, Boletín de Historia y Antigüedades, 1933, vol. xx, núm. 231 págs.
  • ---------------- “Carta de José Acevedo y Gómez a Miguel Tadeo Gómez. 21 de julio de 1810”, Anuario de Estudios Americanos, 71, 1 Sevilla, España, enero-junio, 2014, págs. 281-311.
  • Larrazábal, F. (1865 ) 'Correspondencia general del Libertador Simón Bolívar. Enriquecida con la inserción de los manifiestos, mensajes, exposiciones, proclamas, t. I, Imprenta de Eduardo O. Jenkins, Nueva York.
  • Lux, M. (2014). Mujeres patriotas y realistas entre dos órdenes. Discursos, estrategias y tácticas en la guerra, la política y el comercio (Nueva Granada, 1790-1830), Ediciones Uniandes, Bogotá.
  • Monsalve, J, D. (1926). Mujeres de la Independencia, Imprenta Nacional, Bogotá.
  • Posada, E. e Ibáñez, P. M. (1913). “Carmen Rodríguez de Gaitán”,Biblioteca de Historia Nacional, vol. 38 Imprenta Nacional, Bogotá.
  • Scarpetta, L. y Vergara, S. (1879). Diccionario biográfico de los campeones de la libertad de Nueva Granada, Venezuela, Ecuador y Perú, Imprenta de Zalamea Hermanos, Bogotá.

Créditos

  1. Septiembre 2025. Jimena Montaña Cuéllar. Egresada de filosofía y literatura de la Universidad de los Andes y con estudios en música antigua. En los últimos treinta años se ha dedicado a la investigación histórica, al desarrollo de proyectos académicos y culturales y a la edición, corrección y estructuración de textos para particulares, editoriales e instituciones públicas y privadas. Ha publicado varios libros sobre ciudad con énfasis en la historia y los procesos urbanos y artículos sobre arquitectura, literatura, fotografía, arte, música, geografía y culinaria, así como reseñas críticas y ensayos en revistas especializadas tanto nacionales como internacionales. Se desempeña también como guionista y directora de series documentales y podcast.
  2. Septiembre 2025. Delvi Gómez, corrección de estilo.


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